mayo 01, 2010

"Les doy un mandamiento nuevo"

Estamos en el penúltimo domingo de Pascua. Después vendrán la Ascensión (o septimo domingo) y la fiesta de Pentecostés, con lo que concluye en tiempo pascual, con toda su riqueza litúrgica...

No perdamos tanto amor de Dios derramado en nuestros corazones gratuitamente, como siempre lo hace Dios con todos, absolutamente con todos.

Es un tiempo de Gracia particular. El Señor Resucitado desea llenarnos de Él, nos llama continuamente a su intimidad y nos invita a vivir en su Amor para que Éste pase, a través nuestro, a nuestros hermanos y así el mundo conozca, por experiencia personal, cuán grandes y gratuitos son los bienes de Dios.

Es verdad que es gratuito recibirlos, pero no nos ressulta tan fácil aceptarlos y vivirlos, pues en nuestro interior y en nuestra historia hay muchos elementos que se le resisten y hasta nos atacan a los que deseamos vivir honestamente los bienes de Dios, cristianos o no cristianos, pues las insidias del mundo, del demonio y las apetencias desordenadas de la 'carne' nunca dejan de fastidiarnos la vida a todas las personas humanas, pero Dios lo transforma todo en momento de Gracia y de entrenamiento en la fidelidad y el amor...

No tememos... Ninguna tentación nos puede destruir, siempre tenemos a Dios de nuestro favor: ¡basta que también nosotros cada día y a cada momento, estemos a favor de Él y le hagamos caso y vivamos en su Voluntad como Jesús y María!
Que nuestra vida, llena de amor dócil al Señor, como el de Cristo, sea vivida como una bendición al Dios de la vida, defendiendo la vida y favoreciendo continuamente su maduración en todos y en todas partes con nuestro vivir, ser y decidir en cada circunstancia.

Dios nos bendice, abrámonos a su Bondad y Gracia.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB


"Les doy un mandamiento nuevo"


El ser fieles a la Fe y construir la Comunidad, aunque ello nos lleve a padecer, cosa inevitable, son signos inequívocos de amor a Dios y a los hermanos concretos que nos rodean.

¡Cuánto desearíamos amar hasta hacernos una sola cosa con el ser amado! Pero nuestra realidad personal-material impide que lo realicemos ahora en totalidad, pero lo podemos ir construyendo en la fidelidad, a la que Pablo nos llama, fidelidad que va más allá del umbral de la muerte y que encontrará en la Vida Eterna su plena realización y nos llevará a gozar sus beneficios por siempre y como no podemos imaginarnos. Esta Vida Eterna no es ‘otra vida’, sino otro nivel de nuestra vida, a él estamos destinados y llamados por Dios al crearnos hijos suyos.

En Cristo, Dios habita en nosotros, pero nosotros todavía no lo vivimos integralmente, salvo en ciertos momentos y como destellos de profunda e indefinida, pero englobante, felicidad que no podemos precisar y menos manipular; al intentarlo, se esfuma. Es evidente que es un don que debemos recibir, agradecer, pedir y al que debemos abrirnos. La plenitud llegará cuando nosotros decidamos definitivamente ser sólo de Dios, sin sombra de duda: entonces le estaremos glorificando en nuestra vida y Él nos glorificará en la Suya, que es Eterna y enaltecedora.

Ser fiel a Dios, Padre de Cristo Jesús -no hay otro-, es garantía de real amor cristiano.

Creer pide amar: entregar la vida para el bien de los demás por encima de intereses propios

Todo lo que sea alimentar el amor de Cristo en nosotros para que pase a los demás es bueno y viene de Dios. Cerrarnos en nuestros intereses es separamos de Cristo y de la Fe, que es Vida de Dios y Amor, confiada en Cristo a nosotros para la vida plena de los hermanos.

Pablo nos invita a esta Fe. Así crece toda Comunidad cristiana y se nota su influencia.

Amar en Cristo no es gratuito. Como a Él, nos perseguirán. Pero no cedamos al temor.

El amor de Dios hace nuevas todas las cosas, pero no mágicamente, sino a través nuestro

El Apocalipsis presenta la realización de las maravillas de Dios en cada decisión de cuestionar toda nuestra vida para que sea más fiel al Evangelio de Jesús en nuestro tiempo.

Dios hace, en cada época, nuevas todas las cosas, pero desde la realidad humana que cada persona vive en Él. Lo hizo con Jesús; todo parecía un gran fracaso, pero la realidad era muy concretamente diversa. El fracaso real está en nuestro egoísmo. Todo lo que es amor y entrega para defender y estimular la maduración de la vida, es gloria a Dios y grandeza del hombre.

Vivamos, como Jesús, en diaria intimidad con Dios, dando Vida a los que nos rodean, sobre todo cuando sus actitudes nos duelen: es ahí donde Dios hace nuevas todas las cosas.

Amar como Cristo es poner la confianza absoluta en el Padre y seguir sus planes:¡éxito final!

Glorificar a Dios significa dar vida como Él a toda persona que la necesite: ¡¡¡Todos!!!

Dios no calla por siempre: su gloria será Su gran aplauso a los que vivieron como Él.

Cristo nos pide que vivamos como Él y Él es, con el Padre y el Espíritu, Amor: don de Vida… plenitud de Don… Don que renueva y eleva, regenera y reconstruye a la persona.

Pedimos a María acercarnos cada día a Jesús para vivir en su Amor, don de Vida Nueva.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO C - TIEMPO DE PASCUA - DOMINGO V

Bendecimos a Dios aceptando de Él todo en el esfuerzo diario de amarnos unos a otros como Cristo nos amó: así Dios lo hace todo nuevo


Hch. 14, 21b-27:
"Pablo y Bernabé… les exhortaban a que se mantuvieran fieles a la Fe y les recordaron que para entrar al Reino de los Cielos debemos pasar por muchas tribulaciones. Ordenaron presbíteros en cada una de las Comunidades… se regresaron a Antioquía… reunieron a la Comunidad… Dios había abierto las puertas de la Fe a los que no eran judíos".

Salmo 144: "Bendeciré tu Nombre por siempre, Dios mío, mi Rey"

Ap. 21, 1-5a:
"Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva… vi bajar del cielo… la ciudad santa, la nueva Jerusalén… «Es el tabernáculo donde Dios se encontrará con los hombres… ellos serán su pueblo y su Dios será Dios-con-ellos… las cosas de antes han pasado… Yo haré que todo sea nuevo»".

Jn. 13, 31-33a.34-35: "…«Ahora el Hijo del Hombre es glorificado y Dios es glorificado en él… también Dios le glorificará en Él… muy pronto… Les doy un mandamiento nuevo: ámense unos a otros como Yo les he amado: en su amor mutuo coocerán todos que son mis discípulos…".

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