enero 25, 2009

La conversión de Pablo

Como cada semana, el padre José María nos envía su sugerencia homilética:

Pablo no fue un fanático, sino un convencido de lo que creyó. Fue un creyente coherente.

Toda su vida estuvo entregada al Dios de Israel, quien le enseñó, primero a través de un fiel maestro, Gamaliel, y después a través del Señor Jesucristo y de su Comunidad, que lo más importante es seguir su Voluntad prescindiendo de todo lo que nos separe de ella, por muy valioso o apetecible que nos parezca, comunicándosela a los que son destinatarios de la misma, los hermanos del mundo entero.

Varón decidido para entregar su vida al Dios de sus padres

Pablo no teme arriesgar su vida. Toda su existencia está marcada por una voluntad toda de Dios, su Dios, de quien él se ha fiado; el Dios fiel a su pueblo, su misma vida; el Dios que siempre ha estado con ellos, en las buenas y en las malas, aceptando acompañarles también cuando este pueblo se iba con otros y le traicionaba. El pueblo podía fallar, pero no su Dios.

El Apóstol conocerá en intimidad al Dios de Israel, a quien Jesús, el siervo-Hijo presenta, recién cuando el mismo Jesús se lo anuncie y su Comunidad le transmita su Espíritu.

Conocer al Hijo, aceptar al Padre y recibir su Espíritu significó para Pablo ser inundado por una luz que le permitió reelaborar sus decisiones y reeditar todo lo que conocía de las Escrituras para entenderlo desde el Mesías esperado. ¡Ya ha llegado y actuado: es el Señor Jesús! Él es Camino que, en la Verdad, nos lleva a la Vida que el Padre pensó para la humanidad.

No hay otro modo de vivir plenamente que en Jesús

Desinstalarse, nos dice, es el único modo vital de seguir a Jesús. Necesitamos decidirnos a abandonar las propias posturas en su fiel Providencia y entregarnos a lo que Él nos proponga, aunque en el momento nos resulte difícil de comprender.

No vale la pena dar importancia excesiva a lo que es transitorio porque nos quita vida. Ésta nos fue confiada para que la regalemos al Reino de Dios y construyamos, con cada una de nuestras decisiones, una Comunidad de Vida y Solidaridad que sea reflejo de la Comunión Trinitaria en cuyo nombre anunciamos el evangelio de Jesucristo, como Pablo y Pedro.

Hemos sido llamados y enviados para ser testigos del Amor sanador y salvador del Padre

Como a los primeros discípulos y apóstoles, el Señor nos ha enviado como testigos de un Amor que llena los corazones, nos libra de reales y hasta graves peligros y hasta sana el cuerpo, pero, sobre todo, nos llama y lleva a la Salvación y su signo, la Unidad de su Familia.

A Pablo Dios lo llevó, con la fuerza y guía de su Espíritu, por caminos nuevos, para él insospechados. También a nosotros nos desea comprometer en tantos campos de riesgo, como la defensa de la vida y de la familia, la globalización de la solidaridad subsidiaria, la verdad sobre el hombre, varón y mujer; la paz y la justicia en y para el bien común. ¿Estamos disponibles?

María nos conceda la Fe dócil y desprendida de Pablo para ir a donde Él nos envíe.

P. José María Doménech Corominas, sdb

CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO III
La conversión de San Pablo


1Sam. 3, 3b-10.19:"Yo soy judío… formado a los pies de Gamaliel… lleno del celo de Dios… perseguí a muerte a este grupo… recibí cartas para los hermanos de Damasco, a donde me dirigí para meter presos a los que allí encontrara… por el camino, a medio día, estalló una gran luz… caí al suelo… «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?... Soy Jesús, el de Nazaret, a quien tú persigues»…estaba cegado… me llevaron a Damasco… Ananías me vino a encontrar y me dijo: «Saulo, recobra la vista… El Dios de nuestros padres te ha destinado… a ser testimonio… Levántate, invoca su nombre y quedarás limpio de tus pecados»"

Salmo 116: "Vayan al mundo entero y prediquen el evangelio"

1Cor. 7, 29-31:
"Esto digo yo, hermanos, el tiempo se hace corto… y los que gozan de la vida presente, como si no la gozaran, porque todo esto pasa y la presentación de este mundo termina."

