agosto 30, 2007

La Rosa de Lima

Rosa. Una joven mujer, que pudo optar por permanecer prisionera de un estrato social con radicales exigencias, pero que tuvo el coraje para liberarse de las ataduras de su posición y su época. Más allá de los argumentos que pretenden cuestionar -para mí, sin éxito- su integridad psíquica, veamos en esta limeña ésa su gran capacidad de luchar por un ideal, de ir más allá de las convenciones sociales en la procura de su realización personal.

Rosa no tuvo reparos en desafiar las pretensiones de su madre (representamen de los "deberes sociales" de la Lima de entonces) sin por ello mellar un ápice el profundo amor filial que sentía por esta mujer quien, formada en los prejuicios de su época, intentó conducir la vida de su hija de acuerdo a los intereses de la familia. Permitió la Divina Providencia que finalmente se diera la reconciliación entre madre e hija, de modo tal que incluso la señora Flores ingresó al monasterio de Santa Catalina, como su heroica hija le había vaticinado.

Rosa me ha fascinado toda la vida. Me impacta esa relación de profunda intimidad que tenía con Jesús, su "doctorcito". Jamás he dudado de la autenticidad de sus visiones, de su misticismo, de su voluntad de sacrificio. Todo ello me habla de un carácter vehemente y apasionado, de la aspiración constante a una instancia mejor, de los objetivos puestos por encima de lo que los demás aceptan por conformismo. Me habla de una mujer real y concreta, una mujer de mi ciudad, una mujer de una sociedad-madre de la que yo vivo ahora.

Hoy les invito a revisar la vida de mi ilustre paisana Isabel Flores. Les recomiendo de manera especial su biografía escrita por el P. Lus M. de Cádiz. Es la mejor obra sobre nuestra santa.

Y no puedo dejar de citar este himno de mi ciudad a su Rosa:


Gloria a Ti, Rosa Bendita
del Perú radiante estrella!
flor de los cielos más bella
que la flor del Jericó.


Hollando con fe robusta
los placeres de este suelo,
desde joven en el cielo
tu corazón se fijó.

Al suyo con lazo fuerte
lo juntó tu dulce esposo
y de su amor generoso
suavemente le inflamó.



agosto 25, 2007

Confiemos!

Sugerencia homilética: domingo 26

Nos repugna la segregación, pero la generamos en nuestros juicios y condenas!

Todos tenemos derecho a la felicidad y al éxito. Es cierto, pero no basta, es necesario hacer concreto este derecho y construir la propia vida desde él... El éxito se construye, la felicidad se acepta, la tenemos dentro y no podemos expresarla sin un mínimo de disciplina interior y exterior, si no lo hacemos, si nos damos gusto, nos esclavizamos a algo que se llama libertinaje, gusto individual, y caminamos hacia la degradación, con lo que perdemos de vista qué significa la verdadera felicidad y el gozo... solo nos queda el placer vacío e inconsistente de la concupiscencia del poder, de la carne o del dinero... Nada...

Hemos nacido para más y el Señor nos va educando para que lo logremos, son muchos sus caminos... Él no condena, pero tampoco deja sin corrección lo que nos perjudica y nos puede engañar, porque busca nuestro bien, no su éxito a nuestros ojos. A los que se dejan educar en su amor, los reúne para que sean su pueblo, sean de la cultura que sean.

No temamos las correcciones de Dios. No temamos meditar su palabra, aunque nos incomode. Es lo que Jesús llama: ‘puerta estrecha’. No temamos dejarle plena libertad a su Voluntad en nuestro interior... Tal vez nos eduque con el dolor o la prueba o el descrédito o las circunstancias adversas o el silencio de Dios en nuestro interior, es decir la dura experiencia de creer que Dios nos ha olvidado... con ello Dios nos acerca más y más... ¡Confiemos! Dejémosle libertad y caminemos en su amor, aunque nos parezca inútil o injusto. También lo vivió María. Y ahí la tenemos: ¡Reina y Señora del Universo! Los resultados son la paz, la honradez, la vida consagrada a su amor y al bien de aquellos a los que Él quiera enviarnos.

Quien se pone en las manos del Señor acaba conociendo la verdad de su Vida Feliz y de su Amor incondicional. Llega a la intimidad con Jesús y, precisamente por eso, se hace capaz de anunciar en primera persona el Evangelio de la Vida Plena, de la Felicidad sin condiciones, de la Salvación hacha historia en mí y en tantos otros, cuyas vidas aprendo a leer en la Fe, encontrando la fuerza para vivir y superar todas las adversidades que no se me evitan.

Quien se resiste se va haciendo cada día más ignorante de Dios, un verdadero desconocido que no desea perder el tiempo con las cosas del Señor, y cuando se da cuenta que se le está “escapando el tren” de la Felicidad duradera, pide al Señor que se la dé, pero, como es un ignorante en lo que se refiere a dialogar con el Señor, se pone a llamar como quien exige. Pero Dios no se deja mandar ni exigir, Él da a quien quiere y ha decidido dar a los que no tienen nada y no piden nada más que vivir de verdad, más allá de los capricho y gustos personales...Dios nos llama a todos... Nadie es primero o último para él: somos sólo hijos, dejémonos educar... Quien se cree el primero por ‘ser ya bueno’, quedará en último lugar, si no fuera... Seamos humildes y Dios nos dará su bondad y misericordia, nos exaltará: así lo hizo con María. Pidámosle a ella que nos enseñe a vivir agradecidos por todo lo que Dios nos da.

P. José María Doménech, sdb.

TIEMPO ORDINARIO - DOMINGO XXI- CICLO C

Is. 66, 18-21: "Yo conozco las obras de los hombres y sus pensamientos... Todos vendrán aquí y verán mi gloria y haré prodigios en medio de ellos... y anunciarán mi gloria entre las naciones... y yo hasta escogeré a algunos de entre ellos para hacerlos sacerdotes o levitas, dice el Señor."

Salmo 116: "Vayan y anuncien el Evangelio por todo el mundo."

Hb. 12, 5-7.11-13:
"«Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor... porque el Señor reta a los que ama y hace sufrir a los que prefiere.»... Dios nos trata como a hijos... ¿a qué hijo su padre no corrige?... quienes han pasado por este entrenamiento, recogen en paz, como fruto, una vida honrada."

Lc. 13, 22-30: "Le preguntaron a Jesús: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» «Preocúpense de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no podrán... dirán: “Señor, Señor, ábrenos” y les responderá: “No sé de dónde son... apártense de Mí todos los que obran el mal”... Vendrán de oriente y de occidente, del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Fíjense bien: los que ahora son los últimos, entonces serán los primeros y los que ahora son los primeros entonces serán los últimos.»"

agosto 19, 2007

El que no ama a su hermano a quien ve...

Queridos todos, acaba de terminar la emisión de la Santa Misa que celebró el cardenal Cipriani por nuestros hermanos del Sur.

Agradeciendo a todos aquellos hermanos de otros países que envían incesantemente toneladas de ayuda, Monseñor Cipriani recordó la invocación de SS. Benedicto XVI, a colaborar todos nosotros. Citó la frase evangélica con que titulo esta entrada: "El que no ama a su hermano a quien ve, no es posible que ame a Dios, a quien no ve".

Colaboremos todos de la manera que nos resulte posible. He visto conmovida por TV que muchos limeños de condición humilde sacan de su propia alacena aún una bolsita de arroz para mandarles a nuestros pobrecitos hermanos de Cañete, Lunahuaná, Chincha, Pisco, Huaytará, Humay, etc. Si podemos, pongamos una dedicatoria, un mensajito de aliento, que lo necesitan mucho en este momento. Si tenemos ropita en buen estado, dividamos la ropa de hombre y mujer, la de bebe, en bolsa plástica, para que en el Estadio los voluntarios lo puedan acomodar mejor. Un papelito, una estampita dentro, pueden consolar tanto a una persona!

