diciembre 30, 2007

La sagrada familia


Hoy, día de la sagrada familia de Nazareth, el Padre Doménech nos aconseja basar nuestra relación familiar en la comunicación y el perdón.

Sabemos que esto no es fácil. Cada familia tiene su propia dinámica comunicacional, sus propias pautas de perdón. Existen tantas historias de personas que sufren a causa de sus familias, hijos que martirizan a sus padres, padres que han dañado a sus hijos. Hermanos que se traicionan por dinero o bienes materiales.

Sin embargo, conozco personas que, viviendo el dolor de alguna de esas historias, han tenido la grandeza de espíritu de perdonar a sus familiares, amándolos a pesar del daño que les han ocasionado, y luchando contra su propio y natural dolor para perseverar en su amor familiar. Ellos son personas en apariencia comunes, pues no destacan por pertenecer a movimientos religiosos o mantener apariencias "beatíficas". Incluso a veces proyectan una imagen más bien heterodoxa y singular. Pero son, aunque no les interesa parecerlo.

A estas personas rindo homenaje hoy, último domingo del año, domingo dedicado a reflexionar sobre la familia de Jesús. Me siento muy orgullosa y bendecida porque algunas de estas personas aparecieron en mi vida, porque sin duda, y a pesar de todas sus limitaciones y sus defectos, ellos son los verdaderos padres, madres, hija/os y hermana/os de Cristo.

Benditos sean. Que su luz nos señale el camino.


LA SAGRADA FAMILIA

La Familia siempre ha estado en el centro de la Providencia divina: Dios le ha otorgado promesas maravillosas, tiene necesariamente sus propias tareas y goza del cuidado privilegiado del mismo Dios. ¡Felices los que se dejan guiar por lo que el Señor les indica. Pues Él no falla ni abandona jamás, por esto el éxito les está asegurado.

1. La familia, garantía de éxito en la vida.-
Dios está comprometido con la vida y ésta se expresa en la de la persona humana.

No es posible que la persona humana se desarrolle en la soledad y el abandono. Esto ya se expresa en el Génesis y aquí se nos muestra a un Dios que ha unido a la familia un mundo de ventajas y promesas que no tienen parangón... Solo la fidelidad a Dios tiene mayores ventajas.

Para Dios los padres, expresión de su Providencia, son sagrados. Todos los que los respetan y atienden debidamente, tienen ventajas de paz, purificación y vida eterna, que es el éxito definitivo de nuestra vida. El Señor nos ha concedido la vida para que ésta se desarrolle en felicidad infinita. ¿De qué sirve vivir si acabamos en el fracaso de la angustia y la muerte?

2. La vida pide ser tomada en serio.-
Pero, como todas las cosas importantes, la vida no se desarrolla sin costo.

Se necesita esfuerzo para liberarse de todo lo que nos impide la generosidad de dar la propia vida a beneficio de los demás. El primer don de la vida es tratarnos unos a otros con respeto y generosidad, paciencia y comprensión, como nos dice Jesús, tratando a los demás como deseamos que lo hagan con nosotros en circunstancias similares.

Lo más importante en la vida familiar es la comunicación y el perdón. Jesús nos lo ofrece cada día y es signo de la presencia de Dios y de nuestra confianza en su Providencia.

Estas actitudes llevan a todos los miembros de la familia a construir una vida que favorece a cada uno de sus integrantes, superando toda la miopía y aislamiento del individualismo.

3.No hay futuro de paz sin humilde disponibilidad.-
El peligro de muerte, que viene desde dentro y desde fuera, siempre está amenazando a la familia, pues no hay más muerte de la familia que su desintegración y el fracaso de sus miembros en su misión de darse vida creciente unos a otros.

José nos muestra que para que la familia se desarrolle es necesario que la actitud de sus miembros esté centrada en el bien de los otros y no en las propias opiniones o conveniencias.

La humildad y obediencia inteligente de José, María y Jesús llevó a esta familia a mantenerse en creciente unidad, aún en la desgracia de la persecución, del destierro, de la amenaza.

Pidamos a María saber construir nuestras familias como Jesús nos pide en el Evangelio: con sencilla atención obediente a la Voluntad de Dios, paz interior y servicio al bien de todos.

P. José María Doménech Corominas, sdb

CICLO A – TIEMPO DE NAVIDAD – DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA

Sir. 3, 2-6.12-14: "En los hijos el Señor elogia al padre y sentencia a favor de la madre. Quien honra al padre expía sus pecados y quien honra a la madre gana un tesoro... Hijo mío, acoge a tu padre en la ancianidad... Dios no olvidará la piedad que tengas con tu padre, lo tendrán en cuenta para expiar tus pecados. "

Salmo 127: "Felices los hijos que viven siguiendo los caminos del Señor."

Col. 3, 12-21:
"Tengan los sentimientos que convienen a los escogidos por Dios... compasión, bondad, humildad, serenidad, paciencia; sopórtense unos a otros... El Señor les ha perdonado, hagan Uds. lo mismo... el amor todo lo une y perfecciona... Que la Palabra de Cristo habite en Uds. con toda su riqueza... todo lo que hagan... háganlo en nombre de Jesús, dirigiendo, a través de Él, a Dios, el Padre, una acción de gracias digna... Esposas... esposos... hijos... padres..."

Mt. 2, 13-15. 19-23: "...el ángel del Señor se apareció a José en sueños y le dijo: «Levántate en seguida, toma al niño con su madre y huye a Egipto quedándote ahí hasta que yo te avise porque Herodes buscará al niño para matarlo.»... “He llamado de Egipto a mi hijo”. Cuando murió Herodes... José se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a Israel... se retiró a la región de Galilea y fue a vivir al pueblo de Nazaret... “Le llamarán Nazareno”."

diciembre 25, 2007

N A V I D A D

"Les anunciamos, hermanos,
una buena noticia,
una gran alegría para todo el pueblo.
Escúchenla con corazón gozoso:
Nació Jesús, Dios eterno,
hijo del eterno Padre
y hombre verdadero,
llamado Mesías y Cristo,
que es el Salvador
que los hombres esperaban."
(del 'Pregón')

Tomado de El Pan del Alma, 1996.

Hoy celebramos el día en que nuestro Dios vino al mundo. El día en que la divinidad omnipotente y creadora decidió asumir la forma de un pobre e indefenso bebé que, 33 años después, se sacrificaría por nuestra salvación eterna. Solamente por amor a nosotros.

Celebremos el amor de Dios hecho hombre, venido a este mundo, para todos los hombres y para todos los pueblos!


NATIVIDAD DEL SEÑOR

Son muchas las religiones en el mundo y se esfuerzan por encontrar a Dios. Son muchas las tentativas que los hombres han hecho para encontrar el camino de la felicidad, de la eterna juventud y de la vida en paz.

