abril 15, 2011

«¡Hosanna!»

A continuación el mensaje y la sugerencia homilética que nuestro querido padre José María nos envía para este Domingo de Ramos. Sigamos su recomendación y aprovechemos estos días para encontrarnos con el Señor.

Sigamos orando por las intenciones del padre José María.

Antes de salir a la reunión presbiteral en Río Gallegos, deseo enviarles la sugerencia de este domingo especial que nos lleva ya al ambiente de la Semana Santa. Para muchos, también cristianos, es semana de turismo... Que lo sepan aprovechar para encontrarse con el Señor, que está en todas partes.

Les comunico que el inicio del Año Santo Jubilar, fue muy bien vivido por todos: ¡Bendito sea Dios! Gracias por sus oraciónes.

Pasemos a comentar lo que el Señor nos dice este domingo.

Es importante estar atentos a lo que el Señor nos dice en cada momento de nuestra vida, a lo que el profeta hace referencia al decir que "me has dado oído para que escuche como discípulo y lengua de discípulo..." saber escuchar..., saber estar a disposición... Las actitudes son el primer lenguaje de la persona...

Jesús obediente, Jesús disponible a lo que el Padre quiera, Jesús se entraga porque está lleno del Espíritu del Padre, que es también en suyo...

Es nuestra continua vocación.

Toda la Semana Santa estamos llamados a despertar nuestro oído y a entrenarlo para llenarnos de Dios y de su vida de Amor que se da y que nos llena a todos, si lo aceptamos, de su propia Vida... Dios no obliga, pero su presencia es maravilla de riqueza para cada uno en particular y a favor de todos los hermanos. Nada es para goce particular, aunque el gozo interior, aun en el dolor, es personal e intransferible... Cuando lo quieres explicar no sabes cómo, pues somos experiencia irrepetible... Cada uno es cada uno, pero siempre para riqueza de los demás.

La vida cristiana es personal, no grupal. Se da, eso sí, la Comunión de los santos, pero según la apertura y responsabilidad de las personas concretas en su interioridad.

Dios nos toma en serio a cada uno, así como cada uno es, y mucho más, como los problemas que cada uno vive se pueden comunicar, pero son personales e intransferibles y, por mucho que queramos, no podemos sustituir al otro en sus vivencias, podremos acompañarle, pero no sustituirle, por eso debemos ayudarle a vivir en una creciente riqueza interior para que no pierda los dones que va recibiendo en su diálogo vital con Dios y con los que le rodean.

Jesús, vivió su experiencia de ser proclamado Mesías desde un realismo profundo sin ir más allá de donde la realidad iba y sin perder de vista lo que el Padre esperaba de Él. Sabía lo que venía y hasta dónde llegaba la verdad de lo que le rodeaba... Su persona no soñaba, siempre estaba despierta a la Palabra insonora de Dios... Tenía un despierto oído de discípulo... Pidámoslo para nosotros también.

Dios nos bendiga y nos conceda vivir a plenitud esta Semana Santa, allí donde estemos y hagamos lo que tengamos que hacer.

Me encomiendo a sus oraciones.

Unidos en oración con María, nuestra Madre Auxiliadora:

P. José Mª Domènech SDB

«¡Hosanna!»

Dios, insistentemente, nos invita a vivir plenamente lo que nos ofrece en su Hijo, quien se hizo uno de nosotros. Él vivió la pasión con la voluntad oblativa del Amor que le llenaba.

Se nos pide que estemos atentos a su voz como auténticos discípulos. Es nuestra decisión: podemos vivir como los fariseos, Pilato, Judas, el pueblo, Pedro, Juan o como María.

La plenitud de la vida es un regalo que Dios nos da, pero se necesita nuestra personal apertura

La forma de asumir las diversas realidades de nuestra vida nos dice qué peso tiene Dios en nuestra existencia. A más presencia del Padre bien asumida, aun desde nuestra debilidad, más plenitud de Dios en nosotros, pues Él es la fuente de Vida y el horizonte real de ella.

