junio 01, 2008

Salvación, camino de actitudes


El camino de la Salvación

La salvación del Señor no es fruto de las obras buenas que nosotros podamos hacer sino que es un don, fruto de nuestra confianza en el Señor que nos salva con la entrega de su propia vida.

Moisés nos advierte que todo lo que de nosotros depende es fruto de nuestra personal decisión. La vida y la muerte nos vienen en la medida que nosotros nos abrimos o nos cerramos a los dones de Dios, que es el que nos da la Vida y la Salvación.

Dios no impone nada y lo ofrece todo al ofrecerse a sí mismo, pero, al mismo tiempo, esto trae consigo el riesgo de perderlo todo al no acoger con resuelta y responsable decisión lo que el Señor nos ofrece.

Así es que no se trata de decir buenas o bonitas palabras, sino de centrar la vida en la Voluntad del Señor. Lo que no esté centrado en esto es soberana tontería puesto que aparentamos bondad y progreso personal, pero, de hecho, estamos matando el futuro personal y social.

1. Es bueno y necesario conocer la Voluntad de Dios.-

Cristo vivió toda su vida de cara a la Voluntad de Dios
: la buscaba, por eso tanto tiempo dedicado a la oración; la meditaba, por eso sus frecuentes retiros a la soledad para penetrar en lo que entendía que Dios le indicaba; la obedecía puntualmente, con entera libertad, como fruto de su amor concreto e histórico a la Voluntad del Padre.

Los cristianos estamos llamados a vivir en esta misma actitud: en ello, nos señala Moisés, nos va la vida y la alegría de vivir, que es el fruto y la fuente de la vida.

La Fe no es solo teoría, sino sobre todo práctica muy concreta de la Voluntad de Dios, aunque no sometida a ciertas obras y apariencias, pues no siempre las obras hablan honestamente de la Fe en la que realmente vivimos.

2. Pero es vital, y por tanto indispensable, saberla vivir.-

La vida es la única expresión de la Fe que decimos profesar
.

Quien no vive según su Fe es que no la tiene afianzada, pues la realidad se impone por sí misma. Cuando ésta es de Dios, como es en la Fe, Éste aparece en las obras, o porque es glorificado por las actitudes o porque su Amor se expresa y expande en el bien que reciben las personas concretas con las que nos relacionamos.

La Palabra de Dios es siempre una interpelación y pide ser concretada por nosotros en respuestas históricas, es decir enmarcadas en nuestra concreta realidad. Dios es una concreta presencia que pide explícitas y concretas respuestas, siempre personales.

3. El camino de la salvación no pasa por las obras sino por las actitudes de la vida.-

Ser cristiano
es el compromiso de ser respuesta de Dios para esta historia, a través nuestro, y respuesta a Dios en esta historia específica, por parte nuestra. Las dos respuestas son correlativas, aunque el resultado de ellas no son necesariamente interdependientes.

Dios no depende de nuestras obras, pero nuestro éxito está unido a nuestra respuesta
.

María nos enseñe a vivir siempre atentos a la delicadeza de nuestras actitudes con Dios.

P. José María Doménech Corominas, sdb

CICLO A – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO IX

Dt. 11, 18.26-28: "Moisés dijo al pueblo: «Guarden mis palabras en su corazón y en la intimidad de ustedes mismos... Hoy les doy a escoger entre la bendición y la maldición: la bendición, si obedecen los mandamientos del Señor, su Dios, que hoy les doy; la maldición, si... se apartan del camino que hoy les señalo para seguir a otros dioses...»"

Salmo 30: "Señor, sé mi roca de salvación."

Rm. 3, 21-25a.28:
"Al margen de las obras de la ley... Dios ha hecho conocer su justicia que, por la Fe en Jesucristo, hace justos a los creyentes, sin distinción ninguna... en virtud de la redención conseguida por Jesucristo... Por tanto, vemos que Dios hace justos a los hombres, varones o mujeres, porque han creído, y no por las obras de la ley."

Mt. 6, 21-27: "No todo el que diga ‘Señor, Señor’ entrará en el Reino de los Cielos, sino tan sólo el que haga la Voluntad de mi Padre que está en los cielos... todo aquél que escucha mis palabras y las cumple es como un hombre prudente que edifica su casa sobre roca..."

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