noviembre 10, 2007

El Señor nos pide fidelidad


FIDELIDAD

¡Dios es Dios de vivos porque para Él todos viven!

La Palabra es clara, quien la quiera vivir, Vivirá; quien la quiera tergiversar o manipular, perecerá como consecuencia del propio engaño, al que tonta o soberbiamente se sometió... No hay nada más necio y tonto que morir en la propia trampa y la soberbia es la más tonta de todas las actitudes humanas, pues no aporta nada valioso y es despreciada por todos los hombres que se respetan. Unirse a una persona soberbia es pactar con el enemigo de la vida y la sensatez para pedirle que me guarde las espaldas. Es una verdadera trampa.

¿En qué vale la pena creer, en nada? ¿Para qué vivir, para pasarla bien, para conseguir mis planes; y a dónde van, a la tumba? ¿Puedo pasarla bien sin futuro que me llene a fondo?

Se requiere mucho coraje para enfrentar con dignidad las dificultades de la vida, sin arrastrarse, sin venderse a nada, ni de dentro (autocomplacencias, proyectos, relaciones), ni de fuera (presiones, promesas, amenazas, alabanzas, ventajas). Pero el coraje requiere una motivación interior que dé sentido a la vida... Sin ello viene el desconcierto, que tanto rige muchas vidas en la actualidad llevándolas a la desesperación, a la cobardía de buscar la muerte, para sí o para otro. Cobardía todavía más patente porque no tiene agallas para decir las cosas por su nombre y cuando alguien las dice, muchas veces algunos, se sienten insultados o reclaman delicadeza para no ofender susceptibilidades... Al aborto se le llama “interrupción del embarazo”; al asesinato de los enfermos, por propia o ajena petición, se la llama “eutanasia”; a la manipulación arbitraria del embarazo y de la sexualidad, se le llama “salud reproductiva” o “sexo recreativo”.

Jesús nos pide vivir en la verdad. Los muchachos Macabeos nos muestran cómo se enfrentan las dificultades, incluso gravísimas, ¡¡desde la Fe en el Dios de la Vida que, sin duda, nos resucitará!!

Pablo nos invita a tener confianza porque este Dios de la Vida no nos abandona jamás. Él nos librará del peor de los enemigos de la persona humana: el Maligno, que es tan perversamente astuto que hasta ha instruido a los “sacerdotes” que le sirven para que nieguen su existencia y su acción, pues así ya no será necesario estar en guardia, disciplinarse y alimentar la propia Fe en la Fe de la comunidad del Dios de la Vida que nos llena de esperanza.

Sí, resucitaremos, pero esta Vida Nueva, nos dice Jesús y Pablo y la Iglesia desde sus inicios, es necesario aprenderla a vivir desde ahora, sin engañarnos.

Los sabios antiguos nos decían: “En todas tus cosas mira al fin”. Es lo que nos muestran los mártires de todos los tiempos: mirar al Padre, como Jesús, que nos resucitará y nos pide fidelidad y constancia en el esfuerzo de vivir con honestidad y sabiduría en medio de la necedad que, en más de una ocasión, nos puede rodear.

María interceda por nosotros para saber alimentar nuestra Fe en el Dios de la Vida.

P. José María Doménech Corominas, sdb.




TIEMPO ORDINARIO - DOMINGO XXXII- CICLO C

2M. 7, 1-2.9-14: "Siete hermanos que habían sido detenidos con su madre eran forzados por el rey a comer carne... prohibida... «...Estamos dispuestos a morir antes que traicionar la ley recibida de nuestros padres.» «...el Rey del universo nos resucitará a una vida eterna» ...el mismo rey con su corte quedaron sobrecogidos por la valentía del muchacho... «Ahora que morimos en manos de los hombres, es bueno confiar en la esperanza que nos da Dios de resucitarnos, porque tú no resucitarás a la vida.»"

Salmo 16: "Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor."

2Ts. 2, 15-3, 5:
"...que Jesucristo... y Dios... que nos ha amado tanto, y nos ha regalado un consuelo eterno y una gran esperanza, conforte sus corazones y les dé fuerza para toda clase de palabras y obras buenas... nos libre de los hombres perversos y malvados... El Señor es fiel, les dará fuerzas y los librará del Maligno... para que amen a Dios y tengan la constancia de Cristo."

Lc. 20, 27-38:"...se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección... Jesús les contestó: «...los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán, pues ya no pueden morir... son hijos de Dios porque participan en la resurrección... Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos porque para Él todos viven»."

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