enero 31, 2013

125 años en el Paraíso

Hace 125 años, papá Don Bosco dejó este mundo para ir al cielo, de la mano de la Señora que tanto amó.

Somos millones de sus hijos alrededor del mundo. Cantemos hoy a nuestro Padre! Que el mundo sienta, en todos nuestros idiomas y lenguas, que somos hijos de un gran hombre, Giovanni Melchiore Bosco Occhiena, un súper santo!



Himno a Don Bosco
Su concierto han entonado las campanas clamorosas
al que ha sido coronado de laureles y de rosas.
Un vibrar de corazones, de sonrisas y cantares
acompaña, entre oraciones, de la tumba a los altares.

Don Bosco te aclaman
cual padre y pastor
legiones inmensas con himnos de amor.


Triunfa, padre cariñoso, ya tus sueños terminaron
y en un hecho esplendoroso para el mundo se tornaron.
Mira en torno cuántos miles de tus hijos te reclaman,
¡cuántos pechos juveniles como padre te proclaman!

Don Bosco te aclaman
cual padre y pastor
legiones inmensas con himnos de amor.


enero 26, 2013

«Él me envió para llevar la buena noticia a los pobres»

Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 27 de enero.

Jesús se nos presenta como el Consagrado por el Espíritu para llenarnos de la Gracia y Libertad que son fruto de la apertura al Amor Misericordioso de Dios que nos da su Año de Gracia para la redención de todos los cautivos, atrapados en tantísimas esclavitudes de hoy y de siempre.

¡Ojalá que nosotros sepamos escuchar como lo hizo el pueblo, según se nos narra en la primera lectura: con un corazón abierto y dispuesto a recibir la Ley de santidad que el Señor les regalaba para su vida, paz y alegría, todos dones de Dios!

Que nuestro corazón no se endurezca, atrapado en la soberbia del que cree saberlo ya todo y dominarlo todo, como le pasó a los conciudadanos de Jesús, al que rechazaron en su propio pueblo, puesto que ya lo conocían y no les cabía en la cabeza que les estuviera anunciando que en Él se realizaban las promesas de las Escrituras. Creo que no hay nada peor que “ya saber”; creer que no necesitamos de Dios, pues nosotros somos nosotros y, por tanto, superiores a todos y casi en todo...

¿No podríamos decir que ‘el diálogo que se rechaza es condenación para el futuro’?
Creo que podemos decir con razón que la experiencia histórica, no solo de la propia vida, sino también de la ajena, que la soberbia es el mejor presupuesto para impedir la propia maduración y preparar todo tipo de desastres, que después obligaremos a soportar y a tener que superar a las generaciones futuras...

Dios siempre nos está cerca, pero no creamos jamás que se nos impondrá... Nunca lo hizo y jamás lo hará... Si le aceptamos, recibiremos su bendición, si le rechazamos, a la larga, veremos lo que perdimos, pero no lo podremos recuperar, aunque la misericordia de Dios, que nos conoce bien, siempre tiene dones especiales para cada uno, esté en la situación en la que esté,: si se abre, los gozará y, con él, los que le rodean, pues los dones de Dios nunca son individuales, por muy personales e íntimos que sean, sino que siempre son para el Bien Común de la Comunidad en la que la persona concreta está ahora.

María nos ayude –ella la mujer atenta a Dios y a los hombres– a vivir abiertos a los dones de Dios y a la Gracia de su cercanía misericordiosa: Año de Gracia y Amor.

Dios nos lleve a tener un corazón humilde y abierto a Él para estarlo a los hermanos que nos rodean.

Unidos en oración con María:

P. José Mª Domènech SDB

«Él me envió para llevar la buena noticia a los pobres»

Israel, por aquel entonces, era un país ocupado. No era fácil vivir lo que la ley pedía al Pueblo de Dios y se leía cada sábado. Por tanto, todo anuncio de libertad, claridad, dignidad y respeto era regenerador.

¿No vivimos una situación similar? No estamos ‘ocupados físicamente’ por una fuerza extrajera, pero hoy en día no es nada fácil vivir nuestra Fe; más todavía, no atinamos a formarla y profundizarla. ¿Estamos vacíos? Se nos ha opacado todo y nos cuesta creer en algo estable, salvo en nuestras creencias particulares.

Jesús se presenta a sus paisanos como el Mesías prometido, anunciado y esperado.

¡Sorprendente!

¿Nos llega este anuncio de Jesús? ¡¡Es muy actual!! ¿Lo creemos, lo proclamamos como personas y Comunidad que sigue el camino de Jesús porque cree en Él y con Él forma un solo cuerpo por el Espíritu que nos une y nutre con la Palabra, los sacramentos y la vida de intimidad con el Padre en el Hijo?