Acá en Lima, aunque las réplicas fuertes se suceden hasta hoy (2 am la última) gracias a Dios y a la protección de la Auxiliadora estamos bien. Doy gracias porque mis amistades de Cañete, Chincha e Ica están bien y a salvo.
El mejor gracias es el compromiso. Les invito a ayudar en la medida de sus posibilidades. Nosotros, devotos de nuestra Madre Auxiliadora, tenemos un doble deber: ¿cómo va a extenderse el manto de auxilio de nuestra mamita si no lo jalamos nosotros para extenderlo con nuestras propias manos?

En otro momento les haré saber algunas delicadezas que nuestra Madre ha tenido con sus hijos durante el terremoto en Lima. Por ahora, les dejo el comentario homilético del querido padre José María, con quien permanecemos siempre unidos en oración y encoméndandolo a nuestra Madre del cielo. Les recomiendo muy especialmente la reflexión de estas líneas, pues nos competen en este momento específico: nuestra fidelidad a Cristo se ve compelida, y tenemos que dar respuestas concretas e inmediatas.

Como cada domingo, al final del texto el Padre coloca las lecturas del día, para que podamos repasarlas a lo largo de la semana y permitir al Señor que nos diga qué quiere de nosotros. Es asombroso que el salmo de hoy diga: ¡Señor, date prisa en socorrerme! Pensando en nuestros hermanos del Sur, date prisa en socorrerlos, Padre bueno; mueve mis manos y mi corazón para socorrer a mis hermanos en tu nombre, para demostrarte mi amor y fidelidad!

Bendiciones.
Mi esfuerzo por vivir en fidelidad a Cristo

¡La verdadera vida cristiana comporta confrontaciones no por unas ideas, ritos, organización o liderazgo, sino por su fidelidad a la Voluntad del Padre!

Las personalidades fuertes y las convicciones firmes siempre despiertan o admiración y seguimiento o agresión y aversión. Jeremías tenía las cosas muy claras y se sentía impulsado interiormente a ser fiel a lo que Dios le pedía... Eso le trajo muchos enfrentamientos que él no propició, pero que tuvo que soportar por la oposición que vivían sus adversarios ante lo que les comunicaba como Voluntad de Dios y que ellos no estaban dispuestas a soportar.

Fue, como Jesús y tantos de sus discípulos después, un verdadero signo de contradicción, con todos los problemas y sufrimientos que esto trae.

El autor de la carta a los hebreos, nos invita a vivir en un continuo esfuerzo de fidelidad al Señor que nos ha otorgado la Fe, para eso nos apoyamos, por un lado, en la multitud de testigos que nos demuestran que esta dolorosa, y fecunda, fidelidad es posible y, por otro, en la seguridad de que el auxilio del Señor, que debemos pedir, nunca nos va a faltar.

La reflexión del autor de la carta anterior nos hace reparar que, en nuestra lucha por la fidelidad, no hemos llegado al derramamiento de la sangre, aunque las incomodidades y perjuicios haya sido muchos y dolorosos, pero nos han respetado la integridad, que otros muchos no pudieron conservar. Lo más importante en estas circunstancias es no perder la paz interior, fruto de la oración y de la intimidad con aquél que es nuestro auxilio y fortaleza.

Nadie ha sufrido más injusticia y brutalidad en la contestación y contradicción de la que fue objeto que Jesucristo... Nadie más fiel y conciliador, nadie más comprensivo y estimulante de la vida, nadie más acogedor y sanador, nadie más pacífico y claro en su mensaje, pero también nadie más atacado, despreciado, incomprendido, abandonado, humillado, agredido de múltiples modos: psicológica, espiritual, físicamente... Nadie como Él fue signo de contradicción real y objetiva. Nadie como Él supo ratificar su testimonio con una vida integérrima y de entrega objetivamente hecha sacrificio voluntario, consciente y extremadamente doloroso. Nadie más coherente y serio en su propuesta de vida, desde la vida y para la vida de todos.

La paz barata, la que evita las confrontaciones “para no tener problemas”, es la paz de los cobardes, de los secretarios de la muerte y de los que propician, con su no comprometerse, la destrucción de nuestra sociedad, de los más débiles y de la vida, a cualquier nivel: a fuerza de no querer meterse en problemas, dejamos que los problemas y la muerte social, cultural y política se vaya esparciendo como un cáncer o una mancha de aceite que todo lo ensucia y afea.

