diciembre 02, 2007

Primer Domingo de Adviento

Empecemos hoy nuestra Corona de Adviento encendiendo la primera velita, mientras rezamos en familia la siguiente oración:

Encendemos, Señor, esta luz,
como quien enciende su lámpara para salir,
en la noche, al encuentro del amigo que viene.
En esta primera semana de Adviento
nos levantamos para esperarte preparados
y recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven
y muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes
porque tú nos traes la luz más clara,
la paz más inmensa
y la alegría más profunda.
¡Ven, Señor Jesús!

Tomado de El Pan del Alma

DOMINGO I DE ADVIENTO

Comenzamos Adviento, tiempo de conversión y búsqueda de Dios, nuestro Padre y Redentor. Se nos invita a esperar al Señor que llega en todos los hermanos que se nos acercan.

Vendrán todos

El mundo que nos rodea, y el que vive en nuestro interior, busca caminos de vida, paz y orientación. Muchas son las realidades que nos llevan a la confusión y al desconcierto: ofertas ideológicas de corte religioso, político y hasta las de tipo socio-anárquico, como los Punk.

Cada vez que Dios pasa a ser uno más o un “don nadie” de nuestra realidad, nuestra naturaleza humana se desubica. ¿A quién hacerle caso?: ¿a los profetas de la felicidad segura por los caminos del placer y del poder autónomo o al Señor que nos pide fidelidad, obediencia a su Voluntad y aceptación del sufrimiento, condición para ser más de verdad libres en la vida?

La búsqueda nunca concluye, y tampoco las luchas por el poder, a no ser que sinceramente nos acerquemos al Señor, sepamos confiarle nuestra vida y vivamos en su Voluntad.

El profeta nos asegura que los pueblos buscarán al Señor, y lo buscarán entre nosotros, cuando permitamos que el Señor nos haga felices, por la fidelidad a Él: sea Nuestro Señor.

Buscando la Salvación

El Apóstol nos asegura que la Salvación no es una promesa, ¡es una realidad en Cristo Jesús! Debemos despertarnos, pues somos responsables de que los pueblos que buscan al Señor, encuentren en nuestras comunidades al Dios Salvador que buscan; la paz que ansían; la vida que reclaman. ¿Nuestra vida habla de eso sin necesidad de discursos? ¿Vivimos todavía dormidos en nuestras torpezas, mentiras, búsquedas del poder o del prestigio?

¿Cuánta confianza nos merece el Señor? ¿Nos fiamos de Él? ¿Qué estamos dispuestos a dejar por mantenernos como sus discípulos? ¿A qué estamos dispuestos para serle cada día más fieles, para vivir a su disposición? Lo que, de hecho, aceptemos sacrificar por seguirle y obedecerle, ése el verdadero precio que damos al que decimos amar. ¡Andemos como en pleno día, nos dice Pablo, con dignidad!: ¡¡¡la del Señor de la Vida, de la Paz y de la Reconciliación!!!

Velen, el Señor llega

En este primer domingo de adviento se nos pide estar atentos: el Señor llega en cada persona que se nos acerca. ¡Cuando menos lo piensen!, nos advierte el Señor en el Evangelio.

Cuando llegó el diluvio la mayoría de los habitantes de ese tiempo no se portaba mal: la mayor parte de las cosas que hacían eran normalmente buenas o indiferentes... Pero en ninguna de ellas tenían al Señor presente, no lo buscaban, no lo necesitaban, no se relacionaban con Él. Sí creían que existía y eso no era para ellos ningún problema: en el mundo hay lugar para todos, también para Dios. ¿No nos pasa lo mismo hoy hasta en nuestras comunidades cristianas?

¿Ansiamos estar con el Señor? ¿Pedimos, buscamos, conocer su Voluntad cada día, para mejor vivirla? Velen, el Señor llega y pueden perder la oportunidad de acogerlo y gozar de su presencia. Pidamos a María nos enseñe a saber esperar al Señor en nuestra vida cotidiana.

P. José María Doménech Corominas, sdb.


CICLO A – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO I
Is. 2, 1-5: "...se alzará firme la montaña del templo del Señor en la cima de las montañas. Todas las naciones afluirán allí... «Vamos, subamos a la montaña del Señor... para que nos enseñe sus caminos...» Él pondrá paz entre las naciones... Ninguna nación empuñará la espada contra otra..."

Salmo 121: "¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”!"

Rm.13, 11-14:
"Seamos conscientes del momento en que vivimos. Basta..., es hora de levantarnos. Hoy tenemos la salvación más próxima que cuando abrazamos la Fe... Dejemos las obras de las tinieblas... Comportémonos dignamente, como en pleno día... Revístanse de Jesucristo..."

Mt. 24, 37-44:"Cuando venga el Hijo del Hombre, pasará como en los tiempos de Noé. ...no se habían dado cuenta y les sorprendió el diluvio... Velen, por tanto, porque no saben el día en el que vendrá su Señor... el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada."

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