Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 2 de octubre.
La Palabra que este domingo es como un reclamo del Señor; como si Éste viviera una mezcla, por un lado, de decepción por la crisis -con futuro de fracaso- que nos estamos echando encima y, por el otro, nos invitara a la confianza y, pase lo que nos esté pasando, nos pidiera que no hay que echarse para atrás, sino confiar en el Dios de la Vida, apoyarnos en Él y actuar en acción de gracias aprovechando todo lo bueno que, en la realidad circundante, Él nos va ofreciendo, sobre todo a través de aquellos que nos ofrecen la Fe como camino de Vida Nueva.
Alguno podrá pensar que, nosotros, los cristianos, la Fe ya la tenemos y que lo único que hay que hacer es no disminuirla ni perderla, pero debemos aclarar que la Fe es don constante de Dios y, dado que Dios es presente sin fin, éste es un regalo imperturbable al que estamos invitados a responder cada día, pues cada día se nos renueva, ya que nosotros sí estamos sometidos a la dinámica del tiempo y, por tanto, las decisiones de "un día", de una época de la vida, sí nos marcan para el futuro, por eso es que san Pablo nos pide que no nos desalentemos, pues Dios no queda marcado, en su Amor, por nuestro pasado sino por la realidad que estamos viviendo ahora -el pasado no afecta a Dios- y en este concreto "ahora" nos da su Palabra, nos ofrece su propuesta, absolutamente fiel a su plan eterno a nuestro favor y perfectamente realista a hoy que vivimos nosotros... Nos resulta indispensable el aprender a "escuchar" y recibir su Amor hecho propuesta de Vida para hacerlo respuesta a nuestra vida concreta de cada día en el mundo actual.
Dios solo busca salvarnos y, si hoy se nos muestra un poco decepcionado no es por nuestra respuesta pasada, por lo que pasó ayer o antes, sino por la situación en la que nos encontramos ahora... pues -Él lo sabe bien- podría ser muchísimo mejor y, de hecho, necesitamos -y deseamos- que lo sea, pero no acabamos de decidirnos a decir "SÍ".
Como que nos dice, una vez más, "no pierdas esta oportunidad". Ya nos lo dijo el domingo pasado y lo dirá todas las veces que sea necesario decirlo para que no nos perdamos la maravilla que nos tiene reservada personalmente para cada uno de nosotros desde la creación del mundo...
No: su Cielo, su Reino, no es mérito o premio ganado con nuestras obras. No. Ya lo tenía reservado, es como el cuarto que todo papá tiene listo para cuando el hijo regrese a la casa, pues está en camino y vendrá cansado y necesitado de cariño y buen ambiente. Él ya lo preparó todo; sólo falta que lleguemos.
La tarea que nos ha dado es ayudarle a que los hermanos que están en camino con nosotros, no se desvíen ni se equivoquen, engañados por tantos espejismos que nos rodean y desean seducirnos, pues no estamos solos: así como tenmos un Padre que nos ama, in Hijo que nos enseña y un Espíritu que nos guía, también tenemos unos enemigos que no desean que seamos todo lo felices que podemos ser y, si es posible, buscan destrozar nuestra vida ya desde ésta segunda etapa de nuestra vida.
Demos los frutos de vida y paz que el Señor nos invita a dar; aprovechemos todo lo bueno que Él nos ofrece para madurar y así dar, cada día mejores frutos.
Dios nos bendice a todos cada día, aprovechemos y transmitamos su bendición.
Seremos débiles, eso es inevitable, pero Dios es nuestra Fortaleza y con su Espíritu, siguendo el ejemplo de Jesús, todo podremos superarlo y llegar exitosamente a la Casa del Padre acompañados de tantos hermanos, según la misión que Dios a cada uno le confió como vocación personal.
María es nuestro Auxilio y nosotros sus hijos.
Unidos en oración con María:
P. José Mª Domènech, SDB
La viña del Señor
La imagen de la viña es frecuente en los profetas: Isaías, Jeremías, Oseas, Exequiel. Imagen de fuerza viva: Dios, el viñador, cuida su pueblo con mimo, pero es poco correspondido.
Hoy se nos muestra la imagen de un Dios decepcionado de su pueblo: tanto esfuerzo… y los resultados tan lamentables. En el ser humano ¡cuántas veces gana el deseo de manipular a Dios para que Éste se sujete a los caprichos suicidas del hombre! y el resultado es la muerte.
