octubre 30, 2009

Felices!


Felices todos nosotros, feliz día de los santos!
Feliz día, padre José María!


Dios nos pide que busquemos escucharle para que podamos cumplir con nuestra vocación más básica, la humana, la de la vida. Como que el Padre nos pide que vivamos siendo como Dios para que seamos felices, como lo es Él y como Él desea que lo sean todos sus hijos, es decir, todas la personas humanas que va creando a lo largo del tiempo para que se entrenen a ser Señores como Él, es decir, constructores de un mundo digno y lleno de los dones de Dios compartidos entre todos y con el concurso de todos; hermanos entre ellos, como hijos suyos que son y para que aprendan a ser, cada día mejor, sus hijos queridos que buscan, más y más, una creciente intimidad con Él, a través de la naturaleza, las personas a las que sirven y de la propia conciencia, donde el mismo Dios habita.

Jesús y el Espíritu son el Camino y Garante de que, si ponemos lo debido de nuestra parte, pues somo libres y el serlo es muy serio, llegaremos, sin dudarlo, a la meta, aunque sea por caminos muy diversos y en circunstancias absolutamente particulares para cada uno.

El Señor nos conceda aprender su Sabiduría para no perdernos en las tonterías que a veces nos quieren seducir. María nunca, jamás, dejará de ser nuestro Auxilio, pues nos ha sido entregada-confiada como Madre por el mismo Dios.

Dios nos bendiga a todos.

Feliz día para todos.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

Felices!

Celebramos hoy la fiesta de todos los discípulos de Jesús que le fueron fieles y viven definitivamente en el gozo del Señor la felicidad de su Amor en la “Jerusalén celeste”. Pero también la de los que, ya salvados, viven en su Amor, pero todavía no gozan totalmente de su presencia porque quieren, antes, purificar del todo su vida de las impurezas de su débil caridad, escasa humildad y poca obediencia. El deseo de gozar de Dios, al que han visto y aman con toda su vida, les quema el alma, les hace sufrir ansias de plenitud de vida en el Señor y les lleva a buscar sólo lo mejor y más grato a Dios... Si lo hubieran hecho así estando en el mundo, ahora gozarían plenamente del Señor, sin sufrimiento alguno... La teología lo llama: “purgatorio”.

Los santos son los que viven, en la presencia del Señor, las bienaventuranzas.

Es vocación universal. Sin excepción alguna de edad, sexo, condición, cultura o nación.

Todos, al ‘nacer’, somos llamados a ser hijos de este Padre que nos crea con personal Amor

Él nos crea y llama a vivir felices en su Amor. Él envió a su Hijo para que nos liberara de toda esclavitud y, así, pudiéramos lograrlo con la fuerza del Espíritu del Padre y del Hijo.

Pero, para ser hijos auténticos, debemos aceptarlo cada día desde la propia conciencia. Así el Padre nos concedió la libertad en la verdad y el amor, como Él es libre, para que decidiéramos crecer y vivir cada día más profundamente en su Amor a pesar de los límites e inconvenientes propios de cada temperamento, historia y de las imprevisibles circunstancias y límites.

La santidad es propia de la naturaleza de Dios y Él nos concede participar de ella y de su gozo

Ser santo exige, por propia naturaleza, intimar con Dios, confianza en su bondadosa Providencia, apoyarse en su Gracia y Misericordia y sencilla obediencia a su Sabiduría salvífica.

La santidad es fruto de una profunda y generosa pobreza, es decir, de una apertura confiada y obediente al Dios que nos salva: de Él todo lo esperamos, recibimos y aceptamos, sin juicios, pues reconocemos que nuestros criterios son minúsculos ante su Sabiduría. A Él nos abandonamos, sobre todo si sentimos el peso de no comprender, de no poder y del error o pecado.

Ponemos todo nuestro esfuerzo en vivir en su Voluntad, que asumimos como nuestra vida y salvación. Nadie nos conoce, nos ama y ha hecho más por nuestra felicidad: ¡nos ha dado su propia vida y su mismo Espíritu! Le escuchamos con veneración, aprendiendo su Sabiduría; a Él acudimos en cada sacramento para alimentar nuestra vida de Fe y renovar su Gracia; con Él conversamos en oración continua para construir nuestra intimidad con Él, en Cristo, sobre todo en los momentos de dolor y desconcierto en el cotidiano compromiso de don de vida.

Ser santo es ser una persona de Dios que, como Él, vive para llenar de Vida a los hermanos

Vivir en Santidad, es vivir en Dios: Vivir a Dios y para Dios al servicio de toda persona, como Él nos indique a través de las reales llamadas de los que estén con nosotros y de las vicisitudes de la historia. Por eso a los santos les llaman “Mujeres / varones de Dios,”.

María es mejor modelo humano de Santidad, pidámosle que nos conceda tenerle una profunda, sincera, fuerte y concreta devoción y así ser santos como ella para bien de todos.

Padre José María Domènech Corominas, sdb.


SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

Ap. 7, 2-4.9-14:
"...«No dañen ni a la tierra ni al mar... hasta que sean marcados los siervos de nuestro Dios»... Después vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar. Era gente de toda nación, raza, pueblo y lengua... «Hosanna a nuestro Dios, que se sienta en el trono y al Cordero»... «Éstos son los que vienen de la gran tribulación..."

Salmo 23: "Éstos son los que te buscan, Señor, para ver tu rostro."

1Jn. 3, 1-3:
"¡Qué prueba de amor nos ha dado el Padre... Si el mundo no nos conoce, es porque no lo ha conocido a Él... ahora somos hijos de Dios... seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en Él, se purifica tal como Jesucristo es puro"

Mt. 5, 1-12a: "Felices los pobres... los que sufren... los humildes... los que tienen hambre y sed de ser justos... los compasivos... los perseguidos por ser justos... Alégrense y regocíjense, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo»."

octubre 24, 2009

«¿Qué quieres que haga por ti?»

El padre José María nos envía su mensaje y sugerencia homilética para este domingo 25.

Cuántas veces en la vida personal nos ha ocurrido pensar: "Ya no hay nada que hacer... ¡Todo está perdido! Señor, ¿por qué a mí? ¿Qué he hecho yo?"

