Hoy, 13 de mayo, celebramos a la Madre por muchas razones. Segundo domingo del mes, es el día designado para festejar a la bendita mujer que nos trajo a este mundo, nos cuidó y nos formó desde que supo de nuestra existencia, y nos enseña con su vida el significado de la palabra amor.
También festejamos a nuestra Madre del cielo, recordando sus apariciones de hace casi un siglo a los pastorcitos en Cova da Iria. Y precisamente, en un día como hoy, hace casi 20 años, nuestro siempre amado Papa Karol experimentó las bendiciones del amor maternal de NS de Fátima, tras el atentado que sufriera en la misma plaza al acudir a la celebración.
Pensaba colocar hoy aquí una reseña sobre la Virgen de Fátima, y una linda fábula alusiva, pero encontré entre mis textos antiguos un mensaje que escribí a mis amigas hace años, y que comparto, con un poquito de edición para el caso, con ustedes.
Queridas todas, el jueves 15 empezamos la Novena de nuestra querida Auxiliadora, esa mamá a la que tanto trabajo le hemos dado estas últimas semanas... esa mamá que se preocupa porque nosotras estemos bien, y nos cuida y siempre está pendiente de todo.
Saben? la Virgencita me hace pensar tanto en el amor maternal de Dios Padre! Un poco raro, no? pero yo lo veo así: con la venida de Jesús, cambió la idea de Dios, ya no es más ese justiciero y colérico Dios de los patriarcas judíos, sino que es un Padre que ama y pone el cielo al alcance de todos nosotros, por medio de su Hijo, nacido de "una de nuestra raza", es decir, una de nosotras. Dios se vale de una muchachita de un pueblo oprimido para salvar el mundo.
Creo que todo eso es signo del amor maternal de Dios que les comento. En primera, se elige una mamita, nace de una mujer, para elevar y sublimar la maternidad. Esto no necesita más explicación porque de por sí todas tenemos nuestra mamita acá o en el cielo, y experimentamos ese amor. Pero Diosito a lo largo de la historia del mundo, ha tenido detalles de mamá con nosotros. Cuando creó todo con ilusión, cuando diseñó el origen de la vida para que se desarrolle como la conocemos, cuánto amor le puso, se acuerdan de la canción del colegio? "Dios hizo todo, hizo la vida con el amor y la ilusión de un gran artista".
Nos tiene tanta ternura, cuando nos regala detallitos lindos en los momentos de tristeza o sequedad de nuestro corazón: unos viejitos caminando por la calle tomados de la mano, un perrito anónimo que de pronto se te acerca sólo para juguetear un rato y alegrarte y luego desaparece (mismo perrito Gris), un mensaje o llamada de una amiga que con tanto cariño quiere saber de ti.
Y de la compasión del Señor, ni hablar: nos espera incansable allí, en el confesionario, para regalarnos su amor que lo perdona todo, todo, todo. Por siempre y para siempre. No es toda una señora mamá?=D
Justo hace un año, por estas fechas, me confesaba con el Padrecito Doménech, y le comenté que me sentía una súper fresca con Dios, porque todo el día le hablo y le cuento y le pido cosas, y le agradezco, también, pero estoy pide y pide como un bebé todo el día, y lo dejo ahí solito en la Misa que no voy, y tampoco limpio muy seguido mi chimenea (no me confieso). Y el padre me dijo una cosa, que para mí fue tan importante: que si mi mamá me perdonaba todo, Dios mucho más. Que ÉL me quiere siempre, como su criaturita que soy, que se ríe con mis alegrías y me consuela en las penas.
También festejamos a nuestra Madre del cielo, recordando sus apariciones de hace casi un siglo a los pastorcitos en Cova da Iria. Y precisamente, en un día como hoy, hace casi 20 años, nuestro siempre amado Papa Karol experimentó las bendiciones del amor maternal de NS de Fátima, tras el atentado que sufriera en la misma plaza al acudir a la celebración.
Pensaba colocar hoy aquí una reseña sobre la Virgen de Fátima, y una linda fábula alusiva, pero encontré entre mis textos antiguos un mensaje que escribí a mis amigas hace años, y que comparto, con un poquito de edición para el caso, con ustedes.
Queridas todas, el jueves 15 empezamos la Novena de nuestra querida Auxiliadora, esa mamá a la que tanto trabajo le hemos dado estas últimas semanas... esa mamá que se preocupa porque nosotras estemos bien, y nos cuida y siempre está pendiente de todo.
Saben? la Virgencita me hace pensar tanto en el amor maternal de Dios Padre! Un poco raro, no? pero yo lo veo así: con la venida de Jesús, cambió la idea de Dios, ya no es más ese justiciero y colérico Dios de los patriarcas judíos, sino que es un Padre que ama y pone el cielo al alcance de todos nosotros, por medio de su Hijo, nacido de "una de nuestra raza", es decir, una de nosotras. Dios se vale de una muchachita de un pueblo oprimido para salvar el mundo.
Creo que todo eso es signo del amor maternal de Dios que les comento. En primera, se elige una mamita, nace de una mujer, para elevar y sublimar la maternidad. Esto no necesita más explicación porque de por sí todas tenemos nuestra mamita acá o en el cielo, y experimentamos ese amor. Pero Diosito a lo largo de la historia del mundo, ha tenido detalles de mamá con nosotros. Cuando creó todo con ilusión, cuando diseñó el origen de la vida para que se desarrolle como la conocemos, cuánto amor le puso, se acuerdan de la canción del colegio? "Dios hizo todo, hizo la vida con el amor y la ilusión de un gran artista".
Nos tiene tanta ternura, cuando nos regala detallitos lindos en los momentos de tristeza o sequedad de nuestro corazón: unos viejitos caminando por la calle tomados de la mano, un perrito anónimo que de pronto se te acerca sólo para juguetear un rato y alegrarte y luego desaparece (mismo perrito Gris), un mensaje o llamada de una amiga que con tanto cariño quiere saber de ti.
Y de la compasión del Señor, ni hablar: nos espera incansable allí, en el confesionario, para regalarnos su amor que lo perdona todo, todo, todo. Por siempre y para siempre. No es toda una señora mamá?=D
Justo hace un año, por estas fechas, me confesaba con el Padrecito Doménech, y le comenté que me sentía una súper fresca con Dios, porque todo el día le hablo y le cuento y le pido cosas, y le agradezco, también, pero estoy pide y pide como un bebé todo el día, y lo dejo ahí solito en la Misa que no voy, y tampoco limpio muy seguido mi chimenea (no me confieso). Y el padre me dijo una cosa, que para mí fue tan importante: que si mi mamá me perdonaba todo, Dios mucho más. Que ÉL me quiere siempre, como su criaturita que soy, que se ríe con mis alegrías y me consuela en las penas.
Él siempre está ahí para mí, aunque yo sea tan tonta de decir "me siento sola". Diosito es una mamá y yo soy su sueño; mi felicidad y bienestar son el sueño de Dios, y yo debo cumplirlo.
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