Comenzamos la solemnísima celebración de la Pascua del Señor. Solemnidad de solemnidades, ninguna fiesta cristiana está a este nivel. Ella es la que da sentido a todas las demás.
¡El Señor ha resucitado, como anunciaron las Escrituras! Es un día grande para todos.
Nosotros estamos llamados a vivir como resucitados para que el mundo pueda creer.
Dios, al enviar a su Hijo como testigo y dador de su Amor, pensó siempre y solo en nosotros
Pasó por el mundo haciendo el bien y sanando a los que estaban oprimidos por el mal. Descripción perfecta del apóstol Pedro al referirse a Jesús. Toda la vida del Maestro fue un estar atento a la Voluntad del Padre para llenar de vida y alegría a los que se le acercaban y le confiaban su necesidad de ser liberados del mal, sea físico, psíquico, moral o religioso.
No hemos nacido para la esclavitud, para ninguna esclavitud pues cualquiera de ellas no queda solo en la persona siempre tiene repercusiones, pues llega a marcar el ámbito social.
La peor de las esclavitudes es la del pecado, pues, aunque alguien en él encuentre auto-complacencia, siempre acaba auto-degradándose. Cuando la persona lo percibe se da cuenta de su proceso de descomposición moral, y, como no hemos nacido para esto, se siente mal y busca una salida. Cuanto más tarde en asumirla, más se angustia, se enferma perjudica y muere.
El pecado no tiene poder definitivo ante el Amor de Dios, Comunión Trinitaria
Fijarse en el pecado es darle poder, es la naturaleza del mal, que vive de la importancia y atención que le damos.
Dios nos libera pidiéndonos que nos fijemos solo en Él, pues somos sus hijos amados y Él es nuestro Padre, Maestro y Horizonte de grandeza y desarrollo infinito; Él es quien resucitó a su Hijo de entre los muertos para que su Vida fluyera a nosotros. Él, en su Amor, nos da su Espíritu, invitándonos, una vez más, a vivir aceptándolo como Padre, así lo vivió Jesús, el hombre cabal y perfecto, en quien se cumple plenamente todo el único Plan del Padre.
El pecado es creación del Maligno que desea destruir la obra exitosa de la Comunión Creadora-Salvadora-Santificadora, de Dios. Él nos enriquece con la cercanía de su Gracia.
Quien busca aprender a obedecer al Señor de la vida, tendrá en Él su futuro feliz.
Jesús nos llama a vivir como resucitados y así invitar, y enseñar, a nuestros hermanos a creer
Vivir como resucitados es vivir en la sencillez de mirar siempre al Señor para seguirle.
Este estilo de vida es capaz de renovar el mundo sin hacer ruido, pero con suma eficiencia, como levadura, nos da la capacidad de superar todo límite y esclavitud, sobre todo la del pecado. Cada persona y generación hace su camino; allí vemos los esplendorosos éxitos de Dios, el Padre Providente, el Hijo Fiel y el Espíritu Renovador, que nos lleva a la Santidad.
Pedimos a María nos enseñe a vivir todos los días como resucitados, dando Perdón y Paz.
Padre José María Domènech Corominas, sdb.
DOMINGO DE PASCUA
Vivir en el Resucitado, es el sentido de la vida cristiana en el mundo, sólo nosotros podemos dar esta riqueza: ¡somos responsables!
Hch. 10, 34a.37-43: "...«Ya saben lo que ha pasado últimamente en todo el país de los judíos, comenzando por Galilea... Me refiero a Jesús de Nazaret... pasó por todas partes haciendo el bien y dando la salud a todos los que estaban bajo el dominio del demonio por que Dios estaba con Él [...] lo mataron colgándolo de una cruz... Dios lo resucitó al tercer día... Él nos ordenó que predicáramos al pueblo... Todos los profetas dan testimonio a su favor... quien cree en Él recibe el perdón de sus pecados en su nombre»."
Salmo 117: "Este es el día en que actuó el Señor, alegrémonos y regocijémonos en Él".
Col. 3, 1-4: "Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo... su vida está escondida en Dios juntamente con Cristo..."
---------o bien----------
1Cor. 5, 6b-8: "...ahora que Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido inmolado. ...celebren la Pascua cada día... viviendo con sinceridad y verdad".
Jn. 20, 1-9: "María Magdalena se fue al sepulcro muy de mañana... Se regresó corriendo para decirle a Pedro: «Se han llevado al Maestro...»... salieron corriendo al sepulcro... llegó Pedro..., entró al sepulcro y vio... hasta aquel momento no habían entendido que, según las Escrituras, Jesús debía resucitar de entre los muertos."
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