enero 03, 2009

Epifanía


La epifanía del Señor es una fecha de alegría. En varios lugares, recordar la llegada de los Reyes Magos es motivo de reuniones familiares e intercambio de presentes.

Sobre los Reyes Magos se ha dicho mucho, no tanto en el Nuevo Testamento como en el cine, la televisión, las revistas, etc. Que eran magos, príncipes, sabios, fábulas.

Ante tantas y diversas posiciones, resulta especialmente interesante y pertinente el diálogo preparado por el padre José María, luego de la sugerencia homilética que, como cada semana, nos ayuda en nuestro crecimiento espiritual.


EPIFANÍA DEL SEÑOR

El futuro de todo hombre es solo uno: la grandeza de Dios. O lo realiza o su vida fracasa.

Dios exalta siempre al hombre hasta niveles impensables de gozo y vida, paz y libertad. Lo mejor para nosotros es fiarnos de Él, pues sus planes son de Bien, Paz y Vida.

1. La presencia de Dios nos atrae, llenándonos de alegría.-

En la primera lectura se nos invita a percibir con alegría desbordante cómo la presencia salvadora de Dios transforma la realidad histórica y lleva a los pueblos a glorificar al Señor y a buscar su cercanía. Las personas buenas contemplan la luz de su rostro y le dan homenaje.

Rendir homenaje al Señor es buscar conocer su Palabra, cumplir su Voluntad, construir nuestra realidad según su Reino, vivir en creciente intimidad con el Señor de la Paz y de la Vida, vivir forjando comunión entre las personas y, así, crear la comunidad humano-divina.

2. Todos tienen derecho a la alegría de gozar de Dios: ¡Somos sus enviados responsables!.-

No sólo “los buenos” están llamados a reconocer y gozar la presencia de Dios, sino todos los hombres de buena voluntad. Solo se requiere apertura, sencillez, atención a los signos de los tiempos, aceptar los riesgos de la Fe y del Amor en la Esperanza. A eso se llega con el íntimo conocer al Dios de la Vida Nueva, que nos llama a vivirla con creciente compromiso.

La misión que el Señor nos ha confiado a nosotros, su Iglesia en el mundo, es comunicar a todo hombre, sin discriminación de sexo, raza, cultura, posición social, los planes de Vida y Amor del Padre. La herencia de Dios es para todos. Dios no tiene privilegiados; quienes lo aceptamos, formamos el mismo cuerpo de Cristo, del que nos alejamos solo con el pecado, que es decisión personal. Pero éste jamás tiene la última palabra, ¡el Señor resucitó de entre los muertos!; a todos se ofrece la misma promesa, pues Dios no hace discriminación, a cada persona la trata como ella necesita para lograr su adecuada maduración y éxito. ¡No podemos callar!

3. Dios no nos sustituye, pero hace multiplicadamente fructíferos nuestros dones y decisiones.-

El texto evangélico está lleno de simbolismos: la estrella, expresa la presencia de un Dios libre, a disposición de quien le busque y desee seguirle; su palabra, manifiesta la Providencia iluminadora de Dios para que, quien escuche con atención y reflexión, encuentre las respuestas que necesita; los expertos, muestran que Dios nos guía para encontrar lo necesario para la salvación y la paz; la comunión-familia-comunidad, expresa el amor de Dios que nos da la vida y capacidad de madurar y construir un mundo nuevo, con la Novedad de Vida que nos ofrece en ella el mismo Dios; la riesgosa decisión de los magos, muestra la libertad y fortaleza en los corazones que se fían de Dios más allá de intereses o peligros.

El homenaje de los magos, es el homenaje al que estamos todos invitados con nuestras concretas realidades: la de nuestra capacidad de reconocer la soberanía de Dios en nuestra historia, el oro; la de nuestra innata tendencia natural de reconocer la divina presencia enaltecedora de Dios, el incienso; la de nuestra debilidad, física y moral, y la de la inevitable experiencia de dolor, precariedad y muerte, que es necesario aprender a superar, la mirra.

Que María, Madre en la familia de Dios, nos enseñe a caminar en la luz de su Fe y Amor.

P. José María Doménech Corominas, sdb

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

Is. 60, 1-6: "Levántate radiante, Jerusalén... sobre ti clarea como el alba la gloria del Señor... los reyes buscan tu claridad... sobre ti se derraman los tesoros del mar... las riquezas de las naciones... cantando las grandezas del Señor."

Salmo 71: "Todos los pueblos, Señor, te rendirán homenaje."

Ef. 3, 2-6:
"...Dios me ha confiado la misión de comunicarles su gracia... el misterio, que los hombres no han conocido por generaciones, ahora Dios lo ha revelado por el Espíritu... todos los pueblos, por Jesucristo, tienen parte en la misma herencia, forman el mismo cuerpo y comparten la misma promesa."

