julio 25, 2009

"Mis cinco panes (que son una promesa)"

El querido padre Josemaría nos envía su sugerencia homilética para este domingo:

La vida se nos ha concedido para que aprendamos a hacernos "pan", para que aprendamos ha hacer que todo lo que vivimos y ofrecemos se convierta en alimento para todos los que nos rodean y muy particularmente para aquellos a los que nos debemos: el maestro a los discípulos, los padres a los hijos, los hijos a los padres, los hermanos a los hermanos, los sacerdotes a los miembros de la Comunidad a la que el Señor le ha enviado, los vecinos a los vecinos, los políticos a los ciudadanos, los comerciantes a los compradores, los servidores públicos a los usuarios de estos servicios, los médicos a los enfermos, los superiores a los que les han sido confiados...

Nadie es inútil y todos debemos saber construir sirviendo y ofreciendo lo poco que tengamos, aunque nos estemos muriendo o nos consideremos sin nada. La vida es un don para ser entregado, si no, lo perderemos, la muerte nos lo arrebatará, nos acusarán de haberlo inutilizado y acabaremos haciéndolo nuestra propia condena y verdugo.

El único Señor de la Vida nos pide que aprendamos a vivir dándonos de comer con generosidad, es decir, estando siempre a disposición del bien de los que nos rodean para que todos tengan lo suficiente y sobre: ésa fue la vida de Jesús y de todos los santos.

El Señor nos bendiga.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB


"Mis cinco panes (que son una promesa)"

Nadie acepta ser un fracaso. Muchas reacciones violentas son un grito de auxilio, solo que inadecuado. Todos deseamos ser mejores y nos sentimos bien cuando lo logramos, solo que no es fácil, y menos para el que ya carga con la experiencia de más de un fracaso.

¿Nuestra civilización no grita pidiendo ayuda para llegar a una vida más plena, que ha perdido? ¿Los cristianos, estamos desorientados porque no estamos bien centrados en el Dios de la Vida y lo que nos pide, y por eso no sabemos ayudar en los casos concretos, que son los que hacen la historia? Todos sabemos construir teorías... pero éstas, muchas veces, más estorban que ayudan, si el centro no es el bien del hermano sino la teoría o nosotros o nuestro grupo.

El profeta, apoyado en su abandono en Dios y su Gloria, construye una solución abundante ante una necesidad concreta y desbordante. Es Dios quien alimenta a su Pueblo.

Muchos problemas se generan cuando se buscan los intereses individuales: dioses y cultos particulares. A más ‘distancia’ entre personas y comunidades, defendida sin diálogo honesto, más mentira, desazón, carencias, violencia, muerte y destrucción: es decir, menos futuro feliz.

Jesús es el maestro que enseña a construir alimentando desde lo ‘poco’ que se tenga y cuidando, en primer lugar, el bien de hermano y la comunidad para un futuro estable y feliz.

Toda vida humana vive experiencias que sacuden y exigen buscar mayor profundidad de vida

Dios nunca nos abandona, en ningún problema, sino que se nos acerca más, lo malo es que, en lugar de abrirnos con confianza, infantilmente nos peleamos con Él y le culpamos.

Toda mujer o varón, tiene y vive realidades que le inquietan y obligan a ir más allá.
Solo en el Señor, que nos llena con su Amor, se consigue la plenitud que deseamos.
Un hombre de Dios, que vive en el Señor, ayuda a leer la vida desde los ojos de Dios.
Si nos llenamos cada día de lo que el Señor nos da, su Amor, aunque suframos, Él nos colmará de su paz y la vida será más digna y capaz de testificar que Dios es el único Señor y que su Amor llena la existencia de una serenidad que lo supera todo, aun el dolor y la muerte.

El anhelo de plenitud que Dios ha puesto en nuestro interior es un acicate para que cada día busquemos no dejarnos aplastar por nada, sea lo que sea, que nos esclavice en el atolondrador individualismo que destruye personas, culturas y posibilidades de mayor dignidad.

Vivimos para la Salvación, Vida plena, y esto se construye buscando el bien de los últimos

En la multiplicación de los panes Jesús busca poner en movimiento el sentido de solidaridad de todos los presentes: dialoga con Felipe, interviene Andrés y el muchacho, obedece la multitud, actúa el Padre y recogen los discípulos. Todos para el bien de todos.

