junio 28, 2007

Orar siempre!

“Esperad en Él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio y seguridad” (Salmos 62:8)
Cuánta razón tiene el Salmista. Sus palabras tienen la certeza y sentimiento de quien ha sufrido y encontrado refugio en el Señor. Él, nuestro Padre amoroso, nuestra mejor esperanza en cualquier momento de la vida.

Desde la Casa Generalizia, Sor Reynita nos envía esta linda y oportuna reflexión.

Oraciones del alma

La oración es la verdadera vida del alma, es el ofrecimiento de mi corazón a Dios a través de nuestro Señor Jesucristo y mediante el Espíritu Santo. Es derramar mi corazón a Dios con la convicción que Él escucha y contestará a las peticiones según sus designios para conmigo… en Su tiempo, a Su forma…de acuerdo a Su voluntad… Es la paz en el alma de saber que han llegado a Su presencia… que ninguna de ellas ha caído en tierra sino que las tiene en Sus manos, en Sus preciosas manos de Padre Abbà.

¿Cuántas oraciones tienes elevadas a nuestro Padre? ¿Cuántas veces has pensado que no te escucha, que no te responde? ¿Cuántas veces te has desanimado por la espera…? Hermana/o, nuestro Dios está siempre alerta y pronto a escuchar. Nada escapa de Sus manos y nos dará SIEMPRE lo que es mejor para nosotros. Eso es lo maravilloso de la oración…sus respuestas serán elegidas por nuestro Padre y dadas a nosotros con todo el amor de quién entregó TODO por ti y por mi. Maravilloso verdad?

Hay ciertos puntos que debemos pensar para que nuestra oración sea agradable a Dios:

Orar en Santidad de vida. Tener una correcta relación con Dios. 1ª Pe. 1:15-18. Cuenta una ilustración que un hombre telefoneaba desde una cabina, pero no llegaba a entender lo que le decía el que le estaba hablando…-“Perdón, no comprendo, no le puedo escuchar, hay mucho ruido aquí…”-“¿Está Ud. hablando con la puerta abierta?.-“ ¡Si!”-“ Ciérrela… y podrá escuchar bien solo mi voz”.Muchas veces el ruido del mundo en mi vida no me permite hablarle como debo…ni me deja escuchar la voz de Dios o los rumores de mi conciencia que no me dejan en paz, entonces necesito confesar, necesito estar en gracia para entrar en sintonía con AQUÉL que me ama de verdad.

Orar en el Espíritu Santo. Ro.8:26 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”

Orar sujetos a Su Voluntad. Confiando que Él responderá lo que es mejor para nosotros… con un “Sí”, con un “No” con un “Espera”.

Orar constantemente. 1ª Tes. 5:17 “ Orad sin cesar, sin desanimarse”

Orar con fe y confianza. Heb. 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” No esperemos momentos catastróficos para empezar a orar, recemos cuando estemos en paz, calma, sosiego y alegría y es entonces cuando llegue el momento de sufrimiento tendremos la misma confianza para acudir a quien siempre hemos estado acostumbradas/os a consultar.

Orar con agradecimiento. Efesios 5:20 “dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.” No olvidemos de dar gracias a Dios por lo que está permitiendo que pase en nuestras vidas. Las pruebas son el sello de Dios que nos recuerda que quiere moldearnos mas a Su Imagen, sacarnos como oro reluciente… ¡No te olvides de agradecer por tus tormentas! Aun en medio de los relámpagos mas fuertes… podrás ver al Señor sosteniéndote con sus amorosas manos y deseando que sólo le mires a Él. Él no te va a dejar…¡¡¡¡Nunca!!!!.


Colaboración de Sor Reynita Vílchez, fma.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario