febrero 24, 2010

Dios nos ofrece una alianza de Amor y Vida

El tiempo de Cuaresma es un tiempo riquísimo en catequesis bíblico-litúrgica: comenzó con una invitación a la conversión honesta, sin poses ni apariencias, pues de nada nos sirven ante Dios, pues Él ve el interior, y tampoco ante los hombres, pues la verdad fácilmente sale a la luz; después, el domingo, nos indicaba que para vencer las tentaciones, que jamás nos van a faltar, como no le faltaron a Jesús, es indispensable vivir como Él: reconociendo a Dios como Padre y Señor de nuestra vida y haciendo de su Palabra el criterio definitivo de nuestra vida. O Jesús es el Señor y Salvador o nuestra vida no tiene opción para lograr la verdadera y eterna libertad del Amor de Dios. Esta es una verdad para toda persona humana: quien realmente no sabe de Jesús, por lo que sea, lo recibe en su interior, de algún modo, en la rectitud de su conciencia.

En este segundo domingo la propuesta es correlativa: Dios está vitalmente comprometido con el éxito de nuestra vida, ¿lo estamos nosotros? ¿sabemos cuál es este éxito o estamos esencialmente confundidos y engañados? ¿qué hacemos para buscar y caminar en la Verdad, conocida, comprendida y vivida cada día con mejor sinceridad y profundidad mayor? ¿qué elementos en nuestra vida nos desconciertan, nos seducen, nos van degradando, aunque sea poco a poco, y matan muchas opciones que el Señor nos ofrece, de muchos modos y sin descanso?

Jesús es la Palabra viva de Dios, ¿le escuchamos, dejándole entrar en nuestro interior, aunque revuelva nuestra vida y criterios; nos sacuda y nos llame a la conversión? El Padre nos pide que escuchemos a su predilecto; al que Él escogió como el Siervo que da su vida para que tengamos vida y la tengamos eterna.

Este domingo se nos invita a ESCUCHAR A JESÚS, quitando de nosotros todo lo que nos degrade como lo que somos en verdad y sin discusión, aunque muchos lo nieguen y nosotros no lo sepamos, porque nadie nos lo enseñó ni nos ayudó a comprender: HIJOS DE DIOS. Él, Cristo Jesús, el Hijo de Dios por naturaleza eterna, nos enseñará a nosotros a serlo, pues nuestra naturaleza immortal, no nos lo entrega por sí misma... Pero somos Hijos de Dios porque Dios nos ha creado para que lo seamos y Él, nuestro Padre, nos llama a serlo desde lo más profundo de nuestro Ser Humano. ¡Ojalá tengamos alguien que, con Caridad, nos lo enseñe y aprendamos a vivirlo y enseñárselo a los que nos rodean! ¡¡Esto es lo más grande que podemos hacer en la vida!!

Dios nos bendiga para que escuchemos cada día mejor a Jesús, el Hijo Predilecto del Padre.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

Dios nos ofrece una alianza de Amor y Vida

Para madurar seguimos, consciente o inconscientemente, a algún ‘maestro’, cuya disciplina, de algún modo, aceptamos. Estamos creados de tal modo que, solos, no podemos estructurarnos adecuadamente ni desarrollar todo nuestro inmenso potencial. A esto se refiere la palabra de Dios que, en el Génesis, dice: “No es bueno que la persona humana esté sola…” (Gn. 2, 18b)

Dios, en Amor Providente y Redentor, no nos abandona jamás, siempre está con nosotros, nos guía, invita, anima; nos ofrece su alimento, Gracia, Amistad y Vida. ¡Es Alianza!

Toda la historia está construida de este modo. Otra cosa muy diversa, y lamentable, es que no lo veamos, ni lo valoremos, por estar atrapados en nuestra miopía o atados a deseos y costumbres esclavizantes que nos van, poco a poco, aniquilando como personas, familias y sociedad.

Nuestra Comunidad cristiana es el ambiente en el que el Señor nos ofrece transfigurar nuestra vida paso a paso, en el contacto íntimo y continuo con Jesús, escuchando su ‘voz’, asumiendo sus criterios, siguiendo sus pasos y dejando todo lo que nos lo impida.