Mucha buena voluntad, pero de efímeros resultados y decepcionante su duración.

Muchas veces pensamos que el dios resolutor de problemas y proporcionador de soluciones y seguridad es una falla... Y no nos equivocamos, pues no existe, nos lo hemos inventado.

¿Cuál es la verdad? ¿Dónde están los verdaderos caminos de la paz?

Y se ensaya... ahora nos hablan de la Globalización, de la “New Age”, de la Fraternidad Universal. Se nos dice que la culpa de las desavenencias la tienen las religiones establecidas con su Dios único, doctrinas estables y moral fija pues no se adaptan a las “nuevas realidades”. Las mismas religiones están en conflicto entre ellas mismas: o rechazan o cuestionan o desprecian a las demás concepciones religiosas.

El cristianismo bien vivido –puesto que es vida, más que religión, aunque se exprese en formas religiosas– no busca a Dios, le acoge con sencilla y dócil humildad, como María, pues ha sido el Dios amoroso quien nos visitó y nos invitó a aceptarle en nuestra propia vida como a Padre Providente, Hijo Salvador y Espíritu Santificador, Comunión Trinitaria, a la que nos invita a unirnos con los derechos propios de los hijos. Dios nos lo ha dicho de múltiples formas.

El cristiano es la voz del mensajero que anuncia a la humanidad la buena noticia del Dios que nos viene a salvar y que nos trae la Paz, sí con mayúscula, la de Dios, la que anida en el propio interior del hombre, la que Dios nos ofreció gozar desde que nos creó en el seno materno al unirse el óvulo y el espermatozoide... ¡Por eso todos deseamos ser felices!

Dios viene a nosotros para salvarnos de toda opresión... su propuesta de Vida Nueva nos fue comunicada no por un mensajero u oráculo o un sueño o en iluminadas intuiciones o convicciones vitales... sino por el Hijo, el mismo Hijo Único de Dios que comprometió su vida hasta la entrega total y definitiva a nuestro favor.

Él es el Señor del Universo, el modelo acabado de persona humana, por Él nos han ve-nido todos los beneficios de Vida Eterna y de Gracia constante para que se haga historia y cultura nuestra relación amical y constante con Dios, el Padre de todos, sin excepción.

Pablo lo dijo claro: “Vivir para mí es Cristo” (Flp. 1, 21), es decir que solo la vida en Cristo tiene sentido... acogerle todos los días en nuestra vida y en toda persona que nos rodea no es más que adelantar la eternidad, hacerla historia concreta en el hoy de cada cultura.

La vida humana será verdaderamente tal, y como Dios la quiere, es decir llena de la Vida de Dios, si Dios está realmente presente en ella, si la Palabra es su maestra de vida cotidiana, si los pobres la encuentran educativamente cercana, si todos viven con regularidad la celebración eucarística y la reconciliación.

Jesús es Palabra viva de Dios, aprendamos de María a estar atentos y acoger haciendo vida su presencia en nosotros. María nos pide que hagamos todos los días lo que Él nos diga. Pidámosle que nos enseñe a vivir en esta actitud siempre: así todos los días serán Navidad.


P. José María Doménech Corominas, sdb

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

Is. 52, 7-10: "¡Qué alegría sentir en las montañas los pasos del que anuncia la paz y nos trae la Buena Nueva, que nos anuncia la salvación... escucha qué exclamaciones de gozo: ven cara a cara cómo el Señor vuelve a Sión..."

Salmo 97: "De un extremo al otro de la tierra todos han visto la salvación de nuestro Dios."

Hb. 1, 1-6:
"En diversas ocasiones y de muchos modos, Dios antiguamente había hablado a nuestros padres por boca de los profetas, pero ahora, en estos días,... nos ha hablado a nosotros en la persona del Hijo... «Que se postren ante Él todos los ángeles de Dios.»"

Jn. 1, 1-18: "Al principio existía quien era la Palabra... Existía quien es la Luz verdadera... estaba presente al mundo, pero el mundo no la reconoció... Quien es la Palabra se hizo hombre y puso su tienda entre nosotros y hemos contemplado su gloria... A Dios nadie jamás le ha visto, el Dios Hijo único, quien está en el seno del Padre, es quien nos lo ha revelado."

diciembre 24, 2007

Nochebuena!


Hoy, 24, día de nuestra Madre... celebramos la noche más bonita del año, la que tanto hemos esperado.

Para compartir con la familia, una cena especial, preparada con cariño por la mamá. Y a las 12 en punto, los abrazos y brindis por el nacimiento del Niño Dios.

Mi mamá correrá a sacar la imagen del Niñito, que estuvo guardadita esperando nacer. Nos la presentará a cada uno y, como cada año, le daremos un beso, simbolizando nuestra adoración profunda al Salvador recién nacido, que por amor, se hizo uno de nosotros.

El nacimientito que les comparto es ayacuchano, regalo de mi hermanita. Imaginemos la ternura y la piedad del artesano al delinear las sencillas figuritas que nos miran sonrientes.

Que el Señor nos conceda un poco de esa piedad y ternura al contemplar esta noche el Misterio de la Salvación.

Una feliz Navidad para todos nosotros, porque Jesús viene para todos, todititos, sin excepción alguna!

NOCHEBUENA: NACIÓ JESÚS

En muchas circunstancias el Señor se ha dado y se da a conocer a lo largo de la historia para que reconozcamos su Voluntad.

Esta Voluntad, a veces, nos da miedo por lo que nos puede pedir, pero Él nos invita a no tener miedo, pues, como nos recuerda san Pablo, el plan de Dios es nuestra salvación.

Si acogemos la Voluntad de Dios con corazón abierto, nuestras tinieblas poco a poco se van aclarando... Dios no abandona jamás, pero es necesario fiarse de Él, aunque sí cueste.

La fiesta de Navidad es la fiesta de la confianza y del cariño de Dios. De Él hacia nosotros y nuestro hacia Él. Después de todo se lo merece, pues ya nos lo dio todo. No estamos ante promesas sino ante realidades concretas y eficientes.

Dios se hace niño para dejarnos en libertad. Jesús nos pide que lo acojamos como niños porque, si no lo hacemos así, no entraremos en el Reino de los cielos ni viviremos en su Paz ni nos dejaremos animar por su Espíritu y su alegría y paz no será la nuestra.

Hoy nos ha nacido el Salvador. ¿Qué haremos con la oportunidad de Vida Nueva que nos ofrece? Él es nuestra Luz, nuestra Paz, nuestro Consejero... ¡el Mesías, el Señor! Se nos pide una respuesta. El ángel se la planteó a los pastores al anunciarles el nacimiento del niño-Salvador. ¿Cómo podría ser el Salvador un pobre niño envuelto en pañales?

