diciembre 24, 2009

El Señor llega a salvarnos

Hoy, 24 de diciembre, recibiremos al niño Dios en nuestras casas y nuestros corazones.

Desde aquí, nuestro deseo porque todos tengamos una hermosa Navidad, llena de amor a nuestros familiares y amigos sí, pero también por aquellos que más lo necesitan.

Porque todo lo que hacemos, hasta al más pequeño, lo hacemos a Él.

A continuación, el mensaje que el querido Padre José María nos ha preparado para esta fecha tan especial, y sus dos sugerencias homiléticas, tanto para la misa de Nochebuena como para mañana 25, la misa de Navidad.

¡Feliz Navidad a todos nosotros!



Ya estamos a las puertas de la Navidad. El Señor nos conceda a todos vivir en creciente profundidad estos días de espacial Gracia de Dios. Esta bien que la naturaleza humana haya dado a estas fiestas unas características que nadie había pensado en sus inicios, pero no lo vamos a cambiar con palabras, sino con vida y, sin duda, nosotros no lo veremos cambiado en nuestro ambiente si no lo cambiamos en nuestro corazón y no nos llenamos de Jesús, si no le dejamos entrar en nuestra vida. Es verdad no hay navidad sin Jesús, pero no hablamos del Jesús religioso, sino del real, del humano, del que camina en nuestras calles en los niños, jóvenes, y persona adultas o ancianas que se nos acercas de algún modo. Él en cada persona nos invita a bien-tratarlo, a sonreírle (¡cuán difícil en una gran ciudad y en ciertos ambiente donde esta actitud puede ser mal interpretada), a saludarle, aun del modo más simple, a bendecirle, aunque sea en silencio, esa bendición se traducirá, de algún modo en el rostro...

Dios llega a nosotros ¿qué haremos con Él? Un día llegó en carne y hueso, como hoy, y sabemos lo que hicieron otros... hoy día nosotros somos los que estamos llemados a reaccionar... Dejémosle entrar en nuestra vida...

Los pastores fueron sencillamente, desde su fe y vieron al Señor, en ese pequeño cuerpo, en esa oscura cueva o establo, entre estos sencillos padres y pobres animales... ¿Podremos verle nosotros? ¿Tenemos suficiente Fe para eso, porque los ángeles también nos lo han anunciado en la Iglesia, en la Palabra, en la Tradición...

Que no se diga que vino a los suyos, a sus discípulos, llamados a ser testigos del Amor hecho carne y de la Paz hecha Resurrección-Comunidad-Sacramento y sonrisa, y éstos no le recibieron porque no se dieron cuenta, no porque son malos, no pudieron ni siquiera rechazarlo porque no se dieron cuenta de su presencia...

¡¡¡Feliz Navidad!!! Es decir, felices nosotros que logramos ver al Señor y acogerlo en nuestra vida; dejarnos integrar en su débil, sencilla, limitada, superimperfecta Comunidad (¡cómo no va a serlo si estamos nosotros!), pero llena de su Vida, de su Amor, de su Espíritu, Cuerpo del Hijo Amado del Padre que lo envió para que se encarnada y se quedara entre nosotros como carne mortal que ha llegado a la Inmortalidad Glorificada.

Este Padre que nos lo envía también a Él, humano, le concedió una familia y le pidiró que la respetara construyéndola con su aprendizaje, obediencia, servicio y testimonio de lo que iba aprendiendo a vivir... Jesús, una vez más nos enseña a vivir, a ser familia, a acoger a los hermanos, a perdonar, a vivir con los diferentes para que, entre todos nuestro mundo sea un lugar supervariado donde todo tipo de vida tiene derecho a existir para el bien de la vida de todos, también la suya.

Si vivimos así, ¡cómo no va a ser feliz y próspero el año que viene! Será imposible que no lo sea, pero es necesario que acojamos a Jesús.

Dios les bendiga con todo su cariño. Nunca los olvido y me encomiendo a su oración.

Unidos en oración con María, nuestra Auxiliadora:

P. José Mª Domènech SDB

El Señor llega a salvarnos


En muchas circunstancias el Señor se ha dado y se da a conocer a lo largo de la historia para que reconozcamos su Voluntad de Amor, Grandeza y Vida de eterna felicidad.

A veces nos arredramos, pero Él nos pide serena valentía: su plan es nuestra salvación.

Si acogemos la Voluntad de Dios con corazón abierto, nuestras tinieblas, poco a poco, se aclararán. Dios no abandona jamás, pero es básico fiarse de Él, aunque cueste o duela.

La fiesta de Navidad es la fiesta del cariño de Dios y de la confianza del hombre. Después de todo se lo merece, pues ya nos lo dio todo. No estamos ante promesas todavía vacías, sin garantía, sino ante realidades concretas y eficientes, pero, en nuestra historia, son opción.