Pablo lamenta que haya ‘cristianos’ que, viviendo con criterios que no son de Cristo, se hundan en sus propios engaños y hagan de su vida un fracaso, y ¡un escándalo para muchos!

Necesitamos la luz de la vida de Jesús para no desviar nuestra vida en criterios errados.

El compromiso de Dios a favor nuestro es absoluto, abarca toda su Vida: nada le detendrá

El texto del Génesis muestra una antigua fórmula de alianza: al pasar entre los animales divididos, las partes expresan que cumplirán el pacto o perecerán como estos animales.

Aquí solo Dios se compromete, Abram es beneficiario. El pacto será infaliblemente cumplido: ¡Dios no falla jamás! La alianza se hará perfecta en Cristo. Abram se fía en todo de Dios.

Estamos llamados a vivir en Jesús como Él vive en el Padre: darlo todo por los hermanos

Para ser discípulo de Jesús, y su misionero: testigo de su Amor, debemos ser libres.
Ser familia de Dios, miembros de su Reino supone desechar de nosotros lo que nos impide dar vida y buscar el bien de los que nos rodean. Así lo han hecho todas las personas libres.

Seguir a Jesús sólo en los momentos gratos es mentirse: el Padre nos invita a escucharle-vivirle

El relato ‘dice’ que la pasión es una realidad ineludible: la Pascua es el camino de la gloria del Hijo de Dios, su triunfo definitivo. Escucharle es hacerse capaz de testificar esta Pascua en la vida: hacerla mi historia en ‘la vida’. Como a Jesús, nos lo pide el Padre a favor del mundo.

María nos ayude a escuchar a Jesús, intimar con Él y dejar lo que nos impida ser como Él.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

CICLO C - CUARESMA – DOMINGO II
Dios nos ofrece una alianza de Amor y Vida, pero, para vivir en ella, debemos escuchar a Jesús y seguirle más allá de lo religioso.


Gn. 15, 5-12.17-18:
"Dios hizo salir a Abram y le dijo: «Mira el cielo y cuenta, si puedes, las estrellas. Así será tu descendencia» Abram creyó al Señor y el Señor lo tomó en cuenta… Después le dijo: «Yo soy el Señor que te hizo salir de Ur de los caldeos para darte este país…» Abram preguntó: «¿Qué garantía me das, Señor?»… Cuando era ya negra noche, vio como una hoguera humeante o antorcha fulgurante pasaba en medio de los animales partidos. Aquel día el Señor hizo con Abram una alianza…"

Sal. 26: "El Señor es mi luz y mi salvación"

Flp. 3, 17-4, 1:
"…se lo digo con lágrimas en los ojos: muchos viven como si fueran enemigos de la Cruz de Cristo. Se encaminan a la perdición… solo aprecian las cosas terrenales. Nosotros tenemos nuestra ciudadanía en el cielo… Jesucristo, el Señor, que transformará nuestro pobre cuerpo para configurarlo al suyo glorioso… Hermanos queridos,… manténganse en el Señor".

Lc. 9, 28b-36: "Jesús… subió a la montaña para orar. Mientras oraba, se transfiguró… Dos hombres se pusieron a conversar con Él. Eran Moisés y Elías… Pedro y sus compañeros…, cuando despertaron, vieron la gloria de Jesús… se formó una nube que los cubrió… En la nube una voz dijo: «Éste es mi Hijo, mi elegido, escúchenle»… se encontraron con Jesús que estaba solo. Ellos guardaron el secreto…"

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febrero 18, 2010

Fe vivida y proclamada

Entramos al tiempo de Cuaresma.

Dios, como Padre Providente, nos ofrece a todos sin excepción de niguna clase un tiempo de de renovación en su Amor que nos renueva y reconstruye interiormente para que la Felicidad, a la que nos llamó cuando nos creó personalmente en el seno materno, se vaya adueñando de nuestra vida y la podemos así compartir con naturalidad con los hermanos que nos rodean en el cotidiano vivir y en cualquier circunstancia. Esta posibilidad nos hace madurar de tal modo que nos vamos haciendo duños y señores de nosotros mismos, de nuestras relaciones y, así, vamos transfirmando nuestro mundo en lo que el Padre siempre pensó y para lo que nos creó y para lo que envió a su Hijo: en la Familia Humana capaz de gozar del Amor de Dios y de hacerlo gozar a la misma naturaleza que le fue confiada para que la gobernara desde el Amor para una vida crecientemente más plena y solidaria hasta que todos lleguen al máximo desarrollo y gozo de sus posibilidades.