Nos toca decidir. Los pastores escucharon, creyeron, fueron, vieron, proclamaron y glorificaron a Dios y ¿nosotros? ¿Qué actitud vamos a asumir? No decidirnos es declarar que es mucho riesgo y que por el Señor no vale la pena arriesgar tanto.

El Niño de la Ciudad de David aporta una novedad sustancial: ¡hace nuevas todas las cosas! El amor de eterna juventud de Dios da nuevo sentido a todo, le da Vida Nueva, abre horizontes de Justicia eterna y de Paz interior que supera todos los tratados, le permite al hombre la libertad de asumir la vida tan plenamente que sea capaz de entregarla buscando el bien de los que le rodean, aun cuando dar la vida traiga consigo, como de hecho sucede, dolor.

La navidad es la fiesta del don en la alegría para la paz y para Vida Nueva en la gran familia de los hijos de Dios. A ella están llamados todos los hombres sin excepción, de cualquier tiempo, lugar, situación social y económica, sexo, realidad cultural... Precisamente para eso Jesús entrega su vida sin restricciones y durante toda la historia, en todo lugar y situación, en cada Eucaristía, Reconciliación y, en general, en cada sacramento.

La navidad es una fiesta que beneficia a toda la humanidad, aunque, sin duda, solo los cristianos podamos llegar a entender la profundidad de sus alcances.

La navidad nos pide aprendamos a vivir y ofrecer con más humildad la presencia de Dios en la historia. Él no pretende imponerse, pero tampoco se esconde ni desea quedar escondido...

Conocerlo, valorarlo y amarlo es un derecho de todos los hombres de buena voluntad. Por esto, es un deber grave de todos los cristianos profundizar estos misterios para saberlos presentar, desde el testimonio de nuestra vida, a todos los que nos rodean en todas partes.

Pidamos a la Madre de Jesús, nuestra Maestra de acogida, sencillez y compromiso responsable, que nos enseñe a vivir en la valentía de ofrecer al Señor nuestra vida con sencillez, humildad y apertura a los dones de Dios para que todos puedan conocer la Salvación de Dios.


P. José María Doménech Corominas, sdb

MISA DE NOCHEBUENA

Is. 9, 1-3.5-6: "El pueblo que avanzaba entre tinieblas ha visto una gran luz... les has llenado de una alegría inmensa... «Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado... Consejero-prodigioso, Dios-héroe, Padre-por-siempre, Príncipe-de-la-paz.»"

Salmo 95: "¡Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor!"

Tt. 2, 11-14:
"Se ha revelado el Amor de Dios que quiere salvar a todos los hombres y nos enseña... para que vivamos en este mundo una vida de sobriedad , justicia y piedad mientras esperamos... que se manifieste la gloria de Jesucristo... Él se entregó por nosotros..."

Lc. 2, 1-14: "«No tengan miedo. Les anuncio una noticia que traerá una gran alegría a todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor...» «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.»"


Para la Nochebuena

Esta Nochebuena, podemos orar en familia para bendecir nuestro nacimiento y nuestra cena.

Bendición del Nacimiento en familia

Toda la familia se encuentra reunida ante el nacimiento, a medianoche.

Papá: Oh Padre, recibo en mi corazón a Jesús. A Él entrego mis hijos para que crezcan a su imagen y semejanza. Como padre me comprometo a imitar las virtudes de San José, de tal manera que sea esposo fiel, amoroso y padre ejemplar de mis hijos.

Todos: Amén.

Mamá: Oh Padre, acojo en mi casa con toda ternura a tu Hijo. En Él veo a mis hijos, te los entrego. Como madre me comprometo a imitar las virtudes de María a fin de que sea esposa fiel y amorosa y madre ejemplar de mis hijos.

Todos: Amén.

Papá: Bendice, Señor, este misterio que representa el nacimiento de tu Hijo divino.

Todos: Que Cristo reine en nuestro hogar! Que dejemos el pecado! Que aumente la gracia en nuestras almas! Que se acreciente nuestra caridad hacia el prójimo! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Bendición de la cena de Navidad

Papá: Te agradecemos, Señor, por la unión de nuestra familia, representada en esta cena. Que el compartir fortalezca el amor y la unidad entre nosotros y con todos los hombres. ¡Ven, Señor Jesús!

Todos: ¡Ven, Señor Jesús!

Tomado de El Pan del Alma, Nº 4969, 1999

diciembre 23, 2007

Cuarto Domingo de Adviento

Falta muy poco para Navidad. Hoy, último domingo de Adviento, encendamos nuestras cuatro velas de la Corona de Adviento, y con fervor, oremos en familia:

Al encender estas cuatro velas, en el último domingo,
pensamos en ella, la Virgen,
tu madre y nuestra madre.
Nadie te esperó con más ansia,
con más ternura,
con más amor.
Nadie te recibió con más alegría.
Te sembraste en ella
com el grano de trigo se siembra en el surco.
En sus brazos encontraste la cuna más hermosa.
También nosotros queremos prepararnos así:
en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.
¡Ven pronto, Señor; ven a salvarnos!

DOMINGO IV DE ADVIENTO

La Fe verdadera no es social, sino personal y exige decisión diaria. Es un real riesgo personal con fuertes repercusiones sociales. Acaz no se atreve. Pablo se arriesga y María se abandona al Señor de la Vida. Para José, hombre atento, sensible y honesto, lo inusitado de la situación le supone una grave perplejidad de la que solo puede salir gracias a la íntima comunicación y confianza en Dios, quien le habla al corazón a través de las circunstancias: Él no falla.

El signo de la presencia de Dios es la vida...

Todos los momentos de la historia el riesgo de la confianza se ha exigido. También hoy la globalización y las ideologías nos piden nuestra fe... A cambio prometen maravillas que solo son promesas, con muchas consecuencias negativas en los más pobres... Para ellos solo hay promesas futuras y discriminación y muerte actual...

El Evangelio, Jesús, nos pide confiar a Él nuestra vida y su signo de éxito es la Vida Nueva, hecha salud, justicia, dignidad y la paz en los últimos que se confían. Donde está Dios está la vida, esa es su marca de autenticidad.

pero la vida pide la propia vida para los demás

La real presencia de Jesús
en la propia vida, personal y comunitaria, invita a entregar la vida no para el propio beneficio sino para el bien de aquellos a los que somos enviados. Pablo lo comprendió y vivió a profundidad, sin rehuir los riesgos, reales y graves.

El Señor merece toda la vida: Él, y solo Él, es el Rey de la gloria. Él merece que le abramos toda la vida y se la entreguemos, pues solo Él conoce perfectamente lo que conviene a cada uno; solo Él tiene interés personal en cada persona, sin discriminación, y solo Él tiene el poder de llevar a buen término lo planificado: la mejor prueba es su propia resurrección.

