diciembre 25, 2010

NATIVIDAD DEL SEÑOR



NATIVIDAD DEL SEÑOR (Misa del día)
Dios está tan interesado en la grandeza de la persona humana que se hizo uno de nosotros para salvarnos y a enseñarnos a ser Felices


Is. 52, 7-10: "¡Qué alegría sentir en las montañas los pasos del que anuncia la paz y nos trae la Buena Nueva, que nos anuncia la salvación... escucha qué exclamaciones de gozo: ven cara a cara cómo el Señor vuelve a Sión..."

Salmo 97: "Los confines de la tierra han contemplado la Victoria de nuestro Dios".

Hb. 1, 1-6: "En diversas ocasiones y de muchos modos, Dios antiguamente había hablado a nuestros padres por boca de los profetas, pero ahora, en estos días,... nos ha hablado a nosotros en la persona del Hijo... «Que se postren ante Él todos los ángeles de Dios»."

Jn. 1, 1-18: "Al principio ya existía quien es la Palabra... Existía quien es la Luz verdadera... estaba presente al mundo… pero el mundo no la reconoció... Quien es la Palabra se hizo hombre y puso su tienda entre nosotros y hemos contemplado su gloria... A Dios nadie jamás le ha visto, el Dios Hijo único, quien está en el seno del Padre, es quien nos lo ha revelado."


Natividad del Señor


Son muchas las religiones en el mundo y todas se esfuerzan por encontrar a Dios y contentarlo. Son muchas, y constantes, las búsquedas que los hombres hacen para encontrar el camino de la felicidad, de la eterna juventud y de una paz estable en la vida personal y social.

Mucha es la buena voluntad, pero los resultados son efímeros y, por eso, decepcionantes.

Muchas veces pensamos que ese dios que debería resolvernos los problemas y darnos soluciones y seguridad, es una falla. Y ¡es cierto! porque ¡nos lo hemos inventado! ¡¡No existe!!

¿Cuál es la verdad? ¿Existen los verdaderos caminos de la Paz y Felicidad? ¿Dónde?
Y se sigue ensayando. Nos hablan de la Globalización, de la ‘New Age’, de la ‘Fraternidad Universal’. Acusan de desavenencias a las religiones monoteístas: su Dios único, sus doctrinas ‘verdaderas’ y moral inmóvil son un problema porque no se adaptan a las ‘nuevas realidades y necesidades’. Entre ellas, estas mismas religiones están en conflicto: o se rechazan o se desconocen o se condenan. ¡Cómo nos cuesta dialogar desde la religión! ¿Serán todas iguales?

Dios, como nuestro Padre-Madre que es, pensó siempre en nosotros desde su Amor personal

La Fe cristiana bien vivida –dado que es Vida, más que religión, aunque se exprese en formas religiosas– no busca a Dios, sino que le acepta con sencilla y dócil humildad, como María, pues ha sido el Dios amoroso quien nos visitó y nos invitó a aceptarle en nuestra propia vida como a Padre Providente, Hijo Salvador y Espíritu Santificador, Comunión Trinitaria, a la que nos invita a unirnos con el derecho propio de ser sus hijos. Nos lo ha dicho de múltiples formas y desde el principio. ¿Quién le acepta y hace caso? ¡Ése es nuestro problema!

El cristiano es la voz del mensajero que anuncia a la humanidad la Buena Noticia: ¡Dios nos viene a salvar y que nos trae la Paz, la Suya, la Eterna! Sí, con mayúscula, la Paz de Dios, la que Él puso en el propio interior del hombre, la que Dios nos ofreció gozar desde que nos creó en el seno materno en cada concepción. ¡¡Es por eso que todos deseamos ser felices!!

Dios constantemente viene a nosotros para salvarnos de todo lo que nos quite vida y alegría.

La propuesta divina de Vida Nueva nos fue comunicada no por un mensajero, oráculo o sueño o por iluminadas intuiciones y convicciones vitales. Sino por el Hijo, el mismo Hijo Único de Dios. Sí, se hizo hombre y aprendió a vivir, desde la naturaleza humana, como hijo de Dios. Él compartió nuestra vida, hasta su entrega total y definitiva, por nuestra liberación.

Por eso Él es el Señor del Universo, el modelo acabado de persona humana, por Él recibimos siempre todos los beneficios de Gracia y Vida Eterna como parte vital de nuestra historia y cultura. Dios, Padre de todos sin excepción, nos llama a ser sus amigos y apóstoles.

Navidad: Dios se hizo de nuestra naturaleza invitándonos a ser sus íntimos amigos y apóstoles

Pablo fue claro: “para mí vivir es Cristo” (Flp. 1, 21): sólo en Cristo tiene sentido mi vida. Recibirle todos los días en mi vida y en toda persona que nos rodea es adelantar la eternidad, hacerla historia viva en el hoy de cada persona y cultura, llenándola de la Paz y Alegría de Dios.

Jesús es Palabra viva de Dios, aprendemos de María a estar atentos a la Presencia de Dios en nosotros cada día. Ella nos pide hacer con todos hoy lo que Él nos diga. Le pedimos nos enseñe a vivir siempre así; de este modo todos los días será Navidad en nuestros ambientes.

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