noviembre 28, 2009

"A Ti elevo mi alma, Señor mío" - I Domingo de Adviento

Este domingo 29 de noviembre empezamos un nuevo año litúrgico, el Adviento, y también la Novena de nuestra Madre Inmaculada.

Podemos encender la primera vela de nuestra Corona de Adviento, mientras elevamos la siguiente oración:

Encendemos, Señor, esta luz,
como quien enciende su lámpara para salir,
en la noche,
al encuentro del amigo que viene.
En esta primera semana de Adviento
nos levantamos para esperarte preparados
y recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven
y muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes
porque tú nos traes
la luz más clara,
la paz más inmensa
y la alegría más profunda.
¡Ven, Señor Jesús!


El padre José María nos envío temprano en la semana su mensaje y comentario a las lecturas del domingo, dado que tenía programadas varias actividades como parte de su nueva misión. Demos gracias a Dios por este envío y acompañemos al querido padre José con nuestra oración, al igual que a todos los hermanos de la próxima Inspectoría Salesiana de Ceferino Namuncurá, nuestro santito de la Patagonia. Que el amor que tuvo Ceferino por sus compatriotas no deje nunca de inspirar el trabajo pastoral de los salesianos al sur de nuestro continente.



Comezamos un año nuevo con una invitación a tomar en serio la vida...
¡Una vez más!

Tal vez nosotros nos cansemos de insistir y muchas veces estamos tentados de dejar a alguien como un ser en el que es inútil invertir vida... Mirado desde los ojos de Dios, Su Padre, ¡¡¡no hay nada más equivocado!!! Dios nunca se cansa de insistirnos, de invitarnos, de acompañarnos, de estimularnos con su Providencia, porque Él ama de verdad y sin descanso a su hija e hijo. Nos cansaremos antes nosotros de maltratarlo a Él, que Él de acompañarnos y amarnos a nosotros.

También es verdad que, cuando se cumpla el tiempo de las decisiones y concluyan las oportunidades de definirnos, lo que hayamos decidido nosotros será definitivo en forma absoluta, pues Dios no juega con nuestra libertad: somos libres y lo que decidimos será nuestro futuro eterno.

Es por eso que Dios a nadie deja jamás solo: contamos y contaremos con todos los apoyos que el Amor de Dios nos brinda a todos, absolutamente a todas las personas humanas sin ninguna excepción para que no nos equivoquemos, sobre todo en el momento final de cada vida, en el que solo Dios está con su hijo, que debe definirse si le acepta o no como Padre.

Por eso en el Evangelio se nos invita a mantenernos depié, seguros de Su Amor, ampliamente demostrado por Él y aceptado por nosotros; sí, seguros en la presencia de Dios con la certeza de la dignidad de ser sus hijos, a los que el amor entrañable, aunque sea inicial, los mantiene depié, seguros y entusiasmados ante un Dios como Éste: Comunión Trinitaria: todo Él volcado en un Amor irrestricto a cada uno de sus hijos, a los que les ha dado y da todo, Todo, TODO.

Su autoridad es indiscutible porque su servicio a la Vida en la Verdad del Amor nos salvó de toda esclavitud, hasta matar la muerte, que solo, desde su Entrega, tendrá poder en los que se le sometan al rechazar conscientemente el Amor Salvífico de Dios.

No se trata de ser de una u otra religión sino de vivir en el Amor del Señor, de creer en Él, de desembarazarse de todo lo que nos puediera separar de Él en cualquier tiempo y situación... Porque solo el Señor es nuestro bien y solo Él merece nuestra vida. Lo demás son engaños; tristes y muy lamentables engaños.

Dios nos bendiga para que comencemos muy bien este año preparando su constante llegada a nosotros en todo hermano y circunstancia.

¡Oremos intensamente para que Dios nos abra ojos y manos para verle y servirle siempre!

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB


"A Ti elevo mi alma, Señor mío"
- I Domingo de Adviento -

Comenzamos un nuevo año litúrgico. Una vez más, el Señor nos ofrece caminar con Él en la Voluntad del Padre siendo, en este mundo, lo que Él nos pide: hijos, testigos de su Amor a la Vida en la Verdad para lograr que la humanidad vaya caminando en la Paz para poder construir, todos aquí, la familia humana en el Amor de Dios, Comunión Trinitaria.