María y José, y después Pablo, la dan con todo el riesgo que supone

Acaz se llena de temor ante el real peligro: Dios parecería estar ausente. El temor crece más cuando le piden que se fíe del Señor y le invitan, como prueba de que Dios está presente, a que pida una señal, pues el Señor responderá... ¡Eso significa que deberá correr el riesgo de fiarse! ¡¡No!! No pedirá la señal... No quiere correr ese grave riesgo... ¿Y si Dios falla?

José también se encuentra perplejo... Tiene la ley a su favor, pero puede más el amor y acepta arriesgar su vida antes que perjudicar... Dios le aclara el panorama: no entiende cómo puede haber sido, pero entiende que es obra de Dios y acepta su parte... Solo entiende que Dios se lo pide y, aunque no domina la situación, sí se fía porque Dios nunca ha fallado... Entrega la vida a la causa de la Vida Nueva que Dios le confía: ¡Ya le dirá cómo caminar!

Dios nos invita, como a José, a esta confianza, pero necesitamos su misma intimidad.

María nos dé tal confianza e intimidad con Dios
que le dejemos libertad total en nosotros.

P. José María Doménech Corominas, sdb

CICLO A – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO IV

Is. 7, 10-14: "...«Pide una señal al Señor...» ...«No quiero pedir ninguna señal...» ...«Escucha, casa de David, ¿no tienes suficiente con cansar a los hombres que también quieres cansar a Dios? Por eso el mismo Señor les dará una señal: La virgen tendrá un hijo que se llamará Emmanuel, es decir Dios-está-con-nosotros»."

Salmo 23: "Va a entrar el Señor, el Rey de la gloria."

Rm. 1, 1-7:
" ...Esta Buena Nueva se refiere a su Hijo Jesucristo, Señor nuestro, quien, por su linaje humano, nació de David, pero, por el Espíritu que Santifica, fue constituido Hijo poderoso de Dios desde que resucitó de entre los muertos. Por Él he recibido el don de ser apóstol, misionero de su nombre a favor de las gentes de todos los pueblos para que sean obedientes a la Fe..."

Mt. 1, 18-24: "Jesús, el Mesías vino al mundo de este modo: María, su madre, la novia de José, antes que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo... «José, hijo de David, no tengas reparo de aceptar a María como tu esposa. Es cierto que ella a concebido por obra del Espíritu Santo, tendrá un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus pecados» José... haciendo caso al ángel del Señor, llevó a María, como esposa, a su casa."

diciembre 16, 2007

Tercer Domingo de Adviento

Nos toca encender hoy tres velas de nuestra Corona de Adviento rezando con la familia la siguiente oración:

En las tinieblas se encendió una luz,
en el desierto clamó una voz.
Se anuncia la buena noticia:
"¡El Señor llega!
Preparen sus caminos
porque ya se acerca.
Adornen sus almas
como una novia se engalana
el día de su boda"
Ya llega el mensajero.
Juan Bautista no es la luz,
sino el que nos anuncia la luz.
Al encender estas tres velas
cada uno de nosotros quiere ser
antorcha tuya para que brilles,
llama para que calientes.
¡Ven, Señor, ven a salvarnos,
envuélvenos en tu luz,
caliéntanos en tu amor!

Tomado de El Pan del Alma

DOMINGO III DE ADVIENTO

El Señor llega con su salvación, pero debemos mantenernos firmes en nuestra fidelidad a Cristo y ser pacientes, aun en los momentos de desconcierto porque Dios no falla nunca. Debemos aprender a leer los signos del Amor de Dios en nuestra historia, aunque no entendamos.

La alegría es un signo de la presencia de Dios...
El Señor de la vida solo se expresa en la vida. Nuestro Dios, cuando llega nos transforma la existencia y la llena de paz, alegría y salud interior, base de la exterior.

La violencia no es el camino de Dios, sino el que en nosotros hemos instaurado con el pecado de querer imponer nuestra propuesta de salvación, siempre mortal para la mayoría.

“Mis caminos no son los caminos de Uds.”, nos aclaró el Señor a través del profeta Isaías. Jesús solo quiere ser fiel a Dios. El Hijo ha sido enviado para ofrecer a todos una vida más digna y dichosa y llevarles a que alcancen la plenitud en la fiesta final en el Padre.

Entender al Señor del universo, supone tratarlo en la profundidad de nuestra vida y en la de nuestros hermanos.

...aunque los problemas siempre nos aprieten
Pablo nos invita a mantenernos en la Fe, con firmeza y paciencia, abriendo cada día nuestro corazón a la salvación que Dios nos va ofreciendo en cada momento.

Como el campesino, se trata no de violentar sino de colaborar. La salvación, como la vida, no viene de fuera, sino de la acción de Dios en nuestro interior. Él nos invita y nos lleva a concretarla en la propia historia y a que ayudemos a nuestros hermanos para que se abran a Él.

Los frutos llegarán, son consecuencia de nuestra apertura colaboradora. Los milagros de Jesús no eran magia, sino signos del amor de Dios que actúa en la historia para hacer patente un amor que transforma a quien se abre, ora y colabora.

Miremos a profundidad la vida para no perder la paz
Al Bautista le llegan noticias de Jesús. Lo que se dice de Él genera desconcierto. No responde exactamente a las expectativas. Esperaban otro tipo de Mesías. ¿Quién es Jesús?

Preguntan a Jesús: ¿Eres tú... o tenemos que esperar a otro? Pregunta decisiva para todos.

La respuesta de Jesús es muy concreta y precisa: comuniquen a Juan lo que ven y oyen.
Responde con los hechos: “los ciegos ven y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia”.

Para conocer a Dios, lo mejor es ver a quiénes se acerca Jesús y qué hace: abrir un horizonte de esperanza a los pobres, a los últimos. Dios no juega con nosotros: nos responde comprometiéndonos: o damos la vida hacia la plenitud o matamos el futuro de nuestra vida.

La superficialidad no nos permite descubrir los caminos por los que se nos revela Dios ni gozar de su paz; sino que nos deja atrapados en el desconcierto de nuestra culpable pobreza.

Pidamos a María profundidad interior para ver la acción de Jesús en la historia.

P. José María Doménech Corominas, sdb.


CICLO A – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO III
Is. 35, 1-6ª.10: "...la estepa florece de alegría... Le han dado la gloria del Líbano... verán la gloria del Señor... robustezcan sus manos... que se afirmen las rodillas temblorosas... «Sean valientes, no tengan miedo.» Aquí está su Dios que viene en persona... y les salvará... Se despegarán los ojos del ciego, se abrirán los oídos del sordo, los cojos saltarán... y los mudos gritarán de alegría..."

Salmo 145: "Ven, Señor, a salvarnos!"

St. 5, 7-10:
" Manténganse firmes y tengan paciencia, hermanos, hasta que venga el Señor. Fíjense como el campesino espera los frutos de la tierra... Hermanos, no se quejen unos de otros para que no tengan que se juzgados porque el juez está cerca..."

