abril 22, 2014

Cristianos perseguidos en Medio Oriente

La Pascua en Siria se sintió más como la Pasión: el martes cae un mortero en la escuela primaria católica de Damasco, hay víctimas, a una niña de 9 años le tuvieron que amputar las piernas; el Jueves Santo en Aleppo fue un infierno, en varios sitios recién ayer pudieron celebrar los ritos; han muerto un padre y sus dos hijos... Católicos y ortodoxos sufren una persecusión terrible! Sacerdotes y obispos secuestrados desde hace meses. Y el famoso poblado de Malula, donde aún se habla arameo, la lengua de Cristo, muestra sus templos y monasterios saqueados y destruidos, el mismo día en que, en todo el mundo, suenan las campanas de la Pascua.

Monseñor Mario Zenari, nuncio apostólico en Damasco, lo confirmó a Radio Vaticana:
Pascua en Siria, monseñor Zenari

La semana pasada, además, apareció un artículo del embajador israelí Ron Prosor en el Wall Street Journal, en el cual denuncia la violenta persecusión de que son víctimas los cristianos en Siria, Egipto, Irán, Arabia Saudita.
La guerra contra los cristianos en Medio Oriente

El medio israelí en español Aurora publicó un artículo del Dr. Maisuls, denunciando los terribles sufrimientos de los cristianos:

¿Qué se puede hacer, entonces?
¿Porque los cristianos no elevan su voz, ante las organizaciones internacionales?
¿Porque están sufriendo y muriendo en muchas partes del mundo en un patético estado de silencio?
¿Porque no están gritando pidiendo ayuda al mundo para que los escuchen?
¿Dónde está la conciencia musulmana?
¿Dónde está la conciencia cristiana?
¿Dónde está la conciencia humana?
....
Hoy, el autollamado mundo civilizado esconde la cabeza ... por estar inmersos hasta los huesos en un sistema pleno de apatía, de conformismo, de mediocridad, de corrupción y de cobardía.


Aurora Israel: Entre silencios e indiferencias los cristianos son perseguidos y asesinados

Oremos, junto al Santo Padre, porque se resuelva negociar la paz en Siria, y porque los que están sufriendo puedan recibir ayuda.

abril 20, 2014

Domingo de Pascua

Tenemos la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este 20 de abril, Domingo de Pascua.

Es el primer domingo en el que celebramos la solemnidad de la Pascua del Señor. Solemnidad de solemnidades, ninguna fiesta cristiana está a su nivel. Ella es la que da razón de ser todas las demás.

¡El Señor ha resucitado, como anunciaron las Escrituras! Es día grande para todos: ¡Estamos salvados! Siempre la conciencia cristiana nos hace la pregunta clave: ¿Aceptamos este gran don?

Aceptar la Salvación de Dios significa vivir en Cristo Jesús: dando vida y construyendo unidad con cada actitud de nuestra vida y, si nos equivocamos –cosa normal– convirtiéndonos sinceramente.

Estamos llamados a vivir como resucitados en Cristo sólo así el mundo podrá creer en el Señor.

Dios, al enviar a su Hijo como testigo y dador de su Amor, pensó siempre y solo en nosotros

Pasó por el mundo haciendo el bien y sanando a los que estaban oprimidos por el mal.

Descripción perfecta del apóstol Pedro al referirse a Jesús. Toda la vida del Maestro fue estar atento a la Voluntad del Padre para llenar de vida y alegría a los que se le acercaban y le confiaban su necesidad de ser liberados del mal, sea físico, psíquico, moral o religioso.

No nacimos para la esclavitud, ninguna esclavitud, pues cualquiera de ellas no queda solo en la persona siempre tiene repercusiones en quienes la rodean, llega a marcar su ámbiente social.

La peor de las esclavitudes es la del pecado, pues, aunque alguien encuentre auto-complacencia en ella, siempre acaba auto-degradándose. Cuando la persona lo percibe, ve su propio proceso de descomposición moral, y –como no nacimos para esto– se siente mal y busca una real salida. Cuanto más tarde en encontrarla y asumirla, más se angustiará, se enfermará y se perjudicará hasta morir.

Dios es suprema Comunión Trinitaria de Amor y Vida, por eso el pecado no tiene el poder definitivo

Dejarse atrapar por el pecado es darle poder destructivo en nosotros y nuestro mundo. Ésa es la naturaleza del mal, éste vive de la importancia, atención y capacidad de dominio que le damos.

Dios nos libera pidiéndonos que nos fijemos solo en Él, pues somos sus hijos amados y Él es nuestro Padre, Maestro y Horizonte de grandeza y desarrollo infinito. Él es quien resucitó a su Hijo de entre los muertos para que su Vida fluyera a nosotros. Él, en su Amor, nos da su Espíritu, invitándonos –con constancia renovada– a vivir aceptándolo como Padre, como lo vivió Jesús, el hombre cabal y perfecto, en quien se cumple plenamente todo el único y eterno Plan del Padre.