Jesús muestra el real camino del éxito: ¡darse honestamente, sin buscar nada para nosotros!

La muerte es una puerta, sin duda dolorosa: lo más importante es cómo la atravesamos. Lo que nos espera es el éxito, y ¡garantizado por Dios! Nosotros damos el paso en cada decisión.

La vida, al fin, tendrá éxito según nuestras actitudes: o buscarnos a nosotros mismos o aceptar a Dios, que nos pide darnos, entregarnos por los demás, ser maduros y llenar de vida a quienes nos rodean sin mantenernos infantiles, atados a efímeros gustos personales.

La vida incluye, en sí, el sufrimiento, nosotros somos quienes le damos el sentido y el valor

A mayor madurez y desprendimiento en el amor, al dar vida, más libertad y paz interior.

Cristo nos invita a ser más grandes que el miedo a sufrir, que siempre será real, concreto, duro e imponente. Jesús nos muestra el camino de la libertad: confiar en el Amor del Padre.

Una cosa es sentir, como Jesús, el mortal peso del miedo y del dolor y otra, dejarse atrapar por el miedo, quedar paralizado: solo el abandono nos da libertad, el Padre sabe y puede.

Escuchemos todos los días al Padre y vivamos en su amor y seremos libres para todo.

Pidamos a María, ser libres, estar atentos y siempre a disposición del Padre, como Jesús.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO A – DOMINGO DE RAMOS
Jesús, el Hijo del hombre, se abre al Padre con dócil y total confianza; por esto vive su entrega con la dignidad propia del Amor de Dios


Mt. 21, 1-11: "...cuando llegaron al monte de los olivos, Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles: «Vayan al pueblo... encontrarán a una asna con su cría... tráiganmelos. Si alguien les pregunta, díganle: «El Señor los necesita y los devolverá enseguida»… Eso… es…lo anunciado por el profeta: “Mira a tu rey que entra humildemente montado... en un animal de carga”... la gente… gritaba: «Hosanna al Hijo de David. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en los alturas!»…"

Is. 50, 4-7: "El Señor me ha dado una lengua de discípulo... para que sepa sostener a los cansados... me abre el oído para que escuche como discípulo... Me habla al oído y yo no me he acobardado... Ofrecí mi espalda a los que me azotaban... El Señor me ayuda... he endurecido mi cara como roca y sé muy bien que no seré defraudado."

Salmo 21: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"

Flp. 2, 6-11:
"...no hizo alarde de su categoría de Dios, sino que... asumió la condición de esclavo. Semejante a los hombres... se hizo obediente hasta la muerte y una muerte en cruz. Por eso Dios lo ha exaltado y le ha concedido el nombre que está por encima de todo nombre..."

Mt. 26, 14-27, 66: "...sentado a la mesa con los doce, Jesús les dijo: «...uno de ustedes me entregará»... Después de cantar el himno salieron al monte de los olivos... Jesús... les dijo: «Siento una angustia de muerte. Quédense aquí y velen juntamente conmigo... Padre, si es posible, aleja de mí este cáliz, pero no se haga lo que yo quiero sino lo que quieres Tú... El Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores» ...Judas... se acercó a Jesús y le besó... Apresaron a Jesús... lo llevaron al palacio del sumo sacerdote Caifás... Éste le dijo: «Te conjuro en nombre de Dios que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios» Jesús le respondió: «Sí, tú lo has dicho...» El sumo sacerdote... gritó: «¡Ha blasfemado!...» Ellos respondieron: «¡Merece la muerte!»... lo entregaron a Pilatos... Cuando Pilatos preguntó a quién deseaban que se indultase, ellos respondieron: «¡¡A Barrabás!!»... y entregó a Jesús para que lo crucificasen... Desde el medio día hasta la media tarde se extendió una gran oscuridad sobre la tierra... A media tarde Jesús gritó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»... Jesús volvió a gritar con toda su fuerza y expiró. La cortina del templo se partió en dos y comenzó un fuerte terremoto... El centurión y los soldados... decían: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios»..."



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