Dios se hace niño para que nuestro amor sea libre y sencillo. Nos pide que lo acojamos como niños porque, si no lo hacemos así, no entraremos en el Reino de los Cielos, ni viviremos en su Paz, ni nos dejaremos animar por su Espíritu y su alegría y paz no será la nuestra.

Hoy nos ha nacido el Salvador y nos ofrece su Vida, Vida Nueva para nosotros: de Dios.

¿Qué haremos con la oportunidad de Vida Nueva que nos ofrece? Él es nuestra Luz, nuestra Paz, nuestro Consejero... ¡el Mesías!, ¡el Señor! Se nos pide una respuesta. El ángel se lo planteó a los pastores al anunciarles el nacimiento del niño-Salvador. ¡Nos sorprende! ¡¿Cómo podría ser el Salvador un pobre bebe envuelto en pañales en una cueva para animales?!

Nos toca decidir. Los pastores escucharon, creyeron, fueron, vieron, proclamaron y glorificaron a Dios. ¿Y nosotros? ¿Qué actitud vamos a asumir? No decidirnos es declarar que es mucho riesgo y que no vale la pena arriesgar tanto simplemente por este niño-Señor.

El Niño de la Ciudad de David ¡hace nuevas todas las cosas!

Novedad sustancial: el Amor de Dios, eterna juventud, da Vida Nueva a todo: abre horizontes de Verdadera Justicia y Paz interior, más allá de todos los tratados. Pide a todos asumir la vida con tal plenitud y libertad que sean capaces de entregarla por el bien de los que les rodean, aun cuando dar la vida traiga consigo, como de hecho sucede, trabajo y dolor.

La navidad, en la gran familia humana, hijos todos de Dios, es la fiesta del don del Amor en la alegría por la Paz y la Vida Nueva. A ella están llamados todos sin excepción, de cualquier sexo, tiempo, lugar, situación social y económica, realidad cultural...

Jesús entrega su vida sin restricciones y durante toda la historia para el bien de todos

En cada Eucaristía y Reconciliación, en cada sacramento, Cristo es don de vida eterna.

La navidad es una fiesta que beneficia a toda la humanidad, aunque, sin duda, los cristianos tenemos la gran responsabilidad de manifestar la profundidad de sus alcances.

La navidad nos pide aprender a vivir y ofrecer con más humildad la presencia de Dios en la historia. Él no quiere imponerse, pero tampoco se esconde ni desea quedar ignorado.

Conocerlo, valorarlo y amarlo es un derecho de toda persona. Por esto es un deber grave de todos los cristianos profundizar vitalmente estos misterios para saberlos presentar, desde el testimonio de la propia vida, personal y familiar, a los que nos rodean en todas partes.

María, Maestra de acogida sincera y compromiso responsablemente solidario, nos ayu-de a estar siempre disponibles al Señor para que todos puedan conocer la Salvación de Dios y, con nuestro testimonio de vida y su auxilio oportuno, la sepan acoger y vivir hoy y aquí.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
(Misa de la noche) – El Señor llega a salvarnos desde la sencilla pequeñez de nuestra naturaleza, solo pide acogida y sincera docilidad

Is. 9, 1-6:
"El pueblo que avanzaba entre tinieblas ha visto una gran luz... les has llenado de una alegría inmensa... «Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado... Consejero-prodigioso, Dios-héroe, Padre-por-siempre, Príncipe-de-la-paz.»"

Salmo 95: "¡Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor!"

Tt. 2, 11-14:
"Se ha revelado el Amor de Dios que quiere salvar a todos los hombres y nos enseña... para que vivamos en este mundo una vida de sobriedad, justicia y piedad mientras esperamos... que se manifieste la gloria de Jesucristo... Él se entregó por nosotros..."

Lc. 2, 1-14: "«No tengan miedo. Les anuncio una noticia que traerá una gran alegría a todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor...» «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.»"






Natividad del Señor

Son muchas las religiones en el mundo y todas se esfuerzan por encontrar a Dios. Son muchas, y constantes, las búsquedas que los hombres hacen para encontrar el camino de la felicidad, de la eterna juventud y de una paz estable en vida personal y social.

Muchos con buena voluntad, pero efímeros los resultados y decepcionante su duración.

Muchas veces pensamos que el dios resolutor de problemas y proporcionador de soluciones y seguridad es una falla. Y… no nos equivocamos: lo es, porque ¡nos lo hemos inventado!

¿Cuál es la verdad? ¿Dónde están los verdaderos caminos de la paz y felicidad?

Y se sigue ensayando... Nos hablan de la Globalización, de la “New Age”, de la ‘Fraternidad Universal’. Acusan de las desavenencias a las religiones monoteístas: su único Dios, sus doctrinas verdaderas y moral fija son un problema porque no se adaptan a las ‘nuevas realidades y necesidades’. Entre ellas, las mismas religiones están en conflicto: o se rechazan o se desprecian o se condenan. ¡Cómo nos cuesta dialogar desde la religión! ¿Serán todas iguales?