El pecado es fruto de la acción del maligno que desea destruir la obra de Comunión Creadora-Salvadora-Santificadora de Dios. Él, para ayudarnos, nos enriquece con la cercanía de su Gracia.

Quien busque aprender a obedecer al Señor de la vida, tendrá, en Él, su seguro futuro feliz.

Jesús nos llama a vivir como resucitados y así invitar, y enseñar, a nuestros hermanos a creer

Vivir como resucitados es vivir en la sencillez de mirar siempre al Señor para seguirle.

Este estilo de vida es capaz de renovar el mundo sin hacer ruido, pero con suma eficiencia, como levadura, nos da la capacidad de superar todo límite y esclavitud, sobre todo la del pecado.

Toda persona y generación hace su camino; ahí vemos el esplendoroso éxito de Dios, el Padre Providente, el Hijo Fiel y el Espíritu Renovador, que lleva a todos y cada uno a la Santidad.

Pedimos a María nos enseñe a vivir todos los días como resucitados, dando siempre Perdón y Paz.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

DOMINGO DE PASCUA

Ser cristiano supone vivir en Cristo y alimentarnos de Él en su Comunidad. Solo nosotros podemos dar su riqueza al mundo: somos responsables

Hch. 10, 34a.37-43:
...«Ya saben lo que ha pasado últimamente en todo el país de los judíos, comenzando por Galilea... Me refiero a Jesús de Nazaret... pasó por todas partes haciendo el bien y dando la salud a todos los que estaban bajo el dominio del demonio por que Dios estaba con Él... lo mataron colgándolo de una cruz... Dios lo resucitó al tercer día... Él nos ordenó que predicáramos al pueblo... Todos los profetas dan testimonio a su favor... quien cree en Él recibe el perdón de sus pecados en su nombre».

Salmo 1171-2.16ab-17.22-23: Este es el día en que actuó el Señor, alegrémonos y regocijémonos en Él.

Col. 3, 1-4:
Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha del Padre, ...no las de la tierra... su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es la vida de Uds., también Uds. se manifestarán con Él, llenos de gloria.

Jn. 20, 1-9: El primer día de la semana... María Magdalena se fue al sepulcro muy de mañana y vio que la piedra estaba retirada del sepulcro. Se regresó corriendo para decirle a Pedro: «Se han llevado al Maestro...»... salieron corriendo al sepulcro... llegó Pedro..., entró al sepulcro y vio las sábanas en el suelo y el sudario... enrollado en un lugar aparte. ...hasta aquel momento no habían entendido que, según las Escrituras, Jesús debía resucitar de entre los muertos.







abril 19, 2014

Semana Santa: Sábado Santo

Tenemos la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este 19 de abril, Sábado Santo.

Hoy es el día de la inquebrantable fidelidad de Dios, nuestro Padre, a pesar de su silencio en el dolor de la pasión. Es por eso que es día de alegría, confianza, optimismo y compromiso: ¡El Padre ha resucitado a su Hijo encarnado por su docilidad al Espíritu que guió siempre toda su vida!

Toda la creación fue hecha para la gloria de Dios, quien mostró una renovada fidelidad al hombre pobre, débil y frágil. Siempre le guió con Misericordia educativa hacia una creciente madurez.

El mensaje que se encomendó a las mujeres dar a los discípulos es el que nosotros, con el Espíritu nuevo prometido en Ezequiel, debemos dar a las nuevas generaciones en esta cultura de muerte. No temamos las múltiples discriminaciones y persecuciones imperantes: ¡anunciemos la Vida nueva!

La creación ha recuperado su sentido primigenio, los hombres somos invitados, como Abraham, a confiar en la Providencia divina y a dejarnos guiar por el Señor de la Vida, quien, para defender nuestros mejores intereses, entregó a su propio Hijo en el don de su Vida en sacrificio y nos purifica con el agua y el fuego del Espíritu de Santidad y invitándonos a vivir en la Justicia de su Amor.

Por la entrega de su Hijo nos libera de la esclavitud del pecado, que es la peor de todas. Nos restaura en su Amor primero; nos ofrece integrarnos en su Comunidad y nos regala su Palabra, que por propia naturaleza es fecunda; nos pide a serle fieles para que podamos ser realmente felices y constructores de paz desde el propio interior y, desde ahí, en la familia y en todo ambiente social.

Los dones de Dios son siempre fecundos, no nos resistamos a ellos. Recibamos con gozo la Salvación de Dios y vivámosla en creciente esfuerzo de fidelidad. El Señor nos pide que no temamos.

“Vuelvan a Galilea”, pide a los discípulos; vuelvan a su trabajo diario, nos dice a nosotros, allí me verán, allí es donde deben anunciarme, con los hechos del deber cotidiano, como el Salvador.

Pidamos a María vivir nuestro bautismo de verdad, es decir, como salvados, resucitados en Cristo.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

SEMANA SANTA - SÁBADO SANTO

Dios nos ha creado para la vida plena y feliz, es decir, para dar vida; por eso nos da el Espíritu del Resucitado: Don de Vida nueva para todos

Gn.1,1-2,2:
...el espíritu de Dios se cernía sobre las aguas... y vio Dios que era bueno...
Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza... y vio Dios que todo lo que había hecho era verdaderamente muy bueno...