Mt. 1, 2-11:"Juan estaba en la prisión... y envió a sus discípulos a que le preguntaran a Jesús: «¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?» Jesús les contestó: «Vayan y explíquenle a Juan lo que ven y escuchas: los ciegos ven, los inválidos caminan, los leprosos quedan limpios, los sordos escuchan, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia y feliz quien no se escandalice de mí.»"

diciembre 15, 2007

Mi burrito sabanero

Hoy comienza la Novena de Navidad.

Al escuchar los villancicos y tonadas navideñas, no puedo dejar de evocar este tema tan especial para nuestra Latinoamérica. Al escucharlo, siento mucha nostalgia de mi niñez, bailando en casa con mis hermanitos, al ritmo de esta linda cumbia de Hugo Blanco: El burrito sabanero

Qué hermosa lección nos deja el pastorcito incansable, que con gran ilusión y entusiasmo avanza con su burrito buscando al niño Jesús.

Sigamos preparando la Navidad con obras.

diciembre 12, 2007

La Lupita


Cuenta la historia que, el 9 de diciembre de 1531, una hermosa doncella se apareció al indígena mexicano Juan Diego Cuauhtlatoatzin cuando transitaba por el cerro Tepeyac. Ella lo llamó "Juan Dieguito, hijo mío" en su propia lengua. El buen hombre, en su sencillez, comprendió de inmediato de quién se trataba. Y nunca, pese a la adversidad de algunos eventos, jamás lo dudó.

"De regresó a su pueblo Juan Diego se encontró de nuevo con la Virgen María y le explicó lo ocurrido (el Obispo no había creído en él). La Virgen le pidió que al día siguiente fuera nuevamente a hablar con el obispo y le repitiera el mensaje. Esta vez el obispo, luego de oir a Juan Diego le dijo que debía ir y decirle a la Señora que le diese alguna señal que probara que era la Madre de Dios y que era su voluntad que se le construyera un templo.

De regreso, Juan Diego halló a María y le narró los hechos. La Virgen le mandó que volviese al día siguiente al mismo lugar pues allí le daría la señal. Al día siguiente Juan Diego no pudo volver al cerro pues su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo. La madrugada del 12 de diciembre Juan Diego marchó a toda prisa para conseguir un sacerdote a su tío pues se estaba muriendo. Al llegar al lugar por donde debía encontrarse con la Señora prefirió tomar otro camino para evitarla. De pronto María salió a su encuentro y le preguntó a dónde iba. El indio avergonzado le explicó lo que ocurría. La Virgen dijo a Juan Diego que no se preocupara, que su tío no moriría y que ya estaba sano. Entonces el indio le pidió la señal que debía llevar al obispo. María le dijo que subiera a la cumbre del cerro donde halló rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas pudo y se las llevó al obispo.

Una vez ante Monseñor Zumarraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio."


Qué más podría agregar? La Lupita es nuestra Madre apareciendo por primera vez en nuestra tierra latinoamericana. Es la Señora del Cielo buscando a un indio, llamándolo dulce y cariñosamente "hijito".

Sirva esta fecha para mirar y redescubrir la belleza de las tradiciones de nuestros pueblos, la lucidez escatológica de sus rituales y la bendición de su actual diversidad. Sintámonos afortunados de nuestro legado latinoamericano.

No en vano somos la esperanza de la Iglesia.

diciembre 09, 2007

Segundo Domingo de Adviento

Hoy nos corresponde encender también la segunda velita de nuestra Corona de Adviento mientras oramos de esta manera:

Los profetas mantenían encendida
la esperanza de Israel.
Nosotros encendemos estas dos velas.
El viejo tronco está rebrotando,
florece el desierto...
La humanidad entera se estremece
porque Dios
se ha sembrado en nuestra carne.
Que cada uno de nosotros, Señor,
te abra su vida
para que brotes,
para que florezcas,
para que nazcas.
Y mantengas encendida la esperanza
en nuestro corazón.
¡Ven pronto Señor!
¡Ven Salvador!

Tomado de El Pan del Alma

DOMINGO II DE ADVIENTO

Este domingo se nos llama a la conversión al Señor, pues el Reino de los Cielos está cerca. Pero, ¿qué beneficios nos trae la conversión? ¿Qué significa convertirse?¿Cómo hacerlo?

El Señor ya llegó y nos espera...
El Reino de los cielos está cerca, nos dice el Bautista. ¿Pero quién es este personaje para nosotros tan singular y raro? Es un hombre que le ha dado a Dios la primacía absoluta. Él es el centro de su vida. No juzga ni discute la conveniencia o no de sus propuestas: está a su entera disposición. Habla con la libertad más absoluta y nos dice qué es lo que este Dios espera y desea de nosotros. Es el Dios al que Juan sirve y al que el pueblo, y sus dirigentes, dice venerar, por eso les pide que lo respeten como merece.

Nos hace entender, con fuertes y exigentes imágenes, que ya estamos en el tiempo de la verdad de Dios. O estás con Él, con todos sus beneficios, o te resistes a su verdad con todos sus perjuicios. Dios ya no ofrecerá nuevas alianzas: o aceptamos la que ahora nos ofrece o pagaremos las consecuencias... ¡y con creces!

...con toda su riqueza de Vida...
Este Dios viene a nosotros para responder a nuestras necesidades con toda su riqueza de amor creador de vida. ¡Por eso tiene todo el derecho del mundo de exigir lo que exige!

Él ha demostrado su fidelidad, pero casi siempre, y por parte de casi todos, ha sido dejado de lado. ¡Y quienes le desprecian son tan necios que le echan la culpa de todos los males que les aquejan, consecuencia inevitable de sus actitudes y decisiones personales y sociales!

Si acogemos a Dios lo único que nos vendrán serán beneficios, nos dice el profeta, pues la misericordia de Dios es infinita. Aún de lo más débil y perdido Dios puede hacer brotar Vida Nueva llena del Espíritu de Dios, como lo hizo con el pequeño y pecador David.

La Vida de Dios, cuando es secundada con humilde generosidad es creadora de paz, concordia y justicia permanentes con resultados de impensables consecuencias de equilibrio personal, social y hasta natural... Dios es capaz de hacer de la historia de todos un paraíso porque la salvación es para todos, sin excepción, nos recuerda Pablo.

...pero necesita que volvamos a Él
Es el hombre, varón o mujer, tiene a su disposición los dones de Dios, ¡debe acogerlos!

Nos lo recuerdan Juan el Bautista y Pablo: Cristo nos entregó su vida, debemos hacer lo mismo con los hermanos, si queremos gozar de las consecuencias. ¡Conviértanse! Pongan a Dios en el centro de su vida, no se hagan trampa: Dios no necesita nada de nosotros: toda su oferta es pura gracia de amor para una vida plena. No creamos que le hacemos algún favor a Dios, pues eso nos lleva a pervertir nuestra relación con Él y los hermanos.