Mc. 16, 15-18: "Jesús se apareció a los once y les dijo: «Vayan al mundo entero y proclamen el evangelio. Los que crean y se bauticen, se salvarán; los que se resistan a creer se condenarán.»"

enero 16, 2009

"Aquí estoy, Señor"

Como cada semana, el padre José María nos envía su sugerencia homilética:

Pablo nos recuerda que somos consagrados al Espíritu por el don oblativo de Jesucristo. Él nos ha comprado a un muy alto precio. Nos llama a vivir como Él, como resucitados. Somos templos del Espíritu, llamados a la santidad de toda nuestra persona y a la docilidad ante toda llamada de Dios, sea directa, como a Samuel, o sea indirecta, como a los discípulos de Juan.

La Palabra nos invita a la obediencia personal y decidida y, si es necesario, a la renuncia de nuestras visiones y apetencias, para seguir al Señor en lo que quiera pedirnos.

Hombre de carne y hueso, pero todo de Dios

Samuel es el prototipo del hombre dócil desde muy joven porque sabe escuchar a Dios y referirse a su mediación, el sacerdote del templo, a su educador y representante de Dios. No basta escuchar, es necesario reaccionar inmediatamente en docilidad y obediencia.

Dios nos irá aclarando continuamente su voluntad, nunca se entiende todo desde el principio, pero Dios no falla. La docilidad exige Fe, confianza y aceptación del riesgo.

No dejarse llevar por el miedo que nos infunden los riesgos es norma vital de la vida.

La pronta docilidad es un aprendizaje necesario para ser Hijo como Jesús

Desinstalarse continuamente es exigencia de toda maduración. Lo que conseguimos es solo temporal y plataforma para seguir caminando, regalando lo recibido y haciéndolo, así, fructificar. Nada se nos da para usufructuarlo nosotros y menos para que nos quedemos ahí. El Apóstol nos recuerda que nuestro cuerpo no es de nuestra propiedad, sino que somos responsables de su administración, y daremos cuenta de si lo hemos usado, o no, para el Reino de Dios.

Sólo Dios es el Señor y, como Samuel o como Juan y Andrés, debemos ser capaces de caminar solo buscando la verdad de la presencia de Dios en nuestra vida. ¿Dónde vives? ¡Ven!

Todos somos responsables de nuestras decisiones y éstas irán madurando en la medida que percibamos lo que el Señor nos indica, directa o indirectamente, y lo secundemos.

Estamos llamados a vivir atentos a las invitaciones que Dios nos hace llegar continuamente.

El Señor nunca calla, pero debemos estar atentos y dispuestos a responder con generosidad. Cuanto más nuestra vida, sin fisuras, sea capaz de percibir la presencia y los llamados de Dios, tanto más seremos capaces de responder integrando todo lo que somos. Cumplir normas como esclavos o, peor todavía, para no ser castigados, nos somete a la cadena de la ley y nos degrada: quedamos atrapados en los tristes vericuetos del cumplimiento sin vida ni felicidad.

Dios nos ha creado para ser libres y cada invitación de Dios apunta a la libertad.

Es nuestra decisión. A más egoísmo, superficialidad y distracción, más fracaso y vacío.

María nos ayude a vivir, con honesta integridad, dóciles y atentos a lo que Dios nos pida.

P. José María Doménech Corominas, sdb

CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO II


1Sam. 3, 3b-10.19:"Samuel, todavía muchacho, dormía en el Santuario del Señor... El Señor le llamó y él respondió: «Aquí estoy.» Y corrió donde Elí... Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho y le dijo...: «Vete a dormir, y si te vuelve a llamar, dile: ‘Habla, Señor, que tu siervo escucha’»... "

Salmo 39: "Aquí estoy, Señor, para hacer tu Voluntad"

1Cor. 6, 13c-15a.17-20:
"El cuerpo no es para la concupiscencia, sino para el Señor y el Señor para el cuerpo. Dios... resucitará nuestros cuerpos con su poder. ¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo?...¿No saben que sus cuerpos son templo del Espíritu Santo...? ¿No saben que no se pertenecen?... glorifiquen a Dios en su cuerpo."