Dios, como nuestro Padre-Madre que es, pensó siempre en nosotros desde su Amor personal

La Fe cristiana bien vivida –dado que es Vida, más que religión, aunque se exprese en formas religiosas– no busca a Dios, sino que le acoge con sencilla y dócil humildad, como María, pues ha sido el Dios amoroso quien nos visitó y nos invitó a aceptarle en nuestra propia vida como a Padre Providente, Hijo Salvador y Espíritu Santificador, Comunión Trinitaria, a la que nos invita a unirnos con los derechos propios de sus hijos. Nos lo ha dicho de múltiples formas y desde el principio. ¿Quién le acoge y hace caso? ¡Ése es nuestro problema!

El cristiano es la voz del mensajero que anuncia a la humanidad la Buena Noticia: ¡Dios nos viene a salvar y que nos trae la Paz, la suya, la eterna! Sí, con mayúscula, la Paz de Dios, la que Él puso en el propio interior del hombre, la que Dios nos ofreció gozar desde que nos creó en el seno materno en cada concepción. ¡¡Es por eso que todos deseamos ser felices!!

Dios constantemente viene a nosotros para salvarnos de toda lo que nos quite vida y alegría.

La propuesta divina de Vida Nueva nos fue comunicada no por un mensajero, oráculo o sueño o por iluminadas intuiciones y convicciones vitales. Sino por el Hijo, el mismo Hijo Único de Dios. Sí, se hizo hombre y aprendió a vivir desde la naturaleza humana como hijo de Dios. Él compartió nuestra vida hasta su entrega total y definitiva por nuestra liberación.

Por eso Él es el Señor del Universo, el modelo acabado de persona humana, por Él recibimos siempre todos los beneficios de Gracia y Vida Eterna como parte vital de nuestra historia y cultura. Dios, Padre de todos sin excepción, nos llama a ser sus amigos y apóstoles.

Navidad: Dios se hizo de nuestra naturaleza invitándonos a ser sus íntimos amigos y apóstoles

Pablo fue claro: “para mí vivir es Cristo” (Flp. 1, 21): sólo en Cristo tiene sentido mi vida. Acogerle todos los días en mi vida y en toda persona que nos rodea es adelantar la eternidad, hacerla historia viva en el hoy de cada persona y cultura llenándola de la paz y alegría de Dios.

Jesús es Palabra viva de Dios, aprendemos de María a estar atentos a la Presencia de Dios en nosotros cada día. Ella nos pide hacer con todos hoy lo que Él nos diga. Le pedimos nos enseñe a vivir siempre así; de este modo todos los días será Navidad en nuestros ambientes.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
(Misa del día) - Dios está tan interesado en la grandeza de la persona humana que vino a salvarnos y enseñarnos ser felices como Él


Is. 52, 7-10:
"¡Qué alegría sentir en las montañas los pasos del que anuncia la paz y nos trae la Buena Nueva, que nos anuncia la salvación... escucha qué exclamaciones de gozo: ven cara a cara cómo el Señor vuelve a Sión..."

Salmo 97: "De un extremo al otro de la tierra todos han visto al Salvación de nuestro Dios".

Hb. 1, 1-6:
"En diversas ocasiones y de muchos modos, Dios antiguamente había hablado a nuestros padres por boca de los profetas, pero ahora, en estos días,... nos ha hablado a nosotros en la persona del Hijo... «Que se postren ante Él todos los ángeles de Dios»."

Jn. 1, 1-18: "Al principio ya existía quien es la Palabra... Existía quien es la Luz verdadera... estaba presente al mundo… pero el mundo no la reconoció... Quien es la Palabra se hizo hombre y puso su tienda entre nosotros y hemos contemplado su gloria... A Dios nadie jamás le ha visto, el Dios Hijo único, quien está en el seno del Padre, es quien nos lo ha revelado."





diciembre 20, 2009

"Que brille tu rostro sobre nosotros" - IV Domingo de Adviento


Hoy, cuarto domingo de Adviento, encendemos las 4 velas de nuestra corona mientras decimos la siguiente oración:


Al encender estas cuatro velas, en el último domingo,
pensamos en ella, la Virgen,
tu madre y nuestra madre.
Nadie te esperó con más ansia,
con más ternura,
con más amor.
Nadie te recibió con más alegría.
Te sembraste en ella
com el grano de trigo se siembra en el surco.
En sus brazos encontraste la cuna más hermosa.
También nosotros queremos prepararnos así:
en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.
¡Ven pronto, Señor; ven a salvarnos!

Tenemos el mensaje y sugerencia homilética preparados por el padre José María:

El Señor piensa tanto en nosotros que nunca deja de estar cerca como nuestro salvador.