Es de justicia, para Dios, para nosotros y para el mundo entero, que aprovechemos este tiempo de conversión para superar en nosotros todo lo que nos impide ser como Dios lo desea, lo planificó, lo restauró en Cristo Jesús y lo va consiguiendo, en los que lo aceptan, con la fuerza de Su Espíritu de Amor Providente, Vida en Plenitud, Paz Integral y, por tanto, Justicia Universal.

Este primer domingo el Amor de Dios nos desea llevar a comprender que necesitamos centrarnos en Él, en la sincera escucha y asumción de su Palabra de Conversíón para la alegría de la Libertad. Esto es indispensable si queremos algo más que lo que nos sale espontaneo y de verdad deseamos vernos libres de lo que percibimos nos esclaviza.

Creer es centrarnos en el Dios de Amor y Vida que nos da la Paz y nos abre a la real Justicia; creer es ofrecerle nuestra vida, como está, sí, porque no tenemos otra, pero ofrecérsela con sinceridad como la más profunda y valiosa primicia, para que la llene de Él mismo, de su Gracia restauradora y liberadora de toda cadena, sobre todo de las más difíciles de romper: las interiores.

Toda la vida de Jesús fue una lucha contra el Enemigo de la Vida, de la Justicia, de la Paz, de la Solidaridad, de la Comunión, del Diálogo, de la Pureza... Él nos perturba y esclaviza, interior y exteriormente.

Dios no puede consentir que sus hijos sean destruidos y nos pide que no cedamos, que le escuchemos con sencilla y dócil atención: Él nos orientará y animará; nos llenará de su Gracia, garantía de victoria (y lo vemos en Jesús). Él nos ayudará a crecer en Libertad, para decidir en su Amor buscando el Bien de todos; en Fortaleza inexpugnable, para superar todas las batallas; en Sabiduría, para conocer su Amor y Voluntad; en Entendimiento de lo que somos de verdad y para lo que estamos llamados; en Ciencia, para no desorientarnos al caminar en este mundo y conocer cada realidad desde la Sabiduría de Dios, nosotros mismos; en Consejo, para saber interiorizar su Palabra y compartirla con los que nos rodeen o nos sean confiados; en Piedad, para saber recibirle a Él y a nuestros hermanos en la intimidad de nuestro corazón y tratarles con la delicadeza del Amor de Dios que nos confía; en su Temor para que nuestra delicadeza sea creciente y cada día nos lleve a una mayor libertar y madurez interior con evidentes beneficios para todos: personas y naturaleza. Así podremos ser verdaderos evangelizadores del Amor Universal y Reconciliador de Dios.

Hermanos, vivamos esta cuaresma con toda el alma y prioricemos en ella la escucha y meditación de la Palabra para ser sus servidores en todo lo que hagamos en favor de todos los que lleguen a nosotros o a los que seamos enviados.

Dios nos bendiga con el don de la gratitud que sabe aprovechar todos los dones que se reciben, de Dios y los hombres.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:
P. José Mª Domènech SDB

Sólo la Fe vivida según el Espíritu y proclamada con la trasparencia de las actitudes, salva de la idolatría y engaño del mal


Jesús se deja llevar por el Espíritu Santo: interiormente atento a la Voluntad de Dios y lejos de las presione humanas, sean las que sean y vengan de donde vengan, internas o externas.

La Fe nos lleva a caminar libres de otros criterios que no condigan con la riqueza del Amor que nos ha liberado de toda cadena.

Las más difíciles de romper son las internas, a las que no renunciamos con mucha facilidad, y nuestra vida queda perturbada en la escucha, comprensión y asimilación de la Palabra.

La historia nos demuestra que los que consideran, consciente o inconscientemente, que básicamente ‘se portan bien’, es decir, los ‘consagrados’, ‘fieles practicantes’, ‘comprometidos’, ‘maestros o catequistas’, ‘servidores de la Comunidad’…, a veces son ellos los que ya han formado reflejos que, en su inconsciente, manipulan de la Palabra, desde la ciencia o la experiencia.

