marzo 26, 2011

Agua viva


Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética de nuestro querido padre José María, para este domingo, tercero de Cuaresma.


Tercer domingo de Cuaresma.

El tiempo se nos 'escurre' como el agua.

Deberíamos preguntarnos cómo lo estamos aprovechando para abrirnos a los dones de Dios que podremos celebrar gozosamente en la Pascua y todo el tiempo pascual.

Este tiempo lo sabremos aprovechar en la medida que aprovechemos esta Cuaresma.

La vida humana no es un jueguito con tiempos y oportunidades desmenbradas unas de otras.

No.

Así como nosotros somos una unidad indivisible, aunque seamos la confluencia orgánica de muchos elementos diversos, como nuestro cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo todos ellos constituyen un solo cuerpo, así es nuestra vida: todos sus elementos nos construyen, ya sea en positivo o en negativo. Unos elementos están unidos a otros incidiendo en todos, de un modo u otro, según la importancia que les demos.

No perdamos los dones de Dios. Este tiempo de Cuaresma es uno de ellos, junto con los físicos, los personales, los sociales, con la oportunidad de fortalecer la vida que el Señor nos ofrece, directa o indirectamente, un instante tras otro.

No nos lamentemos de lo que no hayamos hecho: eso ya pasó. Pensemos en lo que ahora el Señor nos ofrece y aprovechémoslo, tal vez corrigiendo actitudes desfavorables para nuestro desarrollo personal-social; tal vez rectificando errores que nos han perjudicado hasta ahora; tal vez abriéndonos a oportunidades a las que hemos tenido cierto temor por falta de confianza en nosotros mismos y, por supuesto, en Dios, pues no siempre creemos que Dios no permite nada que no nos favorezca directa o indirectamente.

El desierto para Israel fue una gran palestra de formación a la Fe, a la Esperanza y a la Caridad, pero debían abrirse... Les costó mucho aprenderlo, pero algunos lo hicieron y llegaron a la Tierra prometida. Otros se resistieron y eso los dejó tendidos por el camino. Fracasados.

Las dificultades no son desgracias, sino retos que nos ponen a prueba: ¿hasta dónde nos fiamos del Dios que sí confía en nosotros? ¿Hasta dónde nos atrevemos a vivir como personas y Comunidad de creyentes en la bondadosa Misericordia y Amor de Dios que nos perdona y nos salva más allá de lo que le pedimos? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a escucharle como la samaritana, y los samaritanos, bebiendo sus palabras de Salvación?

El salmo nos invita a no endurecer nuestro corazón, que Jeremías, desde su dura experiencia, como la de san Pablo, acaba diciendo que es lo más torcido y enfermo de la persona, al punto de que hacemos hasta lo que sabemos y juzgamos que está mal y nos perjudica y, a fuerza de hacerlo, acabamos, locamente, creyendo y defendiendo que es bueno y propio de la dignidad humana y, por tanto, es un derecho universal... Así, desgraciadamente, está sucediendo ahora en la ONU con la homosexualidad y el aborto y después vendrán otras aberraciones que se nos querrán imponer desde asambleas parlamentarias, algunos búnqueres de la Comunicación social y leyes destructivas del Bien Común; eso sí, manipulando, grosera y vergonzosamente, conceptos valiosos como "Verdad", "Naturaleza", "Tolerancia", "Libertad", "Dignidad humana", "Integración"...

Dios tiene sed de nuestra grandeza y felicidad, pues para ello nos creó: para que seamos como Él y, con Él, llenemos nuestra vida de toda la Paz, Amor y Dignidad que deseamos para todos.

Dios nos bendiga para que llenemos nuestra sed de Vida y lleguemos a su Grandeza escuchando a su Hijo y Salvador, que nos libera de todo pecado y nos permite superar toda tentación.

Unidos en oración con María, nuestra Madre Auxiliadora:

P. José Mª Domènech SDB

Agua viva

El agua es vital para la subsistencia de la vida. Cualquier tipo de sed [física, psicológica, espiritual], si es intensa, tortura y desequilibra. Dios lo sabe y acude en nuestro apoyo.

El pecado y lejanía de Dios generan una sed de vida profunda, serenidad y paz que agobia.

Es la sed de nuestro mundo, sed que crece y desespera, porque, por mucho que se inventen fórmulas de felicidad y plenitud, libertad y paz, nada puede sustituir lo que el corazón humano necesita. Lo acepte o lo niegue, fue creado para Dios y solo en Él tiene descanso.

