Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 30 de setiembre.
El único interés de Dios es nuestro bien y, sobre todo, la posibilidad de que los más débiles lleguen a conocer su Amor y a gozar de su Vida al mejor nivel posible, según el camino de cada uno, por eso condena todo escándalo, pues eso dificulta el camino de los que carecen de ciertos niveles de fortaleza y seguridad para defenderse de lo que les perjudica en su Fe.
Nosotros, los cristianos, por la Caridad de Cristo, debemos cuidar lo que vivimos, hacemos y decimos, teniendo en cuenta siempre qué repercusiones pueden tener nuestras decisiones, pues el interés no es quedar bien o no, sino hacer siempre el mayor bien posible y evitar, lo mejor que se pueda, el perjudicar a alguien. No debemos depender del qué dirán, pero si tener la delicadeza de cuidar el impacto de lo que somos y vivimos para no hacer daño, en lo posible, a nadie. Por eso Jesús como que nos grita: ¡Córtatela! Y en muchas partes gritan al que está haciendo un disparate o algo perjudicial: “¡Córtala!”, “¡acabemos con esto!”
Nuestra vida está llamada a ser una proclamación del Amor de Dios, por eso Él nos da su Espíritu como se lo dio a Moisés, a Jesús, a sus Apóstoles... Lo hemos recibido en el Bautismo, pero debemos alimentar nuestra docilidad a Él con la escucha atenta de su Palabra en cada Eucaristía, en la personal meditación de la misma, en la oración y en la continua revisión de nuestra conciencia para que sea cada día más recta, más profunda, más delicada y más libre de toda codicia o interés egoísta. Es el único modo de construir Comunión, aun con los diversos y con los que “no son de los nuestros”, pues nosotros ni somos los mejores, ni somos el modelo de nada, sólo caminantes que buscamos ser cada día más libres de toda atadura que nos impida dar vida dando la propia vida a los que más la necesiten, como lo aprendemos de Jesús.
Las riquezas no son malas, pero desearlas sí lo es o, al menos, es muy peligroso, pues se nos puede apegar el corazón y entonces nos degradamos, como dice Santiago, y nos auto-condenamos a la pequeñez de criterios y a ser gestores de muerte en vida perdiendo la propia.
María nos ayude a ser cada día más del Señor y testigos de su Amor y Comunión.
Dios nos bendiga para ser bendición y animadores de la Vida Nueva en y con todos nuestros hermanos a lo largo y ancho del mundo.
Unidos en oración con María:
P. José Mª Domènech SDB
«Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen Fe, sería preferible... que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar.»
“Sería preferible...”. Terrible expresión, y más que venga de Jesús, el Maestro de la Misericordia de Dios. Pero, precisamente por eso, porque es el Señor de la Misericordia, no soporta que se debilite la Fe de los ya débiles, que no se pueden defender de los malos ejemplos o de las teorías de los que ‘saben más’.
Santiago nos muestra un escándalo propio de nuestra época: el individualismo que hace crecer sin fin la brecha de la prepotente injusticia que hay entre los ricos y los que apenas pueden sobrevivir. Es duro, es claro, es contundente: se ceban a sí mismos para el día de la matanza, como se hace con los cerdos.
Los que creen en el Señor son testigos del Amor y constructores del Reino. Jesús rechaza el escándalo de discriminar y desautorizar –como si fuéramos mejores–, a los que no son ‘de los nuestros’.
Todos necesitamos vivir en el Espíritu del Señor. ¡Cuánto desea Él que todos ardamos en su fuego de Amor y en ansias de Vida Nueva para todos, no importa de qué grupo o Comunidad seamos!
Si vivimos en el Señor viviremos en su alegría y paz y éste testimonio atraerá a muchos hacia Él.
El desierto es el lugar de la prueba para crecer en intimidad con Dios: Él nos llena de su Espíritu
El deseo de Dios es que le conozcamos, le amemos y nos llenemos de Él, de modo que todos anunciemos su gloria y seamos testigos de su Amor y Misericordia. Eso es imposible sin apertura personal.
Santiago nos pone sobre aviso: el individualismo egoísta degrada y lleva a la muerte, sin futuro de paz
¿Buscamos tener más? ¿Para qué? ¿Somos libres? ¿Tenemos riquezas o ellas no tienen atrapados?
La realidad nos demuestra, con excesiva frecuencia, que el terreno del tener es muy resbaladizo para todos. El deseo de poseer es ámbito el maligno. Sólo Cristo nos libera de él: siendo servidores auténticos de los que nos rodean, para una Vida más plena, especialmente de los últimos, como Cristo Jesús.
Cristo nos lleva a la Comunión, a la libertad de acogida, al respeto y apoyo de la Vida de los más débiles
El individualismo degrada a la persona y a la sociedad humana, enfrentando a unos con otros. Jesús es Comunión de Vida, que viene del Padre y se comunica por su Espíritu. Ser de Cristo es ser comunicador Vida plena que construye comunión fraterna, cuidando y defendiendo la vida de los más débiles.
Dios condena la incoherencia, la división, el tramar el daño de otro, la injusticia: graves escándalos que destruyen la comunión con Cristo y los hermanos, pues ponen en peligro el futuro, sin duda, del débil.
Pidamos a María creer de verdad construyendo la Comunión para cuidar y ayudar a los débiles.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.
CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXVI
Es un gravísimo mal que el cristiano, con su mal ejemplo o mala orientación, impida o dificulte, al más débil que él, seguir madurando su Fe en Jesús
Es un gravísimo mal que el cristiano, con su mal ejemplo o mala orientación, impida o dificulte, al más débil que él, seguir madurando su Fe en Jesús
Nm. 11, 16-17a.24-29: "El Señor dijo a Moisés: «Reúneme a setenta de los ancianos de Israel... llévalos a la Carpa del Encuentro, y que permanezcan allí junto contigo. Yo bajaré... te hablaré y tomaré algo del espíritu que tú posees, para comunicárselo a ellos»... apenas el espíritu se posó sobre ellos, comenzaron a hablar en éxtasis profético por una sola vez. Dos hombres... se habían quedado en el campamento; y, como figuraban entre los inscritos, el espíritu se posó sobre ellos... Y también ellos se pusieron a hablar en éxtasis. Un muchacho vino del campamento y comunicó la noticia a Moisés... Josué... intervino diciendo: «Moisés, señor mío, no se lo permitas» Pero Moisés respondió: «...¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque Él les infunde su Espíritu!»."
Salmo 18: "Los preceptos del Señor alegran el corazón".
St. 5, 1-6: "Ustedes, ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir. Porque sus riquezas se han echado a perder... ¡Ustedes han amontonado riquezas, ahora, que es el tiempo final! Sepan que el salario que han robado a los que trabajaron... está clamando, y el clamor... ha llegado a los oídos del Señor... se han cebado a sí mismos para el día de la matanza. Han condenado y han matado al Justo, sin que Él les opusiera resistencia".
Mc. 9, 38-43.45.47-48: "Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros». Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de Mí. El que no está contra nosotros, está con nosotros. Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen Fe, sería preferible... que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar. Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala... si [lo es] tu pie, córtalo... Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo al Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga»."
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