Necesitamos ir al desierto; confesar nuestra Fe desde sus orígenes y cuestionarnos sobre si es cierto que estamos en un real camino de conversión. Examinar nuestras tentaciones y respuestas para percatarnos, con sinceridad, desde el Espíritu, de cómo reaccionamos realmente a ellas: ¿las rechazamos?, ¿por qué?; ¿cedemos?, ¿en qué medida? ¿por qué? ¡Cuáles son los criterios!

Las tentaciones no desaparecerán. Se especializan y se hacen cada vez más sutiles. El Enemigo lo que busca es hundirnos; no le interesa nada más que eso: es el Padre de la Mentira.

Confesar la Fe lleva a la ofrenda de lo fundamental y mejor de la vida

Toda la realidad es un don de Dios. Él la mantiene purificándola de toda degradación.
Toca al ser humano saberlo reconocer al suplicar la Providencia divina en el peligro y ofrecer lo mejor de sí mismo como servidor, en Cristo, para ser parte del bien y de la salvación.

La ofrenda de la propia vida es confesión de Fe y apertura a la Salvación que el Señor ofrece

Confesar la Fe nos justifica, no por las palabras dichas, sino por la vida que se compromete.

En la Fe el corazón se abre al Señor de la Vida y se compromete a vivir en su Vida y Amor.

Recibir al Señor supone abrirnos a su Palabra y hacerla nuestro único criterio de vida plena

El fondo del relato es la pasión; Satanás ataca a fondo, pero la Palabra vivida en el Amor del Espíritu liberador, no solo usada, enseña a vencer la tentación con criterios de Vida Nueva.

Pedimos a María nos enseñe a vivir la Palabra hasta la victoria de la conversión liberadora.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO C - CUARESMA – DOMINGO I
Sólo la Fe vivida según el Espíritu y proclamada con la trasparencia de las actitudes, salva de la idolatría y engaño del mal


Dt. 26, 4-10:
"Moisés dijo al pueblo: «El sacerdote recibirá de tus manos... las primicias de los frutos de la tierra… en la presencia del Señor declararás: “Mi padre era un arameo errante que bajó con poca gente a Egipto… se convirtieron en un gran pueblo… los maltrataron… clamaron al Señor, Dios de nuestros padres, y Él escuchó nuestra súplica… El Señor nos hizo salir de Egipto… nos introdujo en este lugar… Por eso he traído estas primicias… que Tú, Señor, me has dado”… adórale»"

Sal. 90: "Mantente junto a mí, Señor, en los peligros"

Rm. 10, 8-13:
"…«Tienes la Palabra muy cerca de ti: en tus labios y en tu corazón»… es la Fe que proclamamos… porque la Fe que nos hace justos la tenemos en el corazón y la profesión de la Fe que nos lleva a la salvación la tenemos en los labios. Aquí no hay diferencia alguna… tienen el mismo Señor… «Cualquiera que invoque el nombre del Señor será salvado»."

Lc. 4, 1-13: "Jesús… se retiró del Jordán… el Espíritu lo conducía por el desierto… tuvo hambre… «Si eres el Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan». Jesús le respondió: «Dice la Escritura…» El diablo le llevó a lo alto y le enseñó… todos los reinos de la tierra diciéndole: «Todo puedo dártelo… lo doy a quien quiero; adórame y será tuyo». Jesús le dijo: «La Escritura dice…»… le condujo a Jerusalén… sobre la cornisa del templo y le dijo: «Si eres el Hijo de Dios, tírate, porque la Escritura dice…» Jesús le respondió: «Dice la Escritura: “No tentarás al Señor tu Dios”»… el diablo se alejó esperando que llegara otra oportunidad".

febrero 10, 2010

"Feliz quien tiene puesta su confianza en el Señor"

A continuación, el mensaje y sugerencia homiléticas que el querido padre José María acaba de enviarnos.

Les envío esta reflexión la víspera de la memoria de la Virgen de Lourdes, una fiesta popular aquí, en Argentina. María nos enseñe a escuchar y fiarnos absolutamente de Jesús y a hacer siempre "lo que Él nos diga".

