noviembre 04, 2007

Como Zaqueo

La liturgia de hoy nos presenta la hermosa historia de Zaqueo. Los mejores films sobre Jesús acostumbran representar este momento como una conversión espontánea y sincera, que causa gran alegría al Señor.

A la luz de las palabras del querido P. José María, reflexionemos y pidamos a Dios nos dé el coraje para seguir el camino de Zaqueo, sin dejarnos presionar por las apariencias y circunstancias. Agradezcamos a nuestro Padre Eterno su amor inmenso e incansable, que nos da tantas oportunidades!

Me permito agradecer también porque hoy hace 107 años vino al mundo mi bisabuelita, fuerte y pequeñita, que está en el cielo desde hace muchos años, perdida entre el coro de angelitos cantando las glorias de Dios.

ABIERTOS AL SEÑOR COMO ZAQUEO!

¡La sabiduría divina no juzga, sino que salva a todos, pues a todos ama personalmente!

Lo que perdía a Zaqueo antes de conocer a Jesús personalmente era que tenía su vida centrada en sí mismo y utilizaba todas las oportunidades para sacar provecho material y social de las circunstancias, sin importarle demasiado las consecuencias que esto podía acarrear a los más débiles, despertando las furias en ellos y en los que se tenían por justos.

Jesús no juzga a nadie, pero tampoco se deja impresionar por el juicio de nadie: solo actúa según le dicta su conciencia centrada en la Voluntad de vida y salvación del Padre, con quien jamás pierde el contacto.

Su vocación no es condenar sino proclamar y convertir en historia concreta, en quien lo acepte, la Salvación y Vida Nueva del Padre.

También nosotros tenemos nuestra vocación personal y debemos mantenernos en contacto con el Señor para saber responder a ella sin traicionarla y ser, como nos invita el salmo, una vida que bendiga y reconozca la misericordia y clemencia universal de Dios.

Quien comete la necedad de someterse a la opinión de los demás, a las habladurías o corrientes de pensamiento o de moda, lo que logrará, como nos previene Pablo, es perder la cabeza y hacer la tontería de vender su conciencia a la necesidad casi angustiosa, de quedar bien.

En esta actitud, todo son juicios y condenas, no hay tolerancia, aunque se hable mucho de ella, y esto porque se vive en la debilidad, pobreza y transitoriedad de criterios actuales.

Estamos en las antípodas de la omnipotencia de Dios, que es misericordia pues nos conoce perfectamente, nos ama sin condiciones y quiere salvarnos, estemos como estemos, basta que nos abandonemos a sus manos y le hagamos caso con decisión de cambio, como Zaqueo.

La salvación llega a la casa de Zaqueo, a su familia, porque él abre la puerta de su corazón de par en par, dispuesto a poner en práctica lo que significa para la vida, la paz y la justicia la presencia salvífica de Jesús.

Dios, en Cristo Jesús, lo único que quiere es salvar porque ama la vida y la ama en cada persona hasta el punto de dar su propia vida por cada una, no se distancia de nadie, ni siquiera de quien se separa de Él, porque ha venido a salvar lo que estaba perdido.

Bendigamos al Señor, pero no solo con la boca, con alabanzas o con actos de culto, pues éstos son muy buenos pero no salvan por sí mismos. Lo que salva es abrirnos con sinceridad al Señor Jesucristo, sin manipulaciones y cálculos interesados. La Salvación se hará historia en nuestra vida si vivimos en obediencia decidida que nos lleve a la conversión continua, poniendo al Señor en el centro de nuestra vida, escuchando su palabra como Palabra de Vida Eterna, alimentándonos de su Amor hecho Pan, Perdón y Paz para todos.

María, la Madre dócil y abandonada a Dios, nos enseñe a bendecir a Dios por la voluntad de vivir nuestra vocación a la santidad, apoyados en la Providencia Misericordiosa del Padre.

P. José María Doménech Corominas, sdb.


TIEMPO ORDINARIO - DOMINGO XXXI- CICLO C

Sb. 11, 22-12, 2: "Tú te compadeces de todos, porque todo lo puedes... para que se arrepientan. Tú amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho... a todos perdonas porque son tuyos, Señor, amigo de la vida. Todos llevan tu soplo incorruptible. Por eso, corriges poco a poco... para que se conviertan y crean en Ti..."

Salmo 144: Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey."

2Ts. 1, 11-2, 2:
"Pedimos continuamente a Dios por Uds. para que los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado... de esa manera el nombre de nuestro Señor Jesús será glorificado en Uds. y Uds. en Él... ...No pierdan fácilmente la cabeza... como si afirmásemos que el día del Señor fuera inminente."

Lc. 19, 1-10:"Entró Jesús a Jericó... un hombre muy rico, llamado Zaqueo... trataba de distinguir a Jesús... «Zaqueo... hoy tengo que alojarme en tu casa...» ...todos murmuraban... dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, la doy a los pobres; y, si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más». Jesús contestó: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa... Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar lo que estaba perdido»."

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