diciembre 06, 2008

Navidad 2008 - Domingo II Adviento


Encendamos hoy la segunda velita nuestra Corona de Adviento, rezando en familia la siguiente oración:

Los profetas mantenían encendida
la esperanza de Israel.
Nosotros encendemos estas dos velas.
El viejo tronco está rebrotando,
florece el desierto...
La humanidad entera se estremece
porque Dios
se ha sembrado en nuestra carne.
Que cada uno de nosotros, Señor,
te abra su vida
para que brotes,
para que florezcas,
para que nazcas.
Y mantengas encendida la esperanza
en nuestro corazón.
¡Ven pronto Señor!
¡Ven Salvador!

Tomado de El Pan del Alma

Adviento - Domingo II

Éste es un tiempo en el que se nos invita a confiar: Dios es el Dios del consuelo que quiere que todos se salven, que conozcan su amor, que no busca tanto justicia vindicativa, sino conversión del corazón.

¡Qué grandeza la de su amor y qué fiel debería ser nuestro esfuerzo de abrirnos a Él!

Podemos pedirle con confianza ver hecha realidad en nuestra vida su salvación, pero, para esto, es necesario que Dios sea para nosotros el que merece toda nuestra fe y obediencia.

Dios desea lo mejor para todos

El Señor le hace decir al profeta palabras de consuelo a su pueblo... la ruina por sus pecados lo tenía desmoralizado. El Señor nos permite gustar ciertos dolores o para ayudarnos a entender lo que de buenos modos y advertencias no entendemos o para invitarnos a colaborar con Él en la salvación de los hermanos.

En la carta de Pedro notamos que éste responde a un desconcierto de la comunidad: es-peraban una patente y definitiva acción salvífica de Dios, pero no llegaba, esto hacía más dura la situación e inexplicable su dolor: los ánimos y perseverancia de muchos se debilitaban cada día... Pedro aclara que Dios no tarda en cumplir sus promesas, debemos tener más paciencia. Dios desea que todos se salven y se decidan a la conversión, por eso espera y “tarda”...

Nosotros necesitamos su cercanía y comprensión

Dios nos comprende, pero nosotros debemos comprenderle y fiarnos de Él, si queremos aprender a ser libres. La conversión es una decisión que pide el convencimiento personal de que es bueno lo que se está proponiendo, aunque cueste asumirlo. Nada se improvisa.

La paciencia de Dios es infinita porque su justicia es inapelable. Las decisiones del hombre, al fin de cuentas, son las que definen la propia vida y no se juega con la eternidad.

Pedro nos invita a confiar y a ser perseverantes en el esfuerzo de acercarnos cada día mejor y más profundamente a este Dios de consuelo, paciencia y cercanía amorosa.

Él nos da la Vida Nueva y nosotros nuestra confianza complaciente

Nuestro mundo nos engaña con sus brillos llamativos, pero caducos; con sus gustos placenteros, pero efímeros y de recuerdo amargo; con sus poderes y posesiones vacíos de vida y plenitud. No nos dejemos aturdir por lo fácil y rápido, que deja vacía el alma.

El salmo nos invita a pedir al Señor que nos haga gustar su amor y nos llene de su salvación. Él nos anuncia la paz, pero necesita que nos fiemos de Él y esperemos activamente su manifestación siendo nosotros expresión clara de su paz, bondad, justicia, amor y fidelidad.

Juan Bautista es modelo de hombre libre y disponible; sin ataduras; abierto a quien le necesite. Centrado en el que viene después de él, a quien reconoce como totalmente superior.

Pidamos a María atención, fe y disponibilidad, como la de ella, a los planes del Señor.

P. José María Doménech Corominas, sdb

CICLO B – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO II

Is. 40, 1-5.9-11: "«...consuelen a mi pueblo... hablen amorosamente a Jerusalén... ha sido perdonada su culpa... Abran en el desierto una ruta al Señor... aparecerá la gloria del Señor y la verán todos al mismo tiempo. La boca del Señor lo ha dicho» ¡Sube a una montaña muy alta, mensajero que anuncias a Sión la Buena Noticia! ¡...grita fuerte, grita fuerte, no tengas miedo!...: «¡Aquí tienen a su Dios! El Señor llega con poder..."

Salmo 84: "Señor, muéstranos tu amor y danos tu salvación."

2P. 3,8-14:
"Para el Señor es lo mismo un día que mil años... Dios no tarda en cumplir sus promesas... es paciente con Uds. porque no quiere que nadie se pierda... Pero el día del Señor vendrá; llegará inesperadamente como un ladrón... preocúpense de que les encuentre en paz, inmaculados e irreprensibles."

Mc. 1, 1-8: "«Yo envío delante de mí a mi mensajero para que le prepare el camino... Abran una ruta al Señor, aplánenle el camino» ...Juan comenzó a bautizar en el desierto. Predicaba un bautismo de conversión... Predicaba así: «Después de mí viene quien es más poderoso que yo, tan poderoso que no soy digno de desatarle la correa de su calzado. Yo les bautizo con agua; Él les bautizará con el Espíritu Santo»."




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