diciembre 28, 2008

La familia de Jesús






LA SAGRADA FAMILIA

La familia que venera al Señor, y por tanto le obedece, forja en los hijos un corazón sereno y sensato de hijo que sabe escuchar, venerar, obedecer, agradecer y respetar a todos enriqueciendo, con su presencia y servicio, el ambiente en el que se encuentra.

La actitud constante de “escuchar” la palabra de Dios, muy propia de María y José y que tan bien asimiló Jesús, es la mejor para aprender a vivir sirviendo a Dios en toda circunstancia con paz, como María, José y Jesús. Una familia en la que Dios lo es todo: ¡era de casa!, siempre escuchado, consultado y obedecido en todo: ¡por eso era una familia profundamente feliz!

Podrán haber problemas en la vida, pero éstos nunca aplastarán a los que sirven a Dios.

1. Vivir en Dios es el criterio de una buena familia.-

La experiencia de la disciplina familiar, que es la que forma el interior de las personas, marca para toda la vida. El hecho de que en ella la presencia de Dios sea continua y serena, como es la verdadera presencia de Dios, da a los hijos una fuerza interior y una base de criterio que jamás se desvanece, sean como sean las circunstancias posteriores de su vida.

El quehacer fundamental y único de los padres es educar en esta presencia, pues ella da al hijo los criterios básicos para todas las decisiones en las inevitables crisis futuras. Educarlos como hijos de Dios, es la base de toda la paz y la serenidad necesaria para enfrentar el futuro.

2. A nosotros se nos invita a crecer en respeto y obediencia a Dios para el bien de todos.-

El sabio hace notar todos los beneficios, presentes y futuros, que trae la serena y responsable obediencia y el respeto a toda persona, sobre todo a los padres y más si son ancianos.

Y el salmo alaba al que sigue los caminos del Señor: caminos de obediente servicio, que supone mucha humilde objetividad, sencillez en las relaciones y respeto por todo y por todos.

María y José fueron para Jesús modelos acabados de estas actitudes, por eso fueron personas maduras, queridas y significativas en su ambiente y le enseñaron a Jesús a ser una persona para los demás que viviera siempre en la verdad para poder hacer el bien a todos, necesitaran lo que necesitaran.

Siempre atentos al querer de Dios, ofrecen a su hijo, porque lo reconocen hijo de Dios, por tradición religiosa y por experiencia personal: su hijo pertenece a Dios y hacia Él deben enseñarle a caminar en toda circunstancia, por eso vivirán siempre en la presencia de Dios.

3. En la familia, la identidad de cada uno es fruto de la entrega suya y de los demás, sin magias.-

La realidad humana siempre ha sido exquisita y profundamente respetada por Dios, su creador. En la familia humana el desarrollo de la vida de los hijos está muy ligado al ambiente que le crea el hogar: sus relaciones y el tipo de disciplina que la familia vive. Lo que se forma con corazón y esfuerzo sobrevive a las tempestades que vendrán, sin duda, después y, a parte del hijo, los responsables son los padres y demás miembros de la propia familia.

María enseñe a unos, a formar en el Señor y hacia Él y, a otros, a acoger en obediencia.

P. José María Doménech Corominas, sdb

CICLO B – TIEMPO DE NAVIDAD – DOMINGO I
LA SAGRADA FAMILIA

Sir. 3, 2-6.12-14: "En los hijos el Señor hace el elogio del padre y sentencia a favor de la madre. Quien honra al padre expía sus pecados, quien honra a la madre gana un tesoro... ... cuando ore, Dios le escuchará... Hijo mío, acoge a tu padre en la ancianidad... Dios no olvidará la piedad que tienes con tu padre. "

Salmo 127: "Felices los fieles del Señor que siguen sus caminos"

Col. 3, 12-21:
"Tengan los sentimientos que corresponden a los escogidos de Dios... sentimientos de compasión, bondad, humildad, serenidad, paciencia; sopórtense unos a otros... perdónense. El Señor les ha perdonado... ámense, que el amor todo lo une y perfecciona... Que la Palabra de Cristo resida entre ustedes con toda su riqueza..."

Lc. 2, 22-40: "...los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor... Cuando cumplieron todo lo que ordena la ley, se regresaron a Galilea, a su pueblo de Nazaret. El muchacho crecía y se hacía fuerte, era sereno y sensato y vivía en la presencia de Dios, lleno de su gracia."

Imagen tomada del site culturageneral.net - Murillo: la sagrada familia del pajarito


No hay comentarios.:

Publicar un comentario