La Eucaristía es el Sacramento de la solidaridad Salvífica para el mundo. En ella todo se multiplica: Cristo da su Vida y, en Él, los fieles se comprometen a hacerse Pan para la Vida.

Pedimos a María hacer vida el alimento de Cristo para ser Pan de Cristo para todos.

Padre José María Domènech Corominas, sdb



CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XVII


2R. 4, 42-44: "...Eliseo dijo a su sirviente: «Toma estos veinte panes y dáselos a la Comunidad; que coman»... «...Esto dice el Señor: ‘Todos comerán y todavía sobrará’». El sirviente lo repartió, comieron todos y todavía sobró, como había dicho el Señor."

Salmo 144: "Apenas abres Tú la mano, Señor, y con gusto nos sacias de tus favores"

Ef. 4, 1-6:
"Yo, preso por el Señor, les suplico que vivan como lo pide su vocación: con humildad, mansedumbre, paciencia, soportándose mutuamente en el Amor... estrechando la unidad del espíritu con el vínculo de la paz... Un solo cuerpo y un solo espíritu... Un solo Señor y una sola Fe... un solo Dios y Padre de todos..."

Jn. 6, 1-15: "...Jesús se marchó... Le seguía mucha gente... subió a la montaña y se sentó con sus discípulos. ... preguntó a Felipe: «¿Dónde podríamos comprar pan para que puedan comer todos?» ... Felipe respondió: «Necesitaríamos mucho dinero...» Andrés... dijo a Jesús: «Aquí tenemos a un muchacho que tiene cinco panes de cebada y tres peces...» Jesús pidió que hicieran que todos que se sentaran... tomó los panes, recitó la acción de gracias y los repartió... lo mismo hizo con los peces... dijo a sus discípulos: «Recojan lo que ha sobrado, que nada se estropee»... llenaron doce canastas. ...Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró, solo, a la montaña."



julio 20, 2009

Don Antonio, ruega por nosotros

Esta noche, en el cielo encontraremos una nueva estrella, muy hermosa. Es el brillo del alma de Don Antonio Domènech Corominas, sdb, quien hoy empezó su Vida Eterna tomado de la mano de nuestra Auxiliadora.

Estemos felices, muy felices, y demos Gloria a Dios, pues ha nacido un nuevo santo en nuestra familia salesiana.

De parte del padre Josemaría, muchísimas gracias a todos los que estuvieron unidos a la familia Domènech Corominas en la oración por Don Antonio.

A continuación, un hermoso video publicado hoy por ANS, que presenta el agradecimiento que hiciera Don Pascual Chávez a Don Antonio en la Jornada de marzo de este año. Gracias, Don Antonio!


La noticia la recibimos del mismo padre Josemaría, en un gesto delicadísimo. Para saber más, pueden accesar a la ANS que la publicó así: Don Antonio ha vuelto a la casa del Padre

Para dejar condolencias a la congregación, a través de este link:
Condolencias P. Antonio Domènech

julio 16, 2009

El Señor es mi pastor, nada me falta!

El querido padre Josemaría nos envía su sugerencia homilética para este domingo, y un mensaje especial.

La liturgia nos habla de los Pastores del pueblo de Dios. Nos da así oportuna ocasión para agradecer por los Pastores que el Señor nos ha regalado. Cuántos sacerdotes santos existen aún en el mundo! En un mundo que se empeña cada vez más en denigrar la reputación de nuestros Pastores, incidiendo solamente en los errores y pecados de los caídos y sin mencionar siquiera la constancia y entrega de la mayoría.

Nosotros tenemos la enorme fortuna de contar con sacerdotes "a cabalidad". Pastores incansables, fieles a sus principios, que predican con el ejemplo de su propia vida y no con palabras inventadas o frases rebuscadas de la Biblia. Personas que viven en la sencillez extrema muchas veces, y aún así compartiendo lo poco que tienen con el prójimo a quien ven siempre como un hijo. Pastores humildes y dadivosos, generosos y austeros, que viven dando TODO para el prójimo y guardando NADA para ellos.

Estos hombres santos existen todavía en nuestro mundo. A estos hombres son los que llamamos Padres, porque nos hacen sentir tangiblemente la existencia de Dios y Su amorosa presencia en nuestras vidas.

Les pido a todos que por favor me acompañen en la oración por Don Antonio Doménech Corominas, hermano del padre José. Don Antonio tuvo el encargo de la Congregación de velar por la Pastoral Juvenil Salesiana y lo hizo muchos años hasta que debió dimitir por su salud. Hoy está muy enfermito puesto en las manos de Dios y unido más que nunca a nuestra dulce Auxiliadora.