Y eso cuando no somos del todo conscientes de los errores cometidos y de que la causa real, muchas veces, de gran parte de lo que nos está sucediendo son nuestros errores y pecados, y no tanto los demás y sus equivocaciones.

Pero esta experiencia es mucho peor cuando nuestra conciencia nos acusa y no podemos o no sabemos cómo soportarlo y superarlo. Los pensamientos son mucho más oscuros, como si estuviéramos ciegos, fuera de toda opción de vida digna...

Dios nos conoce perfectamente, desde los más recónditos repliegues de nuestro interior, incluso éstos que ni nosotros comprendemos y hasta, a veces, nos desesperan. Él nos conoce desde su Amor. No es la inteligencia la que lleva a Dios a conocer, sino el Amor Creador, es decir, que crea precisamente porque nos ama personalmente y desea compartir todo el bien que tiene en sí para que sea gozado conscientemente por sus criaturas. Precisamente por este Amor, que mantiene y lleva su creación hacia una plenitud creciente, según el modo de ser de cada creatura, por eso precisamente, este Amor Creador, que acompaña con su Providencia a los que llamó para que fueran sus hijos y así gozaran de su Amor Eterno, se conviente en Amor Salvador, que solo piensa en redimir a estos hijos, cuando éstos en su aprendizaje, por su pequeñez, ignorancia y debilidad, se equivocan y van por caminos que les destruirán.

Si no llegamos a conocer, desde nuestra intimidad, este Amor de Dios que nos crea, salva y santifica con su Presencia y acción continua, nunca entenderemos que la vida de una persona humana jamás, Jamás, JAMÁS, ¡JAMÁS!, estará perdida, salvo que ella misma se niegue a ese Dios que le ama con locura.

Este domingo la Palabra desea hacernos entender que no hay nada que nos pueda hundir, salvo que nosotros no deseemos reconocer nuestra necesidad de Salvación y la supliquemos al Salvador con insistencia y voluntad de dejarnos salvar, que en el Evangelio esté dicho en la última frase de la perícopa (trozo) de que se proclamara: "y el ciego vio y le seguía por el camino" El que viera dependía del Señor, a quien Él suplicó con actitud humilde, pero firme e insistente, pero el seguir al Señor por el camino (que le llevaría a la cruz) eso no dependía del Señor sino del ciego.

Sí hay salvación. El pueblo que vivía en el destierro fue llamado a volver, con todas sus limitaciones y pobrezas, pero volver: el Señor lo llamaba y lo guiaba, pero quien debía caminar y aceptar las incomodidades de moverse era él, pues era también él quien necesitaba volver y salvarse.

Tenemos un Salvador que ha sufrido horrores para salvarnos: nos ha dado toda su vida, y nos la sigue dando... ¿Seguiremos quejándonos? ¿Esperaremos oportunidades más cómodas? ¿Seguiremos culpando a los demás de nuestras desgracias?

El Señor nos bendiga y nos dé su sabiduría.

Unidos en oración con María, nuestra Auxiliadora:

P. José Mª Domènech SDB

«¿Qué quieres que haga por ti?»

La salud, como la felicidad, más ésta que aquélla, dependen, no tanto de las personas que nos rodean e influyen en nosotros, cuanto de nuestro propio interior. Ciertamente es indudable que el ambiente incide, más o menos, en ello. También esto depende de nuestro interior. En realidad, lo ‘tenemos’ que aceptar, somos los únicos responsables finales de nuestra propia vida.

La debilidad y pobreza de la persona humana y de la sociedad no son problema para Dios, pero sí lo es la soberbia y cerrazón en el propio interior. Todos somos débiles, por eso es sensato ser humilde, saber pedir ayuda y aprovecharla para madurar caminando en el bien.

La salvación no es fruto de ninguna magia, sino del Amor que responde a la humilde y firme súplica pidiendo libertad y fortaleza para el bien en la verdad de una vida de justicia.

Dios es Padre que ama la vida. Como tal, ni humilla imponiendo, ni abandona dejando que nos aplaste el insoportable y humillante peso de los propios pecados, conscientes y queridos.

Jesucristo, como verdadero hombre, es llamado por Dios para ser sacerdote a nuestro favor

Los dones de Dios son concedidos libremente por Él, que nos ama, nos conoce a fondo, nos cuida con su Providencia y nos da lo adecuado y oportuno, si se lo pedimos para la Vida.

La súplica firme e insistente de Bar-Timeo no fue hecha según la religión tradicional, interesada, sino según la Fe verdadera, que ve al Mesías como al salvador comprensivo, y por eso, compasivo y lleno de una misericordia que mira a profundidad y puede salvar desde la raíz.

Lo que nos libera de la pobreza que nos hunde en la miseria no es conseguir cosas, sino el dócil abandono al Dios Providente que nos pide fidelidad, solidaridad y dar la propia vida.

El dolor, fracaso y muerte serán superados por Dios con el Amor que reconstruye la vida

Cristo se encarnó y venció la muerte; hoy sigue llamando, dando su vida cada día, fortaleciendo y redimiendo para reconstruir la vida, una y otra vez, en cada persona, su hermana.

Muchos dicen ser poderosos y revolucionarios, pero ¡cuántos ‘logros’ pasan por la muerte de otros! Pero Dios crea vida y la renueva; es Amor creador/redentor/santificador y por eso todo lo supera. Él es Providencia para cada persona y cada pueblo. Decidimos nosotros.

Dolor, sufrimiento y muerte no tienen la última palabra. ¡¡Ya hemos sido rescatados!!

No basta que Dios salve y nosotros lo pidamos, es indispensable saberle seguir por el camino

Si la realidad está tan maravillosamente asegurada por el Amor de Dios, nos preguntamos, ¿de dónde sale tanta desgracia humana y tanta brutalidad? ¿Dónde está la salvación y poder de este Dios? Dios está aquí, cierto, pero no basta. Toda la bondad de Dios se hará historia en nuestra vida concreta cuando le sigamos por sus caminos. Eso nos llenará de alegría y sabremos vivir en ella los planes de Dios y, así, celebraremos el Amor que nos salva y lo daremos.