Jesús nos da el Agua Viva del Espíritu. Él nos guía a vivir en su paz y perdón, fruto del eterno Amor de Dios, Padre que nos perdona y salva en su Hijo, por obra y gracia del Espíritu.

Jesús pide le confiemos nuestra vida para transformarla, enriquécela y llenarla de su Vida.

A más exigencias y protestas, más cerrazón al Amor de Dios y menos posibilidad de Vida.

Las necesidades pueden aturdir hasta impedir ver lo que se nos conviene y se nos ofrece

Todo desierto prueba nuestra fortaleza y nuestra Fe. Israel sucumbe y se desespera. Exige a Dios que muestre su presencia favorable y su Amor. Moisés, aturdido, ora pidiendo piedad.

Dios se muestra fuente de Vida y Salvación; le tocará al pueblo aceptarle y ser honesto.

El Agua de Jesús nos da serenidad y paz para abrirnos a Dios, y a todos, sin traumas.

Dios nos perdonó dándonos su Espíritu para que gozáramos su Amor y lo compartiéramos

Como Moisés, dio al pueblo sediento del ‘agua de Dios’, así Jesús nos da el Agua del Espíritu Santo que afianza nuestra Fe y robustece nuestra Esperanza liberándonos en el expansivo Amor de Dios, que, como Padre nuestro que es, nunca se rinde y jamás nos abandona.

Pablo nos hace ver que, en Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, Dios nos perdonó porque su Amor es concreto y eterno. Esto es signo de su fidelidad, aunque lo valoremos poco.

Estamos llamados a ser verdaderos adoradores de Dios, sin pretensiones manipuladoras

Jesús tiene sed de nuestra feliz apertura al don de Dios, que es salvación liberadora en su Amor. Él nos da su Agua, el Espíritu de Vida, que nos renueva y nos llena de paz para todos.

El Don del Espíritu nos lleva a la Vida Nueva para que adoremos a Dios sin la pretensión de tener una verdad a imponer. Las expresiones de la Fe que adora son necesarias, pero variadas y variables; en cambio adorar a Dios en el Espíritu, eso es vital y, por esto, indispensable.

Pidamos a María abrir nuestra vida al don del Espíritu, que Jesús nos da como Agua viva.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA - DOMINGO III
Dios, con Amor personal, tiene pasión por la felicidad de cada persona y quiere apagar su ansia de Vida Plena con el don de su Espíritu


Ex. 17, 3-7:
"Toda la Comunidad de los israelitas partió del desierto de Sin y siguió avanzando por etapas… el pueblo no tenía agua para beber… protestó contra Moisés: «¿Por qué nos hiciste salir de Egipto?, ¿solo para hacernos morir de sed...?» Moisés pidió auxilio al Señor… Éste le respondió: «Pasa delante del pueblo… en la mano lleva el bastón con el que golpeaste el Nilo. Yo estaré delante de ti en la roca, en Horeb. Tú golpearás la roca y de ella brotará agua para que beba el pueblo». Así lo hizo Moisés…".

Sal. 94: "¡Cuando escuchen la voz del Señor no endurezcan el corazón!"

Rm. 5, 1-2.5-8:
"Justificados por la Fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo… por Él nos gloriamos en la Esperanza de la gloria de Dios… [que] no quedará defraudada, porque el Amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado… La prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores".

Jn. 4, 5-42: "Jesús, fatigado por el camino, se había sentado junto al pozo. Era medio día. Una mujer de Samaría fue a sacar agua y Jesús le dijo: «Dame de beber». …le respondió: «Tú, que eres judío, ¿me pides de beber a mí, que son samaritana?»… Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber… tú misma se lo hubieras pedido y Él te habría dado Agua Viva»… «el que beba del Agua que yo le daré nunca más tendrá sed… [y ésta] se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna»… «la hora se acerca… en la que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad… Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad» La mujer dijo: «Yo sé que el Mesías… debe venir…». Jesús le respondió: «Yo soy, el que habla contigo»… los samaritanos… le rogaban que se quedara con ellos, y Él permaneció allí dos días… Y le decían a la mujer: «…lo hemos oído y sabemos que Él es verdaderamente el Salvador del mundo»".


1 comentario:

  1. Quien bebe de esta Agua, se convierte en surtidor.

    Gracias y Bendiciones

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