enero 20, 2008

Conocer nuestro verdadero rostro



CONOCER NUESTRO VERDADERO ROSTRO

Jesús es el siervo de Dios que tiene al Padre orgulloso porque está a su entera disposición para la salvación universal. Nosotros somos llamados continuamente a la misma misión. Para aprender a vivir así necesitamos conocer al que nos ha liberado de nosotros mismos para centrarnos en la Voluntad de Dios.

Para conocer al Señor y Salvador Jesucristo necesitamos profundizar nuestra relación con Él. El Espíritu viene en nuestra ayuda pero debemos estar atentos a los signos que nos lo muestran.

La vida nos oculta la verdad de las personas

Las personas somos verdaderos misterios. No nos es lícito creer con demasiada facilidad que conocemos a otra persona, pues no es cierto. De ella podemos saber cosas e intuir muchas de sus reacciones, pero el interior de la persona, que es su verdadero ser interior, solo lo conoce Dios y por esto Él nos pide que no juzguemos, es lo único justo que podemos hacer ante los demás.

Aun cuando nos manifestamos, muy pocas veces nos sentimos conocidos y comprendidos, y menos acogidos tal como somos. El la relación con los que nos rodean necesitamos mucha paciencia, tal como la necesitan con nosotros.

Solo Dios conoce de verdad y por eso su juicio es solo de vida y salvación.

Solo el Espíritu nos muestra el verdadero rostro de los que nos rodean

El verdadero rostro de las personas lo conoce el Espíritu de Amor que vive en ellas y las anima desde el centro de cada una de ellas.

Quien es dócil al Espíritu puede conocer a los que se le acercan para llenarles de la vida que el Espíritu le concede para los demás. No es conocimiento psicológico o natural, sino conocimiento espiritual y para la vida. El que tienen los amigos de verdad, los padres que viven en el Señor, los educadores santos y todos los que buscan vivir en la Voluntad del Señor.

Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo por estar lleno del Espíritu que lo mandaba para ser la salvación universal.

Su docilidad fue nuestra salvación y nuestra vida eterna. Es nuestra vocación, como la de Pablo: ser discípulos de Jesús y por eso misioneros de su salvación para los que nos rodean.

Dios nos invita a ser dóciles a su Palabra para conocernos y conocer a los demás

Para Juan, el Bautista, vivir en estera disposición del Señor, sin un mapa que le indicara el siguiente paso a dar, no le fue nada fácil, pero el Señor lo quería testimonio vivo de que los Planes de Dios son superiores a los nuestros.

Nos irá bien en la vida, aún con fuertes dificultades, que, dicho sea de paso todos tienen en algún momento, en la medida que seamos más dóciles a lo que el Señor nos dice con su Palabra Viva, Jesucristo, que ha quedado escrita y es criterio para comprender su Palabra en la historia, en la conciencia, en los amigos y educadores...

Juan nos señala al Cordero de Dios, pero es necesario no solo escucharle, sino creerle y seguirle y pasos difíciles de mantener, pero esenciales para ser fieles a nuestra vocación.

Pidamos a María saber vivir atentos a la presencia salvadora de su hijo y serlo nosotros.


P. José María Doménech Corominas, sdb

CICLO A – TIEMPO ORDINARIO - DOMINGO II

Is. 49, 3.5-6: "«Eres mi siervo y estoy orgulloso de ti.» El Señor me ha formado desde el seno de mi madre... mi Dios ha sido mi gloria... pero Él me dijo: «Es poco... te he hecho luz para todos los pueblos para que mi salvación llegue hasta el confín de la tierra»."

Salmo 39: "Aquí estoy, Señor, Dios mío, para hacer tu voluntad."

1Cor. 1, 1-3:
"...por Voluntad de Dios he sido llamado a ser Apóstol de Jesucristo... a los santos en Jesucristo, llamados a vivir como consagrados a Él en unión con los que en todas partes del mundo invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor y el de ellos..."

Jn. 1, 29-34: "«Miren al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo... Yo no sabía quién era... He visto que el Espíritu bajaba del cielo como paloma y se posaba sobre Él... Yo lo he visto y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios»."

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