Si cada uno sigue sus caminos, el resultado es solo uno, la historia nos lo ha mostrado ya, el desencanto por el irónico caos de maravillosas posibilidades ciertas, pero siempre truncadas.

Somos como el ciego de Jericó o el pueblo en el destierro, sigamos a Jesús: nos hará ver.

Pidamos a María sentir el paso de Jesús por nuestra historia y rogarle con humildad ver.

P. José Mª Domènech Corominas, sdb.


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXX

Jr. 31, 7-9:
"Griten de alegría… que el Señor ha salvado a su pueblo… Yo los reuniré desde los extremos de la tierra… ciegos, cojos, madres criando… Salieron llorando y los haré volver consolados… Porque Yo soy Padre para Israel y Efraín es mi hijo mayor".

Salmo 125: "Es magnífico lo que el Señor hace por nosotros: lo celebramos con alegría"

Hb. 5, 1-6:
"Los sacerdotes, tomados de entre los hombres, están destinados para representar a los hombres delante de Dios y ofrecerle dones y víctimas por los pecados… ellos mismos experimentan constantemente sus propias debilidades… Nadie puede apropiarse el honor de ser sacerdote: Dios es quien llama… tampoco Cristo se lo adjudicó a sí mismo, sino que lo recibió de quien le dijo: «Tú eres mi hijo… Eres sacerdote eterno…»"

Mc. 10, 46-52: "Jesús salió de Jericó… A la orilla del camino había un ciego… Bar-Timeo. Cuando éste escuchó que era Jesús de Nazaret quien pasaba, comenzó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí» Jesús se detuvo y dijo: «Llámenle… ¿Qué quieres que haga por ti?» Él le respondió: «Maestro, que vea». Jesús le dijo: «Vete; tu Fe te ha salvado». Al instante vio y le seguía por el camino."

octubre 16, 2009

Amor que no desampara

El mensaje y la sugerencia homilética del Padre José María para este domingo 18 de octubre:

Creo yo, en la Presencia de Dios, que este domingo el Señor, nos invita a estar siempre atentos a lo que, de verdad, deseamos para no dejarnos atrapar en ninguna trampa, como casi les pasa a Juan y Santiago.

De verdad, ¿qué deseamos en nuestra vida? ¿Para qué nos preparamos, estudiamos, luchamos, aprendemos? ¿Qué buscamos: el poder, con sus muchas facetas, o estar listos para hacer el bien, llenar de vida, servir al Bien Común y colaborar en la construcción de un mundo en el que valga la pena vivir, porque nadie es un peligro para nadie, sino que todos somos hermanos al estilo de la Familia de Dios, basada en el Amor que no solo da vida, sino que da la propia vida para la grandeza de cada uno de los que le rodean?

No esperemos que lo entiendan los que tienen el poder, cualquiera sea él, (aunque creo que deberíamos decir, más bien, 'son tenidos', 'son dominados' por el poder, sea intelectual, económico, político o el que da el controlar los medios de comunicación social).

El Siervo de Dios tiene el poder que da la vida: capacidad de llenar al que la recibe, sin quitarle nada ni sujetarle, sino más bien ofreciéndole la energía para contruir con suficiente autonomía.

¡Cuántos que se creen poderosos (o desean serlo más y más) viven como perseguidos, siempre temiendo que les quiten lo que no tienen del todo y saben que otros muchos ansían! Eso les lleva a vivir en la angustia y haciendo de todo (hasta mentir, robar y hasta matar, aunque, tal vez, no físicamente, para no verse desnudos de 'su poder' (como si tuvieran derecho a él)...

¡¡¡Se creen (y se lo creen de verdad: ¡a tanta desfiguración de la verdad se ha llegado!) que son los salvadores, los llamados a dar el rumbo nuevo a su grupo, a su país, al mundo!!!

Creen que sin ellos, o su grupo, todo está perdido. De ordinario, a estas personas, el primero que les estorba (y al primero que tratan o de dominar o de sacar de la circulación) es Dios; a no ser que logren convencerse de que pueden someterlo a su pensamiento 'salvador'.

Todo esto está condenado al fracaso y pierde a los que entran en esta dinámica.

La única dinámica de salvación y vida es dar la propia vida para el bien de los demás, para el Bien Común, que Dios conoce perfectamente y cuida desde siempre y lo hará hasta el fin de la historia. Por eso ningún poderoso de este mundo, a la larga, tiene éxito. Todos están yendo al fracaso, aunque ellos no se lo crean.

¿Quieres el poder? Da la vida como Jesús; bebe su caliz; sé bautizado en su bautismo; sé siervo de Dios, a disposición exclusiva de su Reino.

El Señor nos ayude a tener las agallas de desear lo que verdaderamente vale y nos hace grandes con la Grandeza del Hijo de Dios, el Siervo que es tan poderoso que hasta se atreve a perdonar y dar la vida por la salvación de todos.

Dios nos bendiga copiosamente.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

Amor que no desampara

Buscar ejercer algún poder ¿no es expresión de un anhelo propio de la naturaleza humana? ¿No somos, según dice el Génesis, imagen del Todopoderoso? ¿Qué de malo tiene el poder? ¿Por qué, casi siempre, nos trae problemas y genera calamidades, a la corta o a la larga? ¿Condena Jesús el poder? Si no lo hace, ¿qué critica en nuestra concepción del poder?

¿Sería ‘poder’ tener capacidad para algún control sobre algo? En cierto modo, pero éste no es verdadero si no hay conciencia de ello y libertad para no aprovecharse de él. Para ser poderoso se requiere la dignidad de dar la vida. El poderoso se debe preguntar: ¿cómo y para qué?

Sólo quien ama de verdad tiene verdadero control, porque no lo busca sino que lo despierta con su sincero servicio al bien y a la vida de los pequeños y necesitados. Despierta confianza, honesta cercanía, sincera admiración, real disponibilidad a la docilidad, llega a tener un poder que no ata ni le ata, no necesita defenderlo. Tiene poder, sí, pero no domina, sirve y responde a necesidades: lleva, a personas y comunidades a madurar en libertad responsable.