Es el último domingo del tiempo ordinario que precede a la Cuaresma, que comenzaré el miércoles de la semana que viene. Es el domingo de la felicidad por la fuerza de la resurrección que nos abre al Espíritu de Jesús quien nos lleva a vivir en los criterios de la Vida Nueva en los que prima la absoluta confianza en la Bondad Salvífica de la Providencia divina (pobreza de nosotros mismos y de nuestra necia soberbia, pues nos engaña llevándonos a creer que, con nuestra organización y fuerza, podemos superar los problemas y hacernos grandes y que no necesitamos a Dios para nada y por eso nos negamos a escucharle y vivir segun sus criterios de vida); criterios de Vida que nos permiten desear saciarnos cada día mejor de los dones de Dios y llenarnos de su Espíritu, aunque esto no lleve a tener que soportar dolor, sufrimiento, hambre o humillaciones injustas, pues Dios jamás abandona y, al ofrecérselo todo en el esfuerzo de serle cada día más fieles, lo hace fecundo en Gracia y Salvación no solo para nosotros, sino para todos los que lo necesitan y están abiertos, aunque poco sepan y menos puedan. Todo gracias a la Pascua de Resurrección del Señor Jesucristo, a la que nos vamos a preparar, durante cuarenta fecundos días, para celebrarla con la máxima profundidad y fruto posible.

Este domingo nos abre a la cuaresma y nos dice a qué debemos prestar atención sin dejarnos engañar por apariencias que nuestro mundo alejado de Dios nos muestra como muy válidas y atrayente. La primera lectura con imágenes fuertes nos pone sobreaviso para que no equivoquemos nuestros puentos de apoyo, con todas las graves consecuencias que ya, desde hace siglos se están viviendo, aunque se niegen o disimulen con fastuosos oropeles y exaltando los logros de la ciencia y tecnología, que no son negables ni despreciables, pero no no llevan, por sí solos, a la maduración de la persona ni de la sociedad humana.

Estemos muy atentos para saber en quién y en qué ponemos nuestra confianza y esperanza de felicidad, pues ésta no llega por cualquier camino, por llamativo que sea... Solo el Amor que da la vida en la Verdad para el Bien de cada persona y sociedad nos abre a la Felicidad que esperamos, desde la Fe, vivir por siempre en el Señor de la Vida y la Paz.

Dios nos bendiga a todos y nos dé un corazón humilde que le busque escchar y vivir en el corazón y en el servicio a los hermanos, sobre todo los más necesitados y abandonados, a cualquier nivel.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:
P. José Mª Domènech SDB

"Feliz quien tiene puesta su confianza en el Señor"


Sólo hablar de ‘felicidad’ despierta deseos e ilusión… ¿Quién no desea ser feliz? Pero la felicidad, aun siendo un don, otorgado por Dios al crearnos en el seno materno con la colaboración de los padres, es también una tarea: constantemente debemos aprender a recibirlo, aceptarlo y hacerlo realidad concreta en nuestro interior. Dios sólo ofrece, no puede hacer nada más: nos toca a nosotros saber recibir y alimentarnos para vivir desarrollando sus dones, pues somos libres y, por tanto, responsables de cada una de las oportunidades de vida que se nos presentan.
Para tener éxito en esta tarea, nos resulta vital saber cuál es la fuente, alimento y camino de la felicidad; así podremos llegar a ser lo que estamos llamados a ser: “¡felices como Dios!”

Sólo quien sabe revisar regularmente su vida para darse cuenta si acertó el camino, la compañía, el alimento, el apoyo, la fuente, sólo esta persona llegará a lo que desea desde lo más profundo de su interior. Vivir en criterios individualistas, transitorios y perjudiciales, es perder.

Los signos que nos muestran qué construimos en nuestro interior son los frutos. Si son de vida, paz, concordia, comunión, solidaridad, servicio, respeto, sencillez, humildad, estamos bien.

El éxito de la vida depende de conocer el fin de ésta y de saber de quién fiarse para conseguirlo

Quien se ubica en la verdad del ser de cada persona, con el conocimiento de su origen y fin, sabrá que cuál es el apoyo que necesita para no fracasar en lo importante de la vida personal-social, de la que cada persona es responsable. ¡Feliz quien se apoya en el Señor de la Vida!

La vida no es un juego; no depende ni de la suerte, ni del azar, ni del destino. No, eso jamás; la vida es consecuencia del nivel de las relaciones que establecemos con las personas que nos rodean y de las que, inevitablemente, a diverso nivel y medida, dependemos.