La lozanía y frescor de la vida, que se llama, de ordinario, ‘juventud’ no depende tanto de los años, cuanto de la apertura a lo que la Voluntad de Dios, en cada momento de la vida, nos va sugiriendo a través de multitud de mediaciones, unas gratas y otras no tanto.

Solo será joven quien ama como Dios; quien vive abierto a todo lo bueno del presente, favoreciéndolo, construyéndolo y estimulando que se haga fecundo y pueda ser alimento de los que desean vivir en la verdad para el bien; quien acepte vivir la santidad de Dios en su creciente servicio fraterno para ofrecer al hermano la Verdad de la Salvación.

Jesucristo es Maestro y Salvador: Él nos enseña a vivir como hijos del Padre, el Bueno, es decir, Santos; Él nos purifica constantemente con el don permanente de su vida; Él es nuestro único bien porque es imagen perfecta del Padre en el Espíritu; Él es el Señor, a Él seguimos y a Él miramos y del Él nos alimentamos para no dejarnos atontar por los engaños que se nos van ofreciendo, por oleadas, en esta etapa en la que definimos la vida.

Ideales positivos vividos con coherencia dan sentido al presente y proyectan un futuro valioso

Es verdad, no todos los ideales son saludables, pero caminar sin ellos es consumirse sin razón de ser. Los mejores ideales son los que, al vivirlos, nos liberan y nos llevan a trascender.

El pueblo de Israel reconoce la fidelidad de su Dios: Él les guía, sin fallarles jamás, a pesar de lo mal que le tratan. Pueden fiarse de Él, confiarle su vida y futuro y vivir en Paz. Pero…

Nuestras infidelidades conducen por caminos de tristeza y depresión; sinsentido y desconcierto; destrucción y muerte. Dios siempre nos asiste con su Providencia paciente, serena, animadora. Serle fiel significa, no ‘cumplir’, sino vivir su Voluntad de dar vida para el bien de todos.

El amor vivo y estimulador del presente nos garantiza la vida de nuestro futuro

Pablo nos llama a crecer en el amor a todos, en el servicio a la Paz para el bien mutuo y en la integridad y vitalidad de la Fe en el Señor que llega como Señor de la Vida en el Amor.

La Fe cristiana es garantía dinámica de futuro feliz, pero en el Señor, no en otros criterios.

El peligro de perder el horizonte, y destruir el futuro, siempre está al acecho.

Jesús nos advierte de peligros muy concretos. No debemos descuidarnos: sería nuestra ruina. Él viene a liberarnos de toda atadura y muerte. Tiene el poder, pero debemos serle fieles.

Pidamos a María nos ayude a mantenernos fieles y dóciles a la Providencia del Señor.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO C – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO I


Jr. 33, 14-16:
"…haré nacer para David un germen bueno que se comportará en el país con justicia y bondad. Aquellos días será salvado el país de Judá… Y le llamarán: “El-Señor-es-nuestro-bien”."

Salmo 24: "A Ti elevo mi alma, Señor mío"

1Ts. 3, 12-4, 2:
"El Señor haga crecer, hasta derramarse, el amor, que se tienen unos a otros y a todos, tal como nosotros se lo tenemos a ustedes. Que reafirme sus corazones para que sean santos y limpios de toda culpa delante de Dios… les pido que avancen cada día más…"

Lc. 21, 25-28.34-36: "…verán al Hijo del Hombre… con gran poder y majestad… levanten la cabeza porque muy pronto serán liberados. Estén atentos sobre ustedes mismos: que el exceso en el comer, beber o en las preocupaciones de la vida no les aturdan el corazón de tal modo que se convierta en una trampa, cuando de improviso llegue ese día, porque así vendrá… Estén alertas orando en toda ocasión… Así podrán presentarse seguros ante el Hijo del Hombre".


noviembre 27, 2009

Adviento 2009


Preparemos nuestra Corona de Adviento: consta de ramitas verdes entrelazadas formando un círculo, que se vincula con una cinta de color rojo. Se la coloca sobre alguna superficie sólida, tipo plato o fuente, y se superponen 4 velas gruesas.

Significado de la Corona de Adviento:

El círculo simboliza a Dios, porque no tiene principio ni fin.

El color verde es la esperanza por la venida de Cristo al mundo.

El lazo rojo significa el amor que nos une a Jesús como familia.