Ese poder real exige, por naturaleza, morir siempre a toda ambición individualista.

El siervo de Dios no ‘se sirve de’ sino que sirve a la vida de aquellos a los que ha sido enviado

Un peligro, siempre al acecho, es que, como muchos políticos y ‘servidores’, públicos y privados, no todos, utilicemos el puesto, la autoridad, el cargo que tenemos para aprovecharnos de él y conseguir algo que nos interesa. Nadie se escapa de ese peligro. Ni Jesús, pero Él lo superó. No siempre lo logramos nosotros, basta con mirar la historia de la humanidad y su dolor.

La autoridad ha sido constituida para servir; lo demás es pervertir e incubar el crimen.

Servimos para dar vida plena a personas concretas. No servimos a ninguna ideología, pues eso es usar a las personas y así nos degradamos como humanos y como sociedad.

Sólo el Amor de Dios nos enseña a vivir atentos al bien verdadero de los que nos rodean

El Amor de Dios no falla y nos lleva a dar la vida para el bien de los que lo necesiten.

El peor mal del mundo no está ni en la pobreza ni en los errores, sino en todo tipo de codicia, siempre individualista, pues lleva a razonadas absurdidades autodestructivas y criminales.

La autoridad en el Amor es buena por el bien que hace a todos, en especial a los últimos y marginados, más fácilmente expuestos al engaño, a la tentación y a decisiones degradantes.

Se trata de despertar el bien en los que nos rodean y llevarles a ser más conscientes de su valor

La misión del cristiano en el mundo es hacer surgir el bien en los corazones, así todos se percatarán que valen mucho más que lo que tienen, a cualquier nivel o en cualquier sentido.

El servicio de Cristo fue el don de su vida para nuestra salvación; no los milagros.

La admiración que despertó no fue su mayor riqueza. Todo eso se acaba o puede ser manipulado.

El bien hecho para la maduración y conciencia del valor de los últimos jamás se pierde.

Pidamos a María preferir la humildad del servicio para exaltar el valor de cada persona.
P. José María Domènech Corominas, sdb.


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXIX

Is. 53, 10-11:
"El Señor quiso que el sufrimiento triturara a su Siervo. Cuando haya dado su vida para expiar las culpas, verá una descendencia, vivirá eternamente y por él el plan de Dios llegará a un buen fin... el justo, con todo lo que ha sufrido, ha hecho justos a los otros, después de haber cargando sobre sí las culpas de ellos."

Salmo 32: "Que tu amor, Señor, no nos desampare: ésta es la esperanza que ponemos en Ti"

Hb. 4, 14-16:
"Mantengamos con firmeza la Fe... pues en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos al gran sacerdote que... ha entrado en la presencia de Dios... no es incapaz de compadecerse de nuestras debilidades: él... ha sido probado en todo, aun sin haber pecado... para que nos acoja y nos conceda, cuando sea oportuno, el auxilio que necesitamos."

Mc. 10, 35-45: "Santiago y Juan... se acercaron a Jesús y le dijeron: «Maestro... concédenos, cuando seas glorificado, sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda» Jesús les respondió: «No saben lo que piden... no soy yo quien lo concede; es para los que Dios lo tiene reservado»... Jesús llamó a los discípulos y les dijo: «Ya saben que... los que gobiernan disponen de sus súbditos... No ha de ser así entre ustedes: ...quien quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, como el Hijo del Hombre no vino a ser servido sino a servir y a dar la vida como rescate en favor de toda persona humana."



octubre 10, 2009

«Vuelve y sígueme»

El mensaje y la sugerencia homilética que el querido Padre José María nos ha preparado para esta semana:

Deseamos poseer y dominar lo que nos apetece. Hemos nacido para ser señores y toda la vida es un caminar hacia el señorío, pero casi nadie se pregunta ¿cuál es el señorío más conveniente? Parece que el personaje rico que muestra el evangelio de este domingo lo tenía claro: Lo mejor es conquistar la vida eterna.

En la edad media, y también ahora, de otro modo, se buscaba la eterna juventud. Sin duda, que para el personaje que le pregunta a Jesús sobre cómo conseguir la vida eterna, había algo de esto en su deseo profundo... Pensaba en Dios, probablemente sí, pero un dios que estuvira bajo su dominio. Como todo el mundo que desea conseguir de alguien un dato importante, comienza por halagar al que debe proporcionarle el dato, pero no se percata que Jesús es libre y solo depende de la Verdad, que lleva al Bien, sin escaparse de los caminos que a veces pueden ser difíciles y dolorosos.

Jesús encara la pregunta reorientando la atención del personaje. Como si le dijera: "No se trata de que tú seas el centro; sino que lo sea Dios, que es el único Bueno, sí, con mayúscula, y sin discusiones. Si lo aceptas así, sabrás escucharle y tendrás Sabiduría, si no, te quedarás solo con tus intereses y bondades, pero solo. Joven, haz caso a Dios en todo lo que te pida; es la mejor y única sabiduría". Jesús habla desde su experiencia personal, por eso le dice que lo mejor es que viva como Él, que le siga.

¿Qué es lo mejor para nuestro mundo, nuestro país, nuestra vida?

Este domingo se nos da la respuesta. No es la primera vez que se nos dice. El sueño de Dios es que, algún día le hagamos caso, pues eso es nuestra Salvación definitiva y la Vida Eterna.

El Señor nos conceda cada día la sensatez de escucharle con sencillez y hacerle caso con decisión, aunque, evidentemente, muchas veces duela.

Dios nos bendiga a todos.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

«Vuelve y sígueme»

La Bondad de Dios nos da su Sabiduría en Cristo Jesús, su Palabra de Vida y Salvación. Ésta nos permite conocer la verdad objetiva de nuestra vida sin autoengaños, es percibir, qué nos mueve, qué es realmente importante para nosotros. Así podremos estimularlo, si nos lleva a la madurez, de dar vida y nos da paz; o corregirlo, si nos conduce, sea como personas sea como cultura, por caminos de paulatina degradación al esclavizarnos a diversos ídolos como el tener, el placer, el prestigio, el poder, el individualismo, el bienestar, la tecnología...

