agosto 04, 2012

«Yo soy el pan de vida.»


Tenemos la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 5 de agosto.

Recordemos que ese día se celebran 140 años del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, y elevemos una oración de gratitud a Dios por ello y de petición para que las hermanas salesianas puedan seguir fielmente el sendero trazado por Santa Maria Domenica Mazzarello.



«Yo soy el pan de vida.»


¿Qué es lo más valioso para cada uno? ¡Cuántos problemas o bienes generan las prioridades y criterios con los que vivimos. Si el centro de nuestra vida somos nosotros, no nos distinguimos en nada de los no-creyentes, por muy cristianos que digamos ser. ¡No centren la atención en ustedes mismos! ¡¡Sean libres!!

Lo más importante en la vida cristiana no es cumplir, sino la relación personal que tenemos con Dios. Ésta define quiénes somos en realidad y el trayecto de nuestra vida: Los judíos preguntan a Jesús lo que deben hacer para realizar las obras de Dios y Jesús les responde: creer en Él, intimar, asimilarse a Él.

Los no creyentes en Cristo tienen criterios particulares, más o menos centrados en sí mismos: de ahí viene la corrupción mantenida y en crecimiento, signo de la no-vida en Cristo de cualquier comunidad.

Sin relación personal, íntima y continua con Jesús no hay posibilidad de conocerle, amarle, vivir con sus criterios. Dios, sabiendo cuál es nuestra naturaleza –llamada a la Comunión– se queda con nosotros, como pan de Vida nueva, para animarnos, enseñarnos y alimentar nuestra vida íntima con Él.
Dios se interesa, vive para nosotros, ¿nos interesamos nosotros por lo que Él espera de nosotros?

El pueblo protesta porque tiene hambre y no conoce al Dios que lo ha liberado; no aprendió a amarlo

Dios nos liberó de la esclavitud del pecado, pero la tentación está ahí y a veces deseamos volver. La vida es como un desierto lleno de ‘hambres’ y peligros; fiarnos de Dios alimenta de Su Vida nuestra vida.

Pablo nos llama a vivir más íntimamente unidos a Cristo, con sus criterios, para madurar hijos de Dios

El mundo actual progresó mucho, pero necesita más humanidad, más apertura al hermano, pues no basta tener, es necesario transformar los criterios para que nos ayuden a ser más libres para dar vida.

Cristo es el modelo de persona humana. La intimidad con Él nos enseña y ayuda a ser libres para dar.

Jesús nos invita a elevar nuestras miras: ir más allá de intereses egoístas y ofrecer la vida para dar vida

Dios está al servicio de nuestra vida, no de nuestra comodidad, gustos o intereses particulares.

Dios viene, se queda, camina con nosotros, nos sana y alimenta en la medida que nos acercamos y nos abrimos a sus maravillas. Apenas buscamos manipular sus dones, los perdemos: ¡¡nos perdemos!!

Jesús es el Pan de Vida, lo necesitamos: depende de nosotros aceptar y asimilar los dones de Dios.

Pidamos a María abrirnos a Cristo, intimar cada día con Él y asimilar sus dones de Vida nueva.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XVIII

El único modo de poder construir buscando el Bien Común y atentos a los que Dios nos ofrece es tener miras más amplias que los intereses particulares


Ex. 16, 2-4.-12-15:
"«En el desierto los judíos comenzaron a protestar contra Moisés y Aarón: «Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto... cuando... comíamos hasta saciarnos. Porque Uds. nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea». Entonces el Señor dijo a Moisés: «...Yo escuché las protestas... háblales en estos términos: ‘A la hora del crepúsculo Uds. comerán carne, y por la mañana se hartarán de pan. Así sabrán que yo, el Señor, soy su Dios’». Efectivamente, aquella misma tarde se levantó una bandada de codornices, que cubrieron el campamento; y a la mañana siguiente... Cuando [el rocío] se disipó… apareció una cosa tenue y granulada... Al verla... se preguntaban... «¿Qué es esto»... Moisés les explicó: «Éste es el pan que el Señor les ha dado como alimento»."

Salmo: 77 El Señor les dio como alimento un trigo celestial".

Ef. 4, 17.20-24:
"Hermanos, les digo y les recomiendo en nombre del Señor: no procedan como los paganos, que se dejan llevar por la frivolidad de sus pensamientos. ...Uds. fueron enseñados según la verdad que reside en Jesús... es preciso renunciar a la vida que llevaban,... que se va corrompiendo por... la concupiscencia, para renovarse en lo más íntimo de su espíritu, y revestirse del hombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en la verdadera santidad".

Jn. 6, 24-35: "...fueron a Cafarnaúm en búsqueda de Jesús... le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste?». Jesús les respondió: «...Uds. me buscan no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen... por [el alimento]... que les dará el Hijo del hombre; porque es Él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello». Ellos le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?» Jesús les respondió: «La obra de Dios es que Uds. crean en aquel que Él ha enviado». Y volvieron a preguntarle: «¿Qué signos haces para veamos y creamos en ti?... Nuestros padres comieron el maná en el desierto...» Jesús respondió: «Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da la vida al mundo». Ellos le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Jesús les respondió: «Yo soy el pan de vida. El que viene a Mí, jamás tendrá hambre; el que cree en Mí, jamás tendrá sed»."




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