A Él no le estorba nuestra pequeñez, después de todo nos creó de la nada y nos ama solo porque Él es Él y nosotros lo necesitamos para vivir en creciente plenitud y grandeza, que es lo que Él desea porque para esto nos creó.

¡Qué absolutamente errados andan los que piensan que Dios nos quiere dominar y aplastar con su poder! En realidad, la concepción de poder que estas personas tienen es menos que el poder animal, que no desea matar, solo vivir en su territorio y dominio; quien no se meta en él no corre ningún peligro y quien sepa tratar con él tampoco... El poder del hombre será tal en la medida que se parezca al de Dios, que es tan poderoso, le sobra tanto el poder y está tan seguro de él que lo comparte con todos y a todos nos llama a compartirlo con Él porque el poder de Dios es el Amor que da la vida viviendo en constante actitud providente... Siempre pensando y construyendo el bien profundo y creciente de cada uno de los seres existentes, según la naturaleza e identidad de cada uno: unos individuales-correlativos, otros gregarios, otros 'comunitarios' y otros, los humanos, para la comunión trascendente...

Adviento es el tiempo que nos ayude a abrirnos al Dios que piensa tanto en su hijo, cada persona humana, que para que logre entender a qué le llama exactamente, se hace Él mismo humano y aprende a vivir como tal, incluso con la tarea de aprender a conocer al Padre Dios, desde una cultura determinada, la judía, para hacernos ver que el ser humano es capaz, en su naturaleza, de caminar como hijo de Dios y llegar a cumplir el plan maravilloso del Padre, que le llama a participar en su misma Comunión Trinitaria por toda la eternidad.

La pequeñez es normal y propia de la naturaleza humana, con todos sus errores, limites y desvíos, pero nada es problema para Dios: ni la limitación y pequeñez económica, cultural o social de Belén o Nazaret; ni la 'no relación' de María con varón; ni la debilidad, miedo y abandono que se vive ante el dolor y la persecución; ni la esterilidad; ni la dureza del corazón de los discípulos; ni la dificultad o resistencia para creer; ni la durísima experiencia de ser miserable pecador o de sentirse profundamente alejado del Amor de Dios o de sentirlo a Él totalmente alejado de nosotros.

Nada es problema para Dios si encuentra un corazón que se abre y abandona como el de Jesús y el de María... De ellos aprendieron todos los santos de todo tipo y de todos los tiempos y de todas las religiones, aunque nosotros solo podamos hablar de los que conocemos en nuestra comunidad católica... Pero para Dios las religiones no son nada más que medios caducos... Todas terminarán, solo el Amor, su Amor dador de vida y salvación es el que se mantendrá por los siglos eternos, puesto que esa es su identidad eterna.

Dios se hace persona humana para todas las personas humanas, que lo conozcamos y vivamos solo los cristianos, eso es otro asunto y nuestra responsabilidad... ¿Colaboramos lo suficiente con nuestro Padre Dios desde la profundidad de nuestro corazón? ¿En qué éste está abierto y en qué cerrado? ¿Somos navidad para los que nos rodean? ¿Cómo lo pueden notar? Porque navidad es Jesús que viene a llenarnos de esperanza, alegría, paz, concordia, comprensión, apertura, acogida, bondad, vida, serenidad...

María, portadora de Dios nos enseñe a ser navidad y a llenar de alegría y fiesta la vida de los que estén con nosotros.

¡¡¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS EN EL SEÑOR JESÚS!!!

Se la deseo muy feliz, porque Dios no falla y se fía infinitamente de nosotros, de todos.

Unidos en oración con María, la Madre Auxiliadora:

P. José Mª Domènech SDB


"Que brille tu rostro sobre nosotros" - IV Domingo de Adviento

Las virtudes exigen esfuerzo para desarrollarse y elevar a la persona humana; en cambio los defectos, como mala hierba, crecen sin pedir permiso. Entre las virtudes, una de las más importantes -identidad de Dios, fuente de todas ellas- es la fidelidad, virtud preciosa y, por eso, rara.

Cuando Dios promete algo, nunca defrauda y esto despierta, en quien le conoce de verdad y sin manipulaciones, la esperanza y, con ella, una gran confianza para seguir trabajando en lo que Dios propone, aunque no se perciban ahora ventajas tangibles.

Israel puede vivir sereno en su fidelidad al Señor de la Vida y de la Paz, pues Éste le asegura estar construyendo una historia de futuro feliz y eterno, aunque ahora haya que luchar y sufrir incluso el desprecio y abuso de los poderosos. María se pone en las manos del Señor y, por eso, no duda en ponerse al servicio de su prima y de la nueva vida que crece en ella. Jesús se abandona a lo que el Padre le indique: su vida es toda ofrenda para purificar la vida y llevarla a la plenitud que su Padre siempre tuvo pensada en una vivificadora renovación incesante.

Tal vez nuestro problema es que no somos conscientes de necesitar la salvación de Dios.

