abril 24, 2011

Pascua 2011


Comenzamos la solemnísima celebración de la Pascua del Señor. Solemnidad de solemnidades, ninguna fiesta cristiana está a este nivel. Ella es la que da sentido a todas las demás.

¡El Señor ha resucitado, como anunciaron las Escrituras! Es un día grande para todos.

Nosotros estamos llamados a vivir como resucitados para que el mundo pueda creer.

Dios, al enviar a su Hijo como testigo y dador de su Amor, pensó siempre y solo en nosotros

Pasó por el mundo haciendo el bien y sanando a los que estaban oprimidos por el mal. Descripción perfecta del apóstol Pedro al referirse a Jesús. Toda la vida del Maestro fue un estar atento a la Voluntad del Padre para llenar de vida y alegría a los que se le acercaban y le confiaban su necesidad de ser liberados del mal, sea físico, psíquico, moral o religioso.

No hemos nacido para la esclavitud, para ninguna esclavitud pues cualquiera de ellas no queda solo en la persona siempre tiene repercusiones, pues llega a marcar el ámbito social.

La peor de las esclavitudes es la del pecado, pues, aunque alguien en él encuentre auto-complacencia, siempre acaba auto-degradándose. Cuando la persona lo percibe se da cuenta de su proceso de descomposición moral, y, como no hemos nacido para esto, se siente mal y busca una salida. Cuanto más tarde en asumirla, más se angustia, se enferma perjudica y muere.

El pecado no tiene poder definitivo ante el Amor de Dios, Comunión Trinitaria

Fijarse en el pecado es darle poder, es la naturaleza del mal, que vive de la importancia y atención que le damos.

Dios nos libera pidiéndonos que nos fijemos solo en Él, pues somos sus hijos amados y Él es nuestro Padre, Maestro y Horizonte de grandeza y desarrollo infinito; Él es quien resucitó a su Hijo de entre los muertos para que su Vida fluyera a nosotros. Él, en su Amor, nos da su Espíritu, invitándonos, una vez más, a vivir aceptándolo como Padre, así lo vivió Jesús, el hombre cabal y perfecto, en quien se cumple plenamente todo el único Plan del Padre.

El pecado es creación del Maligno que desea destruir la obra exitosa de la Comunión Creadora-Salvadora-Santificadora, de Dios. Él nos enriquece con la cercanía de su Gracia.

Quien busca aprender a obedecer al Señor de la vida, tendrá en Él su futuro feliz.

Jesús nos llama a vivir como resucitados y así invitar, y enseñar, a nuestros hermanos a creer

Vivir como resucitados es vivir en la sencillez de mirar siempre al Señor para seguirle.

Este estilo de vida es capaz de renovar el mundo sin hacer ruido, pero con suma eficiencia, como levadura, nos da la capacidad de superar todo límite y esclavitud, sobre todo la del pecado. Cada persona y generación hace su camino; allí vemos los esplendorosos éxitos de Dios, el Padre Providente, el Hijo Fiel y el Espíritu Renovador, que nos lleva a la Santidad.

Pedimos a María nos enseñe a vivir todos los días como resucitados, dando Perdón y Paz.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


DOMINGO DE PASCUA

Vivir en el Resucitado, es el sentido de la vida cristiana en el mundo, sólo nosotros podemos dar esta riqueza: ¡somos responsables!


Hch. 10, 34a.37-43:
"...«Ya saben lo que ha pasado últimamente en todo el país de los judíos, comenzando por Galilea... Me refiero a Jesús de Nazaret... pasó por todas partes haciendo el bien y dando la salud a todos los que estaban bajo el dominio del demonio por que Dios estaba con Él [...] lo mataron colgándolo de una cruz... Dios lo resucitó al tercer día... Él nos ordenó que predicáramos al pueblo... Todos los profetas dan testimonio a su favor... quien cree en Él recibe el perdón de sus pecados en su nombre»."

Salmo 117: "Este es el día en que actuó el Señor, alegrémonos y regocijémonos en Él".

Col. 3, 1-4:
"Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo... su vida está escondida en Dios juntamente con Cristo..."

---------o bien----------

1Cor. 5, 6b-8: "...ahora que Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido inmolado. ...celebren la Pascua cada día... viviendo con sinceridad y verdad".

Jn. 20, 1-9: "María Magdalena se fue al sepulcro muy de mañana... Se regresó corriendo para decirle a Pedro: «Se han llevado al Maestro...»... salieron corriendo al sepulcro... llegó Pedro..., entró al sepulcro y vio... hasta aquel momento no habían entendido que, según las Escrituras, Jesús debía resucitar de entre los muertos."


abril 23, 2011

Sábado Santo 2011


Hoy es día de alegría y confianza, optimismo y compromiso: ¡El Señor ha resucitado!

El mensaje que las mujeres debían dar a los discípulos es el que nosotros, con el Espíritu nuevo prometido en Ezequiel, debemos dar a las nuevas generaciones en esta cultura de muerte. No temamos a las múltiples discriminaciones imperantes: ¡anunciemos la Vida Nueva!

La creación ha recuperado su sentido primigenio, los hombres somos invitados, como Abraham, a confiar en la Providencia y a dejarnos guiar por el Señor de la Vida, quien, para defender nuestros mejores intereses, entregó a su propio Hijo Único a la muerte y nos purifica con el agua y el fuego del Espíritu de Santidad y en la Justicia de su Amor.