Así siempre acabamos como tristes esclavos de nuestros ídolos, que nos destruirán impidiéndonos amar nada que nos separe de ellos. Pero Dios es todopoderoso y puede liberarnos. Depende de que le invoquemos y sepamos acoger su Palabra, aunque, muchas veces, nos duela.

Quien se abre a la Palabra de Dios, que siempre da Vida y Sabiduría, encuentra el camino de la libertad, de la sensatez y de la paz para afrontar cualquier circunstancia de la vida.

Las propuestas de Dios no son ni fueron ni serán jamás cómodas, como no lo es ninguna sugerencia o exigencia del que nos entrena para algo importante o del que nos educa para el éxito en orden a una tarea difícil de afrontar y resolver, como es la vida personal-social.

Nuestra vida no puede madurar en la comodidad y escapando del esfuerzo y dolor

Los padres o educadores que no quieren exigir y poner metas que piden esfuerzo y renuncia, traicionan a los que dicen amar y educar y les imponen futuros e inevitables fracasos viviendo la constante desazón de tener que soportar sufrimientos que no saben cómo superar.

La mayor riqueza de la vida está en vivir en la verdad de que el bien supone buscar con humildad y aceptar el dolor del esfuerzo y de la disciplina para poder acoger y aprender.

La Palabra de Dios nos sitúa en la Verdad de nuestra vida y nos enseña a tomarla con seriedad en cualquier circunstancia, agradable o difícil y con el sufrimiento que conlleve.

Lo más sabio, cuando Dios habla, es escuchar mejor que si se nos ofreciera un gran negocio

La Palabra de Dios nace de su Amor. Éste es tan perfecto que solo dice lo que conviene y nunca esconde la verdad, por dura que sea, tras apariencias gratas. “Al pan, pan y al vino, vino” No exagera nada: muestra el camino del éxito dando serenidad en el propio esfuerzo.

Si no quieres fracasar, lo más sensato es pedir todos los días la sabiduría de vivir sinceramente en la verdad. El rico pidió, sí, ¡y era bueno!; pero, esclavo, no supo acoger la propuesta.

Cumplir con lo mandado por Dios no es basta, debemos escucharle y seguir su invitación

Los mandamientos no tienen sentido en sí mismos; buscan liberarnos de toda esclavitud.

Cristo dio su vida no para que fuéramos buenos, sino para que fuéramos como Él: hijos que aman al Padre en libertad absoluta y, por eso, como tales, buscan el bien de los hermanos.

Pidamos a María la Sabiduría de saber darlo todo para poder escuchar y seguir a Jesús.
P. José María Domènech Corominas, SDB


CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXVIII

Sb. 7, 7-11:
"Rogué al Señor me diera entendimiento...; llamé al Espíritu de Sabiduría y vino a mí..., comparada con ella, la riqueza me resulta nada…, todo el oro del mundo, a su lado, no vale más que un granito de arena... La prefiero a la salud y a la hermosura... su claridad jamás se extingue. Junto con la Sabiduría me vinieron todos los bienes..."

Salmo 89: "Que tu amor, Señor, no tarde más en saciarnos y lo celebraremos, llenos de gozo, todos los días de nuestra vida"

Hb. 4, 12-13:
"La Palabra de Dios es viva y eficaz. Es más penetrante que una espada de doble filo... saca a la luz las intenciones y pensamientos del corazón. En todo el universo no hay nada que no sea nítido a los ojos de Dios... a Él deberemos dar cuentas."

Mc. 10, 17-30: "Un día que Jesús salía, un hombre... le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para poseer la Vida Eterna?». Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas ‘bueno’? Solo Dios es Bueno. Ya conoces los mandamientos...» Él le respondió: «Todo esto lo he cumplido desde joven». Jesús lo miró afectuosamente y le dijo: «Todavía te falta una cosa: ve, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres... Después vuelve y sígueme» La respuesta de Jesús le disgustó y se fue triste porque era muy rico. Jesús... dijo a los discípulos: «¡Cuán difícil les es, a los que son ricos, entrar en el Reino de Dios... Para los hombres es imposible, pero para Dios no: ¡Dios lo puede todo!"

octubre 07, 2009

San Damián de Molokai


Este domingo el papa Benedicto XVI canonizará a varios héroes, que se distinguieron por su amor y entrega. Entre ellos, destaca la figura del beato belga Joseph de Veuster, a quien el mundo conoció, respetó y admiró con el nombre que escogió para servir a Dios: Padre Damián, Damián de Molokai.

Joseph De Veuster ingresó al seminario siguiendo los pasos de su hermano mayor. Al fallecer éste, Joseph pidió tomar su lugar y así partió como misionero hacia Hawaii.

Al llegar, en 1864, vio que todos los leprosos eran deportados a la isla de Molokai con el fin de frenar el contagio de esta mortal enfermedad. Pero eran prácticamente abandonados a su suerte. Esta situación afligía mucho al Obispo, que se enfrentaba a la imperiosa necesidad de enviar un pastor que brinde apoyo, fuerza y consuelo a la gran colonia de leprosos, y al profundo temor de saber que estaría condenando a muerte al sacerdote que decidiera llevar a cabo esta obra de bien.

Cuatro sacerdotes se ofrecieron como voluntarios, entre ellos el Padre Damián, quien fue el primero en salir hacia Molokai, en 1873.

El padre Damián tuvo que trabajar mucho pero se ganó la confianza de los enfermos. Organizó la colonia, como una ciudad, construyendo casas, un hospital y un orfelinato. A todos brindaba ayuda material y espiritual. Se convirtió en Padre de todos los leprosos, que comprendieron que este hombre santo los amaba al extremo de exponer su vida sólo por ese amor.

Y lo supieron un día de 1885, cuando en el sermón, el Padre dijo "nosotros, los leprosos" casi con alegría. Había contraído la enfermedad. Y, consciente de que su hora estaba marcada, se dedicó con igual ahínco a construir más casas para dejar a sus queridos leprosos, hasta el 15 de abril de 1889, cuando partió al cielo.