Las 4 velas son las 4 semanas de Adviento. En ellas conmemoramos los siglos que el Pueblo de Dios esperó la venida del Salvador y nuestro tiempo de preparación para el nacimiento de Jesús en esta Navidad.

La luz de las velas representa a Jesús, luz del mundo.


noviembre 21, 2009

"El Señor es Rey"

Tenemos el mensaje y sugerencia homilética que el querido Padre José María se preocupó de enviarnos en vísperas de su partida a la Argentina.

Desde anteayer, el Padre se encuentra en Buenos Aires, desde donde, en unos días, partirá a su misión en la ciudad de Caleta Olivia, al sur del país.

Desde aquí, les invitamos a encomendar esta nueva etapa pastoral del padre a nuestra Auxiliadora, para que rinda muchos frutos y, principalmente, inspire a varios jovencitos a seguir las huellas de Don Bosco, tal como lo hace el padre José María.


La celebración de Cristo Rey es una fiesta reciente, pero importante. No tiene nada que ver con ninguna reivindicación de poder o de dominio, pues Dios no la necesita, ni a la Iglesia le sirve para su Misión Evangelizadora, aunque no todos piensen exactamente lo mismo.

Jesús lo dijo muy claro: "No pueden servir a Dios y al dinero; no se puede servir a dos Señores..." y para la mayoría de les seres humanos, el poder no es, como nos lo presenta Jesús, servicio, sino dominio y soberanía. Supone sujetar a los que no se dejen sujetar... y, si es necesario usar medios no favorables al respeto de la dignidad y la vida, pues se usarán, pues este tipo de poderosos son tan limitados y poco señores que no dominan, en realidad, nada, ni a sí mismos ni a lo que tienen, pues sus posesiones los poseen a ellos y por ellas son capaces de arriesgar su vida o la de otros...

No. El Reino de Jesús absolutamente no tiene nada que ver con esta perversión del poder y del dominio. Su dominio está basado en la Verdad, en la Vida y en su garantía y fuente: el Amor que genera vida desde la Verdad.

Él es Rey porque nos da su vida, que es eterna y salvadora de toda muerte y destrucción. Solo nos pide confianza, como Él la vivió, como hombre que fue, respecto de su Padre, en disponibilidad absoluta a su Voluntad que es de Verdad, Vida y Salvación.

La fiesta de Cristo Rey nos invita a ponernos a Dios posición de lo que el Señor nos pida en favor de la vida de los que nos rodean, primero de le familia y después de los que nos están próximos.

El Señor les bendiga y que el año litúrgico que viene, que comenzará el 29 de noviembre con el primer domingo de Adviento, nos encuentre más atentos y disponibles al Señor de la Vida en el Amor y la Verdad para la Paz.

Oremos unos por otros estemos donde estemos y hagamos lo que hagamos.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

"El Señor es Rey"

Ser como Dios, ¿qué mayor majestad, soberanía y grandeza definitiva puede ansiarse?
Pero, ¿quién es como Dios? El humilde; el servicial; el que ama incondicionalmente; el que adora a Dios de tal modo, que su Palabra y Voluntad se convierten en Ley de vida y criterio de conversión. Su aceptación de la Verdad, de la Vida y del Bien de toda persona lo liberan.

Al Hijo del Hombre se le concede la soberanía, después que ha sido presentado ante el “anciano venerable”, imagen del Dios Soberano y Todopoderoso. Él no la conquista, “se le da”.

La persona que desprecia o niega -teórica o prácticamente- a Dios, nunca podrá ser como Él y, si pretende ser algo parecido, lo que logrará es acabar en la soberbia prepotente, atrapado en el deseo de vivir como grande, soberano y con mucho poder, es decir, con ‘dominio’ sobre otros y sobre otras realidades a las que deseará someter, de ordinario, anulándolas, si no destruyéndolas. Acaban siendo los señores de nada que propagan la muerte casi a todo nivel.

La realeza de Jesucristo, realidad pensada por el Padre, desde toda la eternidad, para toda persona humana, es la realeza del Don de la Vida que libera y engrandece a quienes le rodean; realeza respetuosa de la Verdad de lo que es cada persona y son las realidades en medio de las que nos encontramos. Libre de todo interés partidario y buscando el desarrollo de todos.