Lo que el Señor nos prepara supera absolutamente nuestras exceptivas, porque nace de Él

Dios jamás se queda corto al hacer sus obras. Los que empequeñecemos la creación, obra de Dios, somos nosotros por querer hacerlo todo a nuestro modo y sin valorar las propuestas que vienen de Dios. Pero Él nunca se cansa de hacérnoslas una y otra vez: ¡nos ama, busca lo mejor!

Miqueas le habla a un pueblo deshecho por las luchas y la inseguridad; por el miedo y la división y le promete, en nombre de Dios, un Mesías que será pastor de unidad y paz que nacerá donde nadie podría pensarlo: de la nada de ‘poder’, en la miseria, pero lleno de amor y apertura.

Es natural que nos pida absoluta disponibilidad, sin resistencias, pues de ello depende el éxito

Dios trabaja con lo que tiene, pero lo que no puede hacer, por respeto a nuestra naturaleza y a la suya, es dejar de lado nuestras decisiones: si estamos dispuestos a obedecerle veremos los frutos de Salvación hasta en la naturaleza. Lo que no sea obediencia será triste obra nuestra.

En la Eucaristía ofrecemos al Padre, en Cristo Jesús, a su propio Hijo hecho oblación para Vida y Salvación de los hermanos, según la Voluntad redentora del Padre de todos.

Servir sinceramente al prójimo es elemento clave para que la acción de Dios sea fecunda

María se deja educar por el Espíritu. Éste, fecundando su vida interior, le ofrece servir al Pueblo de Dios, la humanidad, como Madre del Hijo-Salvador. Ella acepta la tarea y aprende cada día a vivirla. Esto la mueve a llevar la Vida Nueva a quienes se le acerquen. Como Madre fecunda del Dios de la Vida, es su rostro de amor cercano y de sencillo, pero profundo, auxilio.

Pidamos de María vivir atentos a la Palabra para poder ser mejores servidores de la Vida.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.



CICLO C – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO IV
El don generoso de mi vida a disposición del Dios-Salvador es la mejor oblación de Fe y Amor: ¡da Vida y engrandece!


Mi. 5, 1-4a:
"Esto dice el Señor: «Bet Lehem Efrata, demasiado pequeña como para figurar entre las familias de Judá, de ti saldrá el que ha de regir a Israel» Sus orígenes se pierden en los tiempos eternos… Se presentará como pastor con la majestad de su Dios, con la gloria del nombre del Señor… Él será nuestra paz."

Sal. 79: "Dios del universo, restáuranos; que brille tu rostro sobre nosotros y nos salve".

Hb. 10, 5-10:
"Cristo, al entrar al mundo, decía: «No quieres oblaciones ni sacrificios, pero me has formado un cuerpo… Por eso te digo… “Vengo, Dios mío, para hacer tu Voluntad”»… A nosotros nos ha santificado la oblación del cuerpo de Cristo, hecha una vez para siempre para cumplir esta Voluntad de Dios."

Lc. 1, 39-45: "María fue decididamente… a casa de Zacarías y saludó a Isabel. …Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó con todas sus fuerzas: «Bendita eres entre todas las mujeres. ¿Quién soy yo para venga a visitarme la madre de mi Señor… ¡Feliz tú que has creído! Ciertamente lo que el Señor te ha dicho, se cumplirá»."



diciembre 16, 2009

150 años! Misa de Acción de Gracias

Como sabemos bien, este año la obra salesiana cumple 150 años, y lo estamos festejando en todo el mundo.

Este viernes 18, la Inspectoría Salesiana nos invita a la Misa de Acción de Gracias por estos 150 años de sacrificio, esfuerzo, alegría y santidad.

La Misa se realizará en la Basílica María Auxiliadora de la Av. Brasil, desde las 6:30 de la tarde. Será presidida por Monseñor Salvador Piñeiro.

Para celebrar, los dejo con el video de "Siamo salesiani!





diciembre 12, 2009

"¡Alégrense!" - III Domingo de Adviento

Nos toca encender hoy tres velas de nuestra Corona de Adviento rezando con la familia la siguiente oración:

En las tinieblas se encendió una luz,
en el desierto clamó una voz.
Se anuncia la buena noticia:
"¡El Señor llega!
Preparen sus caminos
porque ya se acerca.
Adornen sus almas
como una novia se engalana
el día de su boda"
Ya llega el mensajero.
Juan Bautista no es la luz,
sino el que nos anuncia la luz.
Al encender estas tres velas
cada uno de nosotros quiere ser
antorcha tuya para que brilles,
llama para que calientes.
¡Ven, Señor, ven a salvarnos,
envuélvenos en tu luz,
caliéntanos en tu amor!

Tomado de El Pan del Alma


A continuación, el mensaje y sugerencia homilética que el padre José María nos envió el lunes pasado.

