septiembre 26, 2009

"Aquél que aleja de Mí a uno de estos pequeños que creen, valdría más que lo tiraran al mar"

A continuación, la sugerencia homilética y el mensaje que nos envía nuestro querido padre José María.

En esta época uno tiene la impresión de que, en muchos ámbitos, incluidas algunas de nuestras comunidades cristianas, la opinión personal es casi sagrada y se considera "imposición" todo aquello que no se permite discutir y cambiar, si conviene, según yo lo pienso, más allá de lo que la autoridad competente pueda decir e incluso aunque me haya comprometido con previo conocimiento de causa y decisión explícita... ¡Claro! La razón es, según ellos, evidente: los tiempos han cambiado y esa decisión no tenía en cuenta lo que iba a pasar. Parecería que según estas personas no puedes creer en decisiones definitivas, pues la persona, parecería que se mueve no según principios y convicciones, sino según le digan las circunstancias. Parece que nuestro tiempo no es capaz de pensar en nada estable... Todo es manipulable y transitorio también el propio futuro, el destino de la propia persona. Lo que hoy es válido... ¡qué será mañana!

En nuestra época parece que muchísimos no aguantan que les "impongan" nada; claro que sí aceptan como normales los "mandatos" de la ciencia, de la técnica, de la moda o de la ideología de turno, sobre todo si va etiquetada de 'científica', 'moderna', 'actual'.

En esta época ya vivimos, en muchos ámbientes, lo que se ha dado por llamar "cristianismo a la carta" como si estuviéramos en un restaurante en el que se ofrece variedad de modos y elementos religiosos, de los que puedes escoger para contentar tu necesidad religiosa, según convenga.

Molestan los que hablan de la Verdad, del Bien, de lo Correcto... ¡Eso era antes!, se responde y con esto creemos que ya todo es lícito...

La verdad y el bien no dependen de la sociología o de la ciencia o de la técnica o de las conveniencias personales. Así como las células del cuerpo humano cambian cada siete años, así lo hacen nuestras sociedades y sus ciencias... No podemos hacer depender el futuro de nuestra vida de estos cambios.

No nos atemos a lo que cambia, pues nos convertiremos en marionetas de los comunicadores o propangandistas de turno. Caminaremos y nos alimentaremos para nada, para ser comidos por los gusanos.... ¡No vale la pena tanto esfuerezo para eso!

Basemos nuestra vida en algo más firme. La Sabiduría del Espíritu de Dios nos ofrece una base firme y estable.

Dar la vida y propia energía para conseguir preeminencia y poder es una inmensa necedad y el que lo hace merece compasión porque es despreciable...

Lo que vale la pena es vivir para ser grande como Dios, nada menos que como Él, que es el servidor de la Vida en la Verdad para que el Amor sea objetivo y válido para todos y para siempre. Servidor de la vida concreta y de todos y no hay vida que valga la pena de vivirse si no se hace en a Verdad de lo que uno es... Cosa que no está sujeta a lo que yo creo o se cree actualmente, sino a la naturaleza creada por Dios, que, aunque cambien los tiempos y culturas sigue siendo la misma, que se puede adaptar a todos, pero no se puede enajenar, pues se auto-destruye.

No tenemos derecho a la arbitrariedad, ni a serlo nosotros ni ha permitir que lo sean otros con nosotros, por muy poderosos que se crean... Al final también ellos acaban en la tumba, ¡sin excepción, todos! Tal vez hoy nosotros minusvaloramos lo que se nos ofrece... mañana nos minusvalorarán a nosotros y se despertará un gran dolor, pues descubrimos al Señor y vemos cómo se menosprecian su Palabra y sus dones y a los poprfetas que los proclaman..

Quitemos de nosotros todo lo que nos estorba para ser libres en el acoger y seguir la Voluntad liberadora del Señor de la Vida en el Amor, desde la Verdad que atraviesa todo tiempo, pues tiene su base en la Naturaleza de Dios, garantía de todas las promesas de Felicidad y Vida eternas.

Perdón, me ha salido largo.

Saludos.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB


"Aquél que aleja de Mí a uno de estos pequeños que creen, valdría más que lo tiraran al mar"

Santiago nos invita a reflexionar sobre las ataduras de las riquezas y cómo nos llevan a la muerte. Moisés y Jesús nos piden liberarnos de toda soberbia y todo lo que nos separe de la Voluntad de Dios y nos encierre en nosotros mismos, sean dones divinos, intereses personales o gustos y apetencias, lícitas o no. Lo único importante es la Voluntad de Dios, que siempre es constructora de comunión y libérrima generadora de salvación, por los caminos que sean necesarios, sin restricciones y a favor de toda persona humana, sin discriminación alguna.

