marzo 30, 2014

«¿Crees en el Hijo del hombre?»


Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 30 de marzo, IV del período de Cuaresma.

La escucha poco atenta de la Palabra de Dios –por debilidad de nuestra Fe– nos lleva a no saber hacer frente al ambiente de pecado que nos rodea y ataca, y así vamos colaborando pasivamente en la destrucción y degradación de la creación que Dios nos confió para que la ordenáramos, no para que la desequilibráramos. No vemos claro hacia dónde debemos ir, y, sin embargo, Cristo es la Luz del mundo. Nos urge un corazón nuevo y ojos nuevos; llenarnos de Agua viva, Vida nueva.

Ante todo, para eso, debemos vivir más abiertos, como el ciego de nacimiento, al Señor Jesús que pasa y recibiremos –como él– de Cristo ojos nuevos, recreados, con la Luz del Enviado en ellos.

Los fariseos demuestran estar en una terca ceguera moral, que les lleva a no percibir la presencia de la Salvación en sus vidas y ambiente: ven los dones de Dios, que son para todos, pero no los reconocen, sino que los niegan reiteradamente, malinterpretándolos.

El domingo primero se nos dijo que con la Palabra de Dios podíamos afrontar y superar cualquier tentación. En el segundo domingo el Padre, Dios, nos pidió que escucháramos a Jesús para vivir, ya ahora, en su gloria a pesar los sufrimientos y dificultades de la vida. Al pasar al tercer domingo se nos invitó a reconocer nuestro pecado y a recibir de Jesús el Agua viva: eso nos permitiría ver y aceptar al Mesías-Salvador de todos. Hoy se nos dice que no nos quedemos en la ceguera, sino que el Señor Jesús, que es la Luz del mundo, nos invita a dejarle actuar en nuestra vida: Él recreará nuestra mirada –es el simbolismo de hacer barro y ponerlo en los ojos– y así podremos ver claro la presencia del Señor en nuestra vida y sus circunstancias, superando el engaño de las apariencias físicas, culturales, económicas, políticas, sociales y hasta religiosas, que nos desvían de la Fe.

Pidamos a Dios voluntad de estar abiertos al Señor, Él nos lleva por caminos de diaria conversión, nos libra de toda resistencia y nos enseña a construir una sola Comunidad de Fe en Él, siempre más atentos a su Palabra y acción sacramental sobre todo en la Eucaristía y Reconciliación.

Unidos en oración con María, Madre ojos siempre abiertos al Espíritu presente en la vida:

P. José Mª Domènech SDB

«¿Crees en el Hijo del hombre?»

Ser cristiano significa pasar permanentemente de las tinieblas a la Luz, de la sed a la intimidad con la fuente de Vida eterna, siempre atentos para escuchar al Señor Jesús y, así, vencedores de toda tentación.

Dios concede caminar en la Luz al ciego de nacimiento, para llamarnos a vivir cada día más próximos la Salvador del mundo, para no ser engañados por las maravillosas apariencias de nuestro mundo viejo.

Samuel reconoce al elegido de Dios si Dios le ilumina. Jesús se nos acerca y nos pregunta si creemos en Él, el Hijo del hombre, para eso es vital que lo veamos, que le aceptemos, pues es Él quien se aproxima.

En la nueva creación, la Luz eterna se ve en la apertura humilde y disponible a Dios, no en las leyes; pero nuestro mundo pseudo-científico y con líneas políticas y económicas atadas a la codicia y a todo tipo de tráfico y de droga, niega a Jesús y su obra, busca manipular la vida y, de paso, la degrada y la destruye.

Nuestro mundo está tan atado a las tinieblas y la muerte, que pervierte los valores más sagrados y centrales de la vida como la familia, la educación, la religión, el amor, el respeto a la vida y dignidad humana.

El hombre necesita humildad, pues su mirada no llega a percibir lo que Dios ve y menos cómo lo ve.

La lectura profética nos dice que es Dios quien elige a David y lo hace según sus planes de Salvación.

No es posible para el hombre ver lo que Dios ve, pues éste no llega al corazón, pero Dios sí lo penetra.

Aceptar con docilidad a Dios en la propia vida nos hace partícipes de su Luz y de su mirar el mundo.

Cristo, con su salvación, ha formado de los dos pueblos uno solo de salvados en el Amor de Dios.

Nos toca a nosotros aprender a vivir, en la Fe, como hijos de la Luz, que es Cristo, haciendo sus obras.