Jn. 1, 35-42: "Juan estaba con dos de sus discípulos y, al ver pasar a Jesús, dijo: «Miren, éste es el Cordero de Dios». Al escucharlo, siguieron a Jesús. Éste se giró y... les preguntó: «¿Qué desean?» Ellos le dijeron: «Rabí... ¿dónde vives?». Les respondió: «Vengan y lo verán.» Ellos fueron y vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día... Uno de los dos... era Andrés, hermano de Simón Pedro... Le dijo: «Hemos encontrado al Mesías...» Y lo llevó donde Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Quefas, que quiere decir Piedra»"

enero 10, 2009

El Bautismo de Jesús


Jesús empieza su camino. Y conoce muy bien cada detalle.

Tomemos nota de las palabras del padre José María: Jesús no despreciaba la religión de su pueblo, Él vivía en constante y creciente búsqueda de Dios, de Su Padre.


El Bautismo de Jesús

Así acaba la etapa silenciosa de la vida de Jesús: su larga formación en Nazaret. Su preparación para la convivencia, para el mundo del servicio profesional, y para el trabajo solidario; esto a través de la integración familiar, la obediencia, la oración en la Iglesia doméstica y en la sinagoga local y el compromiso progresivo en su ambiente social. Años de docilidad, escucha, responsabilidad, solidaridad, intimidad, creciente apertura desinteresada y renuncia generosa.

El bautismo fue el último, para los de Nazaret, y primer signo explícito, para el resto del pueblo, de su constante integración a la Voluntad de Dios que lo había mandado para que fuera un hombre plenamente de su Dios y plenamente de su pueblo y éste, si quería expresar su acogida de los dones de Dios, debía reconocerse miembro de un pueblo pecador y necesitado de la docilidad de los pobres de Yahvé, deseosos siempre a la salvación que Él ofrece a todos.

1. Hombre dócil y enteramente abierto a los dones gratuitos de Dios.-

Jesús no quiere ser nadie especial: es el siervo del Señor, así lo vio en su Madre: totalmente dócil a su Dios, atento a su Palabra y a su Voluntad: ésa es la justicia que el hombre le debe a Dios. Lo ha entendido bien. Dios reconoce a su siervo pues puede disponer de él para los maravillosos planes de gloria que tiene para todo el pueblo, pero necesita alguien de carne y hueso que se atreva a vivir con los criterios de Dios y a caminar por los caminos que señale.

No tiene nada que perder, pues el Señor bendice y solo bendice con la paz, la profunda.

2. Hijo de su pueblo y de su padre al servicio de todos, sobre todo de los últimos y míseros.-

El siervo Jesús, es hijo de su pueblo, en él fue educado, desde su experiencia de pueblo de la predilección, pero no en referencia a la religión, sino a Dios. No despreciaba la religión, pero la vivía en creciente plenitud desde una sincera búsqueda de la Voluntad de Dios, su Padre, al que vivía como el Dios que ha salvado siempre a su pueblo, pecador y débil.

Entiende que su vocación es dejar que Dios, su Padre, siga actuando en su pueblo a través de Él: ¡eso es lo justo y por eso se bautiza! Que se vean las obras del Padre, al que conoce cada día mejor y más íntimamente, sintiendo una cada día más profunda identidad con Él.

Todos tiene el mismo derecho, pero el Padre siempre ha tenido debilidad por los últimos y más débiles, por los que no se pueden defender. La salvación es para todos, porque Dios ama a todos sin distinción alguna ni sometimiento a nada, aunque respete las mediaciones.

3. Esto lo hace hijo amado, el objeto de la entera complacencia del Padre, su Padre y Él su Hijo.-

El Padre lo presenta como el amado, el preferido: ¡puede manifestarse sin trabas en Él!

