noviembre 17, 2007

Dios es justicia, no ventaja

El P. José María nos envió con anticipación la sugerencia homilética para éste y el próximo domingo.

Acompañemos con nuestra oración al querido Padre, que precisamente participa de un retiro en estos días. Que el Señor permita que este tiempo de retiro sea de mucho provecho espiritual y luz para él.


DIOS ES JUSTICIA, NO VENTAJA


¡La sabiduría divina nos dice la verdad con claridad, sin paliativos: ponerse en manos del Señor es arriesgar la propia vida, sin más seguridad que la de saber que viviendo con constancia fiel el Amor de Dios, aun con persecuciones, salvaremos la vida para siempre!

Dios es justicia, pero no ventaja humana para los que le sigan. Seguirle, hoy como ayer, nos trae problemas de distinto nivel: de comodidad, de crítica por la Fe vivida, de rechazo con ironía y burla, de entorpecimiento, de contradicción, de agresión, de persecución abierta y de explícita amenaza de muerte. Y los problemas no vienen solo de nuestros vicios y las costumbres no evangélicas de nuestra cultura, sino también de otros ámbitos como las relaciones familiares, las relaciones sociales cercanas y las más oficiales, las instituciones en las que nos movemos y de las que dependemos (sin descartar las eclesiásticas, humanas al fin, y, por tanto, falibles y sujetas al peso del pecado), los estados y hasta de la comunidad de estados...

El Señor pondrá las cosas en su sitio a su tiempo, pero, mientras esto se da, es necesario que le seamos incondicionalmente fieles en todo: en la propia conciencia y las relaciones sociales en las que intervenimos con nuestras decisiones y posturas; en el trabajo cotidiano y en las relaciones interpersonales y familiares; en las relaciones religiosas, políticas, laborales, científicas, económicas, culturales...

Nada construido fuera de nosotros y fuera de los hermanos permanecerá. Tampoco si no sale del Amor de Dios, con sus signos de paz, concordia, sanación, vida.

Lo que no lleve por este camino, no viene de Dios sino de Satanás y necesitamos superarlo con la Gracia, humildemente acogida y aprovechada; la búsqueda constante de la Palabra que nos lleva por los caminos de conversión; la perseverante oración; la intensa vida sacramental; la súplica humilde y constante del don del Espíritu; la sencilla y esforzada imitación de las actitudes de María y los santos. Todo para encontrar caminos de concordia o de ofrenda de la propia vida sin buscar más ventaja que la Gloria de Dios y la predicación del Evangelio a todos los que lo necesitan, lo acepten o no, lo busquen o no: todos tienen derecho a la propuesta, dejémosle el resto a la Gracia de la Providencia Divina. Todos tienen derecho a nuestra santidad, es decir a ver las obras de Dios en nuestras vidas. Ser santos es necesidad y deber.

No nos toca conquistar, ni que nos den la razón, ni tener ventajas... ¡Cuántas veces, la historia nos lo demuestra hasta la saciedad, buscar esto, junto con el dinero o riquezas, ha perjudicado gravemente al Evangelio! No olvidemos que el demonio es un ser perverso, muy hábil, cuya voluntad es hundirnos, como personas y como humanidad, y sabe más psicología, filosofía, teología y cualquier ciencia que nosotros. De él vienen todas las persecuciones: interiores y exteriores... Tiene sus secretarios en todas partes... ¡¡No le hagan caso!!, dice Jesús.

Pidamos a María nos enseñe a vivir fieles a Jesús en todo momento aún en persecución.

P. José María Doménech Corominas, sdb.


TIEMPO ORDINARIO - DOMINGO XXXIII- CICLO C

Ml. 3, 19-20a: "Llegará aquel día como un fuego abrasador. Todos los soberbios e injustos serán como la leña seca... Pero para ustedes, que veneran mi nombre, saldrá el sol de la felicidad y sus rayos serán saludables."

Salmo 97: "Viene el Señor a juzgar con toda justicia a todos pueblos."

2Ts. 3, 7-12:
"Entre ustedes.... a nadie le pedimos que nos dieran el pan gratis, sino que trabajamos duramente con nuestras propias manos... No es que no tuviéramos derecho a que nos apoyaran... les dimos esta regla: «Quien no quiera trabajar que tampoco coma.»... Les recomendamos, en nombre de Jesucristo, el Señor, que trabajen en paz para ganarse el pan que comen."

Lc. 21, 5-19:"...algunos ponderaban el templo, sus magníficas piedras y las ofrendas... Jesús les dijo: «Vendrán días que todo esto que ven será destruido: no quedará piedra sobre piedra... Estén alertas, no se dejen engañar... Les dirán: ‘Yo soy’... Déjenlos, no les sigan... A ustedes les perseguirán... Será ocasión de dar testimonio. Hagan el propósito desde ahora de no preparar su defensa: yo mismo les daré una elocuencia y sabiduría que ninguno de sus acusadores podrá contradecir... Serán traicionados por sus mismos familiares y matarán a muchos de ustedes y serán odiados por todos, por ser mis discípulos... Si sufren con constancia salvarán su vida para siempre.»"

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