noviembre 26, 2011

«¡Estén prevenidos!»


Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 27 de noviembre.

Pidamos al Señor saber aprovechar, con creciente profundidad, esta gracia de tener un año para reflexionar, profundizar y alimentar nuestra Fe con la meditación de la Palabra, proclamada en la Comunidad, y con la celebración de la Fe en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía dominical.

Es una gracia que, por multitud de circunstancias, no todos los cristianos tienen a su disposición pero todos tenemos la oportunidad de vivir este año de Fe con el corazón dirigido a Dios buscando conocer, en el Amor, su Voluntad de Vida Nueva para toda persona y de renovada asimilación de la Santidad, es decir, de su Vida Eterna en nosotros en cada circunstancia de nuestra historia.

Este domingo, el primer día del nuevo año litúrgico, el Señor nos invita a estar preparados, a mantenernos atentos, a pedir su llegada renovadora, a fianos más y más del Dios-Amor que siempre nos regala su presencia providente y fiel para que avancemos en nuestro esfuerzo de intimar más y mejor en Él, que es, para nosotros, Amor Providente y Vida Eterna.

Ruego al Señor nos ayude a construir este año cimentados en su Palabra de Vida y Paz para que nuestras personas, Comunidades, familias y sociedades sean mejores testigos de su Amor fiel y salvador en toda circunstancia. Éste es el único servicio que solo nosotros, los cristianos podemos hacer a nuestra sociedad, no hacerlo es traicionar no sólo al Señor que nos consagró en el Bautismo para ello, sino una verdades traición a nuestra Patria, pues si nosotros no somos testigos claros de la Salvación del Señor Jesús como signo del Amor Providente del Padre, ¿quíen podrá serlo? ¿Cómo sabrán que Dios les ama desde toda la eternidad?

María nos ayude a preparar nuestro corazón para la llegada de Jesús, no solo en la Navidad, sino todos los días para que, para nosotros y los que se encuentren con nosotros, toda la vida sea una real Navidad = Dios-con-nosotros viene a salvarnos hoy y aquí.

Saludos.

Unidos en oración con María, la Madre de Jesús y nuestra:

P. José Mª

«¡Estén prevenidos!»


Comenzamos de nuevo un año litúrgico. En él el Señor nos ofrece profundizar-alimentar-celebrar nuestra Fe como discípulos suyos. Abramos el corazón a todos los maravillosos dones que el Señor nos dará sin límite alguno de su parte. ¡No los pongamos, neciamente, nosotros!

Dios nos invita a estar atentos. No durmamos creyendo que las prácticas religiosas sustituyen nuestro compromiso cristiano. No. Las prácticas son buenas para nosotros si les permitimos que nos ayuden a profundizar y alimentar nuestra responsabilidad evangélica en la historia concreta que ahora vivimos, si consentimos que nos centren en nuestro compromiso de vivir como testigos del Señor Jesús, el Resucitado, el fiel testigo de la Misericordia de Dios.

Dios es fiel, no falla jamás, pero, como buen padre-educador, nos pide esfuerzo diario.

Las maravillas de Dios están al alcance de quien desee percibirlas y beneficiarse de ellas. El pueblo de Israel es testigo de esto, tanto de todo lo positivo que trae consigo la confianza obediente al Señor, como de lo negativo y mortal que genera con la resistencia y la rebeldía.

Es duro aceptar nuestra culpa y sus consecuencias, pero el Dios de amor está para salvarnos

¡Cuántas veces pedimos al Señor que venga! Y, sin embargo, Él nunca se ha ido; quienes nos alejamos somos nosotros. Y nos vienen todas las desgracias, algunas con la cruel promesa de felicidad. La historia se repite porque no aprendemos a vivir atentos ni nos esforzamos por renovarnos con sinceridad. Constantemente, una generación tras otra, reedita los mismos errores.

Dios quiere hacer maravillas en nuestra vida, pero desea, ¡necesita!, ser aceptado como es.