Precisamente ésta es su misión: manifestar los dones salvíficos de Dios para todos, en especial los últimos, débiles y enfermos, sobre todo los que le acojan sin límites.

Es presentado como el hijo que vive en y del Padre por el Espíritu para el bien de todos.

María nos enseñe la docilidad de buscar conocer a Dios para cumplir la Misión confiada.

P. José María Doménech Corominas, sdb


CICLO B – TIEMPO DE NAVIDAD – DOMINGO II
Bautismo del Señor


Is. 42, 1-4.6-7: "Miren a mi siervo... a quien prefiero... He puesto en él mi Espíritu... No gritará ni alzará la voz... no rompe la caña cascada... ejerce el derecho con firmeza... hasta haberlo implantado en la tierra... Yo, el Señor, te he llamado con bondad y te tomo de la mano... y te destino como alianza de mi pueblo, para luz de las naciones... para liberar del calabozo a los que viven en las tinieblas."

Salmo 28: "El Señor bendice a su pueblo con la paz".

Hch. 10, 34-38:
"Ahora veo con claridad que Dios no hace discriminación alguna... acoge a todo aquel que cree en Él y hace el bien, sea de la nación que sea... Ustedes ya saben qué ha pasado últimamente en todo el país... comenzando por Galilea... Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo. Cómo Él pasó por todas partes haciendo el bien... y liberando a los que estaban bajo el dominio del diablo, porque Dios estaba con Él".

Mc. 1, 7-11: "Juan predicaba así: «...Yo les bautizo solo con agua; Él les bautizará con el Espíritu Santo» Por aquellos días... Juan bautizó a Jesús en el Jordán... cuando salía del agua se abrió el cielo, el Espíritu, en forma de paloma, vino sobre Él y se escuchó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi hijo amado, en Ti encuentro mi predilección»."

Imagen tomada del sitio
http://www.churchforum.org/arte/images/arc-bautismo.jpg






enero 03, 2009

Epifanía


La epifanía del Señor es una fecha de alegría. En varios lugares, recordar la llegada de los Reyes Magos es motivo de reuniones familiares e intercambio de presentes.

Sobre los Reyes Magos se ha dicho mucho, no tanto en el Nuevo Testamento como en el cine, la televisión, las revistas, etc. Que eran magos, príncipes, sabios, fábulas.

Ante tantas y diversas posiciones, resulta especialmente interesante y pertinente el diálogo preparado por el padre José María, luego de la sugerencia homilética que, como cada semana, nos ayuda en nuestro crecimiento espiritual.


EPIFANÍA DEL SEÑOR

El futuro de todo hombre es solo uno: la grandeza de Dios. O lo realiza o su vida fracasa.

Dios exalta siempre al hombre hasta niveles impensables de gozo y vida, paz y libertad. Lo mejor para nosotros es fiarnos de Él, pues sus planes son de Bien, Paz y Vida.

1. La presencia de Dios nos atrae, llenándonos de alegría.-

En la primera lectura se nos invita a percibir con alegría desbordante cómo la presencia salvadora de Dios transforma la realidad histórica y lleva a los pueblos a glorificar al Señor y a buscar su cercanía. Las personas buenas contemplan la luz de su rostro y le dan homenaje.

Rendir homenaje al Señor es buscar conocer su Palabra, cumplir su Voluntad, construir nuestra realidad según su Reino, vivir en creciente intimidad con el Señor de la Paz y de la Vida, vivir forjando comunión entre las personas y, así, crear la comunidad humano-divina.

2. Todos tienen derecho a la alegría de gozar de Dios: ¡Somos sus enviados responsables!.-

No sólo “los buenos” están llamados a reconocer y gozar la presencia de Dios, sino todos los hombres de buena voluntad. Solo se requiere apertura, sencillez, atención a los signos de los tiempos, aceptar los riesgos de la Fe y del Amor en la Esperanza. A eso se llega con el íntimo conocer al Dios de la Vida Nueva, que nos llama a vivirla con creciente compromiso.