Por la entrega de su Hijo nos libera no de Egipto, sino del pecado, que es la peor de las esclavitudes. Nos restaura en su Amor primero; nos regala su Palabra, que, por su propia naturaleza, es fecunda; nos invita a serle fieles para que podamos ser realmente felices y constructores de paz en el propio interior y, por eso, también en la familia y en el ambiente social.

Los dones de Dios son maravillosos, no nos resistamos a ellos. Recibamos con gozo la Salvación y vivámosla en creciente esfuerzo de fidelidad. El Señor nos invita a no temer.

Vuelvan a Galilea, dice a los discípulos; vuelvan a su trabajo diario, nos dice a nosotros, allí me verán, es allí donde deben anunciar, con los hechos del deber cotidiano, la Salvación.

Pidamos a María vivir nuestro bautismo, es decir, como salvados, resucitados en Cristo.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


SEMANA SANTA - SÁBADO SANTO

Dios nos ha creado para la vida plena, que es dar vida, por eso nos da el Espíritu del Resucitado: Don de Vida Nueva en un corazón


Gn.1,1-2,2:
"…el espíritu de Dios se cernía sobre las aguas… y vio Dios que era bueno… Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza… y vio Dios que todo lo que había hecho era verdaderamente muy bueno…"

Salmo 103: "Envía tu Espíritu, Señor que renueve la faz de la tierra".

Gn. 22, 1-13.15-18:
"…Abraham, Abraham… Aquí me tienes, Señor… …toma a tu hijo, a tu hijo único… y sacrifícamelo…Por no haberte resistido… juro por mí mismo que te llenaré de bendiciones… porque has obedecido lo que te pedí."

Salmo 15: "Protégeme, Señor, en ti encuentro mi refugio."

Ex. 14, 15-15,1a:
"¿Por qué estos gritos de auxilio? Ordena a los israelitas que se pongan en marcha… El ángel del Señor caminaba delante… Las aguas se partieron y los israelitas caminaron por tierra seca en medio del mar… Aquel día el Señor salvó a Israel de la mano de los egipcios…"

Salmo Ex. 15: "Canten al Señor, sublime es su victoria".

Is. 54, 5-14:
"Tu creador se ha hecho tu esposo… Quedarás sólidamente restaurada, rodeada de afecto…

Salmo 29: "¡Con qué alegría te ensalzo, Señor."

Is. 55, 1-11:
"…los sedientos, vengan por agua… busquen al Señor ahora que se deja encontrar… Así como la lluvia y la nieve caen del cielo y no vuelven… así mi palabra… no volverá a mí sin haber hecho lo que yo quería y cumplido la misión confiada."

Salmo: Is.12: "Con alegría irán a buscar agua de las fuentes de la salvación"

Ba. 3, 9-15.32.4,4:
"Escucha Israel, los preceptos de vida… Él es nuestro Dios nadie se le puede comparar… No des a otro tu gloria… Nosotros conocemos cómo debemos agradar al Señor."

Salmo 18 "Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna"

Ez. 36, 16-17a.18-21:
"…obraré… en consideración a mi santo nombre, que ustedes han profanado entre los gentiles… les reuniré de todos los países y les haré regresar a su tierra… derramaré sobre ustedes agua pura para purificarles… Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo en su interior… mi espíritu… Habitarán en la tierra que di a sus padres. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios."

Salmo 41: "Como la cierva busca corrientes de agua viva, así te busco a Ti, Dios mío"

Rm. 6, 3-11:
"Todos los que hemos sido bautizados en Cristo, nos hemos sumergido en su muerte… Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos en Él… Ustedes están muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús."

Aleluya / Salmo 117: "Aleluya, aleluya, aleluya"

Mc. 16, 1-8:
"…«¿Quién nos moverá la piedra...?» ...la piedra ya estaba apartada. «No tengan miedo. Buscan a Jesús de Nazaret, el crucificado. ¡Ha resucitado!, no está aquí. Digan... a Pedro que irá delante de ustedes a Galilea; allí le verán...»"

abril 22, 2011

Viernes Santo 2011


El viernes santo es el día del amor hasta el extremo: dar la propia vida en sacrificio expiatorio por nuestra salvación y esto hasta el punto de no quedarle nada... solo en el sepulcro.

¡Existió sino para salvar y socorrer a los débiles, pecadores, enfermos; a los que malviven según sus limitadísimas posibilidades y no logran comprender sus reales necesidades para cumplir el fin profundo de su vida, que les tiene existencialmente inquietos! Fue masacrado por nuestras rebeliones, dice el profeta. Su salvación fue la confianza en el Amor de su Padre.

Nacimos para algo más que para vendernos para pasarla bien o para los aplausos de otros

El éxito personal del ser humano, en maduración continua, y sobre todo del creyente está en la vida que se desarrolla al darla, sin buscarse a sí mismo ni el efímero aplauso de los demás.

Es evidente que cuesta y duele. Todo lo valioso se consigue con disciplina y sacrificio.

El autor de la carta a los Hebreos lo dice con claridad: sufriendo aprendió a obedecer... y la obediencia le enseñó el camino de la libertad que da sentido a la vida: aceptar el dolor que trae consigo el dar vida a otros y la disciplina de buscar la verdad para el bien para no quedar en las apariencias del brillo de lo pasajero, que mañana ya no es considerado valioso.