Deberíamos actuar como si fuéramos invitados a vivir según esta consigna: ¡Libérate, corta con lo que sea, pero sé siempre dócil al Espíritu de Jesús, el Cristo; allí donde estés vive en la Voluntad del Padre y sirve a las personas como Él, construyendo hoy comunión!

No se trata de ser bueno ni de portarse bien, sino de ser lo que somos: hijos de Dios y, por tanto, ser como Dios, acogedores y servidores de toda persona.
La ley de Dios, más, las actitudes de Jesús, verdadera ley del cristiano, son nuestra luz y guía de Vida Nueva, de Sabiduría y de Salvación en cualquier tiempo y lugar.

Debemos cuidar nuestra fidelidad a Dios, que ama a todos y a todos ha creado como hijos

Muchas veces pensamos en Dios como si Él fuera como nosotros, claro que más grande y mejor. Pues no. Dios no es, en absoluto, como nosotros. Somos nosotros los que hemos sido creados, por Él, para llegar a ser su imagen; sí ser, ni más ni menos, como Dios, como Jesús.

La más importante de nuestras tareas es mantener nuestra fidelidad a Dios, así garantizamos potenciar al máximo nuestra vida sin anularla en inutilidades que, pareciendo ‘útiles’, cada día nos vacían y enajenan más. ¡Habrá aprender a amar como Dios y así ser como Él!

Lo que nos separa de un hermano, nos separa de Dios, que ama personalmente a cada uno

Jesús es claro, nítido: todo lo que te impida la comunión con el hermano, perjudicando a los dos, sácalo de tu vida, aunque sea parte de ti. Nada es peor que destruir la propia vida.

Vivir en comunión con el hermano, nos pide y exige vivir ahora en intimidad con Dios.
Dios nos enseña a amar sin discriminación porque Él ama a todos personalmente, sin fijarse en nada más que en que nos ha creado como hijos muy amados. Para nosotros envió a su Hijo muy amado desde toda la eternidad. Él nos lleva, cada día, por vías de vida, gozo y paz.

La Iglesia es la Comunidad de los que, abiertos a todos, les dan la vida siempre, como Jesús

Dios, en Cristo, ha creado una Comunidad universal, católica, para todos y en la que todos son bienvenidos así como son y están. El camino por el que hay que avanzar lo señala el Espíritu a través de esta misma Comunidad con el apoyo la sana conciencia personal.

El Espíritu nos pide liberarnos de toda soberbia y de toda codicia, idolatrías suicidas.

Pidamos a María intimar cada día mejor con Dios para poder dar la vida como Jesús.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXVI

Nm. 11, 25-29:
"El Señor... tomó del Espíritu que Moisés temía y lo dio a los setenta ancianos... En el campamento había dos… que no se habían presentado... El Espíritu también se posó sobre ellos... y profetizaban... Josué,... ayudante de Moisés, dijo: «Moisés, mi Señor, prohíbeselo» Pero Moisés dijo: «¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá... el Señor diera a todos su Espíritu!"

Salmo 18: "Los preceptos del Señor llenan de gozo el corazón"

St. 5, 1-6:
"Ricos, lloren... por las desgracias que les caerán. Sus riquezas se han podrido... serán sus acusadores y les roerán las carnes. El jornal escatimado... clama contra ustedes... han engordado como los animales, ahora, que es el día de la matanza. Han condenado al justo, lo han asesinado y no se ha resistido"

Mc. 9, 38-43.45.47-48: "Juan dijo a Jesús: «Maestro,... uno sacaba demonios en tu nombre...» Jesús respondió: «¡Déjenlo! Nadie que en mi nombre haga milagros, podrá después hablar contra Mí. Quien no está contra nosotros, está con nosotros... Pero aquel que aleja de Mí a uno de estos pequeños que creen, valdría más que lo tiraran al mar con una rueda de molino al cuello. Si tu mano... pie... ojo... te hace pecar, ¡córtatelo! Vale más entrar en el Reino de los cielos... que ser lanzado... al infierno, donde el gusano no muere, ni el fuego se apaga»."

septiembre 19, 2009

"Quien acoge a un niño porque cree en mí, me acoge a Mí"

A continuación, el mensaje y la sugerencia homilética que el querido Padre José María nos envió para esta semana:

¿Quién no sueña con vivir en paz?