Salmo 1031-2a.5-6.10.12-14.24.35c: Envía tu Espíritu, Señor que renueve la faz de la tierra.

Gn. 22, 1-13.15-18:
...Abraham, Abraham... Aquí me tienes, Señor... ...toma a tu hijo, a tu hijo único... y sacrifícamelo... No hagas daño al niño... Por no haberte resistido... juro por mí mismo que te llenaré de bendiciones... porque has obedecido lo que te pedí.

Salmo 155.8-10.11: Protégeme, Señor, en ti encuentro mi refugio.

Ex. 14, 15-15,1a:
¿Por qué estos gritos de auxilio? Ordena a los israelitas que se pongan en marcha... El ángel del Señor caminaba delante... Las aguas se partieron y los israelitas caminaron por tierra seca en medio del mar... Aquel día el Señor salvó a Israel de la mano de los egipcios...

Salmo Ex. 151-6.17-18: Canten al Señor, sublime es su victoria.

Is. 54, 5-14:
Tu creador se ha hecho tu esposo... Quedarás sólidamente restaurada, rodeada de afecto...

Salmo 29 2.4-6.11-12a.13b: ¡Con qué alegría te ensalzo, Señor.

Is. 55, 1-11:
...los sedientos, vengan por agua... busquen al Señor ahora que se deja encontrar... Así como la lluvia y la nieve caen del cielo y no vuelven sin dar fruto... así es mi palabra... no volverá a mí sin haber... cumplido la misión confiada.

Is.122-4bcd.5-6: Con alegría irán a buscar agua de las fuentes de la salvación.

Ba. 3, 9-15.32.4,4: Escucha Israel, los preceptos de vida... Él es nuestro Dios nadie se le puede comparar... No des a otro tu gloria... Nosotros conocemos cómo debemos agradar al Señor.

Salmo 18 8.9.10.11: Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna

Ez. 36, 16-17a.18-21:
...obraré... en consideración a mi santo Nombre, que ustedes han profanado entre los gentiles... les reuniré de todos los países y les haré regresar a su tierra... derramaré sobre ustedes agua pura para purificarles... Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo en su interior... mi espíritu... Ustedes habitarán en la tierra que di a sus padres. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.

Salmo 41 3.5bcd; 423.4: Como la cierva busca corrientes de agua viva, así te busco a Ti, Dios mío.

Rm. 6, 3-11:
Todos los que hemos sido bautizados en Cristo, nos hemos sumergido en su
muerte... Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos en Él... Ustedes están muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.

Aleluya / Salmo 1171-2.16ab-17.22-13: Aleluya, aleluya, aleluya.

Mc. 16, 1-8:
...«¿Quién nos moverá la piedra...?» ...la piedra ya estaba apartada. «No tengan miedo. Buscan a Jesús de Nazaret, el crucificado. ¡Ha resucitado!, no está aquí. Digan... a Pedro que irá delante de ustedes a Galilea; allí le verán...»










abril 18, 2014

Semana Santa: Viernes Santo


Tenemos la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este 18 de abril, Viernes Santo.


El viernes santo es el día del amor hasta el extremo: dar la propia vida en sacrificio expiatorio por nuestra salvación y esto hasta el punto de no quedarle nada... Judas le entrega, Pedro le niega, los otros escapan... solo una mujeres le siguen... Queda solo y lo siente profundamente en el alma.

Existió sino para salvar y socorrer a los débiles, pecadores, enfermos; a los que mal-viven según sus limitadísimas posibilidades y no logran comprender sus reales necesidades para cumplir el fin profundo y más real de su vida, que les tiene existencial y sistemáticamente inquietos.

Fue masacrado por nuestras rebeliones, dice el profeta, y lo creímos condenado. Su salvación fue la íntima, constante e incondicional fidelidad al Amor de su Padre, que lo había enviado.

Si vivimos así: ésa será nuestra Salvación. El Padre confía en nosotros y espera lo mismo.

Nacimos para algo más que para pasarla bien o para vendernos a los aplausos efímeros de otros

El éxito humano, y sobre todo del creyente, en maduración continua, está en desarrollar la vida dándola, sin buscarse a sí mismo ni esperar el efímero –y muchas veces falso– aplauso de los otros.

Es evidente que esto cuesta y duele. Todo lo valioso se consigue con disciplina y sacrificio.

El autor de la carta a los hebreos lo dice con claridad: sufriendo aprendió a obedecer... y la obediencia le enseñó el camino de la libertad que da fuerza liberadora a la propia vida: asumir el dolor que trae consigo el dar vida a otros y la disciplina de buscar la verdad para el bien a fin de no quedar atados a las apariencias del brillo de lo pasajero, que mañana ya no es considerado valioso.

El Señor da la Vida, porque la tiene plena en sí, para que seamos felices desde lo más profundo.