La misión que el Señor nos ha confiado a nosotros, su Iglesia en el mundo, es comunicar a todo hombre, sin discriminación de sexo, raza, cultura, posición social, los planes de Vida y Amor del Padre. La herencia de Dios es para todos. Dios no tiene privilegiados; quienes lo aceptamos, formamos el mismo cuerpo de Cristo, del que nos alejamos solo con el pecado, que es decisión personal. Pero éste jamás tiene la última palabra, ¡el Señor resucitó de entre los muertos!; a todos se ofrece la misma promesa, pues Dios no hace discriminación, a cada persona la trata como ella necesita para lograr su adecuada maduración y éxito. ¡No podemos callar!

3. Dios no nos sustituye, pero hace multiplicadamente fructíferos nuestros dones y decisiones.-

El texto evangélico está lleno de simbolismos: la estrella, expresa la presencia de un Dios libre, a disposición de quien le busque y desee seguirle; su palabra, manifiesta la Providencia iluminadora de Dios para que, quien escuche con atención y reflexión, encuentre las respuestas que necesita; los expertos, muestran que Dios nos guía para encontrar lo necesario para la salvación y la paz; la comunión-familia-comunidad, expresa el amor de Dios que nos da la vida y capacidad de madurar y construir un mundo nuevo, con la Novedad de Vida que nos ofrece en ella el mismo Dios; la riesgosa decisión de los magos, muestra la libertad y fortaleza en los corazones que se fían de Dios más allá de intereses o peligros.

El homenaje de los magos, es el homenaje al que estamos todos invitados con nuestras concretas realidades: la de nuestra capacidad de reconocer la soberanía de Dios en nuestra historia, el oro; la de nuestra innata tendencia natural de reconocer la divina presencia enaltecedora de Dios, el incienso; la de nuestra debilidad, física y moral, y la de la inevitable experiencia de dolor, precariedad y muerte, que es necesario aprender a superar, la mirra.

Que María, Madre en la familia de Dios, nos enseñe a caminar en la luz de su Fe y Amor.

P. José María Doménech Corominas, sdb

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

Is. 60, 1-6: "Levántate radiante, Jerusalén... sobre ti clarea como el alba la gloria del Señor... los reyes buscan tu claridad... sobre ti se derraman los tesoros del mar... las riquezas de las naciones... cantando las grandezas del Señor."

Salmo 71: "Todos los pueblos, Señor, te rendirán homenaje."

Ef. 3, 2-6:
"...Dios me ha confiado la misión de comunicarles su gracia... el misterio, que los hombres no han conocido por generaciones, ahora Dios lo ha revelado por el Espíritu... todos los pueblos, por Jesucristo, tienen parte en la misma herencia, forman el mismo cuerpo y comparten la misma promesa."

Mt. 2, 1-12: "...¿Dónde está el Rey de los Judíos que acaba de nacer? Hemos visto levantarse su estrella y venimos a adorarlo... En Belén de Judea... Búsquenlo bien, ...también yo quiero presentarle mi homenaje... Entraron... vieron al niño con María, su Madre... y le adoraron... volvieron a su país por otro camino."





1.- Una curiosidad: ¿Los magos de los que habla el evangelio son reales o personajes inventados?
No sabría responder a esta pregunta en forma científico-histórica, puesto que no tengo la preparación para esto, pero sí puedo decir que el relato de Mateo tiene un lógica interna en orden al anuncio de lo que acaba de suceder, su sentido y sus implicancias para nosotros.

2.- Entonces ¿debemos deducir que son inventados?
¿No te parece una deducción precipitada? Yo he confesado que no sé contestar a la pregunta como historiador, pero eso no quiere decir que los magos de Oriente sean una invención, puesto que en esa época, como en la nuestra, habían astrólogos, unos lo eran para hacer negocio, pero otros para descubrir lo que Dios manifestaba a través de los astros; en Persia estaba la religión dualista de Zaratrusta que esperaban la victoria del bien sobre el mal gracias a un enviado. La presencia de los magos no es inverosímil. Pero no es eso lo que pretende el evangelista cuando los pone ahí.

