junio 07, 2009

Santísima Trinidad

El mensaje y la sugerencia homilética del padre José María para esta semana.

El Amor de Comunión Trinitaria, siempre trascendente, creó el Universo para que el hombre, varón o mujer, gozara de ese Amor y lo implantara en la naturaleza, ordenándola según los criterios que este Amor le inspiraba y su amor e inteligencia le llevaba a profundizar cada vez mejor.

Ése fue el plan primigenio de Dios, Uno y Trino, desde su Comunión de Amor, pero el enemigo de la persona humana enturbió su mente y distanció su corazón del conocimiento de Dios y el mundo empezó a pagar las consecuencias de tal actitud, pues, después de todo, es la persona humana la que da orientación y sentido a la naturaleza que de él depende.

El Padre se compadeció del desastre al que su hijo adoptivo se había lanzado locamente, envió a su Hijo Unigénito, con la Vitalidad y Amor de su Espiritu de Vida y Santidad, para que le enseñara al adoptivo a vivir según el plan según el que había sido creado y que le llevaría, sin duda algna, por caminos de creciente felicidad. Pero éste, en muchos casos, no entendió ni aceptó lo que le proponía y se sumió en el desastre del crimen y de la esclavitud a sus propia doctrinas y criterios, llenos de desconcierto y arbitrariedad, cuando no abuso y prepotencia desde el poder que se desea imponer o no 'soltar'. Con todo, en su Amor Fiel, a los que aceptaron la orientación de Dios, el Padre, en su Hijo Único, se les dio, por el don personal del Esíritu Santo, la capacidad de entender, aceptar y gozar de la realización en sus personas y comunidades según el plan primero de Dios generando una Comunidad Humano-Divina basada en el Amor que da la vida, como el mismo Dios, de quien viene, y el Perdón que regenera a la persona y sus comunidades dándole la opción de retomar su camino y redimir su situación aceptando reiteradamente al Señor Jesús, como su Señor y Maestro, y a su Espíritu, que lo es también del Padre y nos llena de Vida, Paz y Felicidad sin límites de ningún tipo.

Como el Papa dijo hace poco a los jóvenes, este domingo conoceremos el Amor creativo, salvador y santificador de Dios, Comunión Trinitaria, que jamás se cansa de estar atento a nuestras necesidades como verdades Providencia Amorosa.

Dios les bendiga cada día.

Unidos en oración con María, nuestro, Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB


Santísima Trinidad

Nuestro Dios es un Dios en continuo diálogo de Amor con sus hijos, pues es Comunión y a eso nos ha llamado: nos creó para ser como Él, ¡hijos!, y testificar su Soberanía en toda realidad. Para que lo logremos y no nos dejemos engañar, nos confió, en su Bondad, un camino seguro de Vida: sus mandamientos. Nos pide que nos fiemos de su Amor y nos abramos a Él.

Al vernos esclavos, nos liberó a su costa. Es un Dios que se nos muestra en su materna paternidad: siempre cercano y atento a toda necesidad. Objetivo y, más allá de adulaciones, que no soporta, mira el interior de las personas; escucha siempre; habla claro y pide le obedezcamos, pues sabe que ésta es nuestra única salvación, como en cualquier aprendizaje, ¡y más el divino!

En Cristo nos entrega su Espíritu. Éste nos inserta en la íntima Comunión Trinitaria y nos lleva a caminar como hijos en el Hijo, en amoroso diálogo y presencia continua del Padre.

El Hijo nos envía a compartir esta enaltecedora realidad con todos los pueblos, sin límites

El interés que Dios tiene personalmente por cada uno de sus hijos, todos los humanos, sin distinción, le mueve a ordenarlo todo para el bien integral de cada persona. Lástima que muchísimos, a veces incluso cristianos, no se percatan de ello y están poco menos que convencidos, cuando el dolor muerde su vida, de que Dios no los tiene en cuenta! El Señor, con todo su poder, nos envía: ¡Anúncienles el Evangelio! ¡¡Muéstrenselo a todos!! ¡¡¡Es muy urgente!!!

Estudiar la historia del Pueblo de Dios nos hace ver la cercanía eficiente de Dios, y también nos lo dice nuestra historia personal, si la miramos, desde la Fe, con cuidadosa profundidad.

Nuestra constante intimidad con Dios, Uno y Trino, nos llevará a ser buenos testigos.

Es muy importante enseñarles a vivir en intimidad de Vida con Dios, Comunión de Amor

Es tan indispensable, en nuestra misión de evangelizadores, vivir en intimidad con Dios, Comunión de Amor Trinitario que busca nuestra felicidad eterna (para eso nos creó) que Pablo nos dice que el mismo Espíritu ora a favor nuestro y nos lleva, si le dejamos, a testificar que Dios es nuestro Padre y que todos lo gozarán, si lo aceptan como tal y le son dóciles.

Toda la vida de Dios es para nosotros, pero es indispensable que la nuestra sea de Él.

Ser hijo en el Hijo es vivir el Plan del Padre, según la vida del Hijo, guiados por el Espíritu

Más importante es vivir en serena y feliz profundidad liberadora que buscar tener y dominar muchas cosas, que acaban apoderándose de nosotros, esclavizándonos, quitándonos la paz y rompiendo la comunión por el egoísmo que implica tal codicia, explícita u oculta.

El Plan del Padre es que lleguemos a la libertad enaltecedora de dar la propia vida, al estilo de su Hijo Jesucristo y guiados por el mismo Espíritu del Padre y del Hijo: es nuestra vocación y por eso nos sentimos tan bien en un ambiente de comunión abierta y serena.

María nos enseñe a caminar según la Voluntad liberadora de Dios, Comunión Trinitaria.

P. José María Doménech Corominas, sdb


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO X
SANTÍSIMA TRINIDAD


Dt. 4, 32-34.39-40: "Investiga... si alguna vez… un pueblo ha escuchado la voz de Dios que le hablaba en medio del fuego... y haya continuado con vida... si Dios ha ido, alguna vez, a buscarse un pueblo de entre otro, que lo tenía esclavizado, haciendo... prodigios... como lo hizo el Señor, tu Dios, por ustedes en Egipto. Reconoce hoy que el Señor, es el único Dios... Recuérdalo siempre en tu corazón. Cumple... sus mandamientos… para que seas feliz..."

Salmo 32: "Feliz el pueblo que el Señor se escogió como heredad".

Rm. 8, 14-17:
"Los que viven llevados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Uds. no han recibido un espíritu de esclavos... sino un Espíritu que nos hace clamar: «‘Abbá’, Padre». Este Espíritu se une a nuestro espíritu para testificar que somos hijos de Dios. Y, si somos hijos de Dios, también herederos... con Cristo, ya que sufrimos con Él para llegar a ser glorificados con Él."

Mt. 28, 16-20: "Jesús les dijo: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos, bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Yo estaré con ustedes cada día hasta el fin del mundo»"

Muchas gracias a todos los hermanos que unidos en la oración por el padre Antonio Doménech; que Dios y nuestra madre Auxiliadora les colmen de bendiciones!


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