Joseph de Molokai es un hombre grande. Su heroicidad no sólo es reconocida por la iglesia católica, también ha merecido la admiración y elogio del líder espiritual Mahatma Gandhi, y el respeto y adhesión del escritor Robert Louis Stevenson.

Para profundizar más en la vida de este santo, recomiendo los siguientes links:

Padre Damián: biografía
Padre Damián y R. L. Stevenson
Damián de Veuster
Molokai: the story of Father Damien (sinopsis - film 1999)
Damián de Molokai
Father Damien bay Robert L. Stevenson


octubre 04, 2009

El poverello de Asís


Hoy, fiesta de San Francisco, el poverello (pobrecito) de Asís. Creo que el pasaje más decisivo de su vida es el que cito a continuación, y qué mejor que a través de las palabras de San Buenaventura:


"Salió un día Francisco al campo a meditar, y al pasear junto a la iglesia de San Damián, cuya vetusta fábrica amenazaba ruina, entró en ella, movido por el Espíritu, a hacer oración; y mientras oraba postrado ante la imagen del Crucificado, de pronto se sintió inundado de una gran consolación espiritual. Fijó sus ojos, arrasados en lágrimas, en la cruz del Señor, y he aquí que oyó con sus oídos corporales una voz procedente de la misma cruz que le dijo tres veces: «¡Francisco, vete y repara mi casa, que, como ves, está a punto de arruinarse toda ella!» Quedó estremecido Francisco, pues estaba solo en la iglesia, al percibir voz tan maravillosa, y, sintiendo en su corazón el poder de la palabra divina, fue arrebatado en éxtasis. Vuelto en sí, se dispone a obedecer, y concentra todo su esfuerzo en la decisión de reparar materialmente la iglesia, aunque la voz divina se refería principalmente a la reparación de la Iglesia que Cristo adquirió con su sangre."

Extraído de: Vida de San Francisco de Asís - textos de San Buenaventura: el crucifijo de San Damiano

Hace 800 años de este encargo, cumplido cabalmente por este hombre que jamás ambicionó más que vivir la Pobreza evangélica que predicó Cristo. El testimonio más fiel es su sayal, expuesto hasta hoy en Asís, lleno de costuras, zurcidas y remiendos de todo tipo y tamaño. La imagen no reproduce exactamente la dimensión de estas refacciones, pues toda la túnica está llena de ellas, al derecho y al revés, algunas son tan pequeñitas que parecen imposibles. Todo ello nos habla de la increíble voluntad de un hombre por mantenerse fiel a una promesa, movido por su fe y el inmenso amor que existió en su corazón, donde todos los seres teníamos cabida.


Y sin duda, en ese santo corazón, un lugar muy especial lo tenía aquélla que él llamaba su Señora, santa Reina, santa Madre de Dios. Honrémosla a través de este bello canto compuesto por el Padre Gabaraín, en homenaje al poverello
:




Plegaria a Nuestra Señora de los Ángeles

Hoy quiero cantarte, Señora de los ángeles,
reina soberana, Madre celestial.
Yo soy una alondra que ha puesto en ti su nido,
viendo tu hermosura te reza su cantar.

Luz de la mañana, María, templo y cuna,
mar de toda gracia, fuego, nieve y flor.
Puerta siempre abierta, rosa sin espinas,
yo te doy mi vida, soy tu trovador.


Salve, surco abierto donde Dios se siembra;
te eligió por Madre Cristo, el Redentor.
Salve, esclava y reina, virgen nazarena,
casa, paz y abrazo para el pecador.

octubre 03, 2009

Bendición de Mascotas

Como todos los años, en el marco de las celebraciones por el día de San Francisco de Asís, los padres franciscanos organizan la tradicional bendición de animalitos.

Este tierno acto no sólo se realiza en los atrios de sus templos. También se celebra en zoológicos, como se hará mañana en el Buin Zoo de Chile, y hasta de modo virtual, como el padre austríaco Franz Zeiger, quien recibe vía email las fotos de mascotitas que bendecirá mañana domingo, con ocasión del Día Mundial del Animal. Esta fecha se ha instituido precisamente en recuerdo de San Francisco, que nos enseñó el respeto que debemos tener hacia nuestros hermanos menores.

Si bien es claro que la bendición no es un bautizo, esta ceremonia definitivamente tiene un sentido especial, pues expresa el amor que las familias son capaces de brindar a un ser pequeño, dependiente de ellas, y su voluntad de perserverar en el respeto hacia la vida en todas sus formas.

Ceremonia de Bendición de Mascotas:

Día: domingo 4 de octubre
Hora: 4 pm
Lugar: Iglesia San Antonio de Padua
Dirección: Av. San Felipe s/n Jesús María

Pax et bonus!

octubre 01, 2009

"Ya no son dos, sino una sola realidad"

El mensaje y la sugerencia homilética que nos envía el querido Padre José María nos recuerdan la gran bendición que es vivir el matrimonio según el llamado divino.

¿El matrimonio (en su versión animada por la Fe católica, es decir, el que creemos que es el adecuado en la mente de Dios y el defendido por Jesucristo) está contra la libertad humana, está contra el derecho que tiene la naturaleza humana de gozar de la vida y de todo lo grato y maravilloso que ella nos ofrece?

No es precisamente así como los que lo viven bien lo experimentan.

Es, más bien, expresión de la madurez de nuestra libertad, pues no estamos sujetos ni a los propios sentires o quereres, como si no tuviéramos capacidad de superarnos y construir más allá de los que nos sale "natural" o espontáneo..., sino que somos capaces de ir más allá; somos capaces de compromisos estables, de los que los que nos rodean se pueden fiar. Dejarse llevar, significa que nadie se puede fiar de la estabilidad de nuestras relaciones porque nuestras decisiones no dependen de criterios superiores a nosotros ni de principios que nos orientan más allá de nuestros intereses, sino de lo que en cada momento nos viene y del modo como nos sentimos en A o B situación y circunstancia: si nos parece bien, seguimos; si no, lo dejamos... Y quien se fio de nosotros ¿a dónde va?, ¿cómo queda? ¿Qué responsabilidad asumimos con lo que se comenzó a construir y a desarrollar apoyándose en la vida que decidimos comenzar? ¿Qué tipo de personas somos? ¿Se puede tomar en serio nuestra palabra o somos marionetas, veletas al viento de nuestras sensaciones y sentimientos?

