enero 13, 2012

"Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad"


Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 15 de enero.


Este domingo el Señor desea despertar nuestra responsabilidad.

¿Qué buscan en su vida? ¿Qué es lo que les interesa? ¿A qué le prestan atención?

Samuel al Señor que le llama de noche y al que responde con rapidez, aunque él no le conoce, pero identifica con el sacerdote Elí, hasta que Elí le enseña a distinguir a estar disponible al Señor.

Pablo nos hace notar que no debemos atar nuestra vida a nada que no sea el Señor y su Espíritu, al que pertenecemos, comprados a un terrible precio. Es el único modo de glorificar a Dios de verdad y no solo con los labios y los gestos vacíos, como podrían ser nuestras oraciones o ritos. Como Dios es concreto al entregar todos los días su vida por nosotros, debemos serlo nosotros. Esto no implica que no nos equivoquemos nunca, ¡imposible!; lo que el Señor nos pide es que nos confiemos a Él, que le escuchemos, que le sigamos. Así lo hicieron Andrés y el otro discípulo, que parece que fue Juan. Lo importante es que sepamos a qué vamos y qué buscamos al acercarnos al Señor, porque, si el centro es conocerlo a Él, jamás seremos decepcionados, si lo seguimos y vamos a donde Él vive; pero si el centro es nuestra tranquilidad, nuestra seguridad, nuestro éxito... nosotros, perdemos grandes oportunidades de maduración. La gran ventaja es que Dios no pierde tiempo con nadie... y siempre nos inquietará, sacudirá, despertará y nos obligará a reaccionar, aunque sea para declararnos decepcionados porque no buscábamos los que queríamos y no nos interesaba lo que se nos ofrecía.

Dios no usa el marketing para ganar adeptos... despierta conciencias para hacernos discípulos que aprendan a ser hijos del Padre, como Él... con todas las maravillosas consecuencias.

María nos ayude a vivir atentos al Dios que pasa por nuestra vida todos los días y nos llama.

Dios les bendiga con todo su Amor.

Unidos en oración con María:

P. José Mª Domènech SDB

"Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad"


‘¿Qué quieren?’ ‘¿Qué buscan?’ Cuestionamiento vital para madurar como personas que cada día aprenden a ser libres. El que no sabe a dónde va, no llega a ninguna parte y jamás estará satisfecho, pues no sabe qué ni cuánto le falta, por dónde ir, qué buscar, de quién fiarse...

Jesús quiere que siempre seamos nosotros los que construyamos nuestra historia; aunque siempre sea Él quien tome la iniciativa de pasar por nuestra vida con su Vida Nueva y Salvación. Con todo, necesitamos alguien, como Juan Bautista, que nos señale el valor de su presencia.

Todo lo demás depende de nosotros: nuestra atención, nuestra decisión, nuestro buscar, nuestro cuestionar y cuestionarnos, nuestro dejarnos impresionar... La vida es un llamado...

Como Samuel, aunque seamos pequeños, debemos estar atentos y disponibles, sin dejarnos atrapar por los engaños de nuestra materia, personal y social, débil y desorientada.

O vivimos siendo del Señor, en una sana conciencia, libre de amarres, o seremos un fracaso.

Estar atentos con voluntad honesta de responder generosamente a los llamados de Dios

Eran tiempos en los que no se oía la Palabra de Dios. 1100 años antes de Cristo, los hijos de Elí, ya habían perdido la Fe, pues se negaban a obedecer la Ley; todo lo manipulaban. Samuel, como creyente honesto, vive atento a la voz de Dios y está dispuesto a lo que le pida.

Es la historia de todo creyente y de sus crisis. ¿Cómo es nuestra atención a Dios hoy?

Es el criterio de conversión continua que insinúa Pablo superando todo ‘uso’ de la persona

Para crecer en la Fe, en medio de las constantes tentaciones, es necesario dejarse guiar por el Espíritu de Dios, que nos enseña a estar atentos para no perder jamás la libertad interior.

Todo es don de Dios para la vida plena de todos, somos servidores-administradores.

La atención a la presencia de Dios despierta lo mejor de nosotros y nos hace apóstoles

Juan señala una presencia absoluta y renovadora. Los discípulos siguen al presentado, son cuestionados, expresan su voluntad de conocer a fondo y reciben la respuesta adecuada.

Quien se encuentra con Jesús, se renueva, no puede guardar lo recibido, y lo comparte.

La Fe es diálogo entre la iniciativa primera de Dios y la respuesta libre de la persona.

Nada se impone, pero tampoco se buscan efectos deslumbrantes: debe ser seguimiento honesto.

Pidamos a María saber escuchar la voz de Dios, libres de toda atadura, para servir a todos.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO II

Estamos llamados para cosas maravillosas y Dios se fía de nosotros, por eso nos da su Espíritu, para que nos habite y nos guíe.


1S. 3, 3b-10.19:
"Samuel estaba acostado... El Señor llamó a Samuel y él respondió: «Aquí estoy»... fue corriendo donde... Elí... Pero Elí le dijo: «Yo no te he llamado...»... El Señor llamó a Samuel una vez más... [y] por tercera vez... Elí
comprendió que era el Señor el que llamaba... y dijo a Samuel: «Ve a acostarte, y si alguien te llama, tú le dirás: ‘Habla, Señor, que tu siervo escucha’». Samuel fue a acostarse... vino el Señor y le llamó como las otras veces... Él respondió: «Habla, Señor, que tu siervo escucha»... Samuel creció y el Señor estaba con él..."

Salmo: 39: "Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad".

1Cor. 6, 13c-15a.17-20:
"El cuerpo... es... para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder... El que se une al Señor es un solo espíritu con él. Eviten la fornicación... ¿O no saben que sus cuerpos son templo del Espíritu Santo... que han recibido de Dios?... Ustedes no se pertenecen, sino que han sido comprados, ¡y a qué precio! Glorifiquen, entonces, a Dios en sus cuerpos".

Jn. 1, 35-42: "Estaba Juan Bautista con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús... dijo: «Éste es el Cordero de Dios»... al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. Él se dio vuelta y... les preguntó: «¿Qué quieren?»... «Maestro, ¿dónde vives?» «Vengan y lo verán», les dijo... Uno de los dos... era Andrés, hermano de Simón Pedro... encontró... a su propio hermano... y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías»... lo llevó donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: «...Tú te llamarás Cefas»..."





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