El Señor da la vida, porque la tiene en abundancia, para que seamos felices desde el fondo.

Todo Dios se nos entrega en amor para la Vida de todos sin distinción

Esta entrega redentora del Señor en sacrifico de amor para la Vida Nueva de todos, tiene sólo una motivación: comunicarnos y compartir con quienes lo acepten, el Amor libérrimo de la Comunión Trinitaria, entregado a nosotros por el Hijo obediente al Padre por la fuerza transformadora del Espíritu.

Las tres personas de la Santísima Trinidad estuvieron, y siguen estándolo, presentes en el sacrificio del calvario, tanto el cruento de hace 20 siglos, como el incruento en cada uno de los sacrificios Eucarísticos del mundo, celebrados en cada momento de nuestra historia.

Hoy el pueblo de Dios ora al Padre, como Jesús en la cruz, por todos los hombres, de cualquier cultura, sexo y condición social y religiosa, porque Cristo se dio por todos.

No es el sacrificio ni las razones lo que salva, sino el Amor del Dios que ama la vida y la da

La horrible experiencia de Jesús debe ser mirada desde la sapientísima obediencia de Jesús a la Voluntad salvífica del Padre esta mirada nos da la perspectiva adecuada.

O miramos desde arriba o nos perdemos en la maraña complicadísima, y por eso muchas veces incomprensible, de la historia. Son millones de visiones de la realidad: ¡y la mayoría de ellas están seguras de tener la razón casi en forma incuestionable! Ellas pueden cuestionar a los demás, porque ellas están convencidas de que saben, conocen, tienen la verdadera perspectiva. ‘¿Quién, que sea inteligente, podrá atreverse a dudarlo?’, dicen. Al menos ellos no lo dudan.

¿No hace, esta actitud, dificilísima la convivencia?: cuántas guerras, pequeñas y grandes; sociales; familiares; supuestamente religiosas e ideológicas. Los que las arman no se creen necios, sino tener razones ‘justas’. Pero, de ordinario, no tienen ni la perspectiva adecuada, ni la divina. Jesús sí la tenía, por eso no hizo guerra, sino que dio su Vida a favor de la nuestra.

Necesitamos vivir en el Amor del Señor hasta el final para poder hacer nuestra la Vida Nueva que Él nos ofrece en cada celebración litúrgica. Así seremos Cristo en el mundo.

Pidamos a María enseñe y ayude a cada familia cristiana a vivir el don de la propia vida.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.


SEMANA SANTA - VIERNES SANTO

La solidaridad honesta, al estilo de Dios, que busca el bien de todos, es presupuesto básico para el desarrollo integral de la vida humana


Is. 52, 13-53, 12:
"Mi servidor triunfará… fue traspasado por nuestras rebeldías… e intercedía…"

Salmo 30: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu."

Hb. 4, 14-16; 5, 7-9:
"…sometido a las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado… sufriendo aprendió a obedecer. Así llegó a ser, para los que le obedecen, causa de salvación".

Jn. 18, 1-19, 42: "Prendieron a Jesús y lo ataron... ¿No eres tú también de sus discípulos? ¡No lo soy! Mi reino no es de este mundo... Lo crucificaron y con él a todos dos... Mujer, ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu madre... Está cumplido... y expiró"


abril 20, 2011

Jueves Santo 2011

Presentamos, seguidamente, el mensaje y las sugerencias homiléticas que nuestro querido padre José María Domènech ha preparado para nosotros con motivo de Semana Santa.

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN PARA TODOS!

¡¡¡QUE SEAN MUY FELICES EN EL SEÑOR DE LA VIDA!!!

Que vivir este camino de entrega oblativa por Amor para que podamos llegar a gozar la Vida de salvados en el Amor del Señor sea un verdadero encuentro con el Señor de la Paz y la Alegría.

Les deseo estén viviendo una Semana Santa en forma muy fecunda en Gracia por el Don de la Vida del Señor en su Palabra, tan abundante en estos días, en su Eucaristía y en su Paz por la Reconciliación.

Que esta experiencia transforme nuestras personas y familia y, así, nuestra sociedad pueda gozar de los frutos de la Redención que se hacen historia en nosotros.

Dios no impone nada, pero lo ofrece todo para que cada una de nuestras personas pueda llegar a una creciente interioridad enriquecida y alimentada por la Fe para que sea capaz de asumir la realidad, toda la realidad, sea cual sea y sea como sea ella, enriqueciéndola con el Evangelio de Jesús y su presencia santificadora de todo lo bueno, que es lo que Dios creó y nos confió para que lo enriqueciéramos con nuestra conciencia y nuestra decisión libre de amar en el constante don de vida, como Jesús nos enseñó.

María, la Madre del Resucitado, nos ayude a vivir, como ella, abiertos y dóciles al Espíritu de Dios, que con toda libertad se mueve y actúa en nuestro mundo.

Saludos a todos y Feliz Pascua para todos en el Señor.

Unidos en oración con María, nuestra Madre Auxiliadora:

P. José Mª Domènech SDB

Jueves Santo

El jueves santo es el día del amor hasta el extremo: dar la propia vida en servicio desinteresado por el bien del otro y esto hasta el punto de hacerse oblación y alimento... ¡No existir para otra cosa que para ser comido y asimilado, según las posibilidades y necesidades del otro! El éxito personal del cristiano, servidor maduro, no debe ser buscado ni exigido. Es resultado del don de la propia vida para permitir que el otro tenga vida y la tenga en abundancia; para que nuestra alegría sea plena, como Jesús dice durante la última cena hablando de su amor.