Esto nos supone vivir con la mirada de Dios, sin dejarnos atontar por las apariencias de mundo viejo.

El ciego de nacimiento, por su obediencia, llega a la visión y, por su fidelidad, llega a la Fe y adora.

La misericordia de Dios viene a nosotros, el beneficio depende de nuestra docilidad en la obediencia.

El ciego curado por Jesús, hace todo un camino de apertura y reconocimiento de Jesús, primero como profeta, después como hombre de Dios y, guiado por la Palabra de Jesús, al fin como ‘Mesías’, y le adora.

Los fariseos, verdaderos y culpables ciegos, se cierran al Mesías y su nueva creación en la Luz y Paz.

Pidamos a María vivir cada día abiertos a los dones de Dios que buscan llenarnos de su Luz y Vida.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA – DOMINGO III
La mirada de Dios es limpia y profunda, no contaminada. Él es el único que, no solo nos da su Luz, sino que nos hace partícipes de ella, si creemos en Él

1Sm. 16, 1b.5b-7.10-13a:
El Señor dijo a Samuel: «¡Llena tu frasco de aceite y parte! Yo te envío a Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos al que quiero como rey.» Samuel fue, purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio... vio a Eliab y pensó: «Seguro que el Señor tiene ante Él a su ungido.» Pero el Señor dijo a Samuel: «No te fijes en su aspecto... lo he descartado. Dios no mira como... el hombre... Dios ve el corazón.» ...Jesé hizo pasar ante Samuel a sus siete hijos, pero Samuel dijo...: «¿Están aquí todos los muchachos?» Él respondió: «Queda el más joven...» Samuel dijo a Jesé: «Manda a buscarlo...» Jesé lo hizo venir... Entonces el Señor dijo a Samuel: «Levántate y úngelo, es éste»... desde aquel día, el Espíritu del Señor descendió sobre David.

Sal. 221-6: El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

Ef. 5, 8-14:
Antes ustedes eran tinieblas, ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz... el fruto de la luz en la bondad, la justicia y la verdad. Sepan discernir lo que agrada al Señor y no participen de las obras de las tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia... resulta vergonzoso aun mencionar lo que esa gente hace ocultamente. Pero, cuando se las pone de manifiesto, aparecen iluminadas por la luz, porque todo lo que se pone de manifiesto es luz. Por eso se dice: “Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo te iluminará.”.

Jn. 9, 1-41: Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento... Escupió en tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego, diciéndole: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé, que significa “Enviado”.» El ciego, fue, se lavó y, al regresar, ya veía. Los vecinos y los que antes lo habían visto pedir limosna se preguntaban: «¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna?»... Él decía: «Soy realmente yo.»... fue llevado ante los fariseos. Era sábado... Los fariseos le preguntaron cómo había llegado a ver. Él les respondió: «Me puso barro en los ojos, me lavé y veo.» Algunos fariseos decían: «Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado.» Otros replicaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?» Se produjo una gran discusión entre ellos... dijeron... al ciego: «¿Tú qué dices del que te abrió los ojos?» El hombre respondió: «Es un profeta.»... «...venido de Dios.» Ellos le respondieron: «Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?» Y lo echaron... Jesús..., al encontrarlo, le preguntó: «¿Crees en el Hijo del hombre?» Él respondió: «¿Quién es, Señor, para que crea en Él? Jesús le dijo: «Tú lo has visto: es el que te está hablando.» Entonces él exclamó: «Creo, Señor,» y se postró ente Él.







marzo 28, 2014

¿Y adónde iré?




Señor, Tú me has creado
y desde siempre me has amado.
Mi vida es obra Tuya
y desde siempre me has pensado.
Oh, Dios, Tú me sondeas y me conoces,
sabes quién soy.
Mi vida en Ti palpita,
¿cómo explicar Tu inmenso amor?
Sabes quién soy.

¿Y a dónde iré lejos de Ti?
¿cómo escapar de tu mirada?
Si escalo al cielo o voy al mar
allí Te encuentro.
Al caminar y al descansar,
Tú sabes cómo son mis pasos;
nada hay oculto para Ti, nada es oscuro.

Y desde el vientre de mi madre,
Tú me has llamado a ser Tu siervo.
Soy débil, pero en Ti, Señor,
todo lo puedo.



marzo 26, 2014

DA MIHI ANIMAS DON BOSCO 2015!!!

Con mucha alegría comparto con ustedes el himno para los 200 años del nacimiento de papá Don Bosco.