Esa paz no es la de Cristo, pues no respeta la verdad de la dignidad y derechos de la persona humana, por la que Él dio toda su vida y Jeremías luchó y sufrió, como lo hicieron también Pablo y los demás apóstoles a lo largo de toda la historia de la humanidad.

Son muchos los que, con su vida inflamada en el Amor de Dios, que Jesús nos trajo, nos demuestran que el único modo de vivir con dignidad en este mundo es vivir en serio nuestra vocación: dar la vida para que los demás puedan tener vida digna y en abundancia.

Pidamos a María su valentía: vivir el riesgo de la fidelidad, aunque cueste y duela mucho.


TIEMPO ORDINARIO - DOMINGO XX- CICLO C

Jr. 38, 4-6.8-10: "...dijeron al rey: «Que Jeremías muera de una vez...»... Tomaron a Jeremías... y lo hundieron en el barro... Abdemelec... dijo al rey: «...no está bien lo que estos hombres le han hecho al profeta...» El rey le dio esta orden... «...saquen de la cisterna al profeta Jeremías...»"
Salmo 39: "Señor, date prisa en socorrerme."
Hb. 12, 1-14: "Con una nube tan grande de testigos de la Fe... sin cansarnos corramos la carrera que nos toca. Teniendo la mirada fija en Jesucristo... para llegar a la felicidad... aceptó el suplicio de la cruz... En su lucha contra el pecado Uds. todavía no han tenido que enfrentar el derramamiento de la sangre."
Lc. 12, 49-53: "He venido a prender fuego a la tierra y ¡cómo quisiera que ya ardiera!... Siento mi corazón angustiado pensado en la hora que se me aproxima... No he venido a traer paz, sino división..."

agosto 16, 2007

Un hombre llamado por Dios, cuyo nombre era Juan

Hoy, hace 192 años, nació en Asti ese hombre increíble que es nuestro papá Don Bosco.

Quise celebrar este día con esta bella canción, que el querido Padre Mario Mosto acostumbraba entonar en los momentos más alegres de las reuniones con los jóvenes.

Con el recuerdo de este sacerdote que, siguiendo el ejemplo de Don Bosco, dedicó su vida hasta el último aliento a sus amados jóvenes, quiero dar gracias a los sacerdotes salesianos de quienes pude comprobar sus paternales gestos con los feligreses, en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Magdalena.

Gracias Señor, por el regalo de las vocaciones de tus hijos Mario Mosto, Eugenio Masías, Justo Concha. Que desde el cielo, continúen iluminando nuestras vidas con sus ejemplos de amor y servicio a los demás.

Cantemos junto a ellos nuestro cariñoso himno:


Su concierto
Su concierto han entonado las campanas clamorosas
al que ha sido coronado de claveles y de rosas.
Un vibrar de corazones, de sonrisas y cantares
acompaña, entre oraciones, de la tumba a los altares.

Don Bosco te aclaman
cual padre y pastor
legiones inmensas con himnos de amor.


Triunfa, padre cariñoso, ya tus sueños terminaron
y en un hecho esplendoroso para el mundo se tornaron.
Mira en torno cuántos miles de tus hijos te reclaman,
¡cuántos pechos juveniles como padre te proclaman!

Don Bosco te aclaman
cual padre y pastor
legiones inmensas con himnos de amor

agosto 15, 2007

Asunción de María

Hoy 15 de agosto, es la fiesta de la Asunción de María. El P. Doménech preparó este comentario para celebrar la solemnidad, que, como él mismo señala, "habla de la gloria y poder del Señor de la Vida en la Pascua del Señor y de la grandeza de toda persona humana en el Plan eterno de Dios."

Fiesta de la Asunción de María

María es nuestra Madre victoriosa, después de una dura batalla, pues a ella Satanás nunca la dejó tranquila, la atacó y le complicó la vida para derrotarla, pero el Señor, por su fidelidad y por la generosa correspondencia de ella, la defendió con gracias particulares como lo ha hecho siempre con los que le son fieles.