¿Quién no se cansa que se estén burlando de sus convicciones?

Si fuera incoherente, bueno, no sería justo, pero sería explicable, se lo habría buscado.

Pero su vida no es incoherente, aun reconociendo los errores que tiene: reconoce sus fallas, trata de corregirse y busca hacer las cosas lo mejor que puede, aunque no siempre lo logra... Pero no, ahí está la burla, a veces disimulada, no por sus errores sino por lo que cree y trata de vivir.

Parece que los atrevidos, que solo respetan lo que ellos piensan y son 'agresivos' con toda verdad que no sea la suya, son los únicos a los que, en este momento de la historia, se les da la razón y el derecho a vivir y expresarse y, si tienen dinero o lo pueden dar a los que desean el poder y mantenerse en él, entonces tienen casi todos los permisos y 'derechos'.

Santiago nos invita a vivir en la verdadera Sabiduría, pues la verdad no depende de los periódicos, de las encuestas o de las modas ideológicas, sino del ser real de la persona, sea divina, angélica o humana, y de sus relaciones.

La persona que no respeta la realidad, se miente a sí misma y peor para ella si se lo esconden y le aplauden, pues se hundirá cada vez más profundamente.

Al final de esta fase de la vida (que está destinada a que aprendamos a definirnos si aceptamos o no ser y vivir como hijos de Dios) tomaremos nuestra decisión definitiva e irrevocable, por eso no debemos descuidarnos ni dejar de ayudar a los que nos rodean, pues ésa es la forma de vivir de los hijos de Dios... Dios es nuestro Padre y nos ha creado para ser eso, es nuestra naturaleza: eso es ser persona humana... quien no lo logra, fracasa y es para siempre... Asi como tenemos nueve meses para formarnos bien en el seno materno, quien no lo hace bien, pagará las consecuencias sin poderlo remediar...

El éxito de nuestra acción no está tanto en los resultados que vemos ahora, sino en lo que vamos aprendiendo a ser respecto a Dios y a nuestros hermanos, los concretos que nos rodean.

No se trata de convencer a los hermanos, sino de llenarlos de Vida, la que Dios mismo nos ha dado para ellos. Esto es ser como Dios, es decir, ser sus hijos, ¡para eso fuimos creados!

El dolor, en este estilo de vida cristiana, nadie puede evitarlo, pero puede tener un sentido salvífico y beneficioso en gracia y vida nueva, si lo unimos al de Cristo Jesús. Tal vez no nos crean, pero lo importante no es que nos crean (mejor para ellos si lo hacen) sino que nosotros creamos a Dios y en lo que Dios ama: toda persona humana, sobre todo la más perdida y marginada, y sepamos acogerla como Él la tiene acogida y cuidada con su Providencia... ¡Lástima que, si nadie se lo demuestra, la mayoría ni se dará cuenta! ¡¡¡Para eso nos llamó y envió a nosotros!!!

Dios nos bendiga y nos ayude a ser fieles a lo que nos ha encomendado.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB


Quien acoge a un niño porque cree en mí, me acoge a Mí

Cuando algunas personas o realidades circundantes nos contradicen, intentamos o evitarlas o minimizar su presencia e influencia. Lo hacemos con agresiones más o menos claras; desprecio o calumnia; dificultándoles llegar a nosotros; distanciándonos de ellas; ideologizando la realidad incómoda. Ningún campo se libra de esta degradación de la libertad, ni el educativo, ni el moral, ni el religioso, ni el económico, ni el político, ni el familiar, grupal o amical. Es una deshonestidad paralizante y suicida, que, en lugar de favorecer el diálogo, para descubrir el bien y la verdad que nos ofrecen, busca mantener la supervivencia de lo que sentimos amenazado, aunque intuyamos que su crítica es razonable o que abrirnos podría ser beneficioso.

¡Cuántas oportunidades de renovación hemos perdido en nuestra vida por esta actitud!