El Rey, soberano servidor de la Vida, es testigo de la Verdad ante sí y ante todos, por eso es constructor de Paz en todas partes. Pero, para eso, necesita la humildad que le lleve a respetar y superar toda adversidad con la grandeza interior del respeto hacia toda persona.

La verdadera realeza no entra en contienda con nadie, porque es como Dios

El ‘Hijo del Hombre’ es figura del ser humano en su plenitud de desarrollo por la acción del Espíritu Santo, a quien secunda con responsable y creativa docilidad. Esta realidad se da hasta su perfecta dimensión en Cristo Jesús, pero a ella todos estamos llamados.

Ser rey es vivir como Dios, el Soberano de todos los reyes de la tierra. No se trata de dominio, sino de impulsar el desarrollo que lleve a la persona a superarse y ser cada día más.

El verdadero rey es dador y propulsor de la vida ante todos y en toda circunstancia

Dar vida es una riqueza universal: tarea y responsabilidad de toda persona y autoridad. Nacimos para ser señores, es decir, tan libres y dueños de nosotros mismos que seamos capaces de dar la propia vida para el bien de los que nos rodean, desde la Verdad más objetiva.

Dios está de nuestra parte: nos ha dado vida y presencia constante del Hijo y nos llena de su Espíritu de Sabiduría, Entendimiento, Ciencia, Consejo, Fortaleza, Piedad y Temor cariñoso de hijos para el éxito de todas nuestras responsabilidades al servicio del bien de los demás.

El verdadero rey es alguien que vive en la Verdad y va más allá de los intereses particulares

Jesús, el Rey del Universo, es testigo-siervo de la Verdad de Dios y de todo ser humano.

La acción política, partidaria o ciudadana, es realmente buena si camina por esta senda.

Pidamos a María Reina, nos auxilie en nuestras responsabilidades políticas de cristianos.

P. José María Domènech Corominas, sdb.

CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXXIV
SOLEMNIDAD DE CRISTO REY DEL UNIVERSO

Dn. 7, 13-14:
"Mientras miraba, vi venir como un Hijo de Hombre, se acercó al anciano venerable, lo presentaron ante Él y le fue dada la soberanía, la gloria y la realeza y todos los pueblos, tribus y lenguas le rindieron homenaje. Su soberanía es eterna… Su realeza no caducará".

Salmo 92: "El Señor es rey y va vestido de majestad"

Ap. 1, 5-8:
"Jesucristo, el testigo fiel, el primer resucitado de entre los muertos, el soberano de los reyes de la tierra. Él nos ama y nos ha liberado de nuestros pecados… para hacer de nosotros una casa real, sacerdotes dedicados a Dios, su Padre… Yo soy el alfa y omega, dice el Señor; el que es, el que era y el que ha de venir: Dios del Universo".

Jn. 18, 33b-37: "Pilatos dijo a Jesús: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Jesús contestó: «¿Lo preguntas por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?... Mi realeza no es de este mundo… Tienes razón, soy rey. Mi misión es ser testigo de la Verdad, para eso he nacido y he venido a este mundo: todos los que son de la Verdad, escuchan mi voz»."


noviembre 14, 2009

"Señor, Tú eres mi refugio"

Como cada semana, tenemos el mensaje y sugerencia homilética que nuestro querido padre José María ha preparado para este domingo:

Dios nos ama como Padre y nos cuida como Madre; nunca nos sustituye a la hora de enfrentar la vida y sus dificultades, pues es un pefecto educador, pero tampoco nos abandona cuando debemos enfrentarnos a una dificultad, por mucho miedo que nos dé: es nuestra dificultad y somos nosotros los que debemos enfrentarla porque las vendrán peores y debemos estar entrenados para tener el éxito al que tenemos derecho.

El profeta se enfrenta a la perplejidad de tantas personas buenas que han visto su vida humillada sin que se reconociera la grandeza de sus obras, pero Dios le hace saber que, en Su Presencia nada se pierde; que la última palabra en la vida de la persona humana no la tienen los poderosos o sabihondos, sino el Dios del Amor y de la Vida, a la que todos están llamados a gozarla en el Amor que crece en nosotros por la fuerza de la Providencia divina, en la medida que le dejamos.

Jesús, el hombre perfecto, lo es porque se atreve a darlo todo para el bien de todos, sin discriminación alguna y sin medida ninguna por su parte. ¿Qué hombre es libre y señor hasta este punto? Él con su don total y radical nos libera de toda atadura de mal y nos estimula a caminar hacia el don de la propia vida en su Libertad por la fuerza de su Amor.