Letra original (italiano)

Hai lottato, hai sperato
Fin da quel sogno di quand'eri bambino
Hai capito, tutto cambia preso con bontà
Hai accolto, hai cresciuto
Molti ragazzi volti senza un padre
Hai donato una casa piena di santità

Vorrei solo che rimaneste felici
Ora e qui è di nuovo insieme
Per tutta l'eternità

È la passione che ti arde in cuore
È quella stella che ti fa sognare
Vera missione sarà
DA MIHI ANIMAS
E piano scopri che l'educazione
È cosa profonda che riguarda il cuore
E solo Dio le chiavi ti darà
DA MIHI ANIMAS


Sono gesti, quotidiani
Testimonianza di un Amore più grande
È parola sussurrata che scende
nell'anima
Con pazienza, seminando
Con abbondanza e generosa risposta
È notizia che la gioia sempre porterà

Vorrei solo che rimaneste felici
Ora e qui è di nuovo insieme
Per tutta l'eternità

È la passione che ti arde in cuore
È quella stella che ti fa sognare
Vera missione sarà
DA MIHI ANIMAS
E piano scopri che l'educazione
È cosa profonda che riguarda il cuore
E solo Dio le chiavi ti darà
DA MIHI ANIMAS


E fino all'ultimo mio respiro
Il cuore mio avete conquistato, rapito
E canta DA MIHI ANIMAS
DA MIHI ANIMAS

È la passione che ti arde in cuore
È quella stella che ti fa sognare
Vera missione sarà
DA MIHI ANIMAS
E piano scopri che l'educazione
È cosa profonda che riguarda il cuore
E solo Dio le chiavi ti darà
DA MIHI ANIMAS


Versión en inglés:

Da mihi animas - Don Bosco song

marzo 23, 2014

«Señor, dame de esta Agua!»


Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 23 de marzo, III del período de Cuaresma.

Dios nos invita a profundizar en la Vida nueva que el Señor nos mereció con el don amoroso de su propia vida en la cruz. La cruz fue, en sí misma, una cruel injusticia que el Amor de Dios transformó en gracia de Salvación para todos. Cuando el hombre se centra en sí mismo y se cierra a Dios, quien lo paga siempre son los demás, y al final, él mismo.

Hoy se nos llama, una vez más, a la libertad de fiarnos del Señor, como nos muestra Abraham.

Este domingo, con el diálogo con la samaritana, se nos pide una escucha atenta y dócil al Señor que nos viene a encontrar; Él es el único que puede saciar nuestra sed de vida, de amor, de verdad, de honestidad, de paz, de cordura profunda, de justicia, de acogida. Hoy en día todos estos valores están tan manipulados y degradados, que a veces hasta da miedo usar las palabras, pues no se sabe qué es lo que se despierta en el oyente, pues se han destruido los criterios estables y fiables que nos fueron confiados para la salud social y personal, realidades sustancialmente entrelazadas.

O nos fiamos de Dios o estamos en manos de supuestos ‘expertos’, que realmente son ignorantes en estas realidades y, de ordinario, hasta insensatos y cobardes, pues no solo emponzoñan con sus ideologías las verdades más elevadas y firmes –cuando no las niegan–, sino que tergiversan los valores más vitales y sustanciales para la vida y la relación sana de las personas y sociedades.

Tenemos sed de verdad, no tanto de información; sed de cordura y honestidad, no tanto de obras y tecnología; sed de paz, no tanto de diplomacia y tratados; sed de ‘agua limpia’, usando metáfora, en nuestras relaciones, no tanto de posturas o promesas; sed amor real y oblativo donde el centro sea el bien profundo y estable de la otra persona, bien que le lleve a ser cada día más y mejor, aunque nos cueste la vida, como le costó a Jesús, es decir, de amor paterno-materno, sin palabras vacías, ritos bonitos, juramentos ampulosos y firmas muy fotografiadas, pero vacías de verdad profunda y segura en los corazones, aunque éstos estén muy llenos de lindos sentimientos que el tiempo se encarga de mostrar cómo se esfuman, siendo sustituidos por dolorosas frustraciones.

Sólo la Fe atenta, que escucha al Señor, y lo que nos propone, llena de esperanza nuestra vida.

Dios nos ama entrañablemente y, por eso, nos pide dialogar con Jesús, como la samaritana, para llegar a una creciente vida de Fe, cada día más profunda y estable por su apertura a Dios en la Palabra y el don de la Vida de Cristo Jesús que se nos ofrece en la Comunidad y los sacramentos.