Dios nunca falla: siempre está junto a nosotros para ser nuestra defensa y roca segura.

La gloria de María es consecuencia y expresión de la grandeza y gloria omnipotente de Dios, quien ha logrado en esta persona humana el más alto nivel de respuesta fiel y dócil a su Voluntad, después de la respuesta de Jesús y gracias a su Pascua.

La imagen del Apocalipsis nos muestra a la Reina y Señora del universo en toda su gloria, pero, al mismo tiempo, en el inmenso dolor del parto. Y ante ella la furia del enemigo de toda obra de Dios, de toda Vida y de todo Bien: el Dragón poderoso de múltiples aspectos, con toda la fuerza del poder, capaz de destruir y con voluntad de hacerlo. Y lo que más ansía destruir es la vida que viene de Dios para el bien de los hombres, sobre todo de los pequeños y pobres. Pero Dios defiende a sus siervos, sin quitarles la decisión y responsabilidad personal.

El salmo responsorial nos invita a fiarnos de Dios, en Él está el éxito asegurado, pues Cristo ha resucitado y ha vencido hasta a la muerte. No tenemos nada que temer.

La derrota del hombre distanciado de Dios ha sido superada por el amor de este Dios que no cede ante nada con tal de salvar al hijo amado, aunque se haya separado por lo que sea.

Eso mismo es lo que canta María ante las expresiones maravilladas de Isabel, quien siente la presencia salvífica del Señor de la Vida, el Salvador, actuando, ya desde el seno materno, en su hijo y en ella misma.

La bendición de Isabel es el resumen de todas las bendiciones del Antigua Testamento: ¡Feliz tú porque has creído, ciertamente lo que te ha dicho el Señor se cumplirá! Dios siempre ha cumplido sus promesas en toda circunstancia. Promesas ahora de dimensiones universales.

Al crear al hombre pensó en su final: ¡ser como Dios mismo: con su grandeza y señorío!

Y todo el "trabajo" de Dios, toda su construcción en la historia, ha sido y es moldear a esta persona humana con su Palabra de Vida y Amor, modelar su corazón para que sea capaz de vivir la misma vida de Dios en toda circunstancia: nos entrega su Espíritu, camina con nosotros con misericordia infinitamente terca porque sabe bien que el hombre, varón o mujer, es tardo y duro para comprender y fiarse de los planes de Dios porque le sobrepasan infinitamente...

Y ante estos planes y su acción concreta y universal no hay ningún poder que puede imponerse o mantenerse... o se acepta el Plan de Felicidad Eterna de Dios o la muerte acaba con el futuro de gloria feliz con el que sueña toda persona humana.

Sin Dios no hay futuro, con Dios éste ya está radicalmente garantizado: ¡nos ha hecho a su imagen y nos ha hecho indudablemente bien! Sí, en desarrollo continuo y libres, y, por lo tanto, capaces de error, como toda persona inteligente pero limitada puesto que criatura es.

María, la humilde sierva, vivió siempre inmersa en la Voluntad de Dios y Éste le daba la Paz necesaria para ser fiel en los problemas y esta obediencia de Fe le abrió a la glorificación como Reina y Señora de lo creado en quien la muerte no pudo ejercer su poder de destrucción.

Éste es nuestro futuro, pidámosle a ella, conocedora del dolor, nos auxilie en nuestra lucha por ser más fieles a Dios hasta la gloria eterna más allá de esta segunda fase de nuestra vida.

P.José María.

SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA

Ap. 11, 19a; 12, 1-6a.10ab: "...figura portentosa en el cielo: una mujer vestida de sol... El dragón estaba enfrente de la mujer para devorar al hijo apenas naciera... Arrebataron al niño hacia Dios... Ahora es la hora de la victoria de nuestro Dios..."

Salmo 44: "De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro."

1Cor. 15, 20-27a: "Cristo ha resucitado, primicia de todos... Cristo tiene que reinar... el último enemigo sometido será la muerte."