El mejor gracias que podemos dar por tanta y generosa entrega es nuestra oración filial. Unámonos al Padre Josemaría en este momento. Gracias.


Ser cristiano es una gracia muy particular que el Señor nos regala y, con ella, nos confía la misión profética de anunciar su Amor, Paz y Vida Eterna para todos.

Lo haremos, primero y ante todo, siendo nosotros mismos testigos personales del Señor de la Vida. Cuando nuestra vida cristiana es sana, trae consigo la paz y la unidad en la comunidad.

La vida cristiana es sana cuando está centrada en Jesucristo y no en instituciones, que no deben despreciarse, pues fue Él quien la fundó en sus bases; y, menos todavía, en costumbres, que tanto nos distancian y hasta nos enemistan. El Señor es nuestra paz, porque es nuestra Vida, y Vida Eterna, más allá de todo lo que no sea Él y su Amor.

El Señor desea que no nos dejemos atrapar por nada que nos impida alimentarnos de Él, de su Vida de Amor incondicional.

Solo Él es el Maestro que nos lleva a la Vida y a ser dadores de vida.

Todo lo que nos aleje de Él acabará alejándonos de los hermanos y provocando que los usemos, en degradación creciente, para buscar, de un modo u otro, nuestro beneficio.

Vivamos en el Señor, pues solo Él nos une y nos llena de su Paz y Vida, de la que deberá vivir el mundo que amamos y deseamos ver cada día mejor y más digno.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

NB. Una oración especial por mi hermano Antonio que ya está caminando el final del camino de esta penúltima etapa de su vida. Gracias.


El Señor es mi pastor, nada me falta!

¿Quién soy? ¿Adónde voy? ¿Para qué sirvo, fuera de lo que se me pide hacer en el trabajo, en casa, en el barrio, con los amigos, en el grupo o iglesia?

¿No nos sentimos muchas veces como verdaderos anónimos en la masa? ¡Como si fuéramos ‘nadie’ en medio de tanta gente! ¡No siempre nos sentimos tomados en cuenta! Muchas veces vivimos como si nos usaran o nos pidieran más de lo que creemos poder… ¡Cuántas desorientaciones, angustias, violencias interiores y exteriores e inseguridades inconfesadas!

Para llorar… ¡Cuántos se equivocan porque les señalan, como buenos, caminos errados y después no encuentran salida digna, respetuosa y sanadora! Nadie los defiende, ni les orienta.

Muchas guerras, de todo tipo, son construidas artificialmente por intereses escondidos: pequeñas y grandes; personales, familiares, vecinales, nacionales, internacionales. ¡¡Y todos tienen razón!! El único no importante es el que debe pagar las consecuencias, sea quien sea. Ideologías descabelladas, teorías con pretensiones casi dogmáticas… y, en medio de todo, tantas personas desorientadas, perdidas, separadas, con enemistades creadas y mantenidas desde fuera.

No muchos tienen la experiencia de la presencia Providente y bondadosa del Dios que nos cuida, porque nos ama. Y, sin embargo, ésta es una gozosa y muy objetiva realidad.

El Señor Jesús es nuestro pastor y, como tal, da su vida por nuestra felicidad plena. Nunca se cansa de estar cerca e interesarse por nosotros, aunque no le prestemos mucha atención o le despreciemos. Dios no actúa según la respuesta sino según nuestras reales necesidades.

Ser cristiano incluye una grave responsabilidad, la propia de los pastores, pues lo somos

Los cristianos, con nuestro compromiso de vida, orientamos, o no, no solo nuestra vida hacia Dios sino también la de nuestro mundo. Cuando un cristiano está más preocupado de complacerse a sí mismo o a su mundo, y no tanto al Dios que le da cada día Su Vida, se convierte en un pastor traidor que desorienta o desvía a sus vecinos y conciudadanos señalando como verdaderos y válidos los criterios de la moda, que nadie asegura sean los salvíficos de Dios.

El profeta nos llama la atención: nuestra responsabilidad en el mundo es grave; debemos ser como Dios y en toda decisión debe buscar el bien profundo y eterno de los que nos rodean.

Los que construimos este mundo desde el Evangelio, construimos, como Dios, la unidad.