Ser cristiano es servir a la vida plena del hermano, como Jesús

El evangelio de san Juan marca el sentido interior de la Eucaristía: servir a todos para la Vida Nueva de todos, también a los pecadores, pues para todos debe ser el beneficio del gesto amoroso de libertad suprema, sin ninguna otra finalidad escondida, por noble que sea.

El Señor entrega su vida en sacrifico de amor para la Vida Nueva de todos, su motivación es comunicarnos y compartir el Amor libérrimo de Dios, Padre-Hijo-Espíritu.

Los ministros del altar deberán aprender de su Maestro a vivir así: ese es su único éxito.

La entrega sacramental del Señor nos interpela, aclara Pablo en su primera carta a los corintios: debemos celebrar el don de la vida del Señor con intención y voluntad de vivir en el Señor los criterios de vida que Él nos ha confiado a beneficio de la entera humanidad. No hacerlo así es hacerse reo de la Salvación y Vida Nueva que se nos ofrece en la Eucaristía.

Vivimos la Eucaristía, nos hacemos Eucaristía, dando al mundo la Salvación del Señor

El pueblo de Israel se ciñó a las indicaciones de la celebración pascual para que el Señor no les dejara en la muerte de Egipto. Así el pueblo cristiano debe saber valorar la celebración eucarística: el paso del Señor y Salvador por nuestra vida para llenarla de su Amor y con él llevarnos a nuestros hermanos para que el mundo conozca y pueda acoger la Salvación de Dios.

Necesitamos vivir este Amor del Señor para asimilar la Vida Plena que Él nos ofrece en cada Eucaristía. Debemos hacerlo nuestro, entregarnos como Él en oblación para todos.

No hacerlo así es como la ‘rebelión’ expresa de Pedro y escondida de tantos otros. Eso nos lleva a quedaremos en la pobreza y limitación de criterios de nuestro mundo, con todas las consecuencias: el individualismo con toda su carga de disociación familiar y social; el pensamiento débil y caduco de las ideologías, de todo orden, que pretenden imponerse en nuestra cultura, pero que no enriquecen ni a la persona ni a la sociedad y más bien perturban todas las relaciones humanas; el culto a la apariencia, al prestigio, al poder con toda la desfiguración y manipulación de la conciencia y la corrupción de los valores.

Agradecer a Dios pide entregar la vida que se nos ha confiado para el bien de los demás

Así agradecemos a Dios la vida y salvación recibida: con obras de vida y salvación para todos. Eso nos dice el salmo 115, que el Señor pone en nuestros labios.

El Señor les pide a los apóstoles que repitan el gesto de servicio: que sean instrumento de vida y renovación interior, que reciban a todos, que no juzguen ni condenen a nadie, que construyan comunión al estilo del Padre. Pero para saberlo hacer es necesario que el sacerdote, y todo cristiano, se acerque al Señor de la Vida y aprenda a vivir como Él, con sus criterios.

Pidamos a María nos ayude a todos a vivir cada Eucaristía para llegar a ser Eucaristía.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


SEMANA SANTA - JUEVES SANTO
Ser creados a imagen de Dios significa ser Eucaristía, es decir, ofrecer nuestra vida a Dios siendo alimento de vida para el hermano


Ex.12, 1-8.11-14:
"…Elijan un cordero… lo inmolarán… con un poco de su sangre marcarán los postes y el dintel de la puerta de la casa… comerán la carne de prisa, con las sandalias puestas y el bastón en la mano, pues es el paso del Señor. …la sangre será señal para indicar las casas donde ustedes están… y así ustedes se liberarán… Este día será Uds. un memorial… lo celebrarán por todas las generaciones…"

Salmo 115: "¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?"

1Cor. 11, 23-26:
"Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es… siempre que coman de este pan y beban de este cáliz proclaman la muerte del Señor hasta que vuelva".

Jn. 13, 1-15: "…sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre… les amó hasta el extremo… y empezó a lavarles los pies… ¿Entienden lo que he hecho?… Les he dado ejemplo para que ustedes hagan lo mismo que yo lo he hecho."


abril 15, 2011

«¡Hosanna!»

A continuación el mensaje y la sugerencia homilética que nuestro querido padre José María nos envía para este Domingo de Ramos. Sigamos su recomendación y aprovechemos estos días para encontrarnos con el Señor.

Sigamos orando por las intenciones del padre José María.

Antes de salir a la reunión presbiteral en Río Gallegos, deseo enviarles la sugerencia de este domingo especial que nos lleva ya al ambiente de la Semana Santa. Para muchos, también cristianos, es semana de turismo... Que lo sepan aprovechar para encontrarse con el Señor, que está en todas partes.

Les comunico que el inicio del Año Santo Jubilar, fue muy bien vivido por todos: ¡Bendito sea Dios! Gracias por sus oraciónes.

Pasemos a comentar lo que el Señor nos dice este domingo.