Decidir dialogar, con Dios y con los hombres, mujeres o varones, es lo que más nos ayuda a madurar y lo que mejor construye nuestras Comunidades. Dialogar supone saber escuchar a la persona que se nos comunica; respetarla como lo que es: una persona valiosa; aceptar honestamente la verdad que nos aporta; reconocer en nosotros posibles errores o desconocimientos; aprendizajes beneficiosos y necesarias conversiones y renuncias. Así podremos renovarnos.

La vida nueva viene del asumir sinceramente los retos que entendemos Dios nos pide.

Nuestro mundo siempre nos retará, pues en él también actúan otras fuerzas y las del mal

Muchas veces nos preguntamos cuándo se acabará el mal en el mundo y creo que la respuesta es: cuando Dios reine en él como lo que es, Padre que ama la vida y la hace madurar con su Amor. Pero quien vive esto tiene que aceptar que hay otros que ven la vida de otro modo, y, con muy buena voluntad, actúan. ¡Éstos, con su vida, pondrán a prueba nuestras opciones!

Los hay, sin duda, que viven atrapados por el mal: su vida también nos pondrá a prueba.

Habrá ocasiones que nos harán dudar: es el momento para probar nuestra vida y verdad.

La sabiduría de Dios no quita los problemas, nos ayuda a superarlos en la paz y para la vida

Nosotros somos siervos débiles y necesitados de apoyo y gracia. Solo Dios es el Señor y el Salvador. No somos autónomos. La historia lo demuestra: las veces que nos hemos erigido como salvadores y sabios, hemos generado, al final, desconcierto, dolor, destrucción y muerte.

Vivir en la historia es asumir un dilema: o le creemos a Dios o nos hacemos dios, siempre minusvalorando vidas. Es inevitable. Quien acepta la sabiduría de Dios, hará surgir el amor, la vida y la paz a su alrededor, y sin límite, ya que la Vida, la Paz y el Amor de Dios son eternos.

Presupuesto base es estar preparados para dar la vida sirviendo y acogiendo a los últimos

El Señor nos invita a seguirle, pero sin engaños, nos hace tener presente que hacerlo tiene un precio de dolor: la muerte a uno mismo para estar dispuesto a darse a los demás como Él. No todos logramos entenderlo siempre. Por eso quedamos atrapados en trampas de aparente fidelidad religiosa: cumplir las normas, sin vivir en tensión de santidad y donación de la vida.

Acoger al hermano en Cristo, sobre todo al último, es signo de vida en el Padre que ama.

Pidamos a María la sabiduría de aceptar el sufrimiento en el dar la vida como Jesús
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXV


Sb. 2, 12.17-20:
"Los malvados dicen: «Tendamos una trampa al justo; nos estorba... nos hace notar que no somos fieles... Si realmente el justo es hijo de Dios, Dios le defenderá y le salvará de los que le persiguen... condenémoslo a una muerte vergonzosa...» "

Salmo 53: "El Señor auxilia a los que me defienden"

St. 3, 16-4, 3:
"...la sabiduría que viene de arriba es, ante todo, pura; y también pacífica, moderada y dócil, compasiva y llena de buenos frutos, imparcial y sincera... ¿De dónde vienen las luchas y peleas que hay entre ustedes?... Ustedes desean cosas que no tienen y por eso matan... envidian... No tienen porque no piden. Tal vez piden, pero piden mal... con intención de malgastarlo en placeres"

Mc. 9, 30-37: "Jesús... instruía a sus discípulos diciéndoles: «El Hijo del Hombre será entregado..., lo matarán y... resucitará a los tres días». Ellos no entendían lo que quería decirles... Llegados a casa les preguntó: «¿Qué discutían por el camino?... Si alguno quiere ser el primero que sea el último y el servidor de todos... Quien acoge a un niño porque cree en mí, me acoge a Mí, y... al que me ha enviado»"

septiembre 15, 2009

Gracias

Queridos amigos:

En esta ocasión, el tema son ustedes. Para darles GRACIAS. Gracias a todos ustedes que, al navegar por internet, encontraron esta capillita virtual dedicada a nuestra Madre y se animaron a entrar y acompañarnos un momento. Con una oración, con una canción, con recuerdos de infancia.

Gracias al padre José María que, semanalmente, nos envía sus paternales palabras, que tanto bien nos hacen. Gracias a todos los amigos que siguen al padre desde aquí, y lo acompañan con sus oraciones.

Hoy el tema son ustedes. Por ello, y aprovechando que este espacio ahora permite hacerlo, hemos añadido la sección fija "Comentarios" donde, efectivamente, aparecerán las impresiones y mensajes que van dejando ustedes en cada tema. ¡Muchas gracias por compartir con todos nosotros!