Un criterio de la presencia salvífica de Dios es la unidad más allá de lo ‘natural’.

Donde a Dios se le deja actuar con libertad y se le acoge con sencillez y docilidad, surge la unidad, incluso de los contrarios, y ésta siempre se basará en el Amor y Verdad de Dios.

Nuestro actuar debe seguir siempre este camino: construir en Cristo nuestras relaciones.

La vida cristiana madura si nos acercamos a Jesús, que se interesa por cada uno de nosotros

En nuestro mundo no es difícil cansarse y, si nos quedamos solos, desorientarse.

Cristo nos invita a seguirle y a reposar en Él, en su intimidad, para saber alimentarnos y alimentar. Lejos de Él, los ‘alimentos’ están contaminados de protagonismo y ansia de poder.

Cristo nos hace pastores que saben ofrecer el alimento saludable de las bienaventuranzas.

Pedimos a María saber fiarnos de su hijo Jesucristo y alimentarnos de Él en su intimidad.

Padre José María Domènech Corominas, sdb



CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XVI


Jr. 23, 1-6: "Ay de los pastores que pierden y dispersan las ovejas... Yo les pediré cuentas... de todo el mal que han hecho... Yo mismo recogeré a las ovejas dispersas... les daré pastores... haré germinar un brote legítimo del linaje de David... hará que reine en el país la justicia y el bien… Su nombre será: «El-Señor-es-nuestro-bien»."

Salmo 22: "El Señor es mi pastor, nada me falta"

Ef. 2, 13-18:
"Uds. antes estaban lejos de las promesas, pero la sangre de Cristo los ha acercado. Él es nuestra paz. Él ha destruido la barrera que los separaba y los mantenía enemigos... Así ha puesto paz... y ha creado una nueva humanidad centrada en Él... Por Él unos y otros tenemos entrada al Padre, guiados por un solo Espíritu."

Mc. 6, 30-34: "...Jesús les dice: «Vengan... a un lugar apartado para descansar»... no tenían tiempo ni para comer... Cuando Jesús desembarcó vio tanta gente que se compadeció porque eran como ovejas sin pastor. Se puso a instruirlos con calma."



julio 15, 2009

Gratitud es oración


Falta un mes exactamente para la fiesta de la Asunción, y para celebrar el día que nuestro amado San Juan Bosco llegó a este mundo.

Les invoco a rendir un homenaje anticipado de gratitud a nuestro santo por medio de la oración incansable, caritativa y sincera, pidiendo por las intenciones de aquéllos que, dejando todo, decidieron entregar su vida al servicio de Dios dentro de la familia salesiana.

Y por favor, pidamos por esta familia que tanto ha dado y sigue dando a la obra salesiana, los Domènech Corominas, que ahora están pasando el difícil trance de la enfermedad del padre Antonio.

Madre Auxiliadora, no desampares a éstos tus hijos tan amados, que tanto bien han hecho a tantísimos hijitos tuyos. Don Bosco, infunde tu fortaleza al padre Antonio, al padre Josemaría, a Sor Montserrat, a todos los hermanos Domènech Corominas.

Que todas nuestras oraciones sean para ellos.


julio 10, 2009

Los envió, de dos en dos...

El mensaje y la sugerencia homilética de nuestro querido padre José María para esta semana:

Somos llamados a invitar a otros a gozar de verdad la vida llanándose de Vida del que es Camino de Verdad para la Vida; es garanfía de felicidad; resurrección ante cualquier circunstancia.

¿Nos vamos a quedar sin anunciar el Evangelio con tantas personas que buscan la verdad, una vida que valga la pena, una alegría que no se marchite y no necesite ningún tipo de droga para poder mantenerse y expandirse?

¡Vete a profetizar que la religión no sirve para nada si te deja en ti mismo, si solo es tradición vacía de conversión y búsqueda de la Voluntad de Dios! Solo Dios puede llenar a los hijos de Dios, pues solo Él es su Padre. Por eso san Agustín escribió: "Nos has hecho Señor para ti, por eso nuestro corazón no descansa si no está en Ti".

El Señor nos conceda no dejar de buscar cada día conocer mejor a Dios para vivir siempre más íntima y amorosamente comunicados con Él, como María y con ella. Esto es garantía de la unidad eclesial, fecundidad vocacional y efectividad pastoral.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB


Los envió, de dos en dos...


