julio 19, 2008

Nunca estamos solos

El Padre José María nos dice:

"Es admirable percibir cuán poderosa es la Sabiduría Omnipotente de Dios movida por su Amor Providente.

Él nos envía su Espíritu para que comprendamos hasta dónde podemos fiarnos de Él y Él puede hacer maravillas en cada uno.

Si nos fiamos, nos puede hacer grandes, como las semillas que se transforman árboles llenos de vida y protectores de su desarrollo, es decir personas acogedoras y estimuladoras de la vida, defensoras de la identidad y del futuro de cada persona, aun reconociéndonos, como de hecho somos, débiles y pequeños, pero llenos del Espíritu del Dios de la vida.

Dios no requiere de super-hombres, sino de amorosos y confiados hijos e hijas, cada uno con sus características peculiares, a disposición del Padre, que nos conduce a la Vida Plena, que es capaz de despertar en otros cada día, por nuestro medio, la vida del Dios que renueva nuestra juventud, esperanza y amor. Confiemos en la sabiduría de Dios llenándonos de su Palabra.

Dios nos bendiga y nos haga apóstoles de su Paz para la Vida en la que crece el amor."

Nunca estamos solos

Dios es Sabiduría Omnisciente porque es Bondad y Amor todopoderoso.

La sabiduría no es fruto solo de la inteligencia sino de la acogida de la realidad con corazón amoroso y bueno. Solo la persona bondadosamente acogedora logra conocer la realidad que le rodea, sobre todo la personal, que tantos secretos tiene, incluso ignorados por ella misma. Por eso tantos desconciertos y angustias interiores, por eso tantas complicaciones personales, familiares, eclesiales, sociales, aun sin suponer mala voluntad... ¡Peor si ésta se da!

Es el Espíritu de Dios el que nos ayuda a ubicarnos, si le somos dóciles, y a superar las crisis, a veces trágicas, que debemos soportar.

Dios permite todas las dificultades cuidando que no nos perjudiquen, pues Él nos cuida en todo y, si nos fiamos de Él, nada malo nos pasará. Muchas cosas dolorosas nos pueden llegar, muchas batallas y contradicciones deberemos soportar, pero todo será para bien y nos permitirá fortalecer lo de bueno que tenemos. Al final prevalecerá el bien y la verdad.

1. El Amor de Dios nos sigue y cuida cada día.-


La naturaleza no conoce lo que está en su futuro. Solo la persona humana puede programar, solo ella tiene capacidad de construir el bien o el mal para su existencia y su ambiente.

Somos responsables de nuestro futuro, ¡gravemente responsables!: muchos dependen de nuestras decisiones.

Jamás estamos solos. El Dios de la vida nos ama y quien ama nunca abandona al amado a su suerte. Él nos guía y nos sigue para que no caigamos en las semillas de muerte con las mentiras que nos sugiere nuestro enemigo, suscitando en nosotros malos pensamientos y deseos.

2. Pero es nuestra voluntad la que decide los pasos interiores de nuestra vida.-

La vida ahora depende solo de nosotros
. El Señor ya nos dio todas las opciones, nos ha entregado los dones de su Vida y Resurrección, nos defiende con su Espíritu, pero las decisiones son nuestras. El camino de nuestra historia es nuestra respuesta a los dones de Dios.

La fecundidad de la propia vida y la influencia en el ambiente depende de cada decisión. Podemos equivocarnos, y de hecho nos sucede, pero es obligado preguntarnos: después del error, ¿cuál es el centro de nuestro interés?, ¿a dónde van nuestros esfuerzos?: ¿buscamos la Gloria de Dios o tratamos de desaparecer, o aminorar, los problemas lo más posible y para eso mentimos, maquillamos la realidad o buscamos componendas, con sus nefastas consecuencias?

La semilla solo producirá los frutos que lleva en su interior: vida, paz, justicia o muerte.

3. El Espíritu de Dios está de nuestra parte, es nuestro defensor. Nunca estamos solos ¡¡Nunca!!

Dios ciertamente está siempre a nuestro favor y nos ha entregado su Espíritu
. Pero esto no nos exime del esfuerzo de trabajar en nuestro interior para impedir que el Maligno nos pervierta ni en pensamientos, ni en palabras ni en obras.

La vida que desarrollamos debe orientarse a dar libertad total al Reino de Dios en nosotros, de modo que nuestra existencia sea un árbol fructífero lleno de salud y vida para los que nos rodean. Necesitamos la sabiduría de orar continuamente. En esto siempre encontraremos, como aliado perfecto, al Espíritu de Dios y como maestra de vida de Fe a María, nuestro Auxilio.

P. José María Doménech Corominas, sdb

CICLO A – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XVI

Sab. 12, 13.16-19: "Fuera de Ti no hay ningún dios que se preocupe de todos y de cuya sentencia Tu fuerza es la fuente de la justicia... hace que trates a todos con consideración... eres moderado en las sentencias y nos gobiernas con comprensión... has enseñado... que los justos han de ser humanos con todos... has llenado de esperanza a tus hijos al ver que les das ocasión de que se arrepientan de sus pecados."

Salmo 85: "Tú, Señor, eres indulgente y bueno."

Rm. 8, 26-27:
"Es el Espíritu quien, para ayudarnos en nuestra debilidad, intercede... Nosotros no sabemos lo que nos conviene pedir... pero Él se pone en nuestro lugar... intercede a favor del pueblo santo tal como Dios quiere."

Mt. 13, 24-43: "El Reino de Dios se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo... Cuando creció lo sembrado también creció la cizaña... «Algún enemigo sembró la cizaña... Dejen que crezcan juntos hasta la hora de la siega...»"

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