diciembre 01, 2012

«Entonces se verá al Hijo del hombre venir»

Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 2 de diciembre.

Los cristianos, durante el año, profundizamos y celebramos nuestra Fe guiados por la Palabra de Dios. Tenemos dividida la Biblia en dos tipos de distribución de los textos: por un lado, la que elije los textos para las lecturas de los domingos: ésta tiene tres ciclos, uno por año. Este domingo comenzamos el ciclo “C”, el tercero. Como siempre, los ciclos comienzan con el Adviento. La segunda gran organización de los textos bíblicos para la liturgia los distribuye en años pares y años impares, de modo que, entre todo, se lea lo más posible y lo más importante de toda la Biblia.




Este domingo comienza el Adviento, que es nuestra preparación para vivir el misterio del Señor que llega para darnos su Libertad y Vida nueva. Lo hizo históricamente hace más de dos mil años; lo hace cada día en cada uno de nuestros ambientes, personas y en cada celebración cristiana y lo hará, con poder y gloria, al final de los tiempos. ¡Vale la pena prepararnos, pues su Amor es eterno y no falla, pero nosotros sí podemos fallar arriesgándonos a perderlo todo! Y eso no es ni sensato ni justo para nadie.

Sin duda conocemos, por haberla recibido alguna vez, como yo, esta historia: “Un soldado se acerca a su jefe y le dice: «–Uno de nuestros compañeros no ha regresado del campo de batalla. Solicito permiso para ir a buscarlo, señor». «–Permiso denegado –replicó el oficial–. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto». No haciendo caso a la prohibición, el soldado sale, y una hora más tarde regresa mortalmente herido, pero transportando el cadáver de su amigo. El oficial, furioso, le grita: «–¡Ya le dije que había muerto! Dígame, ¿valía la pena ir allí para traer un cadáver arriesgando su propia vida?» El soldado, moribundo, responde: «–¡Sí, señor! Cuando lo encontré, estaba vivo y pudo decirme: ‘¡Estaba seguro que vendrías!’»”.

Es en estos casos se entiende que un amigo es aquel que se queda cuando todo el mundo se ha ido. Los verdaderos amigos no calculan costos, ni están midiendo gota a gota su propia entrega. Un verdadero amigo no sabe de ahorros, ni de moderaciones en la generosidad. «Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos» (Jn. 15, 31), decía Jesús antes de su propia entrega hasta la muerte, y muerte de cruz.

Cristo es nuestro Amigo, enviado por nuestro Padre, Dios, que nos ama desde toda la eternidad y jamás nos abandona. Abramos el corazón y llenémonos de esperanza y fortaleza para seguir en el esfuerzo de vivir según Él nos indica. Cada día un poco más, un poco mejor, sin desfallecer. Así viviremos en su alegría y gozaremos el triunfo final y definitivo que nadie nos quitará.

María, nuestra Madre y Maestra, es nuestro Auxilio, y ella nos enseña y ayuda. No temamos al fracaso, aunque nos equivoquemos, pues, a su lado y haciéndole caso, éste es imposible.

Dios nos bendice y Él nos ayuda a vivir siempre atentos a su Palabra aprovechando todas las riquezas de su Amor. No dejemos de esforzarnos por seguir a Jesús en su camino al Padre.

Unidos en oración con María, la Madre que nos enseña a recibir al Señor:
P. José Mª Domènech SDB

«Entonces se verá al Hijo del hombre venir»

Adviento: tiempo que prepara la celebración de la llegada del Señor. Para nosotros, ¿Él es el importante? o, más bien, ¿lo son más, en realidad, las cosas y símbolos con los que decimos celebrar la Navidad?

Comenzamos este año litúrgico con una clara invitación a vivir siempre alerta, basados la oración y una conducta digna de los discípulos de Jesús, en la que somos invitados a progresar constantemente.

Si vivimos así, estaremos a salvo de toda desgracia, sobre todo de la desgracia de quedar atrapados en las angustias de nuestro mundo y en su gran desconcierto ante la incesante, insaciable y parece que infructífera búsqueda de felicidad y de paz, que siempre aparecen como huidizas, frágiles y poco fiables.

Dios nos invita a prepararnos a la llegada del Salvador. Pero no la primera, sino la constante y definitiva. La salvación ya se hizo historia, nos toca a nosotros concretar hoy nuestra real aceptación.

¿Cuál es el centro de nuestra vida: la propuesta del Señor o nuestras costumbres o comodidades? No es una pregunta menor, ni es retórica, pues de ello depende el futuro real de nuestra vida profunda.

La sociedad tiene muchas carencias ¿cuál es nuestra viva y concreta respuesta a ellas?

La justicia, don del cielo, viene con el Salvador, pero no se puede imponer, debe ser vivida en persona

700 años antes de Cristo, Isaías, y 100 años después, Jeremías, hablan con ilusión y entusiasmo del germen de justicia que brotará del árbol de la dinastía de David, secado por la injusticia y el culto falso de sus dirigentes. Al final, llegará la salvación y la Justicia de Dios superará la maldad y para siempre.

Dios es soberano: su propuesta de Vida y Justicia es definitiva y para todos. Ahora nos toca decidir.

Desarrollemos nuestro deseo de vivir atentos a los dones de Dios para hacerlos crecer sin cesar

Pablo nos invita a ser cada día más eficientes en nuestra conversión para que ésta beneficie a todos.

Claro que antes deberíamos preguntarnos si sentimos necesidad de la conversión, porque, si no es así, la invitación del Apóstol queda en nada, pues creemos que, así como estamos, ¡ya estamos bien! Así lo sienten también los que mantienen sometida nuestra sociedad en la corrupción con todas sus injusticias.

Pidamos al Señor nos dé su Luz y Fuerza para convertirnos en todo lo que Él nos pide cambiar.

Estemos atentos, no nos aturdamos por los excesos, sino construyamos en el don de la libertad y el Amor

El lenguaje de Lucas desea hacernos notar que toda la sociedad vive en angustia constante ante la corrupción e injusticia imperante en casi todos los ámbitos decisivos de la vida personal y social.

El Señor llega con su Libertad, pero ésta no se impone; debe ser aceptada y aprendida para dar a nuestro mundo sus frutos de vida, paz, diálogo, respeto, unidad y progreso personal y social.

Pero no todos reciben al Señor de la Vida y de la Libertad. Los justos será puestos a dura prueba; por eso se nos pide confianza: tengan ánimo, levanten la cabeza, dejen atrás el pasado y láncense a lo nuevo que les trae el Salvador que llega, Él hace realidad todo lo que podría verse como una utopía de justicia.

Abrámonos a Cristo Jesús, que ninguna preocupación nos desvíe de lo único vital: el Señor que llega.

Pidamos a María abrir nuestro ser al Señor que llega con su amor y dejar que llene nuestra vida de Él.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO C – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO I

Dios nos invita a estar alerta a las indicaciones del Señor para no quedar atrapados en los engaños y tener éxito definitivo en la vida personal y social

Jr. 33, 14-16:
"...en aquel tiempo, haré brotar de David un germen justo, y él practicará la justicia y el derecho en el país. En aquellos días estará a salvo Judá, y Jerusalén habitará segura. Y la llamarán así: “El Señor es nuestra justicia”."

Salmo 244-5a.8-10.14: "A Ti, Señor, elevo mi alma".

1Tes. 3, 12-4, 2:
"Que el Señor les haga crecer cada vez más en el amor mutuo y hacia todos los demás, semejante al que nosotros tenemos por ustedes. Que Él fortalezca sus corazones en la santidad y los haga irreprochables ante Dios... hagan mayores progresos todavía...".

Lc. 21, 25-28.34-36: "Jesús dijo a sus discípulos: ...Los hombres desfallecerán de miedo ante la perspectiva de lo que le sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir... lleno de poder y de gloria... tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación. Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos... para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes, como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".



No hay comentarios.:

Publicar un comentario