Todo depende de cada uno y de la comunidad. Somos responsables de nuestro futuro.

Pidamos a María nos enseñe a caminar por los caminos de la humildad para convertirnos cada día ofreciendo a los que nos rodean la vida que el Señor nos ha ofrecido a nosotros.

P. José María Doménech Corominas, sdb.


CICLO A – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO II
Is. 11, 1-10: "Aquel día brotará el tronco de Jesé... el Espíritu del Señor reposará en Él: espíritu de sabiduría y entendimiento, de consejo y valentía, de conocimiento y piedad... No juzgará por apariencias... hará justicia a los desvalidos... Nadie será violento ni hará daño en mi montaña santa... Los extranjeros vendrán a consultar... El lugar donde resida se llenará de gloria."

Salmo 71: "¡Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde para siempre!"

Rm.15, 4-9:
"Todo lo que dicen las Escrituras es para instruirnos para que la fuerza y el consuelo que nos dan nos ayuden a mantener nuestra esperanza... estén identificados con Jesucristo para que... glorifiquen a Dios... Acéptense unos a otros como Cristo les aceptó dando gloria a Dios..."

Mt. 3,1-12: "...vino Juan Bautista... al desierto de Judea: «Conviértanse, el Reino de los cielos está cerca... ¡Cría de víboras!... ¡Demuestren con los hechos que quieren convertirse!... Yo les bautizo solo con agua... Él les bautizará con el Espíritu Santo y el fuego...»."

diciembre 08, 2007

La voz que clama en el desierto

El P. Doménech gentilmente nos envía el diálogo que realiza en Radio Piura el día de hoy, a propósito de Juan el Bautista.

En esta fiesta de la Inmaculada tenemos que hablar de una figura muy curiosa, por decirlo de algún modo, contemporánea de María Inmaculada y de Jesús: Juan, llamado por la gente “el Bautista”. ¿Qué cree que deberíamos resaltar en esta figura?
Yo creo que deberíamos prestar atención a su responsabilidad de profeta.

¿Qué es un profeta? ¿Cuál es su responsabilidad?
Profeta es una persona que tiene muy claro que Dios le ha dado la responsabilidad de expresar lo que Dios piensa sobre lo que sucede y se vive en la sociedad y cultura en la que está inmerso, directa o indirectamente, el profeta. El profeta, en el fondo, con la imagen del mismo Juan, es la voz de Dios. El contenido que transmite esta voz es la mentalidad o el mensaje de Dios. El profeta no es autónomo, no puede decir ni hacer lo que le parece: se debe a la intención de quien le envía...

¿Entonces su responsabilidad es estar atento a Dios?
Indudablemente así es. Es un hombre que pone a Dios en el centro de su vida, precisamente para no mentir, para no decir a sus contemporáneos cosas que Dios no dice y mensajes que no son otra cosa que su propia mentalidad... El profeta es muy consciente que él no es el salvador ni la solución de los problemas, sino un mensajero...

¿Cómo los políticos?
Yo diría todo lo contrario de ellos... ¡Al menos de la mayoría! Puesto que, por desgracia, muchos de ellos se creen salvadores o solucionadores de los problemas de su región, pero muchos se dejan corromper, si no es que ya entraron al servicio político con mentalidad corrupta. No el profeta es un humilde servidor de Dios y, por lo que Dios le pide que haga, lo es del pueblo, por tanto quien, podríamos decir, sirve al pueblo no es el profeta, sino el mismo Dios a través de él. Lo que le toca al profeta es ser fiel a Dios, quien sabe qué hay que hacer y decir para salvar a “ese pueblo” concreto. El profeta es un transmisor y sabe que debe ser fiel a quien desea transmitir y a lo que debe transmitir, muy por encima de si le complace hacerlo o no. El profeta deberá hablar claro, fuerte, exigente e, incluso, con intransigencia.

¿Con intransigencia? ¿Qué significa? Porque, la verdad, suena un poco duro... ¿No cree?
El profeta no debe juzgar el mensaje que recibe, sino transmitirlo, pues no es su mensaje... Muchos profetas de ayer, de hoy, y también de mañana, si desearon dejar de ser profetas, pero los movía el amor, la fidelidad a Dios y la coherencia con lo que consideraban justo y necesario, aunque no siempre lo entendieran demasiado. En eso eran intransigentes con ellos mismos, también eran intransigentes con su reacción ante el mensaje que debían transmitir... ¡No importa si gusta o no, lo que importa es que debe ser transmitido, pues es eso lo que Dios piensa para la salvación de sus hijos! ¡¡Ésa es la intransigencia!! Y también eran intransigentes con la opinión de la gente que recibe el mensaje, pues los que lo acojan estarán abiertos, pero los que no estén dispuestos, se rebelarán y tratarán de callar o comprar al profeta para que desfigure un poco el mensaje y así no sea tan claramente exigente y contrario a la mentalidad de moda.

Un poco es lo que sucede en la relación de nuestro mundo y su cultura con la Iglesia... ¿La Iglesia podemos decir que es la profeta de Dios?
Todos nosotros, Iglesia de Dios, somos llamados, y estamos consagrados, como profetas de Dios desde el bautismo y los que estamos confirmados mucho más... Ni hablar los sacerdotes...

Entonces ¿cuáles son nuestras responsabilidades?
Primero, conocer y amar al Señor que nos ha salvado y nos envía a testificar las maravillas de su amor, que está destinado a todas las personas que buscan a Dios. Segundo, mantenernos en contacto constante con el Señor: oración, meditación de la Palabra y la vida sacramental, para hablar solo su mensaje. Tercero, vivir bien integrados a la Comunidad de Fe en la que el Señor nos ha puesto, así no perderemos la Vida y no nos desviaremos del mensaje de paz del que somos portadores en nombre de Dios. Él nos ha llamado a través de la Iglesia y en ella nos envía.

¿Cuál es el mensaje del Bautista? ¿Es el mismo que nosotros debemos transmitir hoy?
Pongan a Dios como único centro necesario de su vida. ¡Es lo justo! Conviértanse: acepten que Dios sea lo único indispensable en su vida. Fue el mensaje de Jesús y debe ser el nuestro.

P. José María Doménech, sdb.

Fiesta!

Hoy, día de la Inmaculada, más de 260 mil familias católicas alrededor del mundo entero, tenemos una razón adicional para la fiesta. Porque un 8 de diciembre empezó la Obra que bendijo nuestras vidas: en 1841 nacía el Oratorio Salesiano, y con él, nuestra gran familia salesiana.