El gozo es expresión exterior de la estabilidad, paz y dignidad vivida en nuestro interior. No es fruto de placeres externos. Puede, es verdad, incluirlos, pero los supera soberanamente y les da un sentido que los trasciende.

La posibilidad de gozar aun sintiendo dolor no es absurda y se da muchas veces en la realidad, pero depende de la estabilidad interior de la persona que goza y del sentido con el que vive su vida. Si ésta está vendida al placer, el gozo, la felicidad, se hacen imposibles y cuando se da un amago de ellas, están sujetas al miedo de la transitoriedad efímera. El gozo verdadero es una consecuencia, no una conquista buscada y construida.

Es verdad que el gozo, la felicidad, la alegría supone construcción del equilibrio interior, pero no construcción de la felicidad, sino de la coherencia de las diversas relaciones propias de la naturaleza humana.

No nacimos para pasarla bien, sino para hacer el bien, desde la verdad que reside en cada realidad. Este "hacer el bien" nos lleva, sin que lo pretendamos, al gozo, a la alegría íntima, a la felicidad, que es superior al placer, incluyéndolo en múltiples facetas.

Nuestra sociedad se ha encerrado en el placer físico y psicológico, perturbando la posibilidad del gozo profundo y estable, al que le niega existencia, por vivir en la esclavitud de lo sentible.

Dios nos propone mucho más.

Dios nos propone atrevernos a la fidelidad, al amor estable y permanente, a consagrar la propia vida para que quien está con nosotros pueda ser cada día más y llegar más allá de los planes pequeños y cerrados en uno mismo o en el pequeño grupo.
Jesús es el modelo, nosotros los discípulos que deberán llegar a ser sus testigos y mensajeros.

Dios nos conceda vivir con los sentimientos del Señor Jesús, pues todos, también nosotros, se beneficiarán.

Dios nos bendiga a todos para poder vivir en su Felicidad y Gozo, tan interior y fuerte que se trasluce y seduce a quien le llega, pues le transmite paz y serenidad.

Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:

P. José Mª Domènech SDB

"Ya no son dos, sino una sola realidad"

¿Es digno de la libertad humana comprometerse de por vida con otra persona o comunidad, que puede cambiar en cualquier momento y ya no satisfacer? ¿Qué le ayuda, a la persona humana, ser, cada vez más y mejor, ella misma? ¿Es capaz, el ser humano, de asumir compromisos definitivos y mantenerse fiel al bien que ellos buscan, superando intereses egoístas?

Jesús, hombre perfecto, con el don de su propia vida, crea una sola familia para la unidad de la gran familia humana. Eso es posible porque ama personalmente a su Padre, vive como su hijo, y acepta dócilmente su Voluntad, llevando a cabo su Obra de Vida Nueva para un mundo, que busca denodadamente la paz y llevar a buen término su anhelo de desarrollo y felicidad.

¡¡Es nuestra vocación!! Pero hay un obstáculo, el egoísmo, y éste lleva al individualismo, el cual usa a los demás, de uno u otro modo, para el propio interés, desquiciando así la realidad.

Dios creó, no individuos, sino personas en y para la comunión; esto les lleva a ser más.

Solo una actitud responsablemente dócil a la Voluntad de Dios nos permite vivir con éxito nuestra vocación conyugal: comunión centrada en el bien del otro por encima de todo.

Nacimos para dar la vida y así llenar de vida el mundo, sin usurpar sus bienes

El mayor bien del mundo son las personas; éstas existen para acompañar y apoyar la maduración del bien de los demás, renunciando a ser cuidados y servidos, para cuidar y servir.

Ser libres pide saber servir y saber renunciar a gustos o beneficios personales o grupales. Lo demás es esclavitud. El Amor verdadero libera de uno mismo para dar la propia vida.

Hemos sido creados para complementarnos en el libre don mutuo y así madurar unos y otros

Dios nos creó para ser como Él: cada persona se realiza al servir para el bien de la otra.

Nadie es completo ni centro de nada, todos nos necesitamos y somos una riqueza insustituible. Ser alguien grande supone servir a los demás: ¡Es la medida de nuestra grandeza!

El divorcio muestra que el matrimonio es vivido desde el interés-complacencia individual.

Cristo se entrega para la Vida Nueva de cada uno, es decir, para que aprendamos a darnos

La Gloria de Dios está en nuestra creciente grandeza al dar la vida, desde lo más pequeño hasta lo más sublime, que es la fidelidad al bien del otro, dejando lo que sea necesario.

Jesucristo aceptó, en su carne, con libertad suprema, sufrir el suplicio de la cruz, apoyándose sólo en la grandeza suprema y enaltecedora del Amor del Padre, que a todos quiere salvar.

Pidamos a María vivir el matrimonio como consagración personal al bien y vida del otro.

Padre José María Domènech Corominas, sdb

CICLO B – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO XXVII

Gn. 2, 18-24: "Se dijo el Señor-Dios: «No es bueno que el ser humano esté solo, crearé para él a alguien que le acompañe»... modeló de tierra a los animales... El humano... no encontró a nadie que le pudiera acompañar adecuadamente. El Señor-Dios el hizo caer en un profundo sueño… de la costilla que de él había tomado, el Señor-Dios hizo a otro ser humano y se lo presentó. Él dijo: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Su nombre será esposa, pues del esposo ha sido tomado». Por eso la persona humana dejarán a su padre y a su madre para unirse a su cónyuge y, desde entonces, serán una sola familia."

Salmo 127: "Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida"

Hb. 2, 9-11:
"Jesús fue, por un tiempo, puesto por debajo de los ángeles, pero ahora... lo vemos coronado de gloria...; porque Dios, que nos ama, quiso que muriera por todos. Dios... quería llevar muchos hijos a la gloria... y convenía que aquel que los iba a guiar a la salvación, fuera consagrado por los sufrimientos... por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos."