Lc. 1, 39-56: "María se puso en camino... Se llenó Isabel del Espíritu Santo... « Bendita tú entre las mujeres... Feliz tú por que has creído...» «Proclama mi alma la grandeza del Señor...» María se quedó con Isabel tres meses..."

agosto 12, 2007

Domingo XIX - tiempo ordinario

El P. Doménech nos manda su comentario para este domingo, considerando que, en Perú, el calendario litúrgico no celebra la fiesta de la Asunción sino hasta el miércoles 15.

Domingo XIX - tiempo ordinario

La noche! ¿Qué esconde la noche? Para unos es un misterio de comportamientos no revelables sin provocar sonrojo o vergüenza; para otros es tiempo de descanso y recuperación o de reflexión, reorientación y fortalecimiento...

La noche, el día, la vida de cada uno es entera responsabilidad de cada persona...

El éxodo se dio en una noche donde el amor se hizo libertad histórica para una vida nueva que el Pueblo de Dios debía aprender a vivir, ofrecida reiteradamente también a los egipcios, pero rechazada por ellos por intereses de poder, dominio y prestigio.

La Pascua Nueva y Eterna de dio al caer una tarde. Allí también Dios intervino pero no desde fuera, sino desde la propia humanidad unida a Él en una Fe y Amor radical que permitía a Dios regalar todo lo que tenía pensado y preparado desde toda la eternidad. Jesús, el hombre perfectamente hombre porque se había atrevido a fiarse de Dios e identificarse con su Voluntad, haciendo del Reino de Dios su personal Reino, lo ofrecía abiertamente a todos y lo daba gratuitamente, a los que se lo aceptaban con docilidad y desprendimiento.

Como si el Señor nos dijera a todos y cada uno: ‘Estén listos para dejarlo todo... Despréndanse de lo que poseen para poseer lo que les ofrezco, aunque no lo vean y no lo gocen plenamente, pero les aseguro que lo gozarán con un gozo pleno e indestructible.’

Dios nos escogió a cada persona y, con las que lo aceptan, forma un pueblo, el suyo, caminante, con todos los sinsabores de cualquier camino, pero caminante en una Fe que le permite, de algún modo, poseer ya la certeza de la Patria que el mismo Dios tiene creada para cada una de ellas: la de su Amor, de su Vida, de su Paz, de su Alegría, de su Justicia, de su Unidad.

Sólo en la Fe se puede vivir así... Sin esa Fe, la vida se va vaciando de alegría profunda, de ilusiones sostenibles, de proyectos que valgan la pena para quien busca a fondo, es decir para el hombre, varón o mujer, que busca ser cada día más y vivir más plenamente su madurar y saberse generador de vida en los que le rodean: ¡que busca ser feliz de verdad, desde dentro!

Tener esclaviza y acaba matando el futuro de la persona humana, la atrapa, la vacía y la aplasta... Dios nos creó para ser libres y señores y nos liberó en Cristo Jesús para tuviéramos la libertad de Dios, que es Amor libre, ¡hasta darse por entero!, es decir, la capacidad de servir y dar la vida para que el otro la tenga y, cada vez, con mayor abundancia. Por eso, Jesús nos invita a venderlo todo y estar listos para lo que el Señor nos pida y nuestros hermanos necesiten.

Hemos nacido para ser tan grandes que nada nos atrape, ni de dentro ni de fuera. Nos regalaron la vida, pero es un regalo que solo se recibe si se aprovecha entregándola y la vida se nos da para que se haga fecunda, si no es así, la vida se convierte en algo que matamos, destruimos, despreciamos y eso nos condena, sin necesidad de ser juzgados por nadie...

Nos pedirán qué hemos hecho con la vida recibida, con la libertad prestada, con el amor confiado, con la amistad divina ofrecida... ¿Qué contestaremos a nuestro Señor cuando llegue?

Pidamos a María nos dé la Fe de saber vivir atentos para dar lo que nos han confiado.

P. José Mª

TIEMPO ORDINARIO - DOMINGO XIX- CICLO C

Sb. 18, 6-9: "El pueblo de Uds. esperaba la salvación de los justos... Con un mismo hecho castigabas a los enemigos y nos honrabas a nosotros, a quienes habías llamado a Ti.... Todo el pueblo santo debía participar de los bienes conseguidos, así como habían participado de los peligros..."