La intención es precisamente ésta: compartir. A veces se pudo contestar inquietudes, redireccionar links, etc. Sin embargo, permitiendo que sus mensajes estén más accesibles para todos, es seguro que más amigos querrán colaborar con consejos o respuestas a cada requerimiento, ¿verdad?

Gracias de nuevo, a los amigos que nos siguen desde hace más de 200 entradas, desde el 2007, desde Perú, España, México, Argentina, Colombia, Chile, Venezuela, USA, Ecuador, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Honduras, Nicaragua, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Puerto Rico, Francia, Italia y Alemania. Gracias por los mensajes que mandan al mail del blog. Gracias por permitir que la devoción a nuestra Madre crezca, siguiendo el camino trazado por ese hombre excepcional llamado Don Bosco.


septiembre 12, 2009

«Y ustedes, ¿Quién dicen que soy?»

A continuación, el mensaje y la sugerencia homilética que nos ha preparado el querido padre José María para esta semana:

¿A quién le gusta sufrir? A nadie porque somos personas normales.

Pero, ¿quién huye ante el miedo al sacrificio de uno mismo y sucumbe ante las dificultades que nacen del propio interior?

Las personas inmaduras, por no haber sido adecuadamente formadas a la perseverancia y comprensión; a digerir y superar las frustraciones de los contratiempos, de los fracasos y de las negativas; a reconocer, todos los días, sus errores y a corregirse humildemente de ellos, aunque lo tengan que intentar una y otra vez; a profundizar y alimenrtar los criterios profundos de sus opciones; a resistir ante la tentación constante de ceder al aplauso, de buscar quedar bien o de lograr las cosas al menor costo para mí, aunque sea duro y muy pesado para los demás; a pensar en el bien de los demás por encima de los intereses propios; al sacrificio y renuncia personal, si es necesario, para llegar a las metas trascendentes; a tener metas mucho más altas que el gusto o interés individual.

Nuestro mundo se ha ido volviendo miope, no logra percatarse del valor de la trascendencia y de su responsabilidad en la construcción de esta casa común; ha ido paralizando su conciencia, pues le faltan los criterios universales que superen las visiones ideologizadas, agnosticas e individualistas que hacen del goce y autocomplacencia casi el criterio fundamental de la vida. Por eso no logra comprender que es más grande dar la vida por la vida más plena de los demás que por conseguir cosas muy preciosas a los ojos individuales, pero que no construyen el bien común y al desarrollo digno de las distintas personas y pueblos, según la verdad de cada uno de ellos, sin manipulaciones o intereses políticos o económicos, siempre particulares y restrictivos, por eso incapaces de real y honesto diálogo.

¿Quién son Yo para ti? Nos pregunta Jesús a los que nos llamamos cristianos...

La boca y el corazón de Pedro contestó una cosa, pero su vida todavía contestaba otra... Necesitaba la presencia del Espíritu para no traicionarse...

¿Cuál es la respuesta de nuestra vida? ¿Sigue los criterios del Espiritu o los de la carne, los de Dios o los de los hombres?

¿Somos creyentes o tenemos fe, pero las obras van por otro lado?

¿Qué ve nuestro mundo en nuestras vidas: algunas costumbres cristianas, no muy coherentes que digamos, o convencimiento sincero de personas, tal vez débiles, que deben convertirse todos los días al Señor Jesús?

El Señor nos bendiga a todos y nos dé la voluntad de vivir todos los días buscando seguir las insinuaciones de su Espíritu de Vida.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB


«Y ustedes, ¿Quién dicen que soy?»

Ser cristiano supone, hoy y siempre, la diaria decisión de vivir en Cristo, aunque se tenga mucho miedo. La decisión es personal: optar por Jesucristo, cueste lo que cueste. La decisión del grupo no suple la mía, no es posible esconderse en la masa. Es actitud clara, visible en el diario vivir, no es poesía. Si no se da, estamos, tal vez, ante buenas intenciones, nada más.

Cuántas veces la vida, por los muchos problemas, que en cada persona adquieren su medida y tragedia, duele y se entenebrece, pero nunca se pierde, si la tenemos puesta en el Señor.