3.- ¿Qué pretende?
Hacernos notar las contradictorias actitudes entre los que formalmente esperaban la llegada del Mesías y los que realmente creían que el Señor hablaba y se comunicaba con intención de decir algo bueno y de que le hicieran algún caso.

4.- Y los magos hicieron caso. ¿Por qué no los judíos, ni siquiera los que eran expertos en Sagrada Escritura?
Porque la historia de las religiones y de la Fe cristiana nos demuestra que quien está muy seguro de sí mismo y de lo que juzga “sus verdades”, paulatinamente se aleja de Dios y de la verdad objetiva porque cree que ya domina el tema y Dios es “Su dios”, como que ya sabe cómo tratarlo. Éstos acaban teniendo solo un dios, el suyo. Sí, así, con minúscula. No se trata ya de nuestro Padre, al que Jesús nos abrió, dándonos la posibilidad de conocerlo, amarle y servirle.

5.- ¿Los magos estaban en actitud de adoración al verdadero Dios, al que no dominamos?
La primera actitud que nos muestra el evangelio es la de búsqueda humilde. Los muestra como los científicos de la época, pero científicos inteligentes y veraces que no por conocer más que los demás niegan lo que no entienden, o lo que no les conviene entender, y atacan, desprecian y hasta humillan. Cuando alguien ataca las creencias de otro, mal asunto: no estamos ante alguien que busque o respete la verdad, sino ante un acomplejado que cree que domina y posee la verdad y desprecia a los que no están en el mismo camino.

6.- ¿Es malo cerrarse o despreciar la visión que otro tenga de la vida o un aspecto de ella?
Yo creo que sí. Puede uno no estar de cuerdo con algo, pero un auténtico científico comprueba y, lo que no puede comprobar, no lo afirma, pero tampoco lo niega, pues en ningún momento ha demostrado que sea falso, porque, si lo hubiera hecho, lo ha comprobado y podría afirmar o negar con el derecho que le da la prueba en su propio campo: el científico.

7.- Por lo que veo Ud. casi tiene la convicción de que los magos eran científicos.
Más o menos. Claro, científicos de su época, que se movían con parámetros muy diversos a los nuestros. Pero creo que nos estamos desviando del tema de hoy. Lo que nos conviene percibir es el camino hecho por los magos. Primero éste fue interior: buscar con humildad, prestar atención a los signos, buscar qué es lo que éstos nos tratan de decir de parte de Dios y, una vez descubierto, obedecer. Los magos lo que intentaban superar cada día fue soberbia.

8.- ¿La soberbia nos impide conocer la verdad?
Creo que sí. Y no solo eso, creo que la soberbia acaba pervirtiendo las verdades que llegamos a conocemos. Porque, como pretendes tener la razón (¡y cuántas veces tratas de imponerla!), cuando hay algo que se te opone, lo manipulas o lo atacas para hacerlo desaparecer o torcerlo hacia lo que tú crees que debe ser, porque así es para ti. Así acabamos generando guerras.

9.- ¿Las ofrendas son signo de su disponibilidad a la obediencia?
De algún modo sí. Pero sobre todo son signo de su reconocimiento de la soberanía del Señor. La obediencia es consecuencia de la plena aceptación de esa soberanía. Estamos en un mundo de símbolos para todos, pues todos estamos llamados a vivir buscando y adorando como ellos.

P. José María Doménech Corominas, sdb

Imagen: Reyes Magos de playmobil






enero 01, 2009

La Madre de Dios



Empezamos el 2009 festejando a María nuestra Madre. Felices nosotros! Feliz Año Nuevo!

MARÍA, MADRE DE DIOS

El pueblo de Israel, y nosotros a través de él, ha conocido a Dios por las obras divinas experimentadas, siempre y cuando no manipulara ni pervirtiera ni su destino ni significado.

Sólo quien está atento a la real presencia de Dios podrá gozar de su acción, aun en lo más pequeño que le suceda. Así lo vivió María desde el principio. Dios es siempre bendición.