¿Para qué vivimos? ¿Qué valor tiene nuestra existencia si no logramos lo que nos hemos propuesto? ¿Qué es la amistad, si no es para lograr algún servicio y resultado ventajoso?

La nuestra, es la cultura de la eficiencia, consumo, ganancia y del individualismo utilitarista; es una cultura de muerte: quien no produce o no consume, no me sirve, no vale, no existe.

¿Examinamos seriamente cuáles son nuestros objetivos? ¿A quién da Vida nuestra vida?
En Cristo Jesús hemos recibido todos los dones de Dios. Se nos confió su Evangelio para llenar de vida a los que nos rodeen, pues Él desea que todos tengan Vida y puedan verse liberados de sus desconciertos y desvaríos, qué tanto los paraliza, desvía y encadena a la muerte.

Estamos llamados a mostrar a toda la humanidad cuán grande y efectiva es la Misericordia de Dios, que es tan grande y libre que nos salva siempre, estemos como estemos, siempre que no nos opongamos a su eficiente Bondad y Amor por la Vida y Dignidad personal en la Paz.

La religión exterior, sin interioridad, es una religión llena de vacío que lleva la vida al fracaso

Dios envía al profeta para que avise a Israel de la falsedad de su culto: ¡está vacío de Dios!

La verdadera religión es buscar la Voluntad de Dios, el Padre que Salva con su Amor.
En la Fe cristiana, toda actitud religiosa honesta de verdad nace de la cariñosa intimidad con el Dios-Comunión y su Comunidad, muy humana y divina: a ella todos están llamados.

Los planes de Salvación de Dios, Comunión Trinitaria, son eternos y a todos abarcan
Nuestra vida de Fe es fruto de un Amor-Comunión, donde todos, personalmente, son importantes y las relaciones interpersonales son las que explicitan nuestra relación con Dios.

Para Dios es mucho más importante el interior que la apariencia: ése es el gran signo de la grandeza y veracidad de todo culto, porque la persona humana se define en su interior, no tanto fuera, lo de fuera expresa el interior, aunque muchas veces también lo oculte.

No cultivar el interior es sacrificar la vida personal y esclavizándose al qué dirán: muerte de la dignidad inalienable de cada persona. Si ésta no se cuida, morimos y... ¡matamos!

Pase lo que pase, no podemos callar la Buena Noticia del Reino: le va la vida al mundo entero

Nuestro anuncio no se apoya en los medios que garanticen la acogida, sino en la Voluntad salvífica del Dios-Comunión de Amor que nos envía. A Él nos debemos para servir bien.

No rechazamos los medios, de hecho ayudan y somos muy responsables de usarlos y ¡usarlos bien!, pero no dependemos de ellos. Lo único absoluto es nuestra relación con Dios.

El fracaso, agresión, pobreza de frutos, no nos debe detener, si en un lugar nos rechazan, nos ‘limpiamos’ su actitud, para no contaminar la misión recibida, y cambiamos de lugar, hasta que les llegue, también a ellos, su hora de Gracia y Salvación... y allí estaremos para servir.

Sanar y servir con la Palabra son dos signos de la presencia divina que, en su Providencia, siempre nos tiene en cuenta enviando a sus profetas para que nos abran a su Salvación.

Pedimos a María intimar siempre con el Dios de la Vida para serle dóciles y disponibles.

P. José María Domènech Corominas, sdb


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XV

Am. 7, 12-15: "«Vidente, vete de aquí. Huye a Judá... pero cuídate mucho de no volver a Bet-El...» Amós contestó: «Yo no soy profeta, ni pertenezco a ninguna comunidad de profetas. Yo soy pastor... el Señor... me ha dicho: “Vete a profetizar a Israel, mi pueblo”»."

Salmo 84: "Muéstranos, Señor, tu Amor y danos tu Salvación."

Ef. 1, 3-14:
"Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo... en Él nos eligió, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e inmaculados a sus ojos... nos destinó a ser sus hijos por Cristo... en Él fuimos rescatados al precio de su sangre... ha querido reunir en Cristo todo el mundo, tanto el del cielo como el de la tierra... Ustedes escucharon el anuncio de la verdad... y, en Cristo, han sido marcados con el Espíritu Santo prometido..."

Mc. 6, 7-13: "Jesús llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos... Les dio poder... les recomendó que, fuera del bastón, no cogieran nada para el camino... les decía: «Quédense en la primera casa a la que lleguen... Si en algún sitio no les quieren recibir, al salir, sacúdanse el polvo que se les haya quedado en los pies...» Los doce se fueron y predicaron a la gente que se convirtieran... Sacaban muchos demonios..."