Salmo 32: "Dichoso el pueblo a quien Dios se escogió como heredad."

Hb. 11, 1-2.11-19: "Creer es poseer anticipadamente los bienes que esperamos... La Escritura ha conservado la grata memoria de los antiguos, porque creyeron... Todos murieron en la Fe... confesando que eran extranjeros en su país... aspiraban... a una patria celestial... Por eso Dios se declaraba su Dios, ya que les tenía preparada una ciudad de la que Él era el arquitecto."

Lc. 12, 32-48: "No tengas miedo, pequeño rebaño: el Padre se ha complacido en regalarte el Reino... Donde tienen su tesoro ahí tienen su corazón... Estén preparados... Todo el mundo exige mucho al que ha regalado mucho y le reclama más al que más la ha prestado."

agosto 05, 2007

Santa fiesta!!!

Hace 135 años que empezó a construirse este bello edificio que es morada de nuestra Auxiliadora: el Instituto de las Figlie di Maria Ausiliatrice.

Quienes leemos estas líneas, sabemos bien la historia, Madre Mazzarello y Papá Don Bosco "lo erigieron cual viviente monumento a la Reina celestial".

Pero hoy quiero hablarles de otra linda historia, que tuve la oportunidad de conocer el año pasado cuando, gracias a la gentileza de Sor Angela Ito y Sor Reynita Vilches, pude asistir a la muestra de recuerdos de las FMA de todo el mundo.

Entre tantos detalles, llegados con amor desde los más diversos lugares del planeta, uno solo llegó directo a mi corazón. Y cada vez que miro la fotito que pude sacar, nuevamente me conmuevo y se me inundan los ojos como aquella tarde en la Casa Generalizia.

Les presento al platito de la familia Funaro.


En este recordatorio, se puede leer:

"En el cincuentenario de la deportación de los hebreos de Roma, la familia Funaro agradece a las religiosas hermanas salesianas Hijas de María Auxiliadora y Don Bosco que, con caridad cristiana, han permitido la sobrevivencia de Alberto, Constanza y Graziella, escondiéndolos clandestinamente y salvándolos del odio nazi fascista."

Hoy, que se considera redituable revisar la historia de las guerras europeas para decir que nuestra iglesia no se quiso involucrar, que se critica a las comunidades religiosas por "vivir al margen" de los problemas de la sociedad, este platito nos habla del dolor y desesperación que vivieron muchísimas familias... las que vieron respuestas concretas a su clamor de auxilio en el trabajo silencioso que tantos religiosos organizaron para resistir la invasión de su patria y proteger a sus paisanos.

Comparto esta sensación de gratitud y orgullo con todos los que fuimos llamados a esta Casa, donde se pasea Ella. Y en esta ocasión de alegría, ofrezcamos nuestro mejor regalo: una oración sincera, para que nuestras queridas FMA perseveren día tras día en su compromiso de seguir las huellas de Madre Mazzarello: "A ti te las confío".

Feliz Aniversario! Feliz y santa fiesta!!!

agosto 04, 2007

Domingo XVIII - tiempo ordinario

Las lecturas de mañana domingo 5 comentadas por el querido Padre José María.

Agradezcamos su gesto paternal con nuestras oraciones por todos los miembros de la comunidad salesiana de la centenaria obra de Piura.

Las cosas pasan, el amor hecho vida, queda!

La experiencia humana, mirada de tejas para abajo, no es que sea muy halagüeña, según el autor del libro del Maestro la Asamblea o del Eclasiastés, en griego, o del Qohelet, en hebreo.

El libro refleja la reflexión de un creyente muy realista ante la muerte. Nos hace ver que, si las cosas se miran solo desde abajo, no tienen mucho sentido y menos justicia, porque todo esfuerzo queda sin sentido, vacío, inconsistente y absurdo si no se va más allá.

Pablo nos invita a poner nuestros criterios y horizontes en las cosas de arriba, donde está Cristo, a quien, supuestamente le hemos dado la vida al resucitar místicamente por el Bautismo. Nuestra vida tiene sentido porque se lo da el Señor, no porque lo tenga gracias a nuestra naturaleza sometida al pecado, por el que estábamos influenciados como por una mala levadura.