Todo Dios se nos entrega en amor para la Vida de todos sin distinción: Él nos busca a todos

Esta entrega redentora del Señor en sacrifico de amor para la Vida nueva de todos, tiene sólo una motivación: comunicarnos y compartir con quienes lo acepten, el Amor libérrimo de la Comunión Trinitaria, entregado a nosotros, libre de toda atadura, por el Hijo obediente al Padre, pues vive con la fuerza transformadora del Espíritu, de quien se ha dejado siempre conducir.

Las tres personas del Dios-Trinidad estuvieron, y siguen estándolo, presentes en el sacrificio del Calvario, tanto el cruento de hace más de 20 siglos, como el incruento que celebramos en cada una de las Misas a lo largo y ancho del mundo, celebradas a cada momento de nuestro día.

Hoy el pueblo de Dios ora al Padre, como Jesús en la cruz, por todos los hombres, de cualquier cultura, sexo y condición social y religiosa, porque Cristo se dio por todos, sin excepción alguna.

No es el sacrificio en sí ni sus razones lo que salva, sino el Amor del Dios que nos ama y da su vida

La horrible experiencia de Jesús debe ser mirada desde la fidelísima obediencia de Jesús a la Voluntad salvífica de su Padre; solo esta mirada nos da la perspectiva adecuada.

O lo miramos todo desde arriba o nos perdemos en la maraña complicadísima de la historia, que, por eso, muchas veces nos resulta incomprensible.

Son millones las visiones de la realidad: ¡y su mayoría están seguras de tener razón casi en forma incuestionable! Ellas pueden cuestionar a los demás, porque ellas están convencidas de que saben, conocen, tienen la verdadera perspectiva. ‘¿Quién, que sea inteligente, podrá dudarlo?’, dicen.

¿No hace, esta actitud, dificilísima la convivencia?: ¡cuántas guerras –pequeñas y grandes– sociales; familiares; ideológicas y supuestamente religiosas! Quienes las arman no se creen necios, están convencidos de tener razones ‘justas’. Pero, de ordinario, no tienen ni la perspectiva adecuada.

Jesús sí la tenía, por eso no hizo guerra, sino que dio su Vida a favor de la nuestra.

Necesitamos vivir en el Amor del Señor hasta el final para poder hacer nuestra la Vida nueva que Él nos ofrece en cada celebración litúrgica. Así seremos Cristo en el mundo.

Pidamos a María nos enseñe, y ayude a cada familia cristiana, a vivir dando la propia vida.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.

SEMANA SANTA - VIERNES SANTO

La solidaridad honesta, que vive al estilo de Dios buscando el bien de cada persona, es presupuesto básico para el desarrollo integral de la vida

Is. 52, 13-53, 12:
Mi servidor triunfará... fue traspasado por nuestras rebeldías... e intercedía...

Salmo 302.6.12-13.15-17.25: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.


Hb. 4, 14-16; 5, 7-9:
...sometido a las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado... sufriendo aprendió a obedecer. Así llegó a ser, para los que le obedecen, causa de salvación.

Jn. 18, 1-19, 42: Prendieron a Jesús y lo ataron como a un malhechor... «¿No eres tú también de sus discípulos?» «¡No lo soy!» «Mi Reino no es de este mundo... He venido para dar testimonio de la Verdad...» Lo crucificaron y con él a otros dos malhechores... «Mujer, ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu madre...» «Tengo sed»... «Todo está cumplido»... y expiró.








abril 15, 2014

Semana Santa: Jueves Santo


Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este jueves 17 de abril, Jueves Santo.

Nadie como Jesús nos enseña el verdadero –y único– camino del éxito para la vida humana. No se trata de ser cristiano o formar parte de una religión determinada, sino de ser aquello para lo que fuimos creados, y eso nadie lo sabe mejor que quien nos creó. Algo similar a lo que pasa con una máquina o sistema tecnológico: nadie como el que lo creó nos puede indicar el mejor modo de usarlo sin quitarle eficiencia y sin arruinarlo. ¡Cuántos, por vivir a su modo y sin hacer caso las indicaciones de los que saben, han arruinado su vida y, si son inteligentes, después lo han tenido que reconocer y, dejándose guiar con humildad y esfuerzo, han tenido que luchar por superar el desastre en el que se han metido y también las consecuencias que con esto han generado.

La Semana Santa nos enseña a dar vida como Cristo para tener cada día más vida y tenerla plena.

Él no solo nos la da con su palabra en la Comunidad, sino que se nos da como alimento, nos da su Vida en sacrificio de Salvación y nos muestra que éste es el camino para vivir en la novedad plena de la Resurrección, que todo lo transforma y lo llena de Vida nueva en el Amor del Espíritu de Dios. Es la semana del hombre nuevo, del hombre libre en el servicio, en el sacrificio, en el triunfo, en la vida, en la alegría renovadora y reconstructora de toda ruptura, en el gozo de la Luz que todo lo ilumina y nos enseña a vivir con esperanza y entrega sin miedo a la muerte, pues ésta ya fue definitivamente vencida: solo tendrá poder destructor en quien se lo dé, pues ya la Vida triunfó sobre la muerte para siempre y para todos lo que, en su buena voluntad, acepten al Señor.