A cada persona le toca su decisión. En la medida que la tomemos apoyándonos en quien nos dé seguridad y garantía del éxito interior y profundo, tendremos la paz, serenidad y sabiduría necesarias para llegar al éxito íntimo que todos deseamos y al que no podemos renunciar.

La pregunta hecha por Jesús a Pedro es para todos. ¿Cuál es la respuesta que damos en nuestra vida? ¿a qué nos entregamos? ¿de qué huimos? ¿con quién y cómo nos comprometemos?

El amor objetivo o es extremadamente concreto o no es amor real

Siempre se nos presenta el mismo dilema, con múltiples formas y panoramas: ¿cumplimos o nos arriesgamos a darlo todo? La ‘locura’ de los enamorados es la propia del Amor verdadero que sabe leer correctamente los problemas e inventar respuestas muy concretas, aunque podrán ser muy sencillas, pero siempre muy exigentes y arriesgadas. Por eso se les dice “¡estás loco!”

Hay ‘prudencias’ que no son de fiar porque mutilan la vida y su futuro, hasta atrofiarla.

En Cristo hay un testamento tan prudente y realista que atemoriza: ¡Dar toda la vida! Solo así la podremos hacer fecunda. Quien se cuida, camina al fracaso del pudrirse infecundo.

Sólo una Fe objetiva, que en la Esperanza lleva al Amor, nos señala el camino de la entrega

Solo en la Fe que nos inserta en la Comunión Trinitaria tenemos la razón de ser de nuestra vida. Sí. Nuestro Padre, Dios, nos lo dio todo para que lo diéramos todo fecundando toda vida con la propia. Esta actitud exige conversión diaria, pues todos somos pecadores.

Creer que Dios jamás nos falla, que Él es nuestro éxito personal y que Éste es ya seguro, nos lleva a un Amor que no cede al miedo. Es normal que el dolor y la muerte den miedo.

Los apóstoles creen en Jesús, pero no en su Padre, ni les lleva su Espíritu, por eso fallan

Seguir a Jesús y su doctrina, como nosotros la captamos, es una cosa; amar como Él al Padre y sus planes, es otra. Para esto se necesita su Espíritu. Es la diferencia entre la religión, a nuestra medida, y la Fe en Cristo Jesús, Hijo amoroso del Padre, llevado por el Espíritu.

Todos estamos invitados, pero no todos deciden seguir a Jesucristo. Entonces no es el Espíritu de Jesús el que nos guía, sino el de nuestro mundo sin el Padre y... ¡fallamos en la Fe!

La Fe salva si lleva a las obras de Vida en la Verdad, propias del Espíritu del Padre.

Pidamos a María aceptar a su hijo Jesús con la libertad del Amor que da la vida como Él.

Padre José María Domènech Corominas, sdb


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXIV


Is. 50, 5-9a:
"El Señor me habló en la intimidad y yo no me resistí ni me eché atrás... no he escondido la cara delante de las ofensas y salivazos. El Señor me ayuda, por eso no me doy por vencido... sé que no quedaré avergonzado... Dios, el Señor, me defiende, ¿quién me podrá condenar?"

Salmo 114: "Seguiré caminando entre los que viven en la presencia del Señor"

St. 2, 14-18:
"Si alguno dice tener Fe y no lo demuestra con las obras, ¿de qué sirve?... ¿la fe podrá salvarle?... Si no hay obras, la fe, ella sola, está muerta... Tú dices que tienes fe y yo tengo obras. Bien, entonces, si puedes, demuéstrame, sin obras, que tienes fe y yo, con mis obras, te demostraré mi Fe."

Mc. 8, 27-35: "Jesús, con sus discípulos, se fue por Cesarea de Filipo. Por el camino preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo... Y ustedes, ¿Quién dicen que soy?» Pedro le respondió: «Tú eres el Mesías». Les prohibió que lo dijeran a nadie. Y comenzó a decirles: «El Hijo del Hombre debe padecer mucho...» Pedro... se puso a contradecirle. Pero Jesús… le dijo: «¡Apártate de aquí, Satanás! No piensas como Dios, sino como los hombres». Llamó a la gente y les dijo: «Si alguno quiere venir conmigo, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Quien quiera salvar su vida la perderá, pero quien la pierda por Mí y el Evangelio, la salvará.»"

septiembre 03, 2009

Sor Teresita

Hoy recordamos el tránsito de Sor Teresita Valsè Pantellini, fma, salesiana, Hija de María Auxiliadora.