La persona que escucha la Palabra de Dios en la Comunidad cristiana tiene la certeza de que es el mismo Dios quien se comunica con ella. Aprovecharla dependerá de su atención, sencillez, humildad y apertura. No hacerlo es quedarse solo. Por eso Jesús nos pide que volvamos a la sencillez de los niños para dejar entrar a Dios en nuestra vida. Los de Nazaret quedaron sorprendidos, pero ¿qué pasó después?

La Palabra de Dios es poderosa; su influencia es decisiva en la vida de las personas y Comunidades que la escuchan con el corazón abierto y disponible por el Amor en el que viven. Transforma y plenifica.

Saber escuchar con corazón abierto y saber valorar la Palabra recibida, nos lleva a la paz y la alegría

Si el fiel está honestamente abierto a la Palabra de Dios, ésta le libera y llena de Vida, para eso nos vino.

La real conversión siempre es motivo de alegría para Dios y el pecador, por la renovación de su Amor

Dios, nuestro Padre, nos hace un solo cuerpo en Cristo para que el mundo conozca y reciba su salvación

Somos el Cuerpo de Cristo para desarrollar, con su mismo Espíritu, la Misión que el Padre le confió.

En diversidad de dones, todos viviendo con la misma docilidad de Cristo, ofrecemos al mundo el testimonio del poder regenerador y enaltecedor de la Gracia del Amor de Dios que nos salva y santifica.

Jesús quiere anunciar a los suyos, de ayer y de hoy, el año de gracia para el que el Padre le ha enviado.

Jesús es el Mesías que durante tantos siglos ha esperado el Pueblo elegido, ...nosotros. Lo dice claro.

Era el Hijo de Dios encarnado quien se lo anuncia y lo que ofrece era maravilloso: los aplastados por la cautividad, esclavitud y miseria, serán liberados, los ciegos verán, trae el año de gracia del Señor.

La reacción de los de su pueblo, primero, fue de asombro y, después, de rechazo. ¿Y la nuestra cuál es?

Pidamos a María saber escuchar atentos y recibir a nuestro Salvador cada día asumiendo su Palabra.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO C – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO III

Jesús proclama que ha sido enviado para liberarnos de toda esclavitud. Formamos en Él un solo cuerpo para que ofrecer al mundo su Vida y Libertad.

Neh. 8, 2-4a.5-6.8-10:
"El Sacerdote Esdras trajo la ley ante la Asamblea... leyó el libro en la plaza... en presencia de los hombres, de las mujeres y de los que podían entender. Y todo el pueblo seguía con atención la lectura del libro de la Ley... Luego se inclinaron y se postraron delante del Señor con el rostro en tierra... Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote escriba, y los levitas... dijeron a todo el pueblo: «Éste es un día consagrado al Señor, su Dios: no estén tristes ni lloren... porque la alegría del Señor es la fortaleza de ustedes»".

Salmo: 188-10.15: "Tus palabras, Señor, son espíritu y vida"

1Cor. 12, 12-30:
"Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno; y estos miembros... no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo –judíos y griegos, esclavos y libres– y todos hemos bebido de un mismo Espíritu. El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembro de este cuerpo".

Lc. 1, 1-4; 4, 14-21: "...después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo he decidido escribir para ti... a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido... Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu y su fama se extendió por toda la región... Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró, como de costumbre, en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías...: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió para llevar la buena noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y a proclamar un año de gracia del Señor». Jesús cerró el libro... Todos... tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír»".





enero 24, 2013

Feliz 24!!!

Hoy, el primer 24 del año. Como es tradición, es el día de las Bodas!

Felicidades a las queridas FMA que están de Aniversario.

Bodas de DIAMANTE:
Sor Edith Fernández
Sor Teresa Sánchez
Sor Lucía Potestà

Bodas de ORO:
Sor Carmen Laos
Sor Carmen Garay
Sor Matilde Nevares
Sor Emiliana Santillana

Bodas de PERLA:
Sor Raquel Ibarra

Bodas de PLATA:
Sor Luz María Ramírez

Y realizarán sus votos perpetuos Sor Evelyn Díaz y Sor Nery De la Cruz.

Acompañemos con nuestras oraciones, de agradecimiento al Señor por las vocaciones de nuestras hermanitas, que han entregado su vida al servicio de las niñas y jovencitas para que ellas puedan sentir la alegría del amor de Dios en sus vidas.