Antes de emprender el viaje a la Comunidad en la que el Señor me pide que me integre para anunciar el Reino de Dios con mis hermanos, deseo enviarles ya la reflexión sobre los textos del domingo que viene, el penúltimo de este camino espiritual que nos ayuda a abrirnos al Señor que llega en cada Navidad y en cada momento de la vida invitándonos a recibir su gracia a través del don de nuestra vida a los hermanos que pone a nuestro lado en cada circunstancia de nuestro día, unas fáciles de asumir y otras no tan fáciles y hasta generadoras, en nuestro interior, de normal rebeldía.

¡¡¡Álegrense!!! Nos dice el profeta y el Apóstol. Alégrense porque el Señor está en medio de Uds. como Salvador, pero no basta que esté, es necesario aprender cada día a acogerle para que su Paz nos llene el alma y podamos compartirla, pues solo compartimos lo que llevamos en el corazón... "La boca habla lo que lleva el corazón" Santa Teresa, la andariega de Castilla, una empresaria del Espiritu, nos invita a un amor tan íntimo y constante con el Señor que su Nombre se nos caiga de los labios como quien no puede contenerlo en el corazón.

La Alegría del Señor sea nuestro horizonte y nuestra fortaleza.

Juan nos indica que no se trata de salvar a nadie ni de ser "el profeta" sino de vivir para anunciar al Señor de la Vida y de la Salvación a través de todos los poros de nuestra vida. No temamos, el Señor jamás nos fallará... Nos lo decía san Pablo el domingo pasado: Dios llevará a término la obra que ha comenzado en nosotros... En cada uno. Pues bien, no se trata de nuestra obra, sino de la suya... O le somos fieles en lo que nos pide o le somos traidores... O damos su Vida, Amor y Verdad, porque es eso lo que nos llena y lo que alimentamos, o damos lo que tenemos: vacío de Dios (llenado por muchas pequeñas cosas -como son las cosas puramente humana- que no logran llenar el interior trascendente que todas las personas tienen, lo sepan y acepten o no) y, por tanto, necedad vaciante con peligro de ser también asesino-suicida.

Seamos felices porque Dios nos llena y ofreceremos serenidad y gozo a los que nos rodeen, lo acepten o no, pero sabrán que es posible y se les quedará como semilla de vida y paz para todos.

Feliz fiesta de María Inmaculada para todos.

Dios les bendiga copiosamente.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

"¡Alégrense!"


¿Quién no desea ser feliz? La alegría, el gozo, o brota de dentro y es estable o resulta tan efímera que más parece una burla de la vida o una mofa de nuestra naturaleza, que nos reclama incesantemente el derecho a ser feliz, pero esto parecería negársenos como realidad definitiva.

La felicidad, el gozo, la alegría que todos deseamos no está atada a ningún aspecto de nuestra psicología o de nuestro cuerpo, sino que abarca toda la realidad del ser humano, la íntima-espiritual, la psicológica, la física y la social. No somos animales, sino personas para la comunión; lo que no camine por esta vía, está desenfocado. La comunidad es una codificación social de la Comunión Humana, pero no la agota; cuanto más cerrada es la comunidad, más se aleja de la felicidad que necesitamos para ser personas íntegras, psicológica y espiritualmente sanas.

Al domingo de hoy se le llama ‘domingo de la alegría’. Los textos nos invitan a ella y nos indican el camino seguro: acoger al Señor, orar y ser solidarios sin componendas interesadas.

La eucaristía es la agradecida celebración de la Comunidad de discípulos del Señor de la Vida por la Vida que el Él nos entrega, confiándonosla para el bien de la humanidad entera.

Cristo nos ofrece la alegría de vivir plenamente en el Espíritu que hace historia la Salvación.

Alegrarse sí, pero desde dentro, porque nuestra sed de felicidad en Dios su fuente y fuerza

Sofonías, invita a Israel a la alegría porque Dios le asegura su amor y le salva permaneciendo con él. La seguridad y alegría de Israel debe basarse en el amor del Dios Providente que vive en medio de él. ‘¡Aclamemos al Señor!’: es la exclamación natural del que se sabe amado incondicionalmente y desde dentro. Todos estamos llamados a esa alegría porque nuestra felicidad no tiene origen fuera de nosotros sino en nuestro interior, donde Dios habita como Padre de amor materno: atento, delicado, cercano, lleno de bondad, misericordia, respeto y justicia.

El Señor poderoso está entre nosotros como el Salvador que llena nuestra vida de proyección

La oración construye vida siempre nueva para el bien de todos; así garantiza nuestro bien haciendo madurar el bien que nos rodea y purificando el ambiente en el que nos alimentamos.

El Amor de Dios lleva a esta oración. Ésta se centra en el querer de Dios y el bien concreto de los que nos rodean, trayendo como fruto la paz personal y comunitaria.