La fidelidad de Dios nos acompaña siempre y transforma la vida de quien en Él confía

Pablo se alegra por los dones que el Señor concede en abundancia a la Comunidad cristiana y, además, está seguro de la fidelidad providente de Dios.

Si confiamos en Dios y su Providencia, es decir, en su cuidado paterno, interesado por el bien profundo de cada uno de sus hijos, maduraremos en la Fe y la viviremos con fortaleza.

Se nos pide que estemos atentos, pues Dios actúa siempre, pero los distraídos pierden sus dones

Jesús nos pide estar preparados porque la llegada del Señor no se nos avisa: está entre nosotros y todo lo que vivimos en nuestro interior, nos compromete. Toda circunstancia es una oportunidad de fidelidad, o de traición, a nuestra Misión, la misma del Señor: ¡Él nos la confió!

Vino en Belén como pobre humano; viene todos los días en todo ser humano próximo y vendrá glorioso para mostrar la verdad o mentira de las actitudes de nuestra vida: ¡atentos!

Estar preparados para servirle, para defenderle, para ofrecernos a Él, en nuestros hermanos, nos recordaba Él mismo el domingo pasado. Éste es el único criterio de éxito y fidelidad.

Pidamos a María nos ayude a mantener atento el corazón a la constante presencia de Dios.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.



CICLO B – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO I

Dios nos ama y cuida: nos da lo necesario para que vivamos en su grandeza, pero necesitamos atención y obediencia para gozar en su Amor


Is. 62, 16b-17.19b. 64, 2-7:
"Tú, Señor, eres nuestro Padre, nuestro Redentor. ¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos y endureces nuestros corazones para que dejen de temerte?... Si rasgaras el cielo y descendieras las montañas se derretirían... ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de Ti, que hiciera tales cosas por los que esperan en Él… ¡todos somos obra de tus manos!"

Salmo 79: "Restáuranos, Señor del Universo; restáuranos".

1Cor. 1, 3-9:
"No dejo de dar gracias a Dios por Uds. por la gracia que les ha dado en Cristo Jesús... Él les mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables... Porque Dios es fiel y Él les ha llamado a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor".

Mc. 13, 33-37: "Jesús dijo…: Tengan cuidado… porque no saben cuándo llegará el mo-mento. Será como un hombre que... deja su casa al cuidado de sus servidores y recomienda al portero que permanezca en vela... porque no saben cuándo llegará el dueño... Esto… se lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!"





noviembre 24, 2011

Adviento 2011: preparemos la corona de adviento!

Este domingo 27 empezaremos una nueva temporada de Adviento.

Como cada año, esta vez también prepararemos nuestra Corona de Adviento:



Consta de ramitas verdes entrelazadas formando un círculo, que se vincula con una cinta de color rojo. Se la coloca sobre alguna superficie sólida, tipo plato o fuente, y se superponen 4 velas gruesas.

Significado de la Corona de Adviento:

El círculo simboliza a Dios, porque no tiene principio ni fin.

El color verde es la esperanza por la venida de Cristo al mundo.

El lazo rojo significa el amor que nos une a Jesús como familia.

Las 4 velas son las 4 semanas de Adviento. En ellas conmemoramos los siglos que el Pueblo de Dios esperó la venida del Salvador y nuestro tiempo de preparación para el nacimiento de Jesús en esta Navidad.

La luz de las velas representa a Jesús, luz del mundo.


Hay varias costumbres y fórmulas que se sugieren para la Corona. El Pan del Alma nos propone oraciones sencillas que nos ayudan a prepararnos para recibir al niño Jesús en nuestros corazones.

En un momento adecuado del día, nos reunimos con la familia y rezamos:

Oración para el I domingo de Adviento:

Encendemos, Señor, esta luz,
como quien enciende su lámpara para salir,
en la noche,
al encuentro del amigo que viene.
En esta primera semana de Adviento
nos levantamos para esperarte preparados
y recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven
y muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes
porque tú nos traes
la luz más clara,
la paz más inmensa
y la alegría más profunda.
¡Ven, Señor Jesús!