Que nuestra Madre Auxiliadora les proteja siempre!


enero 09, 2013

Bautismo del Señor

Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 13 de enero.

Con la celebración de la fiesta del Bautismo del Señor se cierra el tiempo de Navidad.

En este tiempo se nos ha presentado al Mesías en sus varias dimensiones, todas vitales: como niño débil y sencillo, que encierra todo el Amor Omnipotente y Pedagógico –y por eso no-impositivo– de Dios; como propuesta definitiva de Salvación para toda la humanidad, propuesta que necesita ser aceptada, y como Hijo predilecto del Padre, al que el mismo Padre, más adelante, nos pedirá que escuchemos con atención dócil y responsable.

No es súper hombre que nos empequeñece y nos deja la consciencia de nuestra inutilidad y dependencia, sino alguien que nos muestra, por nuestros mismos caminos ordinarios y con nuestras mismas fuerzas, multiplicadas por la Gracia de Dios que a nadie se le niega, que el plan primigenio de Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» no solo no es ni idílico ni imposible, sino que es la vocación básica a la que toda persona humana está llamada y el ansia que cada uno lleva viva en lo más profundo de su corazón: ¡¡¡O somos como Dios, o hemos fracasado!!! Y, de hecho, la realidad nos demuestra que la persona humana, en todos sus niveles, eso es lo que busca y desea. Lo malo es que anda muy desencaminada y con visiones de la realidad personal-social muy desquiciadas, porque el enemigo de la vida y del éxito humano lo ha logrado engañar desde el principio de su existencia, como persona y como Comunidad humana, y todos estamos sometidos a estos engaños, que tantas desgracias nos han traído y tantas tristezas, personales y sociales, han provocado a lo largo de toda la historia...

Si supiéramos escuchar a Dios en su Hijo y leer la historia desde la honestidad de los hechos, laudables o heroicos; degradantes y destructivos, que hemos visto aparecer en el multiforme desarrollo de nuestras sociedades; si los leyéramos sin manipulaciones ideológicas, que crean leyendas negras y blancas y desvían la atención y valoración que se debe dar a estos hechos, de otro modo viviríamos y funcionaría nuestro mundo.

Pero Dios también eso lo tiene muy presente y por eso no vino desde el poder, sino haciendo nuestro mismo camino, para, por un lado, darnos un ejemplo y, por otro, ofrecernos la Redención como un hecho de la historia, imborrable y definitivo, para cada persona humana, esté donde esté y sea quien sea. Lo que es, es y no se puede cambiar.

María nos enseñe a vivir abiertos al Señor de la Vida que está en medio de nosotros como Maestro y Guía, Señor y Salvador: Testigo indiscutible del Amor de Dios. En Él hemos sido bautizados, vivamos como Él en medio de nuestros hermanos.

Unidos en oración con María:

P. José Mª Domènech SDB

Bautismo del Señor


Con esta imagen desconcertante comienza el tiempo llamado ‘ordinario’: Jesús es, de verdad, uno más, es parte de un pueblo que necesita real conversión; sin privilegios, espera en cola y se bautiza como todos.

La fiesta del bautismo del Señor completa la manifestación de Dios al mundo. Jesús ilumina la vida humana: aparece como salvador en la historia humana (Epi-fanía), pero surgiendo de ella (Dia-fanía), de María, como fruto maduro del Amor pedagógico de Dios hacia nosotros en nuestra historia.

“Consuelen a mi Pueblo”. Viene a salvarle no un súper-hombre, sino ‘uno más’, pero con las actitudes que Dios pensó para la grandeza de todos: apertura honesta a la Palabra para vivir la Voluntad del Padre, que pasa por mediaciones, ordinarias y limitadas, sí; continuo esfuerzo de fidelidad, con sus necesarias consecuencias; alimentación sincera de su Fe en la intimidad con Dios y el respeto por la Comunidad.

La forma de bendecir al Señor es que vivamos como Él nos propone: en y a través de su Comunidad.

El bautismo es el segundo paso de nuestra conversión: en él aceptamos a Dios, Padre de Jesús, como nuestro real Padre personal –rechazando todo lo que no viene de Él ni es según Su Voluntad– y nos comprometemos a vivir como sus hijos reales al estilo y según el modelo de su mismo Hijo, Jesucristo.