La resurrección garantiza el éxito de nuestra vida, si la vivimos como es, como trascendente

Negar la resurrección significa declarar falsa la predicación cristiana, toda la experiencia de los discípulos y apóstoles e inútil el amor entregado de Cristo: seguimos aplastados bajo el dominio de la muerte y el pecado. ¿Quién podrá dar éxito a la tensión de vida y felicidad que todos vivimos desde siempre? Pablo afirma la resurrección como una realidad viva y objetiva.

Sin libertad no hay futuro; para que se dé la libertad, ésta debe tener su base en la conciencia

Cristo declara felices a quienes deciden fiarse de Él viviendo en sus criterios, ¡¡y cuesta!!

María nos ayuda a construir nuestra libertad desde una concreta confianza en el Señor.
Padre José María Dommènech Corominas, sdb.

CICLO C - TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO VI
Reconocer


Jr. 17, 5-8:
"Maldito el hombre que pone su confianza en los apoyos humanos… mientras su corazón se aleja del Señor… será como el manzano… en el desierto… jamás tendrá un momento de bonanza; vive… en una tierra salada que no se puede habitar. Bendito el hombre que pone su confianza en el Señor… Será como un árbol plantado junto al río… cuando viene el verano, no tiene miedo… en año de sequía no se marchita ni deja de dar fruto."

Sal. 1: "Feliz quien tiene puesta su confianza en el Señor"

1Cor. 15, 12.16-20:
"Si predicamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es posible que algunos de ustedes nieguen la resurrección de los muertos? Si fuera verdad… tampoco Cristo habría resucitado… la Fe de ustedes no tendría sentido, todavía estarían sometidos a sus pecados… Si nuestra esperanza en Cristo no va más allá de esta vida, somos las personas más dignas de lástima. Pero la verdad es que Cristo ha resucitado de entre los muertos…".

Lc. 6, 17.20-26: "…Jesús levantó los ojos y dijo…: «Felices los pobres… los que ahora pasan hambre… los que ahora lloran… Felices ustedes si, por causa del Hijo del Hombre, la gente les odia, se separa de ustedes, les ofende y denigra… alégrense y hagan fiesta porque su recompensa es grande en el cielo… Pero ay de ustedes, los ricos,… los que se sienten satisfechos… los que se ríen de todo… si la gente habla bien de ustedes y les aplaude: así hacían sus padres con los falsos profetas".

febrero 09, 2010

Nuestra Laura




Nuestra. Más que nunca. Así es para nosotros hoy Laurita, la niña beata a la que tantas niñas sudamericanas se encomiendan diariamente, para que las proteja de todo mal.

La semana pasada El Mercurio de Chile publicó los resultados de una investigación "secreta" que había sido encargada a Carabineros por las religiosas salesianas argentinas y chilenas:

La investigación, de carácter secreto, demoró más de un año desde que se enviaron las pruebas de Argentina -proporcionadas por el Centro de Espiritualidad Salesiana- hasta que Carabineros despachó el informe confidencial a las religiosas trasandinas.

En el informe pericial de Carabineros que determinó que el rostro actual de la beata Laura Vicuña no es el que se conocía participaron María Benavente Aninat (antropóloga forense y asesora criminalística), Gonzalo Garín Brito (dibujante retratista), Víctor Olavarría Sepúlveda (jefe del Laboratorio de Propiedad Intelectual) y Gustavo Darcha Andrade (jefe del Departamento Criminalístico).
En Chile, la tarea estuvo coordinada por un miembro de la Fundación Laura Vicuña.


Texto completo en: El Mercurio: Verdadero rostro de Laura Vicuña


Esta noticia nos debe llenar de alegría! En un corazón alegre no caben mezquindades de reclamos por ligerezas, errores, o alusiones a discriminaciones posibles. No!