Mt. 2, 1-12: "...¿Dónde está el Rey de los Judíos que acaba de nacer? Hemos visto levantarse su estrella y venimos a adorarlo... En Belén de Judea... Búsquenlo bien, ...también yo quiero presentarle mi homenaje... Entraron... vieron al niño con María, su Madre... y le adoraron... volvieron a su país por otro camino."





1.- Una curiosidad: ¿Los magos de los que habla el evangelio son reales o personajes inventados?
No sabría responder a esta pregunta en forma científico-histórica, puesto que no tengo la preparación para esto, pero sí puedo decir que el relato de Mateo tiene un lógica interna en orden al anuncio de lo que acaba de suceder, su sentido y sus implicancias para nosotros.

2.- Entonces ¿debemos deducir que son inventados?
¿No te parece una deducción precipitada? Yo he confesado que no sé contestar a la pregunta como historiador, pero eso no quiere decir que los magos de Oriente sean una invención, puesto que en esa época, como en la nuestra, habían astrólogos, unos lo eran para hacer negocio, pero otros para descubrir lo que Dios manifestaba a través de los astros; en Persia estaba la religión dualista de Zaratrusta que esperaban la victoria del bien sobre el mal gracias a un enviado. La presencia de los magos no es inverosímil. Pero no es eso lo que pretende el evangelista cuando los pone ahí.

3.- ¿Qué pretende?
Hacernos notar las contradictorias actitudes entre los que formalmente esperaban la llegada del Mesías y los que realmente creían que el Señor hablaba y se comunicaba con intención de decir algo bueno y de que le hicieran algún caso.

4.- Y los magos hicieron caso. ¿Por qué no los judíos, ni siquiera los que eran expertos en Sagrada Escritura?
Porque la historia de las religiones y de la Fe cristiana nos demuestra que quien está muy seguro de sí mismo y de lo que juzga “sus verdades”, paulatinamente se aleja de Dios y de la verdad objetiva porque cree que ya domina el tema y Dios es “Su dios”, como que ya sabe cómo tratarlo. Éstos acaban teniendo solo un dios, el suyo. Sí, así, con minúscula. No se trata ya de nuestro Padre, al que Jesús nos abrió, dándonos la posibilidad de conocerlo, amarle y servirle.

5.- ¿Los magos estaban en actitud de adoración al verdadero Dios, al que no dominamos?
La primera actitud que nos muestra el evangelio es la de búsqueda humilde. Los muestra como los científicos de la época, pero científicos inteligentes y veraces que no por conocer más que los demás niegan lo que no entienden, o lo que no les conviene entender, y atacan, desprecian y hasta humillan. Cuando alguien ataca las creencias de otro, mal asunto: no estamos ante alguien que busque o respete la verdad, sino ante un acomplejado que cree que domina y posee la verdad y desprecia a los que no están en el mismo camino.

6.- ¿Es malo cerrarse o despreciar la visión que otro tenga de la vida o un aspecto de ella?
Yo creo que sí. Puede uno no estar de cuerdo con algo, pero un auténtico científico comprueba y, lo que no puede comprobar, no lo afirma, pero tampoco lo niega, pues en ningún momento ha demostrado que sea falso, porque, si lo hubiera hecho, lo ha comprobado y podría afirmar o negar con el derecho que le da la prueba en su propio campo: el científico.

7.- Por lo que veo Ud. casi tiene la convicción de que los magos eran científicos.
Más o menos. Claro, científicos de su época, que se movían con parámetros muy diversos a los nuestros. Pero creo que nos estamos desviando del tema de hoy. Lo que nos conviene percibir es el camino hecho por los magos. Primero éste fue interior: buscar con humildad, prestar atención a los signos, buscar qué es lo que éstos nos tratan de decir de parte de Dios y, una vez descubierto, obedecer. Los magos lo que intentaban superar cada día fue soberbia.

8.- ¿La soberbia nos impide conocer la verdad?
Creo que sí. Y no solo eso, creo que la soberbia acaba pervirtiendo las verdades que llegamos a conocemos. Porque, como pretendes tener la razón (¡y cuántas veces tratas de imponerla!), cuando hay algo que se te opone, lo manipulas o lo atacas para hacerlo desaparecer o torcerlo hacia lo que tú crees que debe ser, porque así es para ti. Así acabamos generando guerras.

9.- ¿Las ofrendas son signo de su disponibilidad a la obediencia?
De algún modo sí. Pero sobre todo son signo de su reconocimiento de la soberanía del Señor. La obediencia es consecuencia de la plena aceptación de esa soberanía. Estamos en un mundo de símbolos para todos, pues todos estamos llamados a vivir buscando y adorando como ellos.

P. José María Doménech Corominas, sdb

Imagen: Reyes Magos de playmobil






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