diciembre 24, 2007

Nochebuena!


Hoy, 24, día de nuestra Madre... celebramos la noche más bonita del año, la que tanto hemos esperado.

Para compartir con la familia, una cena especial, preparada con cariño por la mamá. Y a las 12 en punto, los abrazos y brindis por el nacimiento del Niño Dios.

Mi mamá correrá a sacar la imagen del Niñito, que estuvo guardadita esperando nacer. Nos la presentará a cada uno y, como cada año, le daremos un beso, simbolizando nuestra adoración profunda al Salvador recién nacido, que por amor, se hizo uno de nosotros.

El nacimientito que les comparto es ayacuchano, regalo de mi hermanita. Imaginemos la ternura y la piedad del artesano al delinear las sencillas figuritas que nos miran sonrientes.

Que el Señor nos conceda un poco de esa piedad y ternura al contemplar esta noche el Misterio de la Salvación.

Una feliz Navidad para todos nosotros, porque Jesús viene para todos, todititos, sin excepción alguna!

NOCHEBUENA: NACIÓ JESÚS

En muchas circunstancias el Señor se ha dado y se da a conocer a lo largo de la historia para que reconozcamos su Voluntad.

Esta Voluntad, a veces, nos da miedo por lo que nos puede pedir, pero Él nos invita a no tener miedo, pues, como nos recuerda san Pablo, el plan de Dios es nuestra salvación.

Si acogemos la Voluntad de Dios con corazón abierto, nuestras tinieblas poco a poco se van aclarando... Dios no abandona jamás, pero es necesario fiarse de Él, aunque sí cueste.

La fiesta de Navidad es la fiesta de la confianza y del cariño de Dios. De Él hacia nosotros y nuestro hacia Él. Después de todo se lo merece, pues ya nos lo dio todo. No estamos ante promesas sino ante realidades concretas y eficientes.

Dios se hace niño para dejarnos en libertad. Jesús nos pide que lo acojamos como niños porque, si no lo hacemos así, no entraremos en el Reino de los cielos ni viviremos en su Paz ni nos dejaremos animar por su Espíritu y su alegría y paz no será la nuestra.

Hoy nos ha nacido el Salvador. ¿Qué haremos con la oportunidad de Vida Nueva que nos ofrece? Él es nuestra Luz, nuestra Paz, nuestro Consejero... ¡el Mesías, el Señor! Se nos pide una respuesta. El ángel se la planteó a los pastores al anunciarles el nacimiento del niño-Salvador. ¿Cómo podría ser el Salvador un pobre niño envuelto en pañales?

Nos toca decidir. Los pastores escucharon, creyeron, fueron, vieron, proclamaron y glorificaron a Dios y ¿nosotros? ¿Qué actitud vamos a asumir? No decidirnos es declarar que es mucho riesgo y que por el Señor no vale la pena arriesgar tanto.

El Niño de la Ciudad de David aporta una novedad sustancial: ¡hace nuevas todas las cosas! El amor de eterna juventud de Dios da nuevo sentido a todo, le da Vida Nueva, abre horizontes de Justicia eterna y de Paz interior que supera todos los tratados, le permite al hombre la libertad de asumir la vida tan plenamente que sea capaz de entregarla buscando el bien de los que le rodean, aun cuando dar la vida traiga consigo, como de hecho sucede, dolor.

La navidad es la fiesta del don en la alegría para la paz y para Vida Nueva en la gran familia de los hijos de Dios. A ella están llamados todos los hombres sin excepción, de cualquier tiempo, lugar, situación social y económica, sexo, realidad cultural... Precisamente para eso Jesús entrega su vida sin restricciones y durante toda la historia, en todo lugar y situación, en cada Eucaristía, Reconciliación y, en general, en cada sacramento.

La navidad es una fiesta que beneficia a toda la humanidad, aunque, sin duda, solo los cristianos podamos llegar a entender la profundidad de sus alcances.

La navidad nos pide aprendamos a vivir y ofrecer con más humildad la presencia de Dios en la historia. Él no pretende imponerse, pero tampoco se esconde ni desea quedar escondido...

Conocerlo, valorarlo y amarlo es un derecho de todos los hombres de buena voluntad. Por esto, es un deber grave de todos los cristianos profundizar estos misterios para saberlos presentar, desde el testimonio de nuestra vida, a todos los que nos rodean en todas partes.

Pidamos a la Madre de Jesús, nuestra Maestra de acogida, sencillez y compromiso responsable, que nos enseñe a vivir en la valentía de ofrecer al Señor nuestra vida con sencillez, humildad y apertura a los dones de Dios para que todos puedan conocer la Salvación de Dios.


P. José María Doménech Corominas, sdb

MISA DE NOCHEBUENA

Is. 9, 1-3.5-6: "El pueblo que avanzaba entre tinieblas ha visto una gran luz... les has llenado de una alegría inmensa... «Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado... Consejero-prodigioso, Dios-héroe, Padre-por-siempre, Príncipe-de-la-paz.»"

Salmo 95: "¡Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor!"

Tt. 2, 11-14:
"Se ha revelado el Amor de Dios que quiere salvar a todos los hombres y nos enseña... para que vivamos en este mundo una vida de sobriedad , justicia y piedad mientras esperamos... que se manifieste la gloria de Jesucristo... Él se entregó por nosotros..."

Lc. 2, 1-14: "«No tengan miedo. Les anuncio una noticia que traerá una gran alegría a todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor...» «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.»"


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