Repasemos la historia: Don Bosco se prepara para la Misa en la Iglesia de San Francisco, escucha bulla inusual en la sacristía, y ahí encuentra que el sacristán maltrata a un jovencito, quien logra huir despavorido. Nuestro papá interviene de inmediato: pide explicaciones al sacristán, quien pretende justificarse diciendo que el chiquillo se negaba a acolitar la Misa. Don Bosco lo obliga a ir en pos de él para que vuelva. Conversa con el temeroso muchacho, y a fuerza de sinceridad, simpatía y carisma, logra ganárselo. El nombre del feliz conquistado, Bartolomé Garelli. Había nacido el Oratorio, el pilar de la Obra Salesiana.


Coincide con esta fecha feliz un aniversario más de la creación de la primera obra de la familia salesiana en el Perú, el Oratorio del Rímac, en 1891. Debemos recordar que ente los jovencitos que frecuentaban esta casa se encontraba Octavio Ortiz Arrieta, Siervo de Dios cuya causa de beatificación se encuentra en curso.

Para unirnos a la celebración, acá les comparto un fragmentito:


"-Cómo?, exclamó el sacristán extrañado. Es amigo suyo esa buena pieza?

-Pues sí; todos los maltratados son mis mejores amigos. Usted ha pegado a uno que conocen los superiores. Vaya enseguida a llamarlo, porque tengo que hablar con él, y no vuelva hasta que lo haya encontrado; de lo contrario comunicaré al Rector de la iglesia cómo trata usted a los muchachos.

Ante tal orden, cesó la ira desatinada del sacristán que, dejando el plumero y gritando toder, toder (palabra despectiva para los migrantes alemanes), corrió tras el muchacho; lo buscó, lo encontró en una calle próxima y, asegurándole mejores tratos, lo acompañó hasta don Bosco. El pobrecillo se acercó temblando y lloroso por los golpes recibidos.

-Ya has oído misa?, le preguntó el sacerdote amablemente.
-No, respondió.
-Ven y la oirás; después querría hablarte de un negocio que te va a gustar".
Tomado de:
MEMORIE BIOGRAFICHE DI SAN JUAN BOSCO
VOLUMEN II CAPITULO VII
Páginas: 62-67
Para que conozcas este "negocio", entra a:

Don Bosco y Bartolomé Garelli

Y verás que a ti también te va a gustar!

Madre Inmaculada

El día de hoy, fiesta de nuestra Madre Inmaculada, es además un motivo especial de nostalgia y recuerdos infantiles para muchos católicos: es aniversario de su Primera Comunión.

Qué mejor ocasión para participar de la Eucaristía, reconciliarnos y comulgar con el Señor, hoy, en la fiesta dedicada a su Madre.

Antes de pasar al comentario del Padre Doménech, les comparto una bonita y oportuna reflexión:

Nunca existió ni existirá jamás criatura alguna como María,
que no ha conocido la desobediencia,
que no se ha encerrado en el rechazo,
que nunca estuvo alejada de Dios Padre,
que jamás hizo la experiencia infeliz del pecado,
que nunca ha padecido el sufrimiento de la culpa.

Tomado de El Pan del Alma.


FIESTA DE LA INMACULADA

La vocación de María, ser grande como Dios
María es nuestra Madre pura, libre y atenta: siempre lista para aprender y servir.

Lo más importante y rico en ella fue su vida y actitud interior.

Padres y educadores saben que sus hijos y educandos tienen predisposiciones para tal modo de vida y para una determinada actividad o profesión. Deberán esforzarse por descubrir estas dotes naturales y tenerlas en cuenta para que cada persona sea educada en la línea de su vocación. Por su lado, el adolescente, varón o mujer, deberá aprender a ser cada día más fiel a su vocación y dócil a lo que se le ofrece. Fallar en eso es perturbar y desorientar la propia vida.

También María tuvo la llamada, su vocación, de Dios, como la tenemos todos nosotros... surge desde lo más profundo del propio ser pidiendo una responsable respuesta personal.

Todos, varones y mujeres, estamos llamados a ser personas grandes, por eso Dios nos hizo libres. La decisión original de la humanidad fue no fiarse de Dios y la consecuencia, la guerra interior, la insolidaridad y la cobardía, reflejadas siempre en la sociedad.

El capítulo tercero del Génesis describe el problema de siempre: no reconocer el propio pecado y culpar a otros... Es decir, guerra general e incapacidad de superación del pecado, que resulta ser un peso que nos carcome, mostrándose lo gravemente destructivo que es.

Ser como Dios
Nuestra vocación, nos dice Pablo, no es librarnos de los errores. Dios nos conoce muy bien y nos sabe frágiles... Pero llamados a ser hijos irreprensibles. Eso será posible si humildemente reconozcamos nuestras limitaciones y errores y buscamos convertirnos todos los días.

Se trata de buscar que Dios vuelva a ser el centro único de nuestra vida, así ésta se convierte en un canto nuevo por las maravillas de misericordia y redención de Dios en nosotros.

Es posible vivir esta experiencia de continua redención y glorificar así el nombre de Dios, pero sólo si vivimos en la sencilla libertad de María. Ella, Inmaculada desde el inicio de su existencia, se centró en Dios, humildemente disponible a lo que el Dios de la Vida quiera.

Camino de Dios en la grandeza humana
María se sabe limitada, indigna de las maravillas de Dios, pero acepta que el Señor tiene todos los derechos de libre disponibilidad en ella. Lo conoce bien y tiene experiencia de que sabe respetar la realidad objetiva de todos y también potenciar lo bueno en lo limitado.

Dios puede hacer lo que quiera, pues todo lo que quiere está únicamente destinado al mayor bien de cada persona en su realidad concreta: pobre y frágil, pero siempre amada.

María nunca tuvo en su vida otro centro que no fuera Dios; nunca tuvo otro criterio que no fuera la gloria de Dios y el bien de los que vivían a su lado, como Dios se lo enseñaba cada día. Vivía la pureza del amor de Dios y de todos los bienes que de Él se derivan.

María, es la Inmaculada por la aceptación de la voluntad de Dios de ella. Dios la preparó, para que viviera a cabalidad su vocación de maternidad divina y encontró en María la perfecta respuesta de fidelidad y disponibilidad humilde, de oblación total, como la de su hijo.

Pidámosle nos enseñe a vivir en conversión continua para ser fieles a nuestra vocación.

P. José María Doménech Corominas, sdb.


FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA
Gn. 3, 9-15.20: "...«¿Dónde estás?... ¿Quién te hizo conocer que estabas desnudo?»... «He sentido tus pasos y he tenido miedo porque estoy desnudo... La mujer que me has dado como ayuda me ha dado de comer del fruto del árbol...» El Señor le preguntó...: «¿Por qué lo has hecho?»... Ella le contestó: «La serpiente...» El Señor-Dios dijo...: «...Él te aplastará la cabeza y tú le atacarás el talón»..."

Salmo 97: Canten al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas"

Ef. 1, 3-6.11-12:
"...nos eligió, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprensibles ante Él por el amor... En Él hemos recibido nuestra herencia... alabanza de su grandeza..."