Es importante estar atentos a lo que el Señor nos dice en cada momento de nuestra vida, a lo que el profeta hace referencia al decir que "me has dado oído para que escuche como discípulo y lengua de discípulo..." saber escuchar..., saber estar a disposición... Las actitudes son el primer lenguaje de la persona...

Jesús obediente, Jesús disponible a lo que el Padre quiera, Jesús se entraga porque está lleno del Espíritu del Padre, que es también en suyo...

Es nuestra continua vocación.

Toda la Semana Santa estamos llamados a despertar nuestro oído y a entrenarlo para llenarnos de Dios y de su vida de Amor que se da y que nos llena a todos, si lo aceptamos, de su propia Vida... Dios no obliga, pero su presencia es maravilla de riqueza para cada uno en particular y a favor de todos los hermanos. Nada es para goce particular, aunque el gozo interior, aun en el dolor, es personal e intransferible... Cuando lo quieres explicar no sabes cómo, pues somos experiencia irrepetible... Cada uno es cada uno, pero siempre para riqueza de los demás.

La vida cristiana es personal, no grupal. Se da, eso sí, la Comunión de los santos, pero según la apertura y responsabilidad de las personas concretas en su interioridad.

Dios nos toma en serio a cada uno, así como cada uno es, y mucho más, como los problemas que cada uno vive se pueden comunicar, pero son personales e intransferibles y, por mucho que queramos, no podemos sustituir al otro en sus vivencias, podremos acompañarle, pero no sustituirle, por eso debemos ayudarle a vivir en una creciente riqueza interior para que no pierda los dones que va recibiendo en su diálogo vital con Dios y con los que le rodean.

Jesús, vivió su experiencia de ser proclamado Mesías desde un realismo profundo sin ir más allá de donde la realidad iba y sin perder de vista lo que el Padre esperaba de Él. Sabía lo que venía y hasta dónde llegaba la verdad de lo que le rodeaba... Su persona no soñaba, siempre estaba despierta a la Palabra insonora de Dios... Tenía un despierto oído de discípulo... Pidámoslo para nosotros también.

Dios nos bendiga y nos conceda vivir a plenitud esta Semana Santa, allí donde estemos y hagamos lo que tengamos que hacer.

Me encomiendo a sus oraciones.

Unidos en oración con María, nuestra Madre Auxiliadora:

P. José Mª Domènech SDB

«¡Hosanna!»

Dios, insistentemente, nos invita a vivir plenamente lo que nos ofrece en su Hijo, quien se hizo uno de nosotros. Él vivió la pasión con la voluntad oblativa del Amor que le llenaba.

Se nos pide que estemos atentos a su voz como auténticos discípulos. Es nuestra decisión: podemos vivir como los fariseos, Pilato, Judas, el pueblo, Pedro, Juan o como María.

La plenitud de la vida es un regalo que Dios nos da, pero se necesita nuestra personal apertura

La forma de asumir las diversas realidades de nuestra vida nos dice qué peso tiene Dios en nuestra existencia. A más presencia del Padre bien asumida, aun desde nuestra debilidad, más plenitud de Dios en nosotros, pues Él es la fuente de Vida y el horizonte real de ella.

Jesús muestra el real camino del éxito: ¡darse honestamente, sin buscar nada para nosotros!

La muerte es una puerta, sin duda dolorosa: lo más importante es cómo la atravesamos. Lo que nos espera es el éxito, y ¡garantizado por Dios! Nosotros damos el paso en cada decisión.

La vida, al fin, tendrá éxito según nuestras actitudes: o buscarnos a nosotros mismos o aceptar a Dios, que nos pide darnos, entregarnos por los demás, ser maduros y llenar de vida a quienes nos rodean sin mantenernos infantiles, atados a efímeros gustos personales.

La vida incluye, en sí, el sufrimiento, nosotros somos quienes le damos el sentido y el valor

A mayor madurez y desprendimiento en el amor, al dar vida, más libertad y paz interior.

Cristo nos invita a ser más grandes que el miedo a sufrir, que siempre será real, concreto, duro e imponente. Jesús nos muestra el camino de la libertad: confiar en el Amor del Padre.

Una cosa es sentir, como Jesús, el mortal peso del miedo y del dolor y otra, dejarse atrapar por el miedo, quedar paralizado: solo el abandono nos da libertad, el Padre sabe y puede.

Escuchemos todos los días al Padre y vivamos en su amor y seremos libres para todo.

Pidamos a María, ser libres, estar atentos y siempre a disposición del Padre, como Jesús.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO A – DOMINGO DE RAMOS
Jesús, el Hijo del hombre, se abre al Padre con dócil y total confianza; por esto vive su entrega con la dignidad propia del Amor de Dios


Mt. 21, 1-11: "...cuando llegaron al monte de los olivos, Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles: «Vayan al pueblo... encontrarán a una asna con su cría... tráiganmelos. Si alguien les pregunta, díganle: «El Señor los necesita y los devolverá enseguida»… Eso… es…lo anunciado por el profeta: “Mira a tu rey que entra humildemente montado... en un animal de carga”... la gente… gritaba: «Hosanna al Hijo de David. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en los alturas!»…"

Is. 50, 4-7: "El Señor me ha dado una lengua de discípulo... para que sepa sostener a los cansados... me abre el oído para que escuche como discípulo... Me habla al oído y yo no me he acobardado... Ofrecí mi espalda a los que me azotaban... El Señor me ayuda... he endurecido mi cara como roca y sé muy bien que no seré defraudado."