En esta viva actitud retomamos el plan primitivo de Dios: ‘Hagamos al ser humano a nuestra imagen’. Dios, a todos, regala la vida y nos ofrece el bautismo, para unirnos a la Comunidad de sus hijos en Jesús. Nos toca aceptarlo o no. Él desearía decir de nosotros: “Es mi hijo muy amado, estoy satisfecho”

Dios quiere nuestra vida y felicidad, pero no depende de Él, sino de nosotros, a pesar que Él lo da todo

El Señor viene a salvarnos pues estamos sometidos a la tendencia del egoísmo y a tentaciones continuas.

Seguir al Señor nunca ha sido pacífico, pues el enemigo de la vida siempre trata de desviarnos. Pero tengamos paz: el mismo Dios, en su Amor personal, nos cuida, nos conduce y alimenta con su propia vida.

La acción de Dios es salvación para toda persona que se abre a ella y segunda su Voluntad de vida plena

El
La
Estamos

Por el bautismo asumimos la Voluntad de Dios como nuestra y esto nos muestra como sus hijos amados

Dios siempre está en nosotros, ¿estamos a la expectativa de su presencia en nuestra historia? Jesús se pone en fila, como todos: quiere ser fiel a Dios, quiere cumplir su Voluntad y dar vida a todos como Él.

El Padre lo consagró por el Espíritu, como lo hace con nosotros y para lo mismo: que lo conozcan a Él.

El Espíritu nos consagra como hijos amados de Dios y eso se hace concreto, en nuestra vida de Fe en Él.

Pidamos a María
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO C – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO I
BAUTISMO DEL SEÑOR

Dios manifiesta, en Cristo Jesús, cuál es el camino de la salvación de cualquier persona humana. La responsabilidad final está siempre en nosotros.

Is. 42, 1-5.9-11:
"¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios! Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo se ha cumplido... se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán..., porque ha hablado la boca del Señor... Ya llega al Señor con poder y su brazo le asegura el dominio... Como un pastor, Él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz".

Salmo: 1031b-2.24-25.27-30: "¡Bendice al Señor, alma mía"

Tt. 2, 11-14; 3, 4-7:
"La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús... Él nos salvó, haciéndonos renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo... a fin de que, justificados por su gracia, seamos en esperanza herederos de la Vida eterna".

Lc. 3, 15-16.21-22: "...Juan Bautista... les dijo: «Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo... Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego». Todo el pueblo se hacía bautizar y también fue bautizado Jesús. Y, mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección»".





enero 04, 2013

Epifanía 2013

Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 6 de enero.

Reyes, no reyes; magos, no magos. No importa mucho, pues lo vital en este relato es la manifestación del Señor a todas las personas de buena voluntad. Éstas son las personas que saben ver, o quieren aprender a hacerlo, las “Estrellas” del Amor de Dios que el Señor manifiesta con frecuencia en su vida; la Luz de Vida nueva y de Paz profunda que el Señor va ofreciendo a todos a lo largo de nuestra vida común y prosaica que parece no valer para mucho, sobre todo cuando la sentimos rodeada de problemas y dolores de los que no siempre entendemos ni el valor ni el sentido.

Los problemas jamás faltarán y muchos de ellos, quitando los que nosotros mismos nos armamos, nos vienen por vivir en esta sociedad, donde cada uno hace lo que mejor les parece, pero a veces sin tener demasiado en cuenta a los que les rodean, y creando, así, situaciones que ni ellos desearían para ellos mismos o para los que aman, pero ahí están, ya los crearon y hay que afrontarlos.

Es inútil acusar a Dios y criticarle por permitirlos: somos libres y ejercemos nuestro derecho, muchas veces con muy poco respeto por nosotros mismos y los demás. Dios mismo queda, en este proceso de decidir, de ordinario, dejado de lado, ¿a qué viene, ante las consecuencias, echarle la culpa? ¿No es un poco desenfocado y prepotente de parte nuestra? ¿O es la ignorancia o incoherencia de necesitar descargarnos y culpar a alguien que no nos devuelva la pelota de inmediato? Ciertamente Dios no lo hará, pero sí lo hará, y sin contemplaciones, la vida misma.

Dios nos manda continuas señales de su Amor, pero necesitamos la honestidad de tenerlo en cuenta, de buscarlo, de aprender a leer los acontecimientos con una conciencia honesta y pura, es decir, sin manipulaciones ni psicológicas, ni religiosas, ni ideológicas, ni culturales...

En esta catequética historia de los magos, vemos diversas actitudes contrapuestas, ante la misma realidad. ¿Cuál de ellas es la nuestra? No nos precipitemos en la respuesta. Honestidad es futuro.