Lc. 1, 26-38:"... El ángel le dijo: «...el Señor está contigo... No temas... Tendrás un hijo y le pondrás el nombre de Jesús... El Espíritu Santo vendrá sobre ti...» María respondió: «Soy la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra.»"



diciembre 02, 2007

Primer Domingo de Adviento

Empecemos hoy nuestra Corona de Adviento encendiendo la primera velita, mientras rezamos en familia la siguiente oración:

Encendemos, Señor, esta luz,
como quien enciende su lámpara para salir,
en la noche, al encuentro del amigo que viene.
En esta primera semana de Adviento
nos levantamos para esperarte preparados
y recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven
y muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes
porque tú nos traes la luz más clara,
la paz más inmensa
y la alegría más profunda.
¡Ven, Señor Jesús!

Tomado de El Pan del Alma

DOMINGO I DE ADVIENTO

Comenzamos Adviento, tiempo de conversión y búsqueda de Dios, nuestro Padre y Redentor. Se nos invita a esperar al Señor que llega en todos los hermanos que se nos acercan.

Vendrán todos

El mundo que nos rodea, y el que vive en nuestro interior, busca caminos de vida, paz y orientación. Muchas son las realidades que nos llevan a la confusión y al desconcierto: ofertas ideológicas de corte religioso, político y hasta las de tipo socio-anárquico, como los Punk.

Cada vez que Dios pasa a ser uno más o un “don nadie” de nuestra realidad, nuestra naturaleza humana se desubica. ¿A quién hacerle caso?: ¿a los profetas de la felicidad segura por los caminos del placer y del poder autónomo o al Señor que nos pide fidelidad, obediencia a su Voluntad y aceptación del sufrimiento, condición para ser más de verdad libres en la vida?

La búsqueda nunca concluye, y tampoco las luchas por el poder, a no ser que sinceramente nos acerquemos al Señor, sepamos confiarle nuestra vida y vivamos en su Voluntad.

El profeta nos asegura que los pueblos buscarán al Señor, y lo buscarán entre nosotros, cuando permitamos que el Señor nos haga felices, por la fidelidad a Él: sea Nuestro Señor.

Buscando la Salvación

El Apóstol nos asegura que la Salvación no es una promesa, ¡es una realidad en Cristo Jesús! Debemos despertarnos, pues somos responsables de que los pueblos que buscan al Señor, encuentren en nuestras comunidades al Dios Salvador que buscan; la paz que ansían; la vida que reclaman. ¿Nuestra vida habla de eso sin necesidad de discursos? ¿Vivimos todavía dormidos en nuestras torpezas, mentiras, búsquedas del poder o del prestigio?

¿Cuánta confianza nos merece el Señor? ¿Nos fiamos de Él? ¿Qué estamos dispuestos a dejar por mantenernos como sus discípulos? ¿A qué estamos dispuestos para serle cada día más fieles, para vivir a su disposición? Lo que, de hecho, aceptemos sacrificar por seguirle y obedecerle, ése el verdadero precio que damos al que decimos amar. ¡Andemos como en pleno día, nos dice Pablo, con dignidad!: ¡¡¡la del Señor de la Vida, de la Paz y de la Reconciliación!!!

Velen, el Señor llega

En este primer domingo de adviento se nos pide estar atentos: el Señor llega en cada persona que se nos acerca. ¡Cuando menos lo piensen!, nos advierte el Señor en el Evangelio.

Cuando llegó el diluvio la mayoría de los habitantes de ese tiempo no se portaba mal: la mayor parte de las cosas que hacían eran normalmente buenas o indiferentes... Pero en ninguna de ellas tenían al Señor presente, no lo buscaban, no lo necesitaban, no se relacionaban con Él. Sí creían que existía y eso no era para ellos ningún problema: en el mundo hay lugar para todos, también para Dios. ¿No nos pasa lo mismo hoy hasta en nuestras comunidades cristianas?

¿Ansiamos estar con el Señor? ¿Pedimos, buscamos, conocer su Voluntad cada día, para mejor vivirla? Velen, el Señor llega y pueden perder la oportunidad de acogerlo y gozar de su presencia. Pidamos a María nos enseñe a saber esperar al Señor en nuestra vida cotidiana.

P. José María Doménech Corominas, sdb.


CICLO A – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO I
Is. 2, 1-5: "...se alzará firme la montaña del templo del Señor en la cima de las montañas. Todas las naciones afluirán allí... «Vamos, subamos a la montaña del Señor... para que nos enseñe sus caminos...» Él pondrá paz entre las naciones... Ninguna nación empuñará la espada contra otra..."

Salmo 121: "¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”!"

Rm.13, 11-14:
"Seamos conscientes del momento en que vivimos. Basta..., es hora de levantarnos. Hoy tenemos la salvación más próxima que cuando abrazamos la Fe... Dejemos las obras de las tinieblas... Comportémonos dignamente, como en pleno día... Revístanse de Jesucristo..."

Mt. 24, 37-44:"Cuando venga el Hijo del Hombre, pasará como en los tiempos de Noé. ...no se habían dado cuenta y les sorprendió el diluvio... Velen, por tanto, porque no saben el día en el que vendrá su Señor... el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada."

diciembre 01, 2007

Adviento

Mañana domingo empezamos un nuevo año litúrgico y el tiempo de Adviento.

Existe una práctica piadosa para esta temporada, cual es la Corona de Adviento: un símbolo de nuestra esperanza puesta en el nacimiento de Cristo, nuestro Salvador.

En un lugar preferencial de la casa, colocamos la Corona. Ésta consta de ramitas verdes entrelazadas formando un círculo, que se vincula con una cinta de color rojo. Se la coloca sobre alguna superficie sólida, tipo plato o fuente, y se superponen 4 velas gruesas.

Cada domingo, la mamá o el papá junta a toda la familia y encienden la vela correspondiente mientras rezan la oración asignada para esa fecha.

Esta práctica, además de unir a la familia en torno a la oración y la espera del niñito Jesús, constituye una gran lección de los mayores a los pequeños acerca de los dogmas de nuestra fe católica.

A continuación, el significado de cada símbolo presente en la Corona de Adviento:



Qué significa la Corona de Adviento:

El círculo de la corona simboliza a Dios, porque no tiene principio ni fin.

El color verde es símbolo de la esperanza por la venida de Cristo al mundo.

El lazo rojo significa el amor que nos une a Jesús como familia.

Las 4 velas representan las 4 semanas de Adviento en las que conmemoramos los siglos que el Pueblo de Dios esperó la venida del Salvador y nuestro tiempo de preparación para el nacimiento de Jesús en esta Navidad.

La luz de las velas que se van encendiendo cada domingo representa a Jesús, luz del mundo.

Tomado de El Pan del Alma