agosto 15, 2007

Asunción de María

Hoy 15 de agosto, es la fiesta de la Asunción de María. El P. Doménech preparó este comentario para celebrar la solemnidad, que, como él mismo señala, "habla de la gloria y poder del Señor de la Vida en la Pascua del Señor y de la grandeza de toda persona humana en el Plan eterno de Dios."

Fiesta de la Asunción de María

María es nuestra Madre victoriosa, después de una dura batalla, pues a ella Satanás nunca la dejó tranquila, la atacó y le complicó la vida para derrotarla, pero el Señor, por su fidelidad y por la generosa correspondencia de ella, la defendió con gracias particulares como lo ha hecho siempre con los que le son fieles.

Dios nunca falla: siempre está junto a nosotros para ser nuestra defensa y roca segura.

La gloria de María es consecuencia y expresión de la grandeza y gloria omnipotente de Dios, quien ha logrado en esta persona humana el más alto nivel de respuesta fiel y dócil a su Voluntad, después de la respuesta de Jesús y gracias a su Pascua.

La imagen del Apocalipsis nos muestra a la Reina y Señora del universo en toda su gloria, pero, al mismo tiempo, en el inmenso dolor del parto. Y ante ella la furia del enemigo de toda obra de Dios, de toda Vida y de todo Bien: el Dragón poderoso de múltiples aspectos, con toda la fuerza del poder, capaz de destruir y con voluntad de hacerlo. Y lo que más ansía destruir es la vida que viene de Dios para el bien de los hombres, sobre todo de los pequeños y pobres. Pero Dios defiende a sus siervos, sin quitarles la decisión y responsabilidad personal.

El salmo responsorial nos invita a fiarnos de Dios, en Él está el éxito asegurado, pues Cristo ha resucitado y ha vencido hasta a la muerte. No tenemos nada que temer.

La derrota del hombre distanciado de Dios ha sido superada por el amor de este Dios que no cede ante nada con tal de salvar al hijo amado, aunque se haya separado por lo que sea.

Eso mismo es lo que canta María ante las expresiones maravilladas de Isabel, quien siente la presencia salvífica del Señor de la Vida, el Salvador, actuando, ya desde el seno materno, en su hijo y en ella misma.

La bendición de Isabel es el resumen de todas las bendiciones del Antigua Testamento: ¡Feliz tú porque has creído, ciertamente lo que te ha dicho el Señor se cumplirá! Dios siempre ha cumplido sus promesas en toda circunstancia. Promesas ahora de dimensiones universales.

Al crear al hombre pensó en su final: ¡ser como Dios mismo: con su grandeza y señorío!

Y todo el "trabajo" de Dios, toda su construcción en la historia, ha sido y es moldear a esta persona humana con su Palabra de Vida y Amor, modelar su corazón para que sea capaz de vivir la misma vida de Dios en toda circunstancia: nos entrega su Espíritu, camina con nosotros con misericordia infinitamente terca porque sabe bien que el hombre, varón o mujer, es tardo y duro para comprender y fiarse de los planes de Dios porque le sobrepasan infinitamente...

Y ante estos planes y su acción concreta y universal no hay ningún poder que puede imponerse o mantenerse... o se acepta el Plan de Felicidad Eterna de Dios o la muerte acaba con el futuro de gloria feliz con el que sueña toda persona humana.

Sin Dios no hay futuro, con Dios éste ya está radicalmente garantizado: ¡nos ha hecho a su imagen y nos ha hecho indudablemente bien! Sí, en desarrollo continuo y libres, y, por lo tanto, capaces de error, como toda persona inteligente pero limitada puesto que criatura es.

María, la humilde sierva, vivió siempre inmersa en la Voluntad de Dios y Éste le daba la Paz necesaria para ser fiel en los problemas y esta obediencia de Fe le abrió a la glorificación como Reina y Señora de lo creado en quien la muerte no pudo ejercer su poder de destrucción.

Éste es nuestro futuro, pidámosle a ella, conocedora del dolor, nos auxilie en nuestra lucha por ser más fieles a Dios hasta la gloria eterna más allá de esta segunda fase de nuestra vida.

P.José María.

SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA

Ap. 11, 19a; 12, 1-6a.10ab: "...figura portentosa en el cielo: una mujer vestida de sol... El dragón estaba enfrente de la mujer para devorar al hijo apenas naciera... Arrebataron al niño hacia Dios... Ahora es la hora de la victoria de nuestro Dios..."

Salmo 44: "De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro."

1Cor. 15, 20-27a: "Cristo ha resucitado, primicia de todos... Cristo tiene que reinar... el último enemigo sometido será la muerte."

Lc. 1, 39-56: "María se puso en camino... Se llenó Isabel del Espíritu Santo... « Bendita tú entre las mujeres... Feliz tú por que has creído...» «Proclama mi alma la grandeza del Señor...» María se quedó con Isabel tres meses..."

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