Que el Señor nos ayude a buscarle cada día con un corazón más honesto y humilde que aprenda a ver los signos –estrellas– de su Amor y oferta de Vida nueva para todos.
María nos acompaña en nuestro caminar hacia el Padre con Jesús, como todos los discípulos de Cristo a lo largo y ancho del mundo.

Unidos en oración con María:
P. José Mª Domènech SDB


Epifanía del Señor


El profeta nos invita a la confianza. La razón no está en nosotros, sino en el Señor que viene con su gloria. Él, si le dejamos, llenará de su luz la vida que desarrollamos en nosotros y a nuestro alrededor. A Él podemos abrirnos solo con nuestra honesta atención y con nuestra voluntad de dejarnos iluminar y guiar.

La salvación de Dios está destinada a toda persona, también los no creyentes en Cristo, bautizados o no.

Pablo nos confiesa que, ya ahora, la promesa del Señor, y su herencia, está siendo participada, gracias al Evangelio de Cristo, por todos los que aceptan al Señor de la Vida, paganos incluidos –no llamados en un primer momento– pero, desde que se abrieron a Dios, son miembros del único Cuerpo de Cristo.

Lo importante de esta fiesta no es el relato de los supuestos magos –y menos reyes–, sino la epifanía del Señor; es decir, Cristo es presentado a los paganos –y aceptado– como el Señor que viene a regir la tierra para salvarnos, aunque muchos judíos se sobresalten y hasta sus autoridades, a todo nivel, lo rechacen.

Los personajes presentados en el relato cada uno reacciona a su modo y bajo su responsabilidad: los poderosos –Herodes, los sumos sacerdotes y los escribas– se apoyan unos a otros para afrontar lo que perciben como un peligro: el ‘rey que ha nacido’, al que los extranjeros vienen a adorar, a rendirle homenaje. No es la actitud de los judíos, pero sí la de otros como María, su madre, los ‘magos’ y los sencillos.

La salvación llega para todos; pero para ver la luz y la salvación que se nos da, se necesita vivir abiertos

El profeta ofrece una visión que nos invita a la esperanza. La “Luz” habla de redención por la presencia del Señor, pues, donde se permite la libre presencia del Señor, renace la vida y surge la esperanza.

La Vida nueva y la Comunión de los pueblos hace surgir la esperanza: todos hermanados en el Señor.

Nadie, si se abre, queda excluido de las promesas del evangelio ni del Cuerpo de Cristo ni de su herencia

El proyecto de Dios, desde el principio de la creación, ha sido de Comunión: ésa es la imagen de Dios.

La Comunión de las personas divinas es el modelo que Dios ofrece a la humanidad: todos unidos en la misma mesa del amor fraterno para el enriquecimiento mutuo y la construcción de la real familia humana.

Estamos llamados a construir hoy plenitud de vida. Toda discriminación es muerte, fruto del pecado.

Desde oriente buscaron al Rey y, encontrado, lo adoraron como a su Señor y Dios y con Él regresaron

En la vida es más vital saber buscar que encontrar; pues el primero, y no el segundo, si encuentra, sabe aprovechar, sabe estar atento a los signos, sabe perseverar y, si es necesario, sabe sacrificarse.

María es la siempre atenta a los signos de la presencia de Dios en la vida cotidiana: es toda pura.

Los que buscan a Dios viven la alegría de encontrarlo, bendecirlo, adorarlo, ofrecerle su vida en paz, porque Dios siempre está presente, aunque no se nos presente siempre cómo y/o con la claridad soñada.

Pidamos a María buscar siempre a Dios y saber ver, en cada realidad diaria, las estrellas de su Amor.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO C – TIEMPO DE NAVIDAD – DOMINGO II
EPIFANÍA DEL SEÑOR
Dios jamás nos olvida, pero nosotros no es que le estemos demasiado atentos; pues, si estamos atentos, podemos contemplar la salvación y gloria de Dios

Is. 60, 1-6:
"¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti! Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad, a las naciones, pero sobre ti brillará el Señor... Las naciones caminarán a tu luz y los reyes al resplandor de tu aurora... se volcarán sobre ti los tesoros del mar y las riquezas de las naciones llegarán hasta ti... Todos ellos vendrán... trayendo oro e incienso, y pregonarán las alabanzas del Señor”.

Salmo: 711-2.7-8.10-13: “¡Pueblos de la tierra, alaben al Señor!”

Ef. 3, 6-6:
“¡Seguramente habrán oído hablar de la gracia de Dios, que me ha sido dispensada en beneficio de ustedes... Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del Evangelio”.

Mt. 2, 1-12: “Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo». Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén... Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto... los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño... el entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y, postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y... volvieron a su tierra por otro camino”.