Sor Teresita fue una monjita muy amada por la jovencitas romanas que tuvieron la fortuna de conocerla en el Oratorio. La dulzura y amabilidad caracterizaban su vocación.

Algunos pasajes de su vida: Centenario de Teresa y Teresita Valsè

Como sabemos, la causa de beatificación de Sor Teresa se abrió hace más de 80 años. Dejamos aquí una oración:

Oh Jesús, que has dicho
"Aprendan de mí que soy manso
y humilde de corazón",
dígnate glorificar a la Venerable
Sor Teresa Valsè Pantellini,
tu esposa fiel y ferviente apóstol.
Concédenos las gracias que te pedimos
por su intercesión
y haz que podamos imitar
su fe y su caridad
para amarte y glorificarte,
oh Cristo, que vives y reinas
con el Padre y el Espíritu Santo. Amén.

Por favor, si alguien recibiere alguna gracia de Sor Teresa Valsè Pantellini, comuníquela a la
Segreteria Generale FMA
Via dell'Ateneo Salesiano 81,
00139 ROMA






septiembre 02, 2009

"Hace oir a los sordos y hablar a los mudos"

Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética de nuestro querido padre José María:

En nuestro mundo Dios no deja de actuar jamás, sin discriminaciones, sin restricciones.

Cuando le cortan por un lado avanza por otro, aunque tenga que retomar la tarea una y otra vez...

Cuando nos muramos, una cosa que nadie, absolutamente nadie podrá decirle a Dios es: «¡Me abandonaste! ¡Te olvidaste de mí! ¡No hiciste todo lo posible, y hasta lo imposible, para hacerme conocer la Salvación y la Vida para la que me habías creado!»

No es posible tal fracaso por parte de Él o acusación por parte nuestra, pues Él es el único que no se cansa jamás de intentarlo... Es lo único que tiene que hacer: ¡ofrecernos cada día mayores y mejores niveles de Su Vida, la que nos confió cuando nos creó!

Somos sus hijos muy amados y trata a cada uno de nosotros como si fuéramos el único, después de su Hijo Jesús, al que no necesita cuidar porque es su seguro y perfecto colaborador... Si fallara sería un absoluto fracaso.

Su fracaso se daría en solo en dos casos: o nosotros no somos libres a la hora de decidir o Él se descuida de nosotros y no nos ofrece oportunidades adecuadas a las nuevas circunstancias que vivimos en cada momento. Al final, evidentemente, la decisión es nuestra, pero Él lo hizo todo para que no nos equivocáramos.

Su cuidado es claro: lo vemos en las continuas insinuaciones de nuestra conciencia y de las mediaciones constantes, que son realmente Su Voz de Amor para nuestro bien y Vida Plena. Probablemente, es por eso que tantas veces huimos de los signos que nos recuerdan a Dios o nos resistimos a serle dóciles, y hasta lo negamos a Él mismo con múltiples ideologías que acaban seduciéndonos y llenándonos de oscuridad y sordera, llevándonos a decisiones necias, cada día peores... ¡Nos molesta Su Voz! ¡Nos aturde su invitación: es desproporcionada respecto a todo lo que nos ha invadido y a lo que nos rodea de la dimensión de pecado que jamás deja este mundo!

¡Ábrete!, nos dice el Señor, ¡fíate...! No tengas miedo ni de lo que te angustia, al ver cómo van las cosas, ni de lo que te propongo, pues soy de fiar: mi propuesta es definitiva, yo no fallo, yo lleno tu vida, soy tu felicidad, la muerte no pudo conmigo y yo la derroté. Solo tiene poder sobre los que se lo dan, pero no sobre los que se fían de mí.

Sí, hay futuro positivo para la humanidad, como lo hubo siempre y nosotos somos los testigos de ello: el Señor ha resucitado y nosotros vivimos su resurrección cada día, mucho más allá de nuestras pequeñas fuerzas. És está absolutamente a nuestro favor.

Dios nos bendiga y nos ayude a mantenernos en su intimidad, a alejarnos de todo lo que no sea Jesucristo y a serle cada día más dóciles.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

"Hace oir a los sordos y hablar a los mudos"

Las maravillas que se dan en la naturaleza son poca cosa comparadas con las que Dios construye en nuestras vidas y corazones. Pero, para poderse percatar de ellas, poderlas gozar y ser capaces de alabar al Artista de todas ellas, es necesario tener la vida interior abierta a Él.