Unidos en oración con María, Madre creyente y dócil al Espíritu, Agua viva de Amor y Esperanza:

P. José Mª Domènech SDB

«Señor, dame de esta Agua!»

El agua, elemento esencial para toda vida, pueblos y personas, siempre fue muy ansiada y defendida.

Dios, en un Amor que supera todo pedido o esperanza, nos ha dado en Cristo Jesús todo. Él es nuestra Salvación. Pero para recibirlo necesitamos ‘adorarle’: reconocerle infinitamente superior a nosotros, pecadores, ignorantes de lo que, de verdad, nos conviene y necesitamos. Él nos da su Espíritu: Agua viva.

Sólo a una persona que aceptó escuchar al Señor, una samaritana –mujer y pecadora, es decir, socialmente lo último– Jesús le confesó ser el Mesías. La sencillez y honestidad sedujeron siempre a Dios.

La samaritana cuestiona a Jesús, Él, paciente, le lleva por el camino de la verdad y ella se deja llevar.

Si queremos someter a Dios a nuestro servicio y no somos dóciles, nos quedaremos perdidos y sin nada.

La Comunidad judía desea un dios que no le incomode, pero Dios los educa para que se fíen de Él

El desierto –momentos de dificultad– siempre es una prueba para la Fe personal, también para Israel.

Dios se muestra fuente segura de Vida y Salvación. También para nosotros, ¿le creemos de verdad?

Dios nos da su Gracia en Jesucristo, quien –de ordinario y con toda seguridad– actúa en la Comunidad

Cristo Jesús siempre derrama sobre nuestro corazón y Comunidad el Agua viva de su Espíritu.

Este Espíritu –el que resucitó a Cristo– es fuente segura de Vida nueva y Salvación permanente.

Así la Esperanza, que no defrauda –pues el Amor la anima–, nos lleva a no claudicar en las pruebas.

El diálogo con el Señor salvó a la Samaritana de su pasado y de sus confusiones, lo mismo con nosotros

La samaritana llegó a la Fe gracias a su diálogo sincero con Jesús. Siempre será Jesús quien tome la iniciativa y siempre lo hará través de la Comunidad cristiana, pero es indispensable que cada uno se abra.

Jesús despierta en la samaritana la ‘sed’ creciente del Agua de Jesús, profeta, Mesías y Salvador.

Dios pide de nosotros no cumplimientos, sino una relación que sea en espíritu y en verdad, como Él es.

Pidamos a María abrirnos de verdad al Cristo Jesús, superando toda resistencia, para vivir en la Fe.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA – DOMINGO III

El agua es vital para todos. En la vida cristiana es signo de la Vida en el Espíritu y sólo la Fe nos abre a la fuerza sanadora y regeneradora del Espíritu

Ex. 17, 1-7:
Toda la comunidad de los israelitas partió del desierto de Sin... conforme a la orden del Señor... acamparon en Rafidim, el pueblo no tenía agua para beber. Acusaron a Moisés y le dijeron: «Danos agua para que podemos beber.» Moisés les respondió:«...¿Por qué provocan al Señor?» El pueblo,... protestó contra Moisés diciendo: «¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Sólo para hacernos morir de sed...?» Moisés pidió auxilio al Señor... El Señor respondió...: «Pasa delante del pueblo, acompañado por algunos ancianos de Israel, y lleva en tu mano el bastón con el que golpeaste las aguas del Nilo. Ve, porque yo estaré delante de ti, allá, sobre la roca, en Horeb. Tú golpearás la roca y de ella brotará agua para que beba el pueblo.» Así lo hizo Moisés...

Sal. 941-2.6-9: Cuando escuchen la voz del Señor, no endurezcan el corazón.

Rm. 8, 1-2.5-8:
Justificados por la Fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por Él hemos alcanzado, mediante la Fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por Él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el Amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores... La prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores.