Juan nos llama a la solidaridad que nace del fuego de Amor propio del Espíritu del Mesías

Juan, amigo del Mesías, vive en la verdad clara y orientadora. Sin ventajas, muestra lo que pide la conversión fiel al bien y a la justicia del Espíritu: defensa de la vida, sin componendas.

Pidamos de María vivir en la alegría de su atenta docilidad al Espíritu del Bien y la Vida.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO C – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO III

Alégrense; el Señor poderoso está aquí: oren para ser testigos de su Espíritu y así superar los problemas

So. 3, 14-18a: "Grita de gozo, ciudad de Sión… El Señor ha expulsado… a tus enemigos. Tienes en tu interior a tu Señor… no verás nunca más ningún desastre… dirán a Jerusalén: «No temas…, no desfallezcas, el Señor… habita en ti como el Salvador poderoso… Él te renueva su Amor…»."

Is. 12: "Aclama, llena de gozo, porque el Santo de Israel es grande en medio de ti".

Flp. 4, 4-7:
"Alégrense en el Señor. Se lo repito, vivan felices. Que todos los distingan como gente amable. El Señor está cerca. No se dejen inquietar por nada… En toda ocasión oren… con acción de gracias. Así la paz de Dios… custodiará sus corazones y pensamientos en Cristo Jesús."

Lc. 3, 10-18: "La gente preguntaba a Juan: «…¿qué tenemos que hacer?». Él les respondía: «El que tenga… que comparta también con los otros». Entre los que se iban a bautizar también había unos cobradores de impuestos… Igualmente unos policías le preguntaban… La gente… se preguntaba si Juan no sería el Mesías. Él respondió a todos: «Yo les bautizo solo con agua, pero viene el que es más poderoso que yo… Él les bautizará en el Espíritu Santo y el fuego…» …Juan anunciaba al pueblo la buena noticia".

diciembre 08, 2009

Fiesta de la Inmaculada


Hoy celebramos a nuestra Madre Inmaculada. Y el inicio de la obra de Don Bosco, con el nacimiento del Oratorio, el 8 de diciembre de 1841.

50 años más tarde, el 8 de diciembre de 1891, nace aquí en Perú el oratorio del Rímac, primera obra salesiana en nuestro país.

Para festejar una fecha tan importante, recurriremos a una tradición de nuestras casas salesianas para esta fecha: las "cartitas" de la Inmaculada.

Una feliz fiesta de la Inmaculada para todos nosotros!


Hoy todos podremos recibir nuestra "cartita"! Bastará solicitarla a través de un mail a blog.madreauxiliadora@gmail.com, indicando al menos nombre y edad del destinatario.

Aunque por tradición sólo reciben "cartitas" los madrugadores, hoy podrán recibirlas hasta las 6 pm.

diciembre 04, 2009

El Señor hace maravillas de Salvación cada día - II domingo de Adviento

Este domingo, reunidos en familia, nos corresponde encender también la segunda velita de nuestra Corona de Adviento y, al mismo tiempo, decimos la siguiente oración:

Los profetas mantenían encendida
la esperanza de Israel.
Nosotros encendemos estas dos velas.
El viejo tronco está rebrotando,
florece el desierto...
La humanidad entera se estremece
porque Dios
se ha sembrado en nuestra carne.
Que cada uno de nosotros, Señor,
te abra su vida
para que brotes,
para que florezcas,
para que nazcas.
Y mantengas encendida la esperanza
en nuestro corazón.
¡Ven pronto Señor!
¡Ven Salvador!

Tomado de El Pan del Alma


A continuación, tenemos las palabras y el comentario enviados por el querido padre José María.

¿No les parece que el tiempo corre veloz? Eso parecería, pero no es así, tal vez somos nosotros los que deberíamos vivirlo a mayor intensidad espiritual para sacarle todo el fruto, pues Dios no se cansa de hacer sus maravillas cada día, pero no siempre nosotros estamos tan atentos como para darnos cuenta.

Pidamos al Señor, que nunca deja ninguna obra a medias, nos dé la sabiduría de abrirnos a la conversión continua aprendiendo a conocer su Voluntad, a secundarla y a enriquecer a los que nos rodean con todo lo bueno que a diario el Señor nos da.

María Inmaculada es la Maestra de Don Bosco, ella nos enseñe a vivir cada día más dócilmente abiertos a la Presencia Providente y Salvadora de Dios en nuestra vida, invitándola, una y otra vez a la conversión que le renovará una y otra vez desde dentro haciéndole vivir la alegría de ser nuevo en la constante novedad juvenil de Dios para estar siempre al servicio de todos los que le piden ser cercano y prolijo en la respuesta a sus problemas... El hace todos los "esfuerzos posibles", pero, lastimosamente, nuestra necia e infinita capácidad de capricho nos lleva a perder, una y otra vez, multitud de oportunidades que después le reclamamos a Dios... ¡¿Qué más puedo hacer, nos dice, que no haya hecho ya?!