1. Estamos destinados a ser bendición.-

Ésta es la realidad a la que se refiere la bendición que el Señor pide se ofrezca al Pueblo de Dios: la claridad del rostro de Dios es la claridad de la conciencia que nos permite descubrir la constante presencia Providente y Benefactora del Dios de la Vida que, en su Amor, está presente en todos los pliegues de nuestra cotidianidad, eficiente, aun sin hacerse notar.

Padre de toda vida, es la fuente de toda maternidad. En Él aprendió María su maternidad humana ¡y divina!: en la meditación cotidiana de la Palabra hecha historia, acontecimiento diario, transmisión escrita y proclamación en la asamblea; en la oración constante, tanto personal, conyugal, familiar como comunitaria y sacramental. Así aprendemos a ser bendición viva.

2. Solo conocemos a Dios en la vida solidaria y comprometida.-

No hay otro modo de conocer la materno-paterna sensibilidad de Dios. A las personas, individual y/o comunitariamente, no se les conoce de otro modo que con la intimidad personal.

Así es la esencia de todo ser personal, humano, angélico y divino.

Ante la presencia de Dios los humanos nos sentimos, anonadados y sobrecogidos, también lo vivió María, los pastores y todos los que han tenido algún contacto real con Dios. Él da sentido a nuestra vida, la llena de la grandeza de su presencia, así la hace bendición.

Ante su presencia nadie, serio, objetivo y sensato, se siente bueno y justo.

Si nos invade la soberbia que nos lleva juzgar a las personas, como si estuviéramos por encima de ellas, estamos ante un signo explícito (diría “científico”) de que somos ignorantes del Dios verdadero y nos estamos creando nuestros propios dioses, efímeros, engañosos y destructores de toda paz, de la interior y, por consecuencia, también de la exterior.

3. La sencillez nos lleva a ser bendición, fruto de la sabiduría divina, que construye la historia.-

El salmo 66 nos invita a presentarnos ante Dios, pidiendo humildemente su bendición. Ella nos salva de todo pecado que confesemos y nos llena de sencilla alegría, bondad y alabanza.

La venida del hijo de María, fue larga y pacientemente preparada por Dios mismo desde que el hombre es hombre: destinado a vivir a Dios como a su “Abbá”, es decir, ser su hijo.

Pablo habla de la plenitud de los tiempos. ¿Qué significa esto? Primero que Dios siempre ha buscado hacernos entender su Amor, para que lo podamos aceptar y asumir sin temores. Poco a poco, los sencillos, fueron llegando a una creciente apertura, deseo, comprensión de los dones y promesas de su Señor. Así Dios se hizo uno de nosotros, en Jesús, su Hijo encarnado, sin subyugarnos y, llegado el momento, llenar nuestra vida con la presencia de su Espíritu estimulando nuestra libertad hacia una creciente santidad, con visibles obras maravillosas.

Sólo se necesita un corazón sencillo, como el de María, la madre atenta; como el de José, el padre creyente y justo, como el de los pastores, sencillos y dóciles oyentes. Las maravillas de Dios son para todos. ¡Nadie queda excluido! María, la Madre, nos espera a todos y a todos nos invita a gozar de la presencia de Jesús, generadora de bendición: ¡Abrámonos ya!

P. José María Doménech Corominas, sdb

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

Nm. 6, 22-27: "Bendigan al pueblo de Israel con estas palabras: «Que el Señor te bendiga y te guarde, que te permita ver la claridad de su mirada, se apiade de ti... y te dé la paz»..."

Salmo 66: "Que Dios se apiade de nosotros y nos bendiga."

Gal. 4, 4-7:
"Llegada la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo... para que obtuviéramos ya la condición de hijos... el Espíritu de su Hijo, que Él nos ha enviado, grita en nuestros corazones: «¡Abbá, Padre!» ...ya no eres esclavo, sino hijo y si eres hijo, también eres heredero..."

Lc. 2, 16-21: "Los pastores fueron a Belén y encontraron a María y a José con el niño en el pesebre... María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón... los pastores se regresaron glorificando a Dios... A los ocho días, al circuncidarlo, le pusieron el nombre de Jesús..."

Imagen tomada del sitio
Taringa! apuntes y monografías: María Madre de Jesús