Jn. 4, 5-42: Jesús llegó a la ciudad de Samaría llamada Sicar... Jesús, fatigado..., se había sentado junto al pozo. Era... mediodía. Una mujer... fue a sacar agua y Jesús le dijo: «Dame de beber.»... La samaritana le respondió: «¡Cómo! Tú, que eres judío, ¿me pides de beber a mí, que son samaritana?»... Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú misma se lo hubieras pedido, y Él te habría dado Agua viva.» «Señor, –dijo ella–... ¿De dónde sacas esa ‘agua viva’? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob...?» Jesús le respondió: «El que beba de esta agua tendrá de nuevo sed, pero el que beba del Agua que Yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El Agua que Yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna.» «Señor, –dijo la mujer– dame de esta Agua para que no tenga más sed...»... Después agregó: «Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se deba adorar.» Jesús le respondió: «Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén ustedes adorarán al Padre... llega la hora, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque ésos son los adoradores que el Padre quiere. Dios es espíritu y los que le adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.» La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando Él venga nos anunciará todo.» Jesús le respondió: «Yo soy, el que habla contigo.»... cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y permaneció allí dos días. Y decían...: «...sabemos que Él es verdaderamente el Salvador del mundo.»







marzo 16, 2014

«Este es mi Hijo muy querido: ¡escúchenlo!»


Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 16 de marzo, I del período de Cuaresma.

La Cuaresma es camino de transformación de la vida de toda persona que se atreva a subir con el Señor al encuentro con Dios. Jesús, en un primer momento invita a sus tres íntimos, cada uno con su límites y defectos, pero íntimos incondicionales, y les concedió la gracia de ver cuál es el futuro que le espera al Hijo del hombre, hombre perfecto, y a cualquier hombre que se atreva a intimar con Dios como Él. Pedro equivoca el signo y cree que es una ventaja y se pone a total disposición de Jesús, Moisés y Elías, pero el Padre le corrige como diciéndole: “No. Se trata de abrirse como Jesús y a Jesús: ¡¡¡Escúchenle, Él les enseñará a caminar y a no equivocar el camino!!!” Subir con Jesús, intimar con Dios, escuchar con dócil disponibilidad la Palabra y ser concreto en el caminar y servir a los hombres en el camino de la vida. Sólo en la historia veremos y podremos encontrar a Dios, sólo ahí le serviremos y concretaremos nuestra adoración. Pero no pongamos el trabajo concreto para y en Cristo como el fin, pues no es ése el fin, sino llegar a una creciente intimidad con Dios, para que Él pueda transfigurar nuestra vida, como hizo con la de Jesús. ¿Quién más concreto que Él entre los hombres?, pero ¿quién más íntimo y atento con su Padre, Dios, que Él? Él es nuestro modelo. Solo así podremos marcar nuestro mundo con las huellas de alegría del Evangelio, es decir, de Jesús. Solo así podremos soportar (no ‘aguantar’, sino ‘llevar sobre nosotros’ con paz interior y hasta con gozo profundo) todo lo que hay que sufrir por el Evangelio, le dice el Apóstol Pablo a Timoteo y, en él, a nosotros.

Pedirle al Señor que descienda su Amor sobre nosotros, supone de nuestra parte que nosotros subamos a Él, pues cada uno debe hacer su parte. No lo olvidemos jamás, Jamás, JAMÁS. Dios nunca nos sustituye, pues los que debemos aprender y madurar somos nosotros: Él ya es perfecto, nosotros todavía no: ¡somos discípulos, somos caminantes, somos aprendices, estamos en un continuo entrenamiento y Dios, nuestro buen –y exigente– Padre, es el entrenador y su asistente es el Espíritu Santo, siendo el Hijo –Cristo Jesús– el modelo sobre el que el entrenador trabaja! La suerte nuestra es que estamos invitados a vivir en Cristo y Él nos habla continuamente para que entendamos al Padre y nos dejemos guiar por el Espíritu.

Dios nos invita a subir con Jesús para ir logrando, cada día más, una creciente intimidad con Dios y su Palabra, siempre, como Jesús, disponible a lo que nos pida. Por eso es vital que escuchemos con atención cariñosa la Palabra de Dios y subamos con Jesús, aunque muchas veces duela.

Unidos en oración con María, Madre atenta y dócil al Padre, al Hijo y al Espíritu de Amor:

P. José Mª Domènech SDB

«Este es mi Hijo muy querido: ¡escúchenlo!»

Jesús nos invita a subir con Él para transfigurar nuestra vida –su gran deseo– así seremos testigos creíbles de su presencia en la vida cotidiana, en cada lugar, entre personas comunes, aun en las dificultades, luchas y persecuciones. Él nos transfigura con la Palabra meditada personal y comunitariamente, con los sacramentos y la oración íntima y comunitaria: Vida de Dios fluyendo en el día a día para el mundo.

El final del camino es maravillosamente feliz, con una transformación impensable y ahora inimaginable: lo vemos en Abraham, quien deberá dejar sus seguridades para alcanzar una universalidad humanamente imposible, pero real y concreta para Dios, con la que hace pacto eterno y de la que somos parte.