Laurita es nuestra, con su pelito negro grueso y seguramente rebelde, con sus ojitos rasgados, brillantes, profundos, negros, hermosos. Con su piel tostadita como cualquier otra niña de nuestra familia o de la cuadra. Como las niñitas de nuestras naciones de acá del Sur.


febrero 07, 2010

Testigos fecundos de su Evangelio

Comencé mi experiencia de servicio parroquial con la celebración de la Presentación del Niño Jesús en el Templo. La presencia amorosa de María, que ofrece a su Hijo al Señor de la Vida, la vivo como una cariñosa cercanía de Mi Buena Madre Auxiliadora, que, también a mí, pequeño y pobre ministro de su Hijo, me presenta al Padre como un sencillo y humilde servidor que cada día desea ser más y más fiel.

Les agradezco profundamente que me ayuden, con su oración y ofrenda de tantos límites y sacrificios, a ser cada instante más fiel a lo que Dios quiera para el bien de toda esta Comunidad humana y en especial para los cristianos que en ella viven y tratan de comprender qué es lo que ser cristiano significa y para qué Dios los llamó como tales.

La Palabra de este domingo es clara: sin duda somos pecadores, pero el Señor es nuestra Salvación; Él nos escoge; Él nos llama; Él nos acompaña; Él nos va indicando el camino a seguir, aunque no nos sea muy fácil entender, a veces nos atemorizamos y nos reconocemos, cada vez con mayor realismo, indignos y pecadores.

La experiencia de Pablo es la de muchísimos, de todos, los santos, cada uno según su realidad; como también la experimenta Isaías y Simón...

Dios no se cansa de llamar, en cualquier ambiente y situación, a personas concretas, con sus historias no siempre muy edificantes, para que le colaboren en los múltiples servicios para los que Él mismo los ha ido y los irá purificando... Sólo les pide una actitud básica: Escuchar y Obedecer con sencillez...

Nos lo ha dicho con mucha claridad: "Si no vuelven a ser como niños, no entrarán al Reino de los Cielos".

Cuando veamos las maravillas de Dios en nuestra vida y nos asombremos, sepamos que la voz de Dios está detrás: ¿qué nos está pidiendo? Isaías ve la gloria de Dios en el templo, nosotros debemos aprender a verla en todas partes y en todas las personas, sobre todo en nuestras vidas y en las de los que nos rodean... No es tan fácil, pues se requiere Fe para ver a Dios y sus obras, pero con la humilde oración y con la meditación de la Palabra lo iremos aprendiendo.

La Vida Sacramental nos ayuda a ejercitarnos en ambas cosas, con el apoyo de la Comunidad y sus Pastores, pero es necesario que pasemos esta riqueza sacramental a la propia vida personal, familiar y comunitaria...

Si así no lo hacemos correremos el riesgo de pervertir la práctica sacramental, convirtiéndola en un ritual religioso que, para nosotros, los critianos, será más vacío que los rituales que llamamos paganos para el resto de los pueblos, pues somos nosotros mismos los que lo hermos vaciado de la Vida de la que Dios mismo la enriqueció y para la que los instituyó. Vida que vivifica y da sentido a nuestra rutinaria vida y Vida que perfecciona y eleva nuestras vidas a los impensables niveles que Dios desea para el bien de todos.

Cuando vayamos al templo busquemos siempre y solo al Señor, los demás y lo demás, vendrá por añadura y con mucho más sentido. Busquemos escuchar su Palabra para comprenderla, hacerla vida y permitir al Señor que nos transforme paso a paso, milímetro a milimetro, pues así se construye toda la historia... No son grandes pedruscos, sino granos de arena los que después, en su conjunto, serán admirados.
Dios es el artista; Él nos purifica; Él nos reconduce constantemente; Él nos convierte en la medida que nos ponemos a sus pies reconociendo que lo necesitamos.

Sí, sentimos que debería alejarse, pero, como Simón, le abrazamos los pies con devoción y profunda necesidad de su poderosa Salvación.

Es justo, es muy justo, cantar sus maravillas delante de todos.

Dios nos bendiga a todos supercopiosamente.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

Testigos fecundos de su Evangelio

Estar al servicio del Señor con libertad, para lo que Él nos pida, exige aceptar objetivamente nuestra íntima realidad de pecadores reales y concretos, sin disimular ni justificar nada.

Es la experiencia de Simón, de Pablo, de Isaías: enérgicas personalidades muy diversas, pero centradas en el Evangelio, cada uno a su modo, según pudieron entender al Señor con su Gracia.