La sordera, cerrazón, de nuestra sociedad ante las voces, obras, de Dios es llamativa hasta el absurdo y las consecuencias son trágicas, pero nuestro mundo se mantiene neciamente cerrado. El camino tomado por nuestra sociedad es de temer, pero Dios mismo viene a salvarnos.

Dios nos creó para la comunión. Pero para vivir honestamente en comunión en necesario comunicarse desde la verdad y para el bien. Ambos vienen de Dios y, sin Él pervertimos todo esfuerzo. ¡Cuántos viven la angustia de la soledad y del aislamiento! ¡Cuántos no se sienten escuchados, entendidos, aceptados, apoyados, respetados, acogidos! Nuestro individualismo suicida, ¿cuántas víctimas está generando?, ¿cuántas vidas quedan anuladas en marginación?

Un signo de la nuestra inmadurez humana y cristiana es la irracional discriminación.

Es posible anular la vida en el mismo seno que la engendra y en el ámbito que la educa

La obra de Dios es maravillosa, pero necesita de alguien que se dé cuenta y la proclame.

La vida es un largo camino a la Plenitud, pero hay que aprender a recorrerlo y, para eso, es necesario que alguien enseñe, con su vida y actitudes, cómo caminar y hacia dónde.

Tristemente es posible traicionar a la humanidad engañando a los hijos al señalarles caminos equivocados, cerrándolos a toda voz de trascendencia e impidiéndoles proclamar las maravillas que les rodean porque se les educa torpes en el ver, sentir y vivir al cerrarlos en sí mismos.

Somos invitados a superar la tentación a dar alas a la soberbia, siempre mortalmente aislante

Sí, es posible ver las maravillas de Dios si nos abrimos a todo lo bueno que nos rodea. El signo es alabarle con palabras pero, sobre todo, con honestas actitudes de entrega solidaria.

También es verdad que nos rodea la soberbia, que cierra a los dones de Dios; nos presiona el egoísmo y cunde el individualismo destructor de vida, pero somos nosotros quienes decidimos. El mundo se irá abriendo a Dios si nosotros, tercamente, y con la vida, mostramos nuestra Fe en la vida, la estimulamos, bendecimos sus maravillas y las hacemos madurar en todos.

El mismo Dios de la vida viene a nuestro auxilio para que no sucumbamos a la soledad mortal

Vivir la Fe no es tarea sencilla. Muchos elementos de nuestra sociedad son mortalmente paganos y silenciosamente se nos meten, sobre todo si nos adecuamos a ella para ‘conquistarla’. ¿Quién está conquistando a quién? ¿Condenar? No; pero seamos realistas, objetivos y veraces.

Jesús, para liberar de la presión pagana al sordo mudo, lo separa de su influencia, lo deja a solas con Él y lo pone en contacto con su cuerpo y su vida, simbolizada por la saliva. La Fe es una nueva creación, un nuevo nacimiento. Jesús lucha sin fin y el resultado admira a todos.

Imitemos al Señor: sin condenar, proclamemos el Evangelio con la sabiduría de la Fe.

Pidamos a María la humildad de aprender cada día a vivir en la Fe, aun contracorriente.
Padre José María Domènech, sdb.


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXIII

Is. 35, 4-7a:
"Digan a los que viven angustiados por el peligro: «¡Sean valientes..! Aquí tienen a su Dios que llega para hacer justicia... Es Él mismo quien les viene a salvar... el país de la sed, ahora está lleno de fuentes de agua»."

Salmo 145: "Alma mía, alaba el Señor"

St. 2, 1-5:
"Ustedes creen en Jesucristo... no han de comprometer su Fe en discriminación de personas... ¿No serían ustedes personas que juzgan con criterios equivocados? Escuchen... ¿No saben que Dios ha escogido a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la Fe y herederos del Reino, que Él ha prometido a quienes le aman?"

Mc. 7, 31-37: "Jesús... por el camino de Sidón, se fue hacia el lago de Galilea, pasando por el territorio de la Decápolis. Le llevaron un sordo, que apenas podía hablar, y le pidieron que le impusiera las manos. Jesús,... lejos de la gente, le metió sus dedos en los oídos y mojándolos con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, con un gemido le dijo: «Effatá»... Jesús prohibió que se lo dijeran a nadie, pero... se lo explicaban a todos, que no salían de su asombro y decían: «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos»."