Pero Dios, en su Amor, no cede; por eso el hombre no debe desanimarse, sino convertirse. No se trata de hacer que Dios se rebaje a lo nuestro, sino de que el hombre se eleve a Él.
Escuchamos mal y debemos aprender a orar; nos esforzamos poco y debemos aprender a imitar lo bueno y lo que exalta la dignidad de todos; protestamos por no recibir nuestros gustos y debemos dar gracias por lo recibido todos los días con tanto amor del Padre.
Nada de lo que sentimos como ‘nuestro’ lo es definitivamente; de todo deberemos dar cuenta al Señor de la Vida, pues es suyo. Todo nos ha sido confiado con una tarea precisa: ¡cuídenlo y háganlo madurar para que los frutos sean los mejores posibles! Cuiden su persona, su familia, sus hijos, su sociedad, sus conciudadanos, su patria, su mundo, toda vida.
Dios lo cuida todo y nos lo cinfía para que los frutos sean los mejores y universales
El año 586, la ciudad de Jerusalén estaba arrasada y el salmista, arrepentido, se lamenta y se cuestiona. Ya Isaías, el año 730, se había anticipado a la desgracia por el pecado del pueblo.
Dios desea nuestra grandeza, pero no basta que lo desee; nos toca a nosotros responder: cerrarse en uno mismo es cerrarse a los dones de Dios y generar muerte y destrucción.
Pablo nos invita a no desalentarnos, pues Dios siempre está atento y nos da nuevas opciones
No debemos dejarnos perturbar por nuestros errores, aún lo más graves: Dios nos escucha.
Necesitamos orar con gratitud constante, y vivir en el esfuerzo de asumir todo lo bueno que vemos en los demás, especialmente en los maestros de la Fe: son fruto del Amor de Dios.
Dios confía que nosotros demos fruto abundante para que el mundo conozca su Amor eterno
Jesús plantó en nosotros su viña y la llenó de su Espíritu, garantía de abundantes frutos.
Constantemente nos envía mensajeros que nos ayuden a tomar conciencia y vivir en Él.
Él es la viña y nosotros los sarmientos: sólo unidos a Él podremos ser fecundos y felices.
Pidamos a María no separarnos jamás de Jesús, sino intimar cada día mejor con Él.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.
CICLO A – TIEMPO ORDINARIO - DOMINGO XXVII
Dios, de muchos mados, nos forma para que nuestra vida sea lo más fructífera posible, llena de su Vida,para el bien permanente de todos
Dios, de muchos mados, nos forma para que nuestra vida sea lo más fructífera posible, llena de su Vida,para el bien permanente de todos
Is. 5, 1-7: "Mi amigo tenía una viña… la cavó, la limpió de piedras y plantó cepas escogidas; construyó en el centro una torre en medio de ella y le excavó un lagar en la roca. Esperaba que le diera buena uva, pero le dio racimos amargos… ¿Qué más podía hacer… que no haya hecho?... Les diré lo que pienso hacer… Quitaré la tranca y que sea pisoteada… la dejaré abandonada… La viña del Señor del Universo es el pueblo de Israel y los hombres de Judá… esperó de ellos justicia, pero se escucha el clamor de los oprimidos".
Sal. 79: "La viña del Señor es su pueblo".
Flp. 4, 6-9: "…no se angustien por nada. En toda ocasión acudan a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias... Entonces la paz de Dios… tomará bajo su cuidado sus corazones y pensamientos en Cristo Jesús. En fin todo lo que es verdadero y noble, justo y puro, amable y digno de honra, virtuoso y merecedor de alabanza debe ser objeto de sus pensamientos. Pongan en práctica lo que han aprendido y recibido, lo que han oído y visto en mí y el Dios de la paz estará con ustedes".
Mt. 21, 33-43: "Jesús dijo…: «...Un hombre plantó una viña; la cavó, hizo un lagar y construyó una torre de vigía. Después la arrendó… y se fue al extranjero. Llegado el tiempo… envió a sus servidores para recibir los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos… volvió a otros… pero los trataron igual. Finalmente envió a su propio hijo… Pero los viñadores… apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?... ¿No han leído nunca en la Biblia: ‘La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: ésta es la obra del Señor…’?... El Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos». Los… fariseos… se dieron cuenta que se refería a ellos y buscaron el modo de detenerlo…"