mayo 25, 2008

Cuerpo y Sangre de Cristo


CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

La vida acaba siendo una real prueba que muestra en qué creemos y en qué no.

Moisés invita al pueblo de Israel a reconocer que la presencia fiel del Señor en su historia de liberación y de caminar hacia la tierra prometida es un real y patente signo de su Amor Providente.


Dios merece nuestra confianza
porque jamás nos abandona y nos otorga lo que necesitamos en cada momento y como lo necesitamos, no como nos gustaría recibirlo.

Así Dios nos construye en unidad: alimentándonos con su propio cuerpo y sangre, es decir, llenándonos de su vida por su Espíritu, que hace fecunda la Eucaristía y a la Iglesia.

1. El pan que comemos es el único cuerpo del Señor.-

Cristo no propone sólo un mensaje, se da a sí mismo como alimento de creciente plenitud de vida; se entrega en sacrificio para la libertad, se pone a sí mismo como servidor de la comunión comunitaria, de la que Él mismo es modelo.

Los discípulos debemos seguirle, superando miedos y ‘hambres’ egoístas, que serán superadas con creces con la palabra llena de vida que el Señor nos entrega en cada celebración litúrgica. Caminar por los caminos del Señor no es placentero, pero, sin duda, tiene el éxito personal garantizado.

La comida que el Señor nos da
, para llenarnos de fortaleza, es su propio cuerpo en el Espíritu de Amor. Nos toca recibirlo para vivir como Él, si no lo hacemos, eso nos condena.

2. Jesucristo se entrega para nuestra vida y unidad permanente.-

La Eucaristía es el sacramento de la unidad
: la personal, por la cual yo aprendo a vivir centrado en el Señor y la comunitaria, por ella Él nos reúne para que seamos su cuerpo en medio del mundo. Así, caminando en obediencia al Padre como Él, seamos testigos del Amor que salva entregando la vida y viviendo en la verdad para el bien de todos, aunque duela.

La Eucaristía es la expresión de la suprema creatividad del Dios-Amor. ¿Qué más podía hacer que quedarse como alimento permanente y espiritual para que sus discípulos tuvieran la fuerza de testificar al Resucitado con su comunión y su servicio de sacrificio incruento?

Dios nos desea ver como lo que somos: hijos que le aman como su Hijo Amado.

3. El Dios de la vida nos llama a vivir en cada Eucaristía un encuentro personal con Cristo Jesús.-

Ser cristiano es
celebrar cada Eucaristía con toda la propia vida e historia: agradable o no; ejemplar o lamentable; esforzada o mediocre; serena y tranquila o llena de tensiones.

Dios desea que vivamos de tal modo que todo nos conduzca al Señor Jesús. En cada Eucaristía debemos desear encontrarnos personal e íntimamente con Él, ansiarlo, esperarlo, buscarlo. A eso nos lleva la verdadera oración, personal y comunitaria, y la vida de la comunidad de los discípulos de Jesús, apoyando el camino que debe hacer la familia cristiana.

María, que busquemos a Jesús en cada Eucaristía y nos comprometamos con su Amor.
P. José María Doménech Corominas, sdb

CICLO A – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO VIII
CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

Ex. 34, 4b-6.8-9: "Moisés dijo al pueblo: «Acuérdate del camino que el Señor te hizo recorrer en el desierto... para conocer los sentimientos de tu corazón... Te hizo pasar hambre, pero después te alimentó con el maná... para que aprendieras que no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Acuérdate del Señor, tu Dios, que te liberó de la esclavitud de Egipto...»"

Salmo 147: "Glorifica al Señor, Jerusalén"

1Cor. 10, 16-17:
"El pan que partimos... es uno solo. Por eso todos nosotros, a pesar de ser muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos participamos del mismo pan."

Jn. 6, 51-58: "Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el Pan bajado del cielo. Quien come de este Pan vivirá para siempre... El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo... Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida... A mí me ha enviado mi Padre, que vive y yo vivo por el Padre; igualmente quien me coma vivirá por mí..."

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