El salmo nos invita a prestar atención al Señor que nos invita e indica la nueva actitud que necesitamos: vivir atentos, ser dóciles, no cerrarnos, dejarnos influenciar y guiar por la Palabra salvadora de Dios que nos llama a la libertad de todo lo que nos aplanta, atrapa, somete, impidiéndonos avanzar por el camino de la Vida que da vida y llena el mundo de justicia, presupuesto de la Paz.

Es el mismo mensaje del evangelio de Jesús, del mismo Jesús, nuestro único evangelio, el que tenemos que anunciar a todos los hombres, de cualquier condición y cultura, con nuestra vida. Ése debe ser nuestro único afán, pues es el único esfuerzo no necio, no absurdo... Todo lo demás, como nos dice el Qohelet, queda en vacío, y sin sentido... ¿para qué trabajar si la muerte todo lo deja ahí, no nos llevamos nada? Los esfuerzos del hombre, varón o mujer, o están en el horizonte trascendente, en que vive Cristo, o son sencillamente esfuerzos propios de persona estúpida que no sabe qué es lo permanente y qué es lo transitorio; a qué vale la pena darle la vida y qué debemos dejar pasar porque el tiempo demuestra que es vano e inconsistente.

¿Qué nos llevamos, después de la muerte, de todo lo que hemos trabajado? Tan solo lo que hemos regalado como vida para que surja vida nueva en los que nos rodean...

Acumular nos declara estúpidos porque es esfuerzo para nada: nosotros no tenemos aquí morada permanente... Nosotros seguimos viaje... Lo mejor es dar la vida, como Jesús, porque lo que acumulas es para que peleen los demás. La muerte te muestra que a ti no te sirve para nada. Las cosas pasan, el amor y la vida quedan: ¡eso es lo que debemos cuidar! ¡¡Ojalá sepamos escuchar y abramos el corazón al amor y al bien de los que nos necesitan a nuestro alrededor!!

¡Nuestra herencia es la Paz y la Felicidad de nuestros hermanos! Es lo único que debemos procurar ofrecer a los que nos rodean, como Jesús, sobre todo a los que más lo necesitan. Para esto sí vale la pena sufrir, trabajar, sudar, agotarse, empeñarse... porque esto es lo único eterno: eso es lo que Dios hace desde que el ser humano existe y lo que viviremos por toda la eternidad. Quien se afana en esta actitud, no trabaja en vano, su vida tiene sentido. La muerte será un momento de tránsito en su Vida Eterna, porque es la que Dios le ha dado llamándolo a ser como Él. Ése fue el camino de María, pidámosle que sea el nuestro entre nuestros hermanos.


Padre José María Doménech Corominas, sdb

Lecturas para el DOMINGO XVIII- CICLO C TIEMPO ORDINARIO

Ecl. 1,2. 2, 21-23: "Vanidad e inconsistencia, decía el maestro de la asamblea,... todo es sin razón. Después de trabajar denodadamente... lo que uno ha trabajado tiene que dejarlo a otro que no lo trabajó... ¿Qué le queda al hombre de todo su esfuerzo? Pasa los días entre angustias y penas... y por la noche no descansa. Todo es un gran sin sentido y pura vanidad."

Salmo 94: "¡Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: no endurezcan el corazón!"

Col. 3, 1-5.9-11:
"Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo... Ustedes murieron con Cristo y su vida está escondida en Dios... Hagan morir todo los que les atrapa en las cosas terrenas... no se engañen unos a otros... Ustedes se despojaron del hombre viejo y su modo de obras y se han revestido del hombre nuevo... Cristo lo es todo y está con todos."

Lc. 12, 13-21: "Vigilen. Líbrense de toda codicia y ambición de riquezas... no podrán asegurar su propia vida... ¡Estúpido! Esta misma noche te pedirán cuenta de tu vida. Todo lo que has acumulado, ¿de quién será? Así le pasa a quien reúne tesoros para sí, pero no se enriquece a los ojos de Dios."