Muchas gracias a todos los hermanos que siguen unidos en la oración por el padre Antonio Domènech; que Dios y nuestra madre Auxiliadora les colmen de bendiciones.


julio 06, 2009

"¿No es éste el carpintero?"

El mensaje y la sugerencia homilética de nuestro querido padre José María para esta semana:

¿Desanimarse? ¿Y por qué tenemos derecho a desanimarnos, si Dios, conociéndonos como nos conoce, no se desanima nunca de todas las maravillas que puede hacer con nosotros y nosotras?

Para Dios no hay problemas, nada le es imposible, pero si lo anterior es cierto, también lo es que nosotros sí podemos crearnos graves problemas si no aceptamos fiarnos de Él y hacerle caso en lo que nos pide, aunque en el intento de seguir su Voluntad nos equivoquemos muchísimas veces, pues lo importente no es tener éxito, sino ofrecerle a Él la posibilidad de hacer las maravillas que ha pensado en la construcción de su Reino, donde también nosotros tenemos un lugar destacado como colaboradores suyos en el estimulo y desarrollo de la vida, de la paz y del amor en nosotros mismos y entre nuestros hermanos.

Al profeta se le pide que anuncie la vida y las maravillas que Dios nos ofrece; que sea constructor de vida, aunque para eso, en algún momento, deba sacudir a los oyentes, incomodarlos, despertarlos... Es evidente que muchos se resistirán y hasta, tal vez reaccionen mal.

Paciencia.

Pero lo que más nos puede desanimar, para felidicad del enemigo de la vida y de la paz, Satanás, son nuestros propios defectos y pecados, que hasta pueden entorpecer el avance, en el que nosotros deseraríamos colaborar, del Reino de Dios. Satanás, después que hayamos caído, nos lo restregará o en la conciencia o sirviéndose de medios indirectos para que creamos que somos un estorbo para la expansión del Reino de Dios y, como no deseamos serlo, pues, o suplicamos que se nos libre de tantos disparates y nos retiramos..., o simplemente renunciamos a todo para no hacer daño y nos hundimos en la depresión... ¡No! El Señor se lo dice claro a Pablo: ¡Te basta mi gracia! ¡Tú sigue luchando, que yo seguiré en los mío para beneficiarte y, en ti y contigo, beneficiar a otros muchos. A Ezequiel le pide que sea profeta insistente, aunque todos se le cierren: ¡deben saber que Dios sigue enviando profetas a sus hijos! Jesús no se calla, aunque no se fíen de Él, le basta que Dios se fíe, después de todo es ante su Padre que Él responde, ante nadie más... Su único criterio es que los que se le acerquen puedan tener vida y tenerla en abundancia... Es decir, para Él es suficiente ser como Dios, dador de Vida, Paz y Concordia en el Amor y la Verdad.

Es la constate tarea de la Iglesia: por eso a pesar de todos los reveses, errores y limitaciones, no se calla, porque no puede... No se trata de ella, sino de la misión que su Salvador y Señor le ha encomendado, aunque muchas veces esa misma Misión le incomode a ella misma y hasta, aparentemente le deje mal... ¡Se debe al Señor, como el Señor ha querido deberse a ella!

Es la fidelidad conyugal al máximo nivel: Dios y su pueblo.

Podemos, confianza infinita, esperar de Dios la Salvación y la Vida porque éstas ya nos han sido prometidas y aseguradas con el Don del Espíritu, la Vida del Hijo y la Providencia del Padre...

¡¿Qué más queremos?!

¿Desanimarse? ¡¡¡Jamás!!!

Dios nos bendiga a todos.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB


"¿No es éste el carpintero?"


Nazaret, ¿pueblo creyente o cerrado y necio? Y nosotros, ante el Señor ¿qué somos?

Nazaret, como nosotros, un pueblo común y corriente, un pueblo de humanos: con sus cualidades y defectos; con sus ilusiones y religión; con sus costumbres y tradiciones; con sus conocimientos, certezas e ideologías. Éstas, ¡cuántas veces!, lo sabemos bien, son casi, y sin el ‘casi’, más sagradas que las realidades religiosas en las que decimos creer, a veces más que Dios.