Sólo el realismo de la humildad permite a cualquier persona hacer obras grandes sin destruirlas y sin destruirse en el esfuerzo, por las continuas tentaciones de individualismo, soberbia, codicia, lujuria, prepotencia, rebeldía, pereza, sensualidad y embustera manipulación de los valores, de todo tipo y nivel, de las personas, de las estructuras.

Hay ‘misiones’ que nos tienen engañados haciéndonos creer, en la práctica, que somos casi buenos… ¡¡mejores que otros!! Ése es un signo claro, casi científico, de que no vienen del Señor.

Cuando el Señor llama nos va sacando de nuestros engaños, nos libera de nuestros ‘sueños’

La presencia real de Dios en nuestra vida tiene doble efecto: nos descubre quiénes somos en verdad, pero, al mismo tiempo, no nos deja en la depresión al ver nuestra poquedad, sino que cubre con su Gracia nuestra experiencia de profunda pequeñez, ante la soberanía absoluta de Dios, y nos abre una la relación con Él, que nos eleva, aun en la conciencia de ser lo que somos.

La verdadera experiencia de Dios nos abre a la libertad del Amor en la Verdad superando el engaño de los sueños a los que el pecado nos ata y nos lleva a la obediencia absoluta de la Fe.

La mejor actitud para responder al Señor es la humildad de escuchar, acoger y convertirnos
Pablo es muy consciente de su realidad interior: fue salvado de su obstinación, que le cerraba en una religión que, comenzada en la acogida de la Voluntad de Dios, había acabado siendo no un diálogo entre el Pueblo Elegido y su Dios, buscando vivir solo en Su Voluntad, sino un someterse a normas y creencias por las que creían haberse asegurado el favor de Dios.

Cristo nos liberó de esta concepción de la religión y nos devolvió a la vida del diálogo.

Para anunciar el Evangelio necesitamos estar, en humilde obediencia, a disposición del Señor

Isaías y Pablo viven intensamente su disponibilidad a lo que el Señor pida. De ahí su eficiencia en el servicio a la vida. Viven que la salvación viene de Dios, no de ellos: ¡son siervos!

Cristo nos hace felizmente fecundos: a través nuestro, expresa sus maravillas salvíficas.

María nos ayude en el diálogo de abandonarnos al Señor como somos para ser sus siervos.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO C - TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO V
Reconocer que somos pecadores da al Señor la posibilidad de integrarnos en su salvación y hacernos testigos fecundos de su Evangelio


Is. 6, 1-2a.3-8:
"…vi al Señor sentado en su trono… Le asistían… unos serafines que se gritaban unos a los otros: «Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo…»… Yo dije: «¡Ay de mí! Ya no podré hablar, pues yo soy un hombre de labios impuros, vivo en medio de un pueblo de labios impuros y he visto al Señor del universo»… uno de los serafines… me dijo: «…ya ha desaparecido tu culpa…»… la voz del Señor decía: «¿A quién enviaré? ¿Quién irá en nombre nuestro» Yo respondí: «Aquí me tienes, envíame a mí»"

Sal. 137: "Delante de los ángeles quiero cantarte, Señor"

1Cor. 15, 1-11:
"Les recuerdo el Evangelio que les anuncié… les transmití las mismas enseñanzas que yo recibí… que Cristo… murió por nuestros pecados, fue sepultado y, al tercer día, como dicen las Escrituras, resucitó… Que después se apareció… a todos los apóstoles. Finalmente, el último de todos, como quien nace fuera de tiempo, se apareció hasta a mí… Pero, por gracia de Dios, soy quien soy y su gracia no ha quedado infecunda en mí. … Eso lo que todos predicamos y eso es lo que ustedes creyeron".

Lc. 5, 1-11: "La gente se agolpaba sobre Jesús para escuchar la Palabra de Dios… Subió a una de las barcas,… de Simón,… y enseñaba a la gente… …dijo a Simón: «Rema mar adentro y tira las redes para pescar.» Simón le contestó: «Maestro… porque Tú lo pides echaré las redes»… se rompían… Llenaron las barcas tanto que casi se hundían. Simón Pedro… le dijo: «Señor, apártate de mí que soy un pecador»… Pero Jesús dijo a Simón: «No temas: desde ahora serás pescador de hombres»… dejándolo todo se fueron con Él".