Mc. 10, 2-16: "Los fariseos... preguntaron a Jesús si el esposo puede divorciarse de su esposa. Jesús les preguntó: «¿Qué les indicó Moisés?»... Jesús les dijo: «Moisés les da esta prescripción por la dureza de sus corazones. Pero al principio Dios creó los creó varón y mujer. Por eso la persona humana dejará a su padre y a su madre para unirse a su cónyuge y, desde entonces, serán una sola familia. Por tanto, ya no son dos, sino una sola realidad. ¡Lo que Dios ha unido, nadie lo separe!»... La gente llevaba niños a Jesús para que los bendijera... dijo a sus discípulos: «Dejen que los niños vengan a mí y no los excluyan, pues el Reino de Dios es para los que son como ellos»."

A ti venimos en procesión

Empezamos un nuevo Mes Morado: tiempo de devoción y penitencia, de fervor y tradición. Una tradición que pasa de padres a hijos a través del tiempo. Una devoción que se aprende en familia; que se hereda, sí, pero principalmente, se inculca con el propio testimonio. Y la experiencia personal.

Es confortante saber que, alrededor del mundo, los peruanos procuramos reunirnos para rendir nuestro tributo de cariño a la venerada imagen de Cristo, el Señor de los Milagros. Padre que nos escucha, hermano que nos ayuda, hijo que nos consuela. Al paso del anda, sentimos en nuestro corazón esa especial sensación de sabernos escogidos y amados por un Padre rico en misericordia.

A continuación, un resumen del programa de recorridos organizado por la Comunidad de Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas y la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas.



PROGRAMA DE RECORRIDOS DE LA IMAGEN DEL
SEÑOR DE LOS MILAGROS

Sábado 3:
Mediodía: Procesión de la efigie del Señor de los Milagros desde el Santuario de las Nazarenas hasta la Catedral, donde pernoctará. Avanzará por las Avenidas Tacna, Emancipación, Jr. Chancay, local de la Hermandad de Cargadores donde le rendirán homenaje; Jr. Chancay, Jr, Callao, Jirón de la Unión para recibir el homenaje del Club de la Unión; Jirón de la Unión, Jr. Huallaga, Jr. Carabaya, Catedral.

Domingo 4:
11 am: Misa solemne en la Catedral, presidida por Monseñor Juan Luis Cipriani, Cardenal de Lima.
Mediodía: La venerada imagen del Señor de los Milagros sale de la Catedral hacia el Santuario de las Nazarenas. Pasará por la Plaza Mayor, Jirones Carabaya, Huallaga, Lampa, Miró Quesada, Jirón de la Unión hasta la Iglesia de la Merced; Jr. Huancavelica y, finalmente, el Santuario de las Nazarenas.

Domingo 18:
6 am:
El Anda del Señor sale del Santuario de las Nazarenas.
6:30 am: Misa solemne presidida por Monseñor Juan Luis Cipriani, Cardenal de Lima, en la esquina de Av. Tacna y Jr. Huancavelica.
8 am: Procesión tradicional, por la Avenida Tacna, Jr. Conde de Superunda, Plaza Mayor, Palacio de Gobierno, donde recibirá el homenaje del Presidente y Ministros; Jirón de la Unión hasta Palacio Municipal, donde recibirá el homenaje del Alcalde y Regidores; Jr. Junín, Jr. Carabaya, deteniéndose frente al Arzobispado donde Monseñor Cipriani impartirá la bendición pastoral a todos los fieles; Jr. Junín, Jr. Ayacucho, hasta el Congreso donde recibirá el respectivo homenaje; Jr. Ayacucho, Jr. Ancash, Av. Sebastián Lorente, Jr. Desaguadero hacia el templo de la Virgen del Carmen del Cercado; Av. Sebastián Lorente, Jr. Junín, hasta el Santuario del Carmen, donde pernoctará hasta el dia siguiente.

Lunes 19:
6 am:
La venerada imagen del Señor de los Milagros sale al atrio del Santuario del Carmen.
6:30 am: Misa en honor al Señor de los Milagros, presidida por el Cardenal Monseñor Juan Luis Cipriani.
8 am: Procesión tradicional de la efigie del Señor de los Milagros, que pasará por Jr. Huánuco, Jr. Puno, Hospital Dos de Mayo, Plaza Daniel Alcides Carrión, Av. Grau, Jr. Cangallo, Hospital Emergencias Pediatricas, Jr. Cangallo, ingreso al Hospital Guillermo Almenara (Ex Obrero) por la puerta de Emergencia; Avenidas Grau, Nicolás de Piérola, Abancay, Jr. Leticia, Jr. Zavala Loayza, Jr. Miguel Aljovín, Av. Paseo de la República, donde recibirá el Homenaje del Poder Judicial; Av. Roosevelt, Jirón de la Unión, Plaza San Martín, Av. La Colmena, Av. Tacna, Jr. Huancavelica, Santuario de las Nazarenas.

Miércoles 28:
6 am:
La venerada imagen del Señor sale del Santuario de las Nazarenas.
6:30 am: Santa Misa en honor al Señor de los Milagros, presidida por el Cardenal Monseñor Juan Luis Cipriani, en la esquina de Av. Tacna y Jr. Huancavelica.
8 am: La imagen del Señor de los Milagros sale en procesión: Av. Tacna, Av. La Colmena, Plaza 2 de Mayo, Av. Alfonso Ugarte, Hospital San Bartolomé, Av. Alfonso Ugarte, Jr. Quilca, Av. Alfonso Ugarte, hospital Arzobispo Loayza, Av. Alfonso Ugarte, Av. España, Av. Garcilazo de la Vega, Av. Tacna, Jr. Huancavelica ingresando al Santuario de las Nazarenas.
9 pm: Misa de Acción de Gracias mandada a oficiar por la Vigésima Cuadrilla.

Para mayor información y detalles sobre cada procesión, visite el site del Arzobispado de Lima:
Señor de los Milagros en Atrio de Catedral de Lima
Señor de los Milagros, a ti venimos en procesión