Dios nos bendiga a todos copiosamente. Pidamos al Señor Resucitado que su Vida nueva nos renueve y nos lleve a profundizar nuestra voluntad de recibir y vivir la resurrección del Señor con un compromiso revitalizado de convertirnos a Él y dejar que su Vida, Paz y Perdón nos llenen y nos hagan constructores de vida, paz y perdón donde estemos y actuemos, especialmente entre los que más nos necesiten siguiendo al Maestro y su Espíritu, aunque no nos resulte cómodo o fácil.

Unidos en oración con María, la feliz Madre del Resucitado:

P. José Mª Domènech SDB

«¿Entienden lo que he hecho?»

El jueves santo celebramos el Amor, cuya fuente es el mismo Dios, que vive hasta el extremo su compromiso de vida: dar la propia vida para servir desinteresadamente al otro para su bien y hasta el punto de hacerse oblación y alimento...

¡No existir para otra cosa que para ‘ser comido y asimilado’, según las posibilidades y necesidades del otro para que el otro madure en la vida que Dios mismo le ha confiado!

Éste es el éxito personal del cristiano, que aprende a ser servidor maduro. Esto no se busca ni exige: es resultado del don de la propia vida buscando que el otro tenga vida y la tenga en abundancia; así nuestra alegría llegará a ser plena, como Jesús dice durante la última cena.

Ser cristiano es servir a la vida plena y liberación de toda esclavitud del hermano, como Jesús

El evangelio de san Juan marca el sentido interior de la Eucaristía: servir a todos para la Vida nueva de todos, sobre todo de los pecadores, pues a todos debe extenderse el beneficio del gesto de libertad suprema del Maestro, sin otra finalidad escondida, por noble que sea.

El Señor entrega su vida en sacrifico de amor para la Vida nueva de todos, su razón es comunicar y compartir el Amor libérrimo de Dios, Padre-Hijo-Espíritu, desde siempre.

Los ministros ordenados deben aprender de su Maestro a vivir así: ése es su único éxito.

La entrega sacramental del Señor nos interpela, aclara Pablo en su primera carta a los corintios: debemos celebrar el don de la vida del Señor con intención y voluntad de vivir en el Señor los criterios de vida que Él nos ha confiado a beneficio de la entera humanidad. No hacerlo así es hacerse reo de la Salvación y de la Vida Nueva que Él nos confía en la Eucaristía.

Vivimos la Eucaristía al hacernos Eucaristía dando al mundo la Salvación del Dios de la vida

El pueblo de Israel se ciñó a las indicaciones de la celebración pascual para que el Señor no les dejara en la muerte de Egipto. Así el pueblo cristiano debe valorar la celebración eucarística: paso del Señor-Salvador por nuestra vida para llenarla de su Amor y llevarnos a nuestros hermanos para que el mundo conozca y pueda aceptar la Salvación de Dios.

Necesitamos vivir este Amor del Señor para asimilar la Vida Plena que Él nos ofrece en cada Eucaristía. Debemos hacerlo nuestro, servir como Él en oblación para bien de todos.

No hacerlo así es como ‘rebelarnos’ al modo de Pedro y de tantos otros. Eso nos deja en la pobreza y limitación de criterios de nuestro mundo, con su el individualismo, y su carga de disociación familiar y social; con su pensamiento débil y caduco en las ideologías de todo género, que pretenden imponersenos, pero no enriquecen ni a la persona ni a la sociedad sino que más bien perturban todas las relaciones humanas; con el culto a la apariencia, al prestigio, al poder y la consecuente desfiguración y manipulación de la conciencia y la perversión de los valores.

Agradecer a Dios pide entregar la vida que se nos ha confiado para el bien de los demás

Sólo agradecemos a Dios la Vida y Salvación recibida cuando vivimos con obras de vida y salvación para todos. Eso nos dice el salmo 115, que el Señor pone hoy en nuestros labios.

El Señor pide a los apóstoles que repitan en su memoria el gesto de servicio: que sean instrumento de vida y de renovación interior, que reciban a todos, que sirvan como Él, sin juzgar ni condenar, que construyan Comunión al estilo del Padre. Pero para hacerlo bien es necesario que, tanto el sacerdote como todo cristiano, se acerque al Señor de la Vida y aprenda a vivir como Él, con sus criterios. Esto es imposible sin escucharle con la humildad, atención y esfuerzo del que ama de verdad.

Pidamos a María nos enseñe a vivir cada Eucaristía escuchando al Señor para vivir como Él.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

SEMANA SANTA - JUEVES SANTO

Haber sido creados a imagen de Dios significa aprender a ofrecer nuestra vida a Dios, como Jesús, siendo servidores de vida para los hermanos

Ex.12, 1-8.11-14:
...Elijan un cordero... lo inmolarán...; con un poco de su sangre marcarán los postes y el dintel de la puerta de la casa... comerán la carne de prisa, con las sandalias puestas y el bastón en la mano, pues es el paso del Señor. ...la sangre será señal para indicar las casas donde ustedes están... y así ustedes se liberarán... Este día será ustedes un memorial... lo celebrarán por todas las generaciones...