Hay realidades que nos desconciertan porque realmente nos cuestionan o nos “amenazan” con despojarnos de nuestras “seguridades”. Antes de dudar de nosotros mismos, preferimos dudar de lo que nos cuestiona, con tendencia ordinaria a descalificarlo, para no tener que cambiar. Eso también pasa, y sobre todo, con Dios; salvo que estemos unidos a Él, o positivamente, por Amor y Fe que nos libera hasta el don, positivo, responsable y dialogante, de la vida; o negativamente, con la sumisión de una obediencia ciega, indialogante y temerosa del castigo.

Jesús se extraña de que los nazarenos no quieran creer. Al profeta se le pide predicar más allá de la respuesta que den los que reciben el don de la palabra de Dios. Pablo sigue en su misión, aun descubriendo no solo sus debilidades, sino todas reacciones negativas que su mensaje provoca: él se debe a Cristo, su vida y fortaleza. ¡Él es su central y único punto de referencia!

Nosotros, o nos centramos en el Señor Jesús, o nuestra fe no será jamás cristiana.

La Fe en Cristo nos da y pide personalidad cristiana: vivir centrados en Él, en su Providencia

Dios no falla nunca, pero solo lo gozan los que se fían de él: quien tiene otros dioses, recibirá de ellos lo que ellos le puedan dar, nada de plenitud y mucho de precariedad y angustia.

Los cristianos no somos ni mejores ni más fuertes, solo personas que vivimos, pase lo que pase, siempre en el Señor. La personalidad cristiana es la actitud interior de fidelidad a Dios, su Padre, porque le reconoce y acoge como el único valor, fortaleza y sentido de su vida.

Para el cristiano lo más importante es servir al hermano según la Voluntad del Padre.

Los cristianos estamos llamados a ser profetas de un Amor que nos supera y hace maravillas

Nuestra debilidad es inmensa, pero el poder del Señor, que salva siempre, es incuestionable; la poquedad y los muchos errores de la Iglesia, a lo largo de la historia, lo demuestran.

Dios confía en nosotros y nos envía, como profetas, a nuestro mundo; solo nos pide que avancemos, más allá de todo, por sus caminos y según lo que nos vaya indicando día a día.

Las maravillas en la historia las hace el Señor, aun con rechazos... ¡Fiémonos ahora!

La salvación viene del Señor y nos la hacemos historia a medida que la acogemos y vivimos.

Nuestros límites no son problema para el Amor Omnipotente, pero sí el que nos cerremos.

Para vivir dispuestos a Dios y siempre apoyados en su Providencia, en toda situación, necesitamos vivir en una relación de amor que sabe escuchar con profunda sinceridad aceptando que la Palabra cuestione nuestras seguridades y nos señale caminos, a veces duros y ‘peligrosos’: lo que nos lleve a dar vida, dando la propia, en sincera y responsable libertad, viene del Dios Amor, y nos salva de la muerte, fruto del individualismo asesino por buscar sus ventajas.

Pidamos a María nos auxilie para aprender fiarnos de Dios ante lo que nos pide entregar.

P. José María Domènech Corominas, sdb


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XIV

Ez. 2, 2-5: "El Espíritu entró en mí... y me dijo: «Hijo del hombre, te envío al pueblo de Israel... de cara dura y corazón empedernido. Te escuchen o no te escuchen, tú háblales... tienen que saber que hay un profeta en medio de ellos»."

Salmo 122: "Tenemos los ojos puestos en el Señor, esperando su misericordia"

2Cor. 12, 7-10:
"...Pedí tres veces al Señor que me librara, pero Él me respondió: «Tienes bastante con mi gracia, pues mi poder resalta más cuanto más aparece la debilidad de tus fuerzas»... Me agrada ser débil y verme ultrajado, pobre, perseguido y acorralado a causa de Cristo, pues cuando soy débil, es cuando, en realidad, soy fuerte."

Mc. 6, 1-6: "Jesús fue a Nazaret... comenzó a enseñar en la sinagoga... se extrañaron y decían: «¿De dónde le viene esto?... ¿No es el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, José, Judas y Simón? Sus parientes ¿no viven entre nosotros?» Y se escandalizaban... Y no pudo hacer ningún milagro... Se sorprendía que no quisieran creer..."


Muchas gracias a todos los hermanos que siguen unidos en la oración por el padre Antonio Domènech; que Dios y nuestra madre Auxiliadora les colmen de bendiciones.