Salmo 21: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"

Flp. 2, 6-11:
"...no hizo alarde de su categoría de Dios, sino que... asumió la condición de esclavo. Semejante a los hombres... se hizo obediente hasta la muerte y una muerte en cruz. Por eso Dios lo ha exaltado y le ha concedido el nombre que está por encima de todo nombre..."

Mt. 26, 14-27, 66: "...sentado a la mesa con los doce, Jesús les dijo: «...uno de ustedes me entregará»... Después de cantar el himno salieron al monte de los olivos... Jesús... les dijo: «Siento una angustia de muerte. Quédense aquí y velen juntamente conmigo... Padre, si es posible, aleja de mí este cáliz, pero no se haga lo que yo quiero sino lo que quieres Tú... El Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores» ...Judas... se acercó a Jesús y le besó... Apresaron a Jesús... lo llevaron al palacio del sumo sacerdote Caifás... Éste le dijo: «Te conjuro en nombre de Dios que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios» Jesús le respondió: «Sí, tú lo has dicho...» El sumo sacerdote... gritó: «¡Ha blasfemado!...» Ellos respondieron: «¡Merece la muerte!»... lo entregaron a Pilatos... Cuando Pilatos preguntó a quién deseaban que se indultase, ellos respondieron: «¡¡A Barrabás!!»... y entregó a Jesús para que lo crucificasen... Desde el medio día hasta la media tarde se extendió una gran oscuridad sobre la tierra... A media tarde Jesús gritó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»... Jesús volvió a gritar con toda su fuerza y expiró. La cortina del templo se partió en dos y comenzó un fuerte terremoto... El centurión y los soldados... decían: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios»..."



Venerable Madre Laura


¡Una bella noticia para el mundo salesiano!

El pasado 12 de abril, la Comisión Ordinaria de Cardenales aprobó el decreto de Venerabilidad de Madre Laura Meozzi, FMA!

Madre Laura (1873-1951) fue pionera de las FMA en Polonia, donde llegó en 1922 y tuvo que vivir los terribles momentos de la SGM, pues decidió permanecer ahí junto a sus jóvenes hermanas. Sufrió con ellas la ocupación rusa, la ocupación alemana, la clausura de las casas que las FMA habían abierto con tanto sacrificio, y hasta la deportación de algunas FMA a los campos de concentración.

Lo que había fecundado en el dolor y el amor con coraje, después floreció grandemente en obras educativas a favor de tantas niñas y muchachas polacas. Madre Laura tenía un don especial de maternidad fuerte y dulce. Sabía acompañar con sabiduría y gradualidad, porque tenía el don del discernimiento de espíritu, de la escucha y del consuelo. Ayudó a muchas FMA, jóvenes y laicos, a recorrer el camino de la santidad salesiana y de la solidaridad activa que construye el tejido social y eclesial.

Tomado de: Infoline FMA Figlie di Maria Ausiliatrice


abril 13, 2011

Semana Santa

Nuestro querido padre José María nos ha preparado un breve cuestionario, tocando temas que sin duda nos ayudarán a prepararnos para la Semana Santa que inicia este domingo.

1.- ¿Sintió Jesús desesperación en su pasión?
La experiencia de sentirse abandonado, que tantos sienten, sí la vivió, pero no la desesperación porque su vida interior toda estaba llena de la presencia de Dios, su Padre, esa experiencia era demasiado fuerte y viva. La intimidad y el conocimiento mutuo era profundo porque nunca habían dejado de tratarse, ni en las buenas ni en las malas. Jesús nunca se había cerrado a confiar en su Padre Dios, por quien se sentía constantemente escuchado, como lo confesó ante la tumba de Lázaro, según lo vimos el sábado pasado.

2.- ¿Por qué entonces recita las duras palabras del salmo 21?
Probablemente no solo dijo estas palabras, tal vez fueron ésas las que pronunció en voz alta, pues en la posición en la que estaba hablar era muy doloroso, las otras palabras del salmo, que acaba en una alabanza por la salvación recibida, probablemente las dijo en su interior.

3.- ¿Por qué este domingo, antes de la pasión, leemos otro evangelio, al principio?
La Semana Santa se abre con el reconocimiento popular, senillo y sincero del pueblo que ve en Jesús al Mesías, pero es un reconocimiento sin intimidad, superficial, fruto del entusiasmo del momento. No hablamos de falsedad, sino de superficialidad, que tiene mucho de reacción no fiable, pero no necesariamente falsa, movida por la intuición del momento, pero sin reflexión, sin intimidad, sin compromiso y, por tanto, como dijimos antes, no fiable. El autor sagrado desea que tengamos presente que todo lo que viene detrás tiene como protagonista al Hijo de David, al Mesías.

4.- Pero el contraste es muy fuerte: de la aclamación a la condena, al desprecio de preferirlo a Él como el centro y todo por manipulación política.
¿Y eso te parece extraño?

5.- No, pero sí me impresiona mucho y me lleva a preguntarme si nosotros no tenemos este tipo de cambio
Adivino que tu cuestionamiento es más afirmación que pregunta ¿Estoy en lo cierto?