Salmo 11512-13.15-16.17-18: ¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

1Cor. 11, 23-26:
Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, viene el Señor... siempre que coman de este pan y beban de este cáliz proclaman la muerte del Señor hasta que vuelva.

Jn. 13, 1-15: ...sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre... les amó hasta el extremo... y empezó a lavarles los pies... ¿Entienden lo que he hecho?... Yo... el Maestro y el Señor... les he dado ejemplo para que ustedes hagan lo mismo que yo he hecho.










abril 12, 2014

«¡Hosanna en los alturas!»


Tenemos la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 13 de abril, Domingo de Ramos.


«¡Hosanna en los alturas!»

Aclamar con el Señor, movidos por el entusiasmo del momento, no cuesta demasiado; es más difícil mantener la fidelidad y construir en el Amor para que la vida fluya a nuestro alrededor. Para ello, es indispensable aprender a escuchar con atención la voz del Señor en la historia, en la Conciencia y en la concreta Comunidad, que ora y celebra los sacramentos, a la que Dios nos unió en el Bautismo.

Dios, con insistencia, nos pide que vivamos plenamente lo que nos ofrece en su Hijo Jesús, quien se hizo uno de nosotros. Él vivió la pasión con la voluntad oblativa, pues el Amor le llenaba.

Se nos pide atención a su voz, como auténticos discípulos. Nunca será cómodo dejar que el Dios de la vida –que la defiende con su Vida– lleve la nuestra según sus planes, pero será siempre lo mejor.

La decisión es absoluta y enteramente nuestra: podemos vivir como los fariseos, Pilato, Judas, el pueblo, Pedro, Juan o como María. De nuestra decisión fluirán los frutos para nosotros y la sociedad.

La plenitud de la vida es un regalo que Dios nos da, pero se necesita nuestra personal apertura

El modo de asumir las diversas realidades de la vida nos dice el ‘peso’ de Dios en nosotros.

A más atención y docilidad al Padre, aun siendo débiles, más frutos en nuestras obras y más plenitud de Dios en nosotros. Solo Él es la fuente de Vida y su horizonte real: sin Él no hay nada.

Jesús nos muestra el real camino del éxito: ¡darse honestamente, sin buscar nada para nosotros!

La muerte es una puerta, dolorosa sin duda, pero solo una puerta: lo más importante es cómo la atravesamos. Después viene el éxito. ¡Dios lo garantiza! Le paso lo damos ahora, en cada decisión.

Son las actitudes las que llevan, o no, al éxito nuestra vida: si nos buscamos a nosotros mismos, fracaso; si aceptamos entregar nuestra vida a los demás, como Dios nos pide, ser maduros y llenar de futuro a quienes nos rodean, sin atarnos infantilmente a infecundos gustos personales, éxito.

El sufrimiento es inevitable; nosotros, según el sentido que le demos, lo hacemos valioso y fecundo

Cristo con su vida nos invita a ser más grandes que el miedo a sufrir, siempre será real, concreto, duro e imponente. Jesús nos muestra el camino para la libertad real: confiar en el Amor del Padre.

A más libertad y fortaleza en dar vida con amor, mayor madurez, desprendimiento, paz y gozo.

Una cosa es sentir, como Jesús, el mortal peso del miedo y del dolor y otra, dejarse atrapar por el miedo, quedar paralizado con su presencia: solo el abandono nos da libertad, el Padre sabe y puede.

Escuchemos todos los días al Padre y vivamos en su amor y seremos libres para todo y todos.

Pidamos a María, ser libres y generosos como Jesús, siempre a abiertos al Padre y los hermanos.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA – DOMINGO DE RAMOS

Jesús, el Hijo del hombre, acepta la Voluntad salvadora Padre con total docilidad y confianza; de ahí su dignidad, muy propia del Amor de Dios

Mt. 21, 1-11:
"...al llegar al monte de los olivos, Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles: «Vayan al pueblo... encontrarán a una burra atada y su cría... tráiganla. Si alguien les pregunta, díganle: «El Señor las necesita y enseguida las devolverá»... Eso... es... lo anunciado por el profeta: “Mira a tu rey que entra humildemente cabalgando... en un animal de carga.”... la multitud... gritaba: «Hosanna al Hijo de David. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en los alturas!»..."

Is. 50, 4-7: "El Señor me ha dado una lengua de discípulo... para que sepa sostener a los cansados... me abre el oído para que escuche como discípulo... Me habla al oído y yo no me he acobardado... Ofrecí mi espalda a los que me azotaban... El Señor me ayuda... he endurecido mi cara como roca y sé muy bien que no seré defraudado."