Después de todo, al final quedará claro, cuando nuestro mundo vaya perdiendo sus apariencias y solo quede la verdad de lo que cada uno es...

El miedo a la muerte y a la destrucción del mundo que hoy vivimos casi hasta irracionalmente ¿no está basado en la soberana ignorancia recalcitrante y necia que mantenemos respecto a lo que somos de verdad y a lo que estamos destinados? Creo, sinceramente, que no hay ignorancia peor que la del agnóstico y la del individualista, que no quieren buscar ni la verdad de sí y del mundo, ni quieren vivir atreviéndose a entregarse al bien de los que le rodean.

No hay felicidad más grande que no estar atado a nada, sobre todo por dentro, y poderse acercar al otro tratndo de ver su bien y esforzándose por ayudarlo a que éste crezca y madure sin fin... Así lo hace Dios desde que el mundo es mundo y así nos lo mostró Jesús en el don perpetuo y absoluto de su vida. Don que nos ofrece constantemente, vivir en su Vida, animados por el Espíritu que a Él le animó, dentro del Plan de Vida Gloriosa y Feliz del Padre.

Dios, Comunión Trinitaria, nos ayude a vivir en su Sabiduría acogiendo en nuestra vida a Jesús y con Él a los hermanos que nos rodean en cada momento.
Dios nos bendiga.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

"Señor, Tú eres mi refugio"

Esperar al Señor que llega a salvarnos es natural fortaleza para el que cree: le lleva a construir en la verdad el bien y la vida; pero para los que no creen, no es ni fácil ni tan natural.

Nuestra cultura occidental, lanzada locamente al relativismo agnóstico y ecléctico, donde todo tiene la misma importancia, porque no hay verdades definitivas, la esperanza es casi una burla; tendemos más a la neurosis, con sus muchas facetas culturales, sobre todo en los jóvenes.

“Quien siembra vientos cosecha tempestades”, dice el refrán. Son muchas las desgracias que nos estamos acarreando… y, una vez más, nos ‘defendemos’ del mal que creamos nosotros mismos, echándole la culpa a Dios, a quien no queremos, ni podemos, escuchar ni, mucho menos, estamos dispuestos a secundar. Para culparle a Él, ya no somos ni agnósticos ni relativistas.

Los creyentes necesitamos pedir al Señor que nos proteja del desaliento en el esfuerzo para que podamos seguir confiando en Él, como nuestro Salvador. Él nos integra cada día en la Familia de los salvados, por la ofrenda permanente de su propia vida, de una vez por todas, para llenarnos de su Amor Misericordioso, que nunca tarda más de la cuenta ni jamás falla.

Todo pasará, nos dice Jesús, menos su Palabra de Vida y Felicidad eterna.

Fuertes y pacientes en la verdad, demos vida y guiemos al bien: ¡el Señor está a las puertas!

El don de Cristo es su Paz, fruto de su Perdón. Para recibirlo es básico reconocer que necesitamos ser perdonados, salvados, liberados, enseñados. ¡Necesitamos humildad y verdad!

El profeta llora a los muertos por el pecado del pueblo; pero se le recuerda que Dios salva a todos los que buscan ser salvados, aunque estén muertos. El juicio no es según una ley sino según la Verdad del Amor y Misericordia enaltecedora de Dios, que a nadie abandona jamás.

Desgracias siempre las hay. Jesús nos pone la comparación de la higuera: la presencia de la vida en sus futuros frutos es signo de un Dios que viene ya con su Salvación y Vida nueva.

Dios nos espera y da una y otra oportunidad, ¡¡construyamos el bien para la vida!!

El don de la vida de Cristo, celebrado, asumido y compartido, nos libra de toda perturbación.

En el sacrificio de Cristo es donde los creyentes en Él debemos afianzarnos y alimentarnos para seguir sus pasos de Salvación para todos y para siempre. Asumir el don de la vida de Cristo en el propio ‘hoy’ cotidiano lleva a vivir y, mucho más, a comunicar su Vida y Paz, así como el Padre nos pide que hagamos en las propias y concretas circunstancias diarias.

La Eucaristía, bien celebrada y vivida, realmente nos transforma en la paz, paso a paso.