6.- Así es, pero ¿por qué se dan estos cambios tan degradantes?
Por lo que hemos dicho antes: por la superficialidad con la que vivimos nuestras relaciones, incluso las importantes. Cuando una persona no tiene intimidad suficiente y permanente con otra, poco la puede conocer y, menos arriesgarse por ella. Cuando llega el momento en el que debe definirse poniendo en peligro, tal vez, el propio puesto, prestigio, patrimonio, familia, no tenemos la motivación adecuada y nos sentimos totalmente superados por el miedo y la cobardía. Les pasó a los apóstoles y a los discípulos. Solo unos pocos se mantuvieron fieles hasta el final.

7.- ¿Qué era lo que más les estorbaba a las autoridades judías y a las religiosas, sobre todo?
La clara honestidad de la vida de Jesús, mucho más que lo que decía. La razón es muy simple: al que lleva una doble vida o una vida no muy claramente coherente, se le puede discutir lo que dice, sobre todo cuando esto pone en tela de juicio todo lo que hasta ahora hemos creído y lo que juzgamos como puntales de nuestras seguridades religiosas, que son las que llegan a la mayor profundidad personal, pero cuando alguien es trasparente y no puedes probarle ni asomo de engaño en ningún sentido, no tienes más remedio que aceptar, si no hay peligro para tus intereses, o rechazar frontalmente para poder defender los esquemas sociales, religiosos y morales que nos sostienen.

8.- La vida de Jesús era demasiado coherente y clara en sus propuestas, tanto en su forma de vivir, como la doctrina que proponía. ¿Es nuestra poca coherencia y nuestro demasiado acomodarnos a nuestra cultura que muchos cristianos ahora no tenemos casi problemas?
Yo creo que los santos siempre tienen problemas por su Fe coherente, no solo los problemas de sus resistencias personales, sino los que se generan en sus relaciones, comenzando por las más íntimas. Nos cuesta mucho arriesgarnos y nos disgusta que nos desestabilicen y menos que se haga en nombre de Dios, pues estar en contra de Él nos incomoda a todos por el peligro real que esto representa. Sabemos intuitivamente que meterse con Dios no lleva a nada bueno.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.

abril 09, 2011

«Yo soy la Resurrección y la Vida»

Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que nuestro querido padre José María nos envía para este domingo. Recordemos tenerlo presente en nuestras oraciones, tal como inclusive el propio padre nos solicita en esta ocasión, por las intenciones de la diócesis de Río Gallegos y la comunidad de Puerto Deseado.

Les pido también una oración especial por mi país, Perú, encomendándolo al Sagrado Corazón de Jesús. Este domingo 10 tenemos las elecciones para presidente, congreso y parlamento andino, en medio de un clima de tensiones y conflictos sociales que han sido azuzados irreponsablemente por varios que buscan detentar el poder. Que Dios nos ilumine y proteja nuestros destinos.

Muchas gracias.


Y ya llegamos al penúltimo domingo de cuaresma.

Demos gracias a Dios por la Gracia de su Amor recibida durante este tiempo y preguntémonos cómo la hemos aprovechado.

Toda la vida es nuestra responsabilidad personal. Los mandamientos, la Palabra de Dios, los Sacramentos, la Comunidad cristiana, las orientaciones de los pastores en ella, son todos apoyos y gracias del Señor que nos ama personalmente. Pero lo que Él no puede hacer es tomar nuestras decisiones personales, de ésas, de cada una de ellas, somos solo y exclusivamente nosotros los realmente responsables.

El domingo que viene viviremos el último domingo de la Cuaresma de este año. Con él Dios nos invita a disponer nuestro espíritu para celebrar el misterio de la Muerte y Resurrección del Señor Jesús. Vivamos esta semana especialmente atentos a la Palabra de Dios, fruto de su Amor personal hacia cada uno de sus hijos.

Este domingo se nos ayuda a recordar, y se nos invita a profundizar, en la gran verdad de que Jesús es la Resurrección y la Vida y que con Él todo puede renovarse, si nosotros aceptamos vivir según lo que nos pide: dejarnos guiar por el Espíritu Santo, el Espíritu que condujo toda la vida humana de Jesús y conduce ahora la de la Iglesia, aunque en ella haya muchos que parecería que no le hicieran demasiado caso.

No olvidemos cuáles son los frutos del Espíritu Santo, que anima la vida de la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y de cada uno de sus miembros. San Pablo nos los recuerda en varias de sus cartas. Revisemos continuamente si aparecen en nuestra vida cotidiana y los ofrecemos a los que nos rodean, puesto que, si no están, eso es prueba de que no somos miembros vivos de Cristo y vivimos guiados no por el Espíritu de Jesús sino por las apetencias naturales, sujetas al límite y, por tanto, a la muerte, que no es nuestro futuro final. Y, si así están las cosas, estamos mal y es necesario convertirse para no hacer inútil en nosotros la Pascua de Jesús, a la que nos estamos preparando desde hace ya más de cuatro semanas completas.

Dios nos acompaña siempre: ¡seámosle cada día más dóciles para ser más profundamente felices, pues es a lo que estamos llamados a vivir desde el inicio de nuestra existencia!

Dios nos bendiga a todos.

Les pido una oración para que nosotros, los miembros de esta Comunidad Diocesana de Río Gallegos, especialmente por los cristianos que vivimos en la Comunidad de Puerto Deseado, para que aprovechemos la inmensa Gracia del Jubileo Diocesano que comienza este domingo a las 1900 hrs. y concluirá el 10 de abril del año que viene. Queremos anunciar y celebrar que el Señor ha visitado a su Pueblo, nos acompaña y jamás se separará de él.