Vemos a Jesús que se transfigura como anticipo de su resurrección y exaltación al cielo. Lo hace para nosotros. Nosotros –lo viven ya los santos– seremos elevados a la diestra del Padre, si aceptamos la lucha y el dolor propios de ser fieles al Señor de la historia, de la Vida, Libertad y Paz. ¡Todo será gloria!

Nadie nos quitará las dificultades y lo duro de esta vida en la que debemos ser luz y sal. Pablo nos pide no ceder sino caminar decididos en la libertad de dar la propia vida, aun en persecución y sufrimiento.

Ser fieles a Dios en un mundo que le ha dado la espalda –aun necesitándolo con urgencia y buscándolo donde no está– trae problemas. Pero es el único camino que puede llevar a muchos de nuestros hermanos a la Fe, pues no ven a Dios ni en la naturaleza ni entre los hombres esclavizados y cegados.

Solo la Fe nos permite ver y escuchar a Jesús y solo esto nos lleva a ser sus testigos. Pero esa Fe pide perseverancia y debe ser alimentada con la vida Comunitaria, la meditación de la Palabra, la oración personal y una esforzada vida de caridad y justicia. No hay Fe verdadera sin pisar firme en la historia, pues solo en ella podemos ir a la Casa del Padre, donde culminará definitivamente nuestra transfiguración.

La confianza de Abram nos enseña a superar toda seguridad humana y fiarnos solo de lo que Dios diga.

El pecado interrumpe todo diálogo con Dios. Él elige a Abram para reinstaurarlo. Éste le hace caso.

Dios pide confiar solo en Él, más allá de toda seguridad humana. La obediencia de la Fe lleva al éxito.

Las dificultades en la misión de ser testigos del Dios que nos ha salvado en Cristo no deben detenernos.

Cristo nos confió la Salvación que a Él le costó la vida entregada por nosotros. No temamos la lucha por ser fieles a lo que Él nos pide. Somos testigos del Amor de Dios que nos salva por la obediencia.

La fecundidad misionera, que es lo que se espera de nosotros, depende de nuestra fidelidad al Señor.

Lo que Jesús nos pide no es sufrir sino atrevernos a caminar en la gloria de Dios, aun en el sufrimiento.

¿Quién no desea paz y felicidad sin sobresaltos? Aquí Pedro lo demuestra, pero Jesús no se detiene.

El dolor y la pasión escandalizan, como si Dios perdiera. Jesús nos muestra el fin de la obra de Dios.

Se nos pide escuchar a Cristo y caminar en el mundo seguros obedeciendo a su Palabra de salvación.

Pidamos a María vivir obedientes a la Palabra de Dios para hacer su Voluntad, aun en las dificultades.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA – DOMINGO II

La Fe atenta y obediente a Dios nos garantiza el éxito en un mundo tan desorientado y corrupto. A él Dios nos envía para testificar su Amor y Salvación

Gn. 12, 1-4a:
El Señor dijo a Abram: «Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que yo te mostraré. Yo haré de ti una gran nación y te bendeciré; engrandeceré tu nombre y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré al que te maldiga, y por ti de bendecirán todos los pueblos de la tierra.» Abram partió como el Señor se lo había ordenado.

Salmo 324-5.18-20.22: Señor, que descienda tu Amor sobre nosotros

2Tm. 1, 8b-10:
Querido hijo: comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios. Él nos salvó y nos eligió con su santo llamado, no por nuestras obras, sino por su propia iniciativa y por su gracia... que nos concedió en Cristo Jesús, desde toda la eternidad, y que ahora se ha manifestado en nuestro Salvador Jesucristo. Por Él destruyó la muerte e hizo brillar la vida incorruptible, mediante la Buena Noticia.

Mt. 17, 1-9: Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó aparte, a un monte elevado. Allí se transfiguró...: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz... se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Jesús. Pedro dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré... tres carpas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: ¡escúchenlo!» Al oír esto los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: «No teman, levántense.» Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo... Jesús les ordenó: «No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los
muertos.»







marzo 13, 2014

Feliz aniversario, Papa Francisco!

El Vaticano ha lanzado un librito "on line" que recoge algunas de las mejores fotos del Papa realizadas por L'Osservatore Romano, acompañadas de frases del Papa Francisco.

Pueden encontrar el librito aquí en el blog, en la columna del costado, debajo de la fotografía de la imagen de nuestra Auxiliadora de la capilla del colegio de Breña. En todo caso, también pueden acceder a él clickando este link:

http://www.vatican.va/auguri-francesco/pont_2014/sp/index.html

http://www.vatican.va/auguri-francesco/pont_2014/sp/index.html#2

marzo 08, 2014

La tentación


Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 9 de marzo, I del período de Cuaresma.

La Cuaresma ya llegó. Agradecemos al Señor esta inmensa gracia de su Amor que nos invita a ser a más íntimos con Él, más libres en nuestro interior, más serviciales con nuestros hermanos.

Las tentaciones jamás dejarán de complicar nuestra vida y de darle la oportunidad de madurar en decisión y fortaleza. Pero, además de ser una oportunidad, la tentación también es un peligro, pues podemos ceder y hundirnos. Cuanto más desprevenidos estemos y nos sintamos más seguros de nosotros mismos, como si en nosotros tuviéramos todo lo necesario para madurar hasta ser como Dios –que es nuestra básica vocación– estaremos más expuestos, ante las caída inevitables, a sufrir más profundos desalientos al darnos cuenta de que no logramos mantener los compromisos asumidos. Esto nos puede llevar o a no atrevernos a seguir sinceramente al Señor, pues tememos caer, o a no ser capaces de levantarnos con la adecuada confianza en la Misericordia providente de Dios que nos cuida y nos da los medios para remontar cada momento de error.

Solo en el Señor está la seguridad de nuestra vida y el éxito de nuestra existencia, no en nosotros mismos, por muy bien preparados que nos creamos y muy fuertes que nos sintamos. Por eso el Espíritu lleva a Jesús al desierto, para que se encuentre con el Amor de Dios y se comprometa a intimar con Él sin descanso. Es verdad, en el desierto también vendrán las tentaciones, como le pasó al pueblo de Israel, a los profetas y a todos santos. Alguien llegó a decir que al pie de la cruz siempre está Satanás para separarnos de la Salvación que nace de la lucha por Amar en el Señor, de la entrega de la propia vida en el Amor de Dios y del sufrimiento entregado al Amor del Padre para que Él lo convierta en Salvación para todos. Así lo vivió Jesús y María y todos.

Quien quiera ser como Dios, y todos –en el fondo de la existencia– lo deseamos, deberá aprender a escuchar al Señor de la vida y de la ciencia del bien y del mal. Solo se aprende eso con el ejercicio concreto de la escucha atenta. Quien ama y respeta aprende a escuchar. No es sencillo, sobre todo cuando quien nos habla nos pide ser libres de verdad y salir de nosotros mismos para ser más grandes que lo que pensamos y deseamos de nosotros mismos. El pecado no es solo ir contra una norma –eso sería un error, una falla o, si se quiere, un delito–; un pecado es mucho más y mucho peor que eso: es ir contra la Voluntad de Dios con el conocimiento de lo que hacemos y la voluntad de hacerlo, aun dándonos cuenta de que de nuestra decisión se derivan daños contra nosotros y contra otros, daños que siempre son contra Dios, aunque a Él, como tal, no le lleguen, pero Él los asume y los ‘sufre’. En el paraíso a Dios le duele la separación del hombre y en el Calvario Él acepta la total entrega del Hijo de hombre, vivida en el dolor que a todos nos salva.

Dios nos desea ver cada día más íntimos y disponible a lo que nos pida. Para eso necesitamos escuchar con docilidad la Palabra de Dios y no separarnos de Él. Es resultado es la feliz libertad.

Unidos en oración con María, Madre siempre abierta y disponible al Amor de Dios:

P. José Mª Domènech SDB

La tentación


“Busquen, ante todo el Reino de Dios y su Justicia, lo demás se les dará por añadidura.” Jesús nos ha dicho con suma claridad. Toda tentación busca separarnos es este ideal, ya sea por el egoísmo en la búsqueda de los propios intereses, ya sea tratando de manipular al mismo Dios, ya sea dejándonos llevar por la codicia de cualquier bien o aparente bien. Solo podemos tener éxito aprendiendo de la Palabra.

Absolutamente todos somos tentados. ¿En qué nos apoyamos para vencer a nuestro peor enemigo?

Si nos quedamos solos en la tarea de ser como Dios, estamos perdidos. Así sucedió a nuestros padres, que, en lugar de seguir las paternas indicaciones de Dios –que busca nuestra vida– escucharon al enemigo que engaña para esclavizarnos a la codicia de placer, poder y/o éxito: él sabe que pueden dominarnos.