Las consecuencias de nuestros errores se nos imponen, transformémoslas en bien y vida

Es inútil quejarse, solo es positivo asumir la vida como nos viene ofreciéndola en Cristo.

La Salvación es un don, pero vivirla exige decisión y esfuerzo para ser dadores de ese don recibido del Padre en Cristo por el Espíritu, pero en la Verdad y para el bien de cada uno.

Pidamos a María abrirnos al Hijo Salvador para vivir, en el Espíritu, como salvados.

P. José Mª Domènech Corominas, SDB


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXXIII

Dn. 12, 1-3:
"Mientras yo, Daniel, lloraba… escuché estas palabras del Señor: «…Habrá un tiempo de desgracias… en aquel momento será salvado tu pueblo, todos los que están inscritos en el libro… Los justos brillarán como luz en el firmamento, los que hayan guiado al pueblo por el buen camino brillarán como las estrellas para siempre».".

Salmo 15: "Protégeme, Señor, que Tú eres mi refugio"

Hb. 10, 11-14.18:
"…Jesucristo después de ofrecerse una sola vez como víctima por los pecados, se sentará a la derecha de Dios… Con una sola oblación ha consagrado total y definitivamente a los que debían de ser santificados. Una vez Dios ha perdonado los pecados, ya no es necesario ninguna otra ofrenda para obtener el perdón".

Mc. 13, 24-32: "Jesús dijo a sus discípulos: «…Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad. Entre tanto enviará a sus ángeles a reunir a sus elegidos, que vendrán… de los extremos más lejanos de la tierra y del cielo… sepan que Él se acerca, ya está por llegar. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán…»."

noviembre 09, 2009

Lima honró a su Señor

El domingo Lima amaneció temprano para adornarse de morado y blanco.

Los vecinos de los barrios de Magdalena, Lince, San Borja, San Juan de Miraflores y San Vicente de Cañete, salieron a las calles desde las primeras horas para confeccionar alfombras florales, colocar cadenetas en los balcones, o fijar arreglos con globos en los postes, todo ello dispuesto para engalanar el paso del anda del Señor.

Así despidió nuestra capital el mes morado, con la imagen de Cristo avanzando entre las casas de sus hijos
.

noviembre 06, 2009

"... ha dado más que todos, lo que tenía para vivir"

Tenemos el comentario y la sugerencia homilética que nuestro querido padre José María ha preparado para este domingo 8 de noviembre.

El padre se está encomendando a nuestra oración, no le fallemos. En breve estará asumiendo su nueva responsabilidad en Caleta Olivia (Santa Cruz - Patagonia argentina), donde sin duda todos lo acogerán con mucho cariño.

Hermanos argentinos: desde Perú los felicitamos porque tendrán al padre José María con ustedes! Les pedimos que aprovechen todos sus consejos y enseñanzas; estamos seguros que sentirán que es Don Bosco quien les habla, con un poco de acento peruano-español.

Bendiciones y augurios!

Dios nos invita a fiarnos tanto de Él que pongamos nuestra vida en sus manos y se lo demos todo, como Él nos lo pide y nuestros hermanos lo necesitan.

Demasiadas personas piden que se les ayude, pero ello, a veces, ni siquiera ponen lo que les corresponde por justicia y dignidad.

Dios no sustituye responsabilidades... El esfuerzo de cada uno lo hace cada uno, los demás podemos apoyar y hasta cubrir lo que esta persona no alcanza a completar para llegar a lo que debe pero siempre estimulando a que se ponga nuevas metas de honestidad, de disciplina, de esfuerzo, de trabajo, de superación, de verdad, de generosidad en lo que puede, sin pensar que tiene derecho a recibirlo todo, derecho que no le asiste a nadia, ni a los bebés, quienes para su crecimiento también tienen que hacer sus propios esfuerzos, aunque parezcan músculos, que para ellos no lo son.

La viuda tendrá que fiarse para dar o al profeta o al templo lo que, de algún modo se le pide... y Dios hará lo demás... Lo mismo tuvo que hacer Jesús y todos nos hemos beneficiado de ello.

Demos gracias a Dios.

Dios les bendiga y me encomiendo a su oración para la nueva misión que el Señor me confía.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

"... ha dado más que todos, lo que tenía para vivir"

La persona que vive apoyada en el Señor da todo lo que tiene, sin más cálculos que su confianza en la Providencia divina, que siempre nos cuida, aunque nosotros no nos fiemos demasiado de ella o le fallemos al no secundar los planes en los que nos pide colaborar.