Muchas gracias por su oración. Yo no dejo nunca de orar todos los días por Uds.

Unidos en oración con María, nuestra Madre Auxiliadora:

P. José Mª Domènech SDB

«Yo soy la Resurrección y la Vida»

Vivimos convencidos de que a la vida debemos sacarle todo el jugo, pero no sabemos bien cómo hacerlo… Cuántas veces nos salen mal muchos intentos. Y, a veces, probamos de todo.

Queremos que nuestra vida sea grande y plena. Sentimos tener este derecho. ¡Y es así! Para eso fuimos creados. Pero vemos que, desde el inicio, la vida está marcada por la muerte.

El Señor no nos crea con trampa: pone en nosotros la conciencia para que, percibiendo nuestra realidad final, la busquemos alcanzar. Él va señalándonos el camino. Nos toca seguirlo.

Somos propensos a la soberbia, sordera, ceguera, esclavitudes de todo tipo: eso nos lleva a enfermarnos a todo nivel y hasta a la muerte de la Vida, antes que el cuerpo fenezca. El Señor nos dice: «Yo soy la Resurrección y la Vida. Quien cree en Mí… no morirá para siempre».

La vida en el Espíritu de Dios garantiza nuestra vida y su maduración, personal y social

El pueblo de Dios deambula por el desierto y, por su pecado, ve su propia destrucción.

El profeta habla de la próxima acción renovadora de Dios en la cual su Pueblo verá la plenitud de la vida, tanto personal como social, y cumplidas todas sus esperanzas para siempre.

Es muy diverso vivir según nuestros deseos, aun buenos, o hacerlo según el Espíritu de Cristo

Replegarse sobre sí mismo y buscar los ‘propios intereses’ es un real suicidio, aunque, al principio, nos guste y hasta pueda parecernos beneficioso. El futuro real es la ruina de la persona. El criterio del cristiano es vivir según el Espíritu de Cristo: dar vida siempre, como Jesús.

Por la Fe y el Bautismo, somos consagrados en Cristo, y, aun viviendo en la carne, el Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos nos pide vivir en la Vida Nueva de Cristo en medio del mundo, aunque éste no nos acepte y veamos crecer nuestras dificultades.

Creer en el Señor Jesús es hacer caso a lo que nos pide: veremos cómo se renueva la vida

Jesús es enviado por el Padre para dar vida a todos hasta su plenitud. Los hombres, ante los errores de los demás, castigan, para que lo pague. Jesús ante los errores, salva.

Él salva con el don de su vida. Su muerte es Gracia de Amor para la Vida Nueva. En Él encontramos nuestra Vida y Resurrección, sin importar cuánto nos hayamos equivocado.

Pidamos a María aceptar, aprovechar y vivir, en el Espíritu, el don de la Vida de Jesús.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA - DOMINGO V
La vida es el Don más preciado que Dios nos ha confiado y, en Cristo, le da plenitud de felicidad: solo es necesario creer y fiarse de Él

Ez. 37, 12-14:
"Pueblo mío, Yo abriré los sepulcros de ustedes y les haré salir de ellos y les haré entrar en la tierra de Israel. Entonces… sabrán que Yo soy el Señor. Les daré mi Espíritu y recobrarán la vida… y entonces sabrán que Yo, el Señor, lo he anunciado y lo he cumplido".

Sal. 129: "En el Señor se encuentra la misericordia"

Rm. 8, 8-11:
"Los que viven dejándose llevar por sus criterios ‘carnales’, no pueden agradar a Dios. Pero ustedes…. viven… según… los [criterios] del Espíritu, porque el Espíritu de Dios habita en ustedes y, si alguno de ustedes no tuviera el Espíritu de Cristo, no sería de Cristo… Si habita en ustedes el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos, también su Espíritu… dará vida a sus cuerpos mortales".

Jn. 11, 1-45: "…las dos hermanas de Lázaro enviaron a decir a Jesús: «Señor, el que amas está enfermo». Jesús dijo: «Esta enfermedad no es mortal, es… para que el Hijo de Dios sea glorificado en ella»… Después de recibida la noticia de la enfermedad, se quedó todavía dos días allí donde estaba… Después dijo a los discípulos: «Volvamos a Judea»… Cuando Jesús llegó hacía cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro… Marta… salió a recibirlo… y le dijo: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano…»… Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la Vida… ¿Crees esto?» Ella le dijo: «Sí, Señor. Yo creo que Tú eres el Mesías. El Hijo de Dios que tenía que venir al mundo». Dicho esto fue a llamar a su hermana María y le dijo en voz baja: «El Maestro está aquí y te llama»… [Jesús] se conmovió profundamente… y preguntó: «¿Dónde lo han puesto?» Ella le dice: «Ven y lo verás»… Jesús dijo: «¡Quiten la loza!» Marta le dijo: «Señor, ya está en descomposición…». Le responde Jesús: «¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?»… Jesús alzó los ojos al cielo y dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado… para que lo sepa la gente que me rodea y crea que Tú me has enviado» Dicho esto, gritó fuerte: «Lázaro, sal fuera… Desátenlo y déjelo caminar»... Al ver lo que hizo Jesús, muchos judíos… creyeron en Él."