Salmo 21: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"

Flp. 2, 6-11:
"...no hizo alarde de su categoría de Dios, sino que... asumió la condición de esclavo. Semejante a los hombres... se hizo obediente hasta la muerte y una muerte en cruz. Por eso Dios lo ha exaltado y le ha concedido el nombre que está por encima de todo nombre..."

Mt. 26, 14-27, 66: "...sentado a la mesa con los doce, Jesús les dijo: «...uno de Uds. me entregará»... Después de cantar el himno salieron al monte de los olivos... Jesús... les dijo: «Siento una angustia de muerte. Quédense aquí y velen juntamente conmigo.» Se adelantó y oró así: «Padre, si es posible, aleja de mí este cáliz, pero no se haga lo que yo quiero sino lo que quieres Tú...»... dijo a los discípulos: «...el Hijo del hombre es entregado en manos de los pecadores» ...Judas... se acercó a Jesús y le besó... Apresaron a Jesús... lo llevaron al palacio del sumo sacerdote Caifás... Éste le dijo: «Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.» Jesús le respondió: «Tú lo has dicho...» El sumo sacerdote... gritó: «¡Ha blasfemado!...» Ellos respondieron: «¡Reo es de muerte!»... lo entregaron a Pilatos... Cuando Pilatos preguntó a quién deseaban que se indultase, ellos respondieron: «¡¡A Barrabás!!»... y entregó a Jesús para que lo crucificasen... Desde el medio día se oscureció todo el territorio hasta la media tarde... A media tarde Jesús gritó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»... Jesús volvió a gritar con voz potente... y expiró. La cortina del templo se partió en dos y comenzó un fuerte terremoto... El centurión y los soldados... decían espantados: «Realmente este hombre era Hijo de Dios»..."










abril 06, 2014

«¡Lázaro, ven afuera!»


Tenemos el mensaje y la sugerencia homilética que el querido padre José María nos ha enviado para este domingo 6 de abril, V del período de Cuaresma.

Jesús es la vida y la resurrección de todos. Él es el único que da sentido a la vida, pues nos enseña, con su propia vida y Palabra, a caminar construyendo, esfuerzo a esfuerzo, nuestro ser imagen de Dios. Nos enseña a servir, a dar vida dando la vida sin cálculos, aunque nos llama a la prudencia o sagacidad divina para no perder ninguna oportunidad de anunciar el Evangelio de la alegría y hacerlo con todos los instrumentos que nos ofrece nuestra realidad, sin perder ni tiempo ni oportunidad, aun reconociendo todas las limitaciones. La Fe de Marta y María necesitaba crecer, pero ellas creen en el Maestro y con eso es suficiente y no perderemos nada jamás, pues el Maestro sabrá enseñarnos y llevarnos por los caminos del Espíritu y, si su Espíritu nos guía, nada se perderá, todo es elemento de crecimiento, aun los momentos más críticos, duros y dolorosos. Si aceptamos que el Señor sea nuestro pastor, Él nos guiará y nos sacará de cualquier sepulcro en el que estemos metidos, por muy cerrado que esté o profundo que sea.

El Señor desea ser nuestro Maestro, pues solo con Él no equivocaremos el camino; si, como buen discípulo le escuchamos, Él nos llevará, aun en el sufrimiento, a la grandeza del éxito, del triunfo, de la resurrección, y no habrá nada que nos pueda ganar: ¡tendremos la fortaleza de Dios!

Solo tenemos que mirar a Jesús y vivir tal como Él vivió, sobre todo a los más necesitados de sentir el cariño y la fuerza de Dios, el Padre bueno que siempre está cerca. Si vivimos la humildad y confianza de Jesús, la vida esparcirá por donde vayamos y beneficiaremos a los que nos rodean.

Nadie podrá evitar el dolor, realidad humana, y más en nuestro mundo, atrapado en el pecado que todo lo corrompe, hasta lo más sagrado, pero el Dios de la libertad, nos liberará de la muerte.

Pidamos a Dios voluntad de saber recibir al Señor en nuestra vida y su capacidad de resucitarnos, Él llama a la conversión, a la escucha atenta, a ofrecernos en la Fe y el Amor dando la propia vida para la vida de los que nos rodean, sobre todo los que más nos necesiten, aún en el dolor duro.

Unidos en oración con María, Madre de la Vida, que la sabe ofrecer aún en el dolor más intenso:

P. José Mª Domènech SDB


«¡Lázaro, ven afuera!»

Lo más importante en la vida es vivir a plenitud, pero eso supone dar vida y llevarla a madurar en paz y feliz hacia la eternidad. Lo demás es prolongar el dolor del morir biológico, que nadie logra evitar.

Dios nos creo para que vivamos como Él: felices para siempre; por eso deseamos ¡ser y vivir felices!