Es normal que no ‘veamos’ los signos del Amor Providente del Padre, si no le dejamos actuar libremente en nuestra vida. Puede ser que tengamos momentos de alabanza y de buenos signos religiosos, pero eso no basta para ver-gozar las obras de Dios: es necesario abrir la vida.

Si la viuda de Sarepta no se hubiera fiado del Señor, no habría visto las maravillas de Dios. Si Jesús no hubiera sacrificado su vida, apoyado solo en la fidelidad del Padre, no hubiera visto la gloria de la resurrección ni nos hubiera merecido el perdón de los pecados.

El problema de los maestros de la Ley y de los ‘buenos’ y ‘generosos’ creyentes no está en lo bueno que hagan: predicar / hacer ofrendas / dar limosna, ya que la religión es buena es sí misma. Su problema está en que no se abandonan al Señor de la vida que ama a los últimos y nos pide darlo todo como Él, renunciando a los criterios de ‘humana prudencia’ que en nada se fían de la Providencia divina, que se maneja con otros criterios de Amor a través de una Vida Solidaria para la justicia a favor de todos. Por estos criterios de Amor se entregó Cristo Jesús y, como Él, los profetas verdaderos de todos los tiempos, latitudes, culturas y sexualidad.

“Dice el Señor”… y es para todos, sin discriminaciones

La Palabra de Dios no está sujeta a ninguna religión ni a una cultura determinada, sino que es de influencia y eficacia universal. El Profeta se dirige a una mujer no-israelita, abierta a Dios, sí, pero en otra religión. Para Dios no hay problemas de ninguna clase: quien se abre a Él, sea el Profeta de Israel, sea la viuda de Sarepta, pagana, vive los beneficios de su Amor.

Dios pide todo; el creyente lo da todo, como Dios, su maestro de vida libre para dar vida.

Cristo se ha presentado ante Dios, su Padre, a favor nuestro

El don oblativo de Cristo es el verdadero sacrificio de expiación, al que hacía referencia la fiesta judía y celebra la Eucaristía cristiana, en la que el mismo Jesús nos pide: ‘Hagan esto en memoria mía’. Lo básico es el don de amor para llenar de vida al hermano, no tanto el rito.

Fue el egoísmo soberbio el que nos distanció de Dios y será el humilde don de uno mismo por el bien de los hermanos el que nos acarreará la salvación a todos. Todos estamos invitados.

…ha dado más que todos, porque era lo que tenía para vivir

Es muy peligroso creerse en la verdad y salvación por ‘pertenecer’ a una religión. La salvación nos llega por el don de la vida de Jesús hecha historia en nuestra historia al acogerle.

La pobre e insignificante viuda, mirada desde los ojos pequeños de la religión, es grande porque lo da todo, como Dios lo hace en su Providencia, no tanto porque sea viuda o pobre.

Pidamos a María saber confiarlo todo a Dios, siempre dispuestos a darlo todo como Él.
Padre José María Doménech Corominas, sdb.


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXXII


1R. 17, 10-16:
"Elías le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua para beber… tráeme también un trozo de pan». Ella respondió: «Por tu Dios, te juro que no tengo nada… después moriremos de hambre». Elías le respondió: «No temas… Hazme primero un pequeño pan… porque dice el Señor: No se vaciará el tarro de harina ni bajará el aceite en el jarro hasta el día que el Señor envíe la lluvia al país".

Salmo 145: "Alaba al Señor, alma mía"

Hb. 9, 24-28:
"Cristo… ha entrado al mismo cielo y se ha presentado ante Dios a favor nuestro… De hecho no se ha aparecido hasta ahora… para ofrecerse Él mismo, una sola vez, como víctima para abolir el pecado… cuando tomó sobre sí los pecados de todos. Después volverá a revelarse… para salvar a los que le esperan para acogerlo".

Mc. 12, 38-44: "Jesús… decía: «No se fíen de los maestros de la Ley… serán juzgados con mayor rigor». Estando sentado en el templo… Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Les digo que, de verdad, esta viuda pobre es la que ha dado más que todos; pues los otros han dado de lo que les sobraba, pero ella, que lo necesitaba para vivir, ha dado todo lo que tenía»."