Jesús nos salva gracias al don de su vida, fruto de una humilde y atenta escucha obediente al Padre.

La Palabra de Dios vive en nuestra conciencia y la tentación no la puede callar, aunque nosotros sí.

Toda tentación nos sugiere no hacer caso a Dios, como mostrándonos que no lo necesitamos para eso.

No podemos evitar la tentación, pero sí podemos no escucharla y seguir siempre la Palabra del Padre.

La debilidad humana cuenta con la defensa infalible del Amor de Dios y Satanás nada puede contra Él

El pecado destruye todo lo que se pone a su alcance y se demuestra ineficiente para construir en el bien.

Sólo vivir en la obediencia humilde de Cristo al Padre, a quien escucha con atención, nos lleva a todos al éxito, pues ahora, por el pecado de Adán, estamos sometidos a la muerte que trae consigo el pecado.

Vivir como siervo de Dios supone aprender a combatir contra el mal y la muerte por fidelidad a su Amor

El desierto –distancia de todo interés egoísta– es el lugar del encuentro íntimo con Dios, donde aprendemos a escucharle y a vivir según a su Voluntad. Nadie nunca se librará de las tentaciones, ni ahí.

Dios no está ni al servicio de nuestro interés personal ni para nuestro éxito ni para darnos ningún poder.

Pidamos a María vivir más atentos a la Palabra de Dios, para vencer la tentación y superar las caídas.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA – DOMINGO I

No es posible evitar las tentaciones, pero la Palabra de Dios nos da lo necesario para vencerlas en todos los campos y ser capaces de superar todo error

Gn. 2, 7-9; 3, 1-7:
El Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y soplo en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente... El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles... el árbol de la vida en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal... La serpiente era el más astuto de... los animales... que... Dios había hecho, y dijo a la mujer: «¿Así que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?» La mujer respondió: «Podemos comer de los frutos de todos los árboles... Pero respecto al árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de él ni lo toquen, pues de lo contrario quedarán sujetos a la muerte.”» La serpiente dijo...: «No, no morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol... serán como dioses, conocedores del bien y del mal.» ...la mujer vio que el árbol era apetitoso para comer... y deseable para adquirir conocimiento; tomó de su fruto y comió; luego se lo dio a su marido... y él también comió. Entonces se les abrieron los ojos y descubrieron que estaban desnudos. Por eso se hicieron unos taparrabos...

Salmo 503-6a.12-14.17: ¡Piedad, Señor, pecamos contra Ti!

Rm. 5, 12-19:
Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron... la muerte reinó desde Adán hasta Moisés... Pero no hay proporción entre el don y la gracia... Tampoco se puede comparar ese don con las consecuencias del pecado, ya que el juicio de condenación vino por una sola falta, mientras que el don de la gracia lleva a la justificación después de muchas faltas... si por la falta de uno solo reinó la muerte, con mucha más razón, vivirán y reinarán por un solo hombre, Jesucristo, aquellos que han recibido... la gracia y el don de la justicia... Y de la misma manera que por la desobediencia de un solo hombre, todos se convirtieron en pecadores, también por la obediencia de uno solo, todos se convertirán en justos.

Mt. 4, 1-11 : Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus... noches, sintió hambre. Y el tentador... le dijo: «Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes.» Jesús le respondió: «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» Luego el demonio llevó a Jesús... y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: «Si Tú eres el Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Dios dará órdenes a sus ángeles y ellos te llevarán... para que tu pie no tropiece con ninguna piedra.”» Jesús le respondió: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”.» El demonio lo llevó... a una montaña muy alta; y desde allí, le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: «Te daré todo esto si te postras para adorarme.» Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito: “Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él solo rendirás culto”.» Entonces el demonio lo dejó y unos ángeles se acercaron para servirle.











marzo 06, 2014

Corriere della Sera entrevista al Papa Francisco

Quiero decir dos cosas. Los casos de abusos son tremendos porque dejan heridas profundísimas. Benedicto XVI fue muy valiente y abrió el camino. Y siguiendo ese camino la Iglesia avanzó mucho. Tal vez más que nadie. Las estadísticas sobre el fenómeno de la violencia contra los chicos son impresionantes, pero muestran también con claridad que la gran mayoría de los abusos provienen del entorno familiar y de la gente cercana.

La Iglesia Católica es tal vez la única institución pública que se movió con transparencia y responsabilidad. Ningún otro hizo tanto. Y, sin embargo, la Iglesia es la única en ser atacada.

Vea el texto completo en:News.va Español en Facebook