Suerte que su amor nunca se cansa de enviarnos profetas que nos muestren que está siempre más cerca y disponible de lo que pudiéramos pensar o pedir.

Dios nos bendiga a todos con su materno cariño y paterna cercanía.

¡Feliz fiesta de la Inmaculada!

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB


El Señor hace maravillas de Salvación cada día
en los que confían a Él su vida y le son dóciles

Cambiar la propia realidad no es fácil para nadie, tampoco lo fue para Jesús. Siempre surgen resistencias, unas vienen de fuera y otras de dentro, pero las verdaderamente peligrosas son las de dentro, pues las de fuera se pueden superar, si nosotros decidimos hacerlo; pero si tenemos bloqueos en nuestro interior, aunque afuera no los haya o sean superables, nada avanzará, ya que, de hecho, es la persona interior la que construye la historia, elevándola o hundiéndola.

El pecado de Israel, es decir, su resistencia a vivir en la Voluntad de Dios, le llevó a la dispersión y a su destrucción como nación. El profeta ve claramente que Dios tiene la voluntad firme de reconstruirlo, pues, si se abren, ¡son Su Pueblo! Él lo hará, como lo hizo sacándolo de Egipto. Será maravilloso, digno de ser celebrado y despertará la admiración de todos.

Celebrar la gloria de Dios a favor de su Pueblo lleva a éste a la docilidad. Ésta le hará madurar como Pueblo de Dios, testigo de un Amor que salva, reconstruye y libera permanentemente, pues las obras de Dios están en continua renovación y perfeccionamiento.

Jesucristo es el testigo perfecto del Amor del Padre, su Padre: absolutamente entregado a su Voluntad de Vida y Salvación. Juan nos prepara para que lo recibamos y el mejor modo es convertirnos de corazón; quitar todo lo que nos estorbe en el esfuerzo de ser cada día más dóciles.

Dios tiene pensadas cosas maravillosas, para el bien de toda persona, sin exclusión alguna

Mientras viva en el tiempo, nadie tiene su vida perdida definitivamente, pues Dios, su Padre, siempre ofrece la salvación en toda circunstancia haciendo todo lo que sea necesario.

Es capaz de las cosas más maravillosas para salvar a sus hijos, a todos, absolutamente a todos, pero lo que jamás puede hacer es sustituir nuestra responsabilidad, pues sería anularnos.

Se requiere un profundo diálogo entre su Voluntad salvífica y nuestra decisión de secundarle

El Apóstol nos asegura que nuestra Fe tiene la garantía de un Amor eterno, firme e infalible.

El éxito de nuestra vida está asegurado por el Amor de Dios, pero es necesario aceptar y fiarnos de ese Amor que nos cuida, desde que nos creó, para que no fallemos en el camino. Es básico un diálogo íntimo y constante con Dios. Él nos hace Comunidad servidora de la vida.

Juan nos indica los derroteros de este diálogo: apertura - renovación - testimonio fiel y abierto

Escuchemos a Juan: es vital abrir la vida a la verdad y a la fidelidad de Dios-Amor. Para poder ver las maravillas de la Salvación del Padre, éste es el camino. O conversión o muerte.

Aprendamos de María a renovarnos como testigos fieles del Amor del Dios que nos Salva.


Padre José María Domènech Corominas, sdb.



CICLO C – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO II


Ba. 5, 1-9:
"Jerusalén, quítate el vestido de dolor y aflicción y engalánate para siempre con la Gloria del Señor… Por siempre tendrás este nombre: ‘Posesión-pacífica-del-bien’ y ‘Gloria-del-culto-a-Dios’... se reúnen tus hijos de levante y de poniente; canten de alegría recordando la obra de Dios... Dios conducirá a Israel lleno de alegría, bajo la luz de su Gloria con aquella bondad y amor que le son propios".

Salmo 125: "Es magnífico lo que hace el Señor a favor nuestro: celebrémoslo llenos de gozo".

Flp. 1, 4-6.8, 11:
"…Estoy convencido de una cosa: Dios, que ha comenzado en ustedes un trabajo magnífico, lo llevará a término hasta el día de Jesucristo… Lo que constantemente yo pido en mi oración es que el amor de ustedes se enriquezca más y más, hasta desbordar lleno del conocimiento y fineza del Espíritu para que sepan apreciar los auténticos valores y lleguen puros y sin obstáculos al día de Cristo, cargados de aquellos frutos de justicia que están dando por Jesucristo…"

Lc. 3, 1-6: "…Juan, hijo de Zacarías, acogió la Palabra de Dios en el desierto y fue por toda la comarca del Jordán predicando un bautismo de conversión para obtener el perdón de los pecados… «Una voz grita en el desierto: “Abran una ruta al Señor, allánenle el camino. Que se alcen los barrancos y se abajen las montañas y colinas… todos verán la Salvación de Dios”.»"