Jesús es la Resurrección y la Vida. Y nos pide que le creamos en serio; pues, de no hacerlo, no nos fiaremos de Él y buscaremos –hallándolos– solo ‘curanderos’, científicos o no, que no pueden evitar que nos llegue, y aplaste, la muerte. Solo Jesús logra evitar que la muerte física sea ‘nuestra muerte’

¡¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?! ¿Es necesario ser más claro? Ya los profetas lo habían anunciado abiertamente. Dios siempre vive defendiendo la vida de toda persona humana, sobre todo la de la más frágil, débil e indefensa. Es tarea que Él confía a sus hijos y a las autoridades que le representan.

Quien no defiende así la vida humana, muestra una degradación ‘infra-animal’ en la que se perjudica a cualquier persona y sociedad; éstas, para llegar a ello, necesitan estar sumamente enajenadas y engañadas.

Dios ofrece a todos una vida cada día mejor, pero es necesario aprender a escucharle más cada día.

Dios promete renovar nuestra vida y nuestra sociedad con su Palabra llena del Espíritu de la Vida plena

El pueblo, destruido por su pecado, está en el exilio y no ve futuro; el profeta le llama a la esperanza.

Dios los resucitará con su Palabra de Vida nueva; con su Espíritu los hará vivir con nueva plenitud.

Es indispensable que busquemos que toda nuestra vida sea guiada y alentada por el Espíritu de Jesús.

La carne, en el apóstol Pablo, es el hombre en su totalidad, pero cerrado en sí mismo y en su pecado.

El Espíritu de Cristo llena al hombre por su Fe en el Señor y le lleva por vías de Vida nueva y plena.

La persona humana, de por sí, es un ser mortal, pero vive, por la Fe, ya desde ahora, la Vida de Dios.

La resurrección de Lázaro nos habla del presente y del futuro de nuestra humanidad: solo Jesús es vida.

El Hijo de Dios fue enviado por el Padre a encarnarse para que nos pudiera dar vida y en abundancia.

El don de su propia vida en la cruz fue el camino utilizado para darnos la Vida que necesitamos.

Jesús es la Resurrección y la Vida, pero hay que creer en Él. Resucitar a Lázaro condena a Jesús.

Pidamos a María que nuestra Fe en Cristo nos lleve a ser, cada día mejor, dadores de Vida como Él.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA – DOMINGO V

Jesús es la Resurrección y la Vida. Quien cree en Él siente que su Espíritu le lleva a tratar de ayudar a los demás para que vivan mejor en todo sentido

Ez. 37, 12-14:
Así habla el Señor: «Yo abriré las tumbas de ustedes, los haré salir de ellas y los haré volver, pueblo mío, a la tierra de Israel. Y... ustedes, mi pueblo, sabrán que Yo soy el Señor. Yo pondré mi espíritu en ustedes, y vivirán; los estableceré de nuevo en su propio suelo, y así sabrán que Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.»

Sal. 1291-8: En el Señor se encuentra la Misericordia

Rm. 8, 8-11:
Los que viven de acuerdo con la carne no pueden agradar a Dios. Pero ustedes no están animados por la carne, sino por el Espíritu, dado que el Espíritu de Dios habita en ustedes El que no tiene el Espíritu de Cristo no puede ser de Cristo. Pero si Cristo vive en ustedes, aunque el cuerpo esté sometido a la muerte a causa del pecado, el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús habita en ustedes,... también dará vida a sus cuerpos mortales...

Jn. 11, 1-45: Había un hombre enfermo, Lázaro de Betania, del pueblo de María y de su hermana Marta... Las hermanas de Lázaro mandaron a decir a Jesús: «Señor, el que tú amas está enfermo» ...Jesús dijo: «Esta enfermedad no es mortal; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.» Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro. Sin embargo... se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Después dijo a sus discípulos: «Volvamos a Judea.»... Al enterarse Marta de que Jesús llegaba, salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa. Marta dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto; pero yo sé que, aún ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas.» Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.» Marta le respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en Mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en Mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?» Ella respondió: «Sí, Señor, creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo.» Dicho esto, se fue y llamó a su hermana María diciéndole: «El Maestro está aquí y te llama.» Ella se levantó rápidamente y fue donde estaba Él... Jesús, conmovido...,preguntó: «¿Dónde lo han puesto?» Le respondieron: «Ven, Señor, y lo verás.» Y Jesús lloró... llegó al sepulcro... y dijo: «Quiten la piedra.» Marta... le replicó: «¡Señor, huele mal; ya hace cuatro días que está muerto!» Jesús le dijo: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?» Entonces quitaron la piedra y Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, te doy gracias porque me escuchaste. Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por quienes me rodean, para que crean que Tú me has enviado.» Dicho esto, gritó fuerte: «¡Lázaro, ven afuera!» El muerto salió con pies y manos atadas con vendas y el rostro envuelto en un sudario. Jesús dijo: «Desátenlo para que camine.» Al ver lo que hizo Jesús, muchos... creyeron en Él...









abril 01, 2014

Don Bosco: 80 años de SANTO

Hoy, hace 80 años, papá Don Bosco llegó a los altares!

Feliz fiesta, familia salesiana!!!



Celebremos entonando la famosa canción compuesta por el Padre Belarmino Sánchez a